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Tres meses después, la plantilla de la multinacional continúa la lucha por la defensa de sus derechos y el futuro de la comarca

La marea verde de Bosal se hará visible en la manifestación del 1 de Mayo

La marea verde de Bosal se hará visible en la manifestación del 1 de Mayo La marea verde de Bosal se hará visible en la manifestación del 1 de Mayo
Viernes, 17 Abril 2015 12:32

Bosal es la última pieza en caer de este puzle industrial truncado por la deslocalización. Paradójicamente, el fabricante belga de tubos de escape se instalaba, hace ya treinta años, al abrigo de las ayudas para la primera reconversión de la comarca tras el cierre de los Altos Hornos. El año pasado la empresa pactaba con sus empleados un expediente de regulación de empleo por el cual se suspendía o despedía a algunos trabajadores, o se prejubilaba a otros, en definitiva, se reducía la plantilla. La sorpresa llega cuando el 2 de enero los trabajadores reciben una carta en la que se les informa de la intención, por parte de la empresa, de proceder a la extinción de todos los contratos de trabajo. Un total de 222 se despertaban con la noticia de que a partir del 7 de enero «usted disfrutará de las vacaciones que en su caso se devenguen del año 2015, y transcurrido el período citado, pasará a la situación de permiso retribuido, quedando exonerado de prestar servicios para esta entidad hasta nueva indicación».

Desde entonces, los trabajadores no han dejado de luchar contra lo que consideran una práctica abusiva y un incumplimiento de las obligaciones de la empresa con el trabajador. «Se han pisoteado los derechos de los trabajadores por parte del Grupo Bosal», asegura González.

Según los trabajadores, la empresa no ha tenido en cuenta el condicionante de las familias de los trabajadores y ni tan siquiera el tiempo en el que se ha iniciado este proceso. «Esto es algo habitual en el proceder del grupo. Organizan estos ajustes o más bien desbarajustes de plantilla en periodos vacacionales, ya lo hicieron en Francia e Inglaterra», informa el Presidente del Comité. Denuncian que por este motivo no han tenido capacidad de reacción porque las administraciones durante este periodo permanecen  cerradas. Reclaman su derecho a réplica. «Nos han limitado. Nos han dejado sin nuestro derecho a protestar. Han jugado con la premura del tiempo y no podemos permitir que se salgan con la suya».
Sin embargo, su lucha no es otra que la de visibilizar un problema social causado por la deslocalización y que no solo afecta a España sino a otros países como Italia, Grecia o Portugal.

Los carteles en apoyo a los trabajadores de Bosal siguen adornando las calles de Puerto de Sagunto tres meses después del anuncio del cese de la actividad de la planta. El lema «No al cierre de Bosal» empapela paredes, verjas y tablones, y la llama de las protestas no se apaga. La noticia llegó a los trabajadores en plenas fechas navideñas y pronto los medios se hicieron eco de ella causando un gran revuelo. Ahora, meses después, y para evitar que el asunto quede en el olvido, los trabajadores siguen trabajando en mantener viva su lucha. «Ahora, después de algún tiempo, la situación está en manos de la administración y todo va más lento. En consecuencia las informaciones se van espaciando, por eso tenemos que seguir haciéndonos visibles», asegura el Antonio González, presidente del comité de empresa de Bosal.

Sin embargo, gracias a las diferentes acciones organizadas por los trabajadores y los sindicatos, Bosal sigue siendo noticia. «Al menos un acto por semana» es el objetivo que se han marcado el personal de fábrica para continuar haciendo «ruido».

Precisamente esta semana se retomaban las protestas tras las vacaciones. Para este jueves se había organizado una marcha en bicicleta por Valencia con un recorrido total de unos 13 kilómetros. Su propósito, como siempre: «No al cierre de Bosal». La marcha culminaba con un almuerzo popular que reunía a decenas de personas que se solidarizaron con esta causa.

Además, y a pesar de no haberse concretado nada, otro de las acciones que está estudiando el colectivo de trabajadores es la posibilidad de levantar, de nuevo, su campamento de protesta. Según dice el presidente del Comité de Empresa,  y dependiendo de cómo se desarrollen las próximas reuniones con la multinacional, «se valorará esta acción y algunas más», asegura. Y añade, «lo que no sabemos es dónde se instalará el campamento porque debe ser en un lugar estratégico donde se nos vea. La próxima semana será clave para decidirlo».

La plantilla trabaja también para llevar el caso a las más altas esferas y la pasada semana solicitaron una entrevista con el embajador de Bélgica en España, de donde es originaria la multinacional. Sin embargo, hasta la fecha no han recibido contestación sobre cuándo podrían ser recibidos.
Sus reivindicaciones están recibiendo el apoyo de multitud de colectivos. «Por lo general cuando nos hemos dirigido a cualquier institución, asociación o partido político, todos sin excepción alguna, nos han brindado su colaboración y su apoyo», admite González. Además el alcalde de Sagunto, según dice, también ha estado presente durante todo el proceso y los ha apoyado en todo momento. «Y tenemos constancia de que desde el ayuntamiento se siguen promoviendo acciones en defensa de los trabajadores de la planta», apunta.

La plantilla trabaja por seguir las movilizaciones implicando a todas las organizaciones políticas incluso a nivel nacional. El diputado de Esquerra Republicana Joan Tardà fue el primero que mostró la camiseta verde con el eslogan «No al cierre de Bosal» en la Cámara. A continuación, Cayo Lara, portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, le hacía llegar la camiseta junto con una carta en la que se detallaba la situación a Mariano Rajoy durante una sesión parlamentaria. También Pablo Iglesias y Pedro Sánchez la han lucido en público. Además de figuras políticas, diferentes asociaciones, familiares, amigos y el pueblo saguntino, en general, se han volcado, por supuesto, con la causa.

Las últimas novedades en el caso Bosal llegaron a nuestro oídos el pasado 26 de marzo cuando se aprobaba una declaración institucional por unanimidad de todos los grupos políticos, en apoyo de la continuidad de la actividad en la empresa Bosal, y así mismo la reindustrialización de la comarca a Camp de Morvedre. Ahora le toca a la empresa mover ficha.

El Día Internacional de los Trabajadores o 1 de Mayo es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero . Es, tradicionalmente, una jornada en la que los diferentes colectivos han llevado a la calle sus reivindicaciones sociales y laborales. El colectivo de trabajadores de Bosal no se quiere perder esta importante cita que aprovecharán para lucir su característica camiseta verde y sus pancartas.

El anuncio de la nulidad del Expediente de Regulación de Empleo de Coca-cola da esperanzas a los trabajadores de la planta de  que su caso se resuelva en ese mismo sentido. Puede que el final de conflicto esté más cerca. Lo que está claro es que sus trabajadores no se rinden. «Esto no se ha acabado y Bosal no está cerrada, y hemos de luchar por que la unidad productiva siga abierta», concluye González.


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Modificado por última vez en Viernes, 17 Abril 2015 16:30

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