677 kilómetros en 24 horas es la plusmarca lograda por Carles Nebot, valenciano de 51 años, en un circuito abierto y en la categoría máster 50. El deportista del Team Calderonabike ha conseguido inscribir su nombre en el registro de récords de la Asociación de Ciclismo de Ultramaratón (UMCA), superando por diez kilómetros la marca establecida por el neozelandés Tony Mellsop. Desde Sagunto, el ciclista se ha convertido en el mejor ultrafondista de su categoría a nivel mundial. Desde joven vinculado al mundo del ciclismo, recuerda sus primeras nociones en la fábrica de bicicletas de su padre. Siempre ha competido contra si mismo, «un día hacía 100, otro 200, y así fui subiendo», confiesa Nebot. Veinte años después, con un récord del mundo a sus espaldas, cuenta con el apoyo de amigos, familia y patrocinadores, por lo que está dispuesto a aprovechar las oportunidades que se crucen en su camino.
¿En qué momento tuviste el primer contacto con el mundo del ciclismo?
Nací pedaleando. Mi padre era ciclista y en casa lo he tenido siempre presente, desde que tengo uso de razón. De pequeño recuerdo mis primeras nociones de ciclismo por Jose Manuel Fuentes, Ocaña, la vuelta a España y toda aquella época de los años 70. Siempre he tenido un ambiente familiar vinculado al ciclismo, de hecho, mi padre compitió con René Marigil, que también es de aquí de Sagunto, a finales de los años 50. También montamos una fábrica de bicicletas, Nortel·le, que a partir de los años 90 tuvo muchísima repercusión también a nivel internacional, porque exportábamos a Estados Unidos, Alemania. Dejamos de fabricar las bicicletas en el momento en que apareció el carbono, ya que nosotros trabajamos con acero. Yo, posterior a la época de la fábrica, me dediqué a la fotografía, al diseño gráfico y páginas web. Pero, con el tiempo, retome mi vinculo con el mundo deportivo y el entorno ciclista en el que nací.
A pesar de que profesionalmente no te dedicas a ello, ¿empleas mucho tiempo de tu vida a este deporte?
Sí, le dedico muchas horas que tengo que restarlas de otras tareas de mi vida o del trabajo. En invierno, lo que hago es aprovechar a medio día, de 13 a 17 horas, el rato que tengo libre de trabajar. En verano, como el día es más largo, salgo a primera hora de la mañana hasta las 10 aproximadamente. El caso es que siempre trato de organizarme la faena para poder entrenar. Por ejemplo, dos lunes antes de realizar esta última prueba, tuve que pasar un test de 400 kilómetros que me ocupó todo el día. Por tanto, todo ese día dedicado a entrenar he de recuperarlo al día siguiente en horas ordinarias de trabajo. Saco tiempo de donde puedo, porque para este tipo de pruebas se necesita muchísimo. Yo tengo la suerte de que mi trabajo me permite compaginarlo, ya que soy autónomo, y me marco mis propias pautas y organizo mi tiempo, para no descuidar el trabajo, ni los proyectos que van saliendo.
¿Cuándo dejas de ver el ciclismo como un hobby y decides comenzar con la competiciones?
Debido al negocio familiar me era imposible el poder competir, en casa todos estábamos volcados con el negocio y nos pasábamos el día en la fábrica. La única forma de competir que tenía era haciéndolo conmigo mismo, marcándome retos y objetivos. Un día probaba 100 kilómetros, otro 200 e iba subiendo. En el año 85 ya hice, junto a un compañero, de Sueca a Barcelona en una tirada, y allí entregamos al alcalde, que por aquel entonces era Maragall, una carta en representación de Sueca mostrando nuestro apoyo moral para que Barcelona fuera sede de las Olimpiadas del año 92. Esta fue la primera vez que tuve contacto con el ciclismo a larga distancia de forma más seria. Después hice triatlon, me deje la bici y corrí maratones. Pero, fue hace 10 años cuando retome la bicicleta únicamente para hacer fondos, gracias a que tengo el cuerpo muy bien acostumbrado a las largas distancias.
¿Cuándo decidiste dedicarte al ultrafondo?
Fue hace ocho años. Comencé a hacer pruebas de 200, 300, 400 kilómetros y fui subiendo hasta las 600. Haciendo largas distancias y tratando de mejorar poco a poco.
A tus 50 años, ¿qué te ha llevado a competir por un récord mundial?
Lo decidí en el momento en que vi la marca de 667 kilómetros y me pareció muy asequible. Lo hizo en diciembre un neozelandés. Entonces me di cuenta que lo podría haber establecido hace mucho tiempo, con haber hecho únicamente 300 kilómetros, el récord ya era mio. Ahora al ver el listón ya iba más justo. De hecho, a dos horas del final, iba por debajo del tiempo del récord y tuve que apretar. Mi objetivo eran los 700 kilómetros, pero el viento no me lo ha permitido. Lo principal ha sido encontrarme físicamente muy bien. Me veía con posibilidades porque llevo una base de atrás que me permite pensar en arriesgarme a estos retos. Y, por supuesto, el apoyo que he tenido a nivel de patrocinadores.Es algo que yo tenía ya pensado, lo tenía dentro y necesitaba sacarlo, y hasta el momento no había podido hacerlo. Viendo que podía hacerlo, busco las referencias del récord de pista abierta y me pongo en contacto con el Ayuntamiento de Sagunto, que me facilitó el plano que necesitaba. Tuve que inscribirme en la UMCA, que es la federación internacional de ciclismo de ultra-fondo, lo que en fútbol sería la FIFA. Lleva mucho papeleo la organización de una prueba así. Ahora mismo, estamos en la fase de que ya hemos enviado todos los permisos y la información en Estados Unidos. Ahora tenemos que mandar los cronometrajes, que son dos paralelos en los que no debe haber un margen de error superior a los dos segundos, porque sino no sería válida.
Por tanto, ¿es la primera vez que te enfrentas a un reto de estas características?
El año anterior gané en Calafat, junto a un compañero, un reto de 780 kilómetros, pero sí es cierto que lo hicimos entre los dos. Llevo tres podios en Calafat, y al cuarto año conseguí ganar. Han sido muchas rutas, y con toda esta base, decidí meterme a las largas distancias y a este gran reto que ha sido el mayor.
¿Qué significa para ti haber ganado el «Record del Mundo 24 horas en pista abierta»?
Yo tenía mi marca personal en 602 kilómetros en 22 horas. Ahora, en 24 horas, la tengo en 680. La satisfacción es doble, porque he superado mi marca personal, y además, esta marca es récord del mundo. Todavía no lo acabo de asimilar. Además, me gustaría puntualizar que este reto este va dedicado a una chica que quería ser ciclista y, hasta el momento, estaba en coma depresiva tras un accidente, ella se llama Mandy y es de Nueva York, y a pesar de que era algo consciente de su situación, no luchaba para seguir adelante; despertó el domingo. Tengo una amiga que es ultrafondista y me dijo que su sobrina tuvo un accidente y llevaba dos meses en coma, y parece que empezó a dar señales, pero para despertar necesitaba estímulos fuertes. Me dijo que había pensado que le dedicara la carrera si la ganaba. Yo dije que sí, por supuesto, así que antes de comenzar la prueba, me fui a la playa y le grabé un mensaje por el móvil. El mismo día de la carrera, una vez gané y se lo dediqué, se lo mandaron y, aunque parece increíble, el domingo por la noche despertó del coma.
¿Cuál es entrenamiento diario que has llevado a cabo para superar los 680 km en un día?
Me someto a un entrenamiento diario muy controlado. En octubre, que es cuando empecé la temporada, fui muy poco a poco, unos 600 o 700 kilómetros al mes. A partir de enero empecé a aumentar la distancia, a hacer unos 1500 kilómetros al mes y los últimos meses de marzo aquí, unos 2 500 km.
Durante las 24 horas que has permanecido subido a la bicicleta,¿has pasado momentos de crisis o debilidad?
A las 2 de la mañana me pegó un bajón de sueño, durante unos 15 minutos. Pero si consigo pasar esa crisis y me despejo, ya estoy listo para toda la noche. Estuve cansado, pero el sueño se me pasó en seguida. Tenía muchas otras cosas en mente. Son momentos de mucho estres, en los que piensas en la comida, la distancia, la media, el tener que ir calculando. Hay que tener siempre la cabeza fría para poder calcular la distancia que te queda, lo que llevas, y el pensar si estas dentro del récord.
¿Es una tarea apta únicamente para profesionales, o toda persona con constancia y esfuerzo puede dedicarse al ultrafondo?
Yo no soy profesional, y lo hago. El ultrafondo requiere de una base de preparación de muchos años sobre la bicicleta, una preparación muy específica en la que ya no sólo influye el entrenamiento, también hay que cuidar mucho la alimentación y las condiciones. Hay que tener en cuenta que te sometes a entrenamientos muy duros y tienes que concienciarte de ello y poder asimilarlos. Yo creo que sería un 80% de entrenamiento y un 20% de tus condiciones físicas. Pero, a líneas generales, cualquier persona que coja la bicicleta, y que cuide un poco su alimentación, puede hacer en poco tiempo unos 100 kilómetros perfectamente.
¿Qué papel juega la alimentación en tu día a día, teniendo en cuenta que eres un deportista que dedicas muchas horas a ello y sufres desgaste físico?
La alimentación es la clave. Si no hubiera sido por los alimentos que me preparó Fernando de la tienda Fitness Xperts, no hubiera conseguido el récord. Me preparó unos carbohidratos especiales para larga distancia, geles que llevan unos componentes de lenta asimilación muy lineales. En las últimas cuatro horas de carrera la comida ya no me entraba, me quedaban unos 100 kilómetros que, sin comida, son imposibles de conseguir. Lo que hice es apostar todo por este bidón de alimentos preparados y por los geles, y así pude terminar la carrera. La alimentación es muy importante, mientras se pueda comer, hay que hacerlo, siempre lo que toca y cuando corresponde.
¿Este tipo de pruebas requieren únicamente preparación física, o también parte psicológica?
Psicológica también. Hay que tener la cabeza fría y saber gestionar los momentos duros. En mi caso, con el equipo de asistencia que me acompañó durante toda la carrera, incluso les gastaba bromas para que no estuviesen preocupados por mi y se relajasen, ya que un equipo relajado siempre trabaja mejor. Luego, en momentos duros, hay que pensar que tienes que seguir avanzando, sabes cuando vienen y tienes que estar preparado para ello; lo malo se pasa, si sabe gestionarse y vuelves a recuperar. El problema viene cuando se juntan esos momentos malos con otras crisis, como el temporal por ejemplo.
En momento en los que tu cuerpo no puede dar mucho más de sí, ¿de dónde se sacan las fuerzas necesarias para continuar pedaleando?
En momentos así trato de pensar, de relajarme, de bajar el ritmo si es necesario. Por ejemplo, de madrugada tuve un momento malo durante la carrera cuando el viento se cruzó, en esos momentos, aunque sigues pensando en mantener la media y avanzar, decidí bajar el ritmo y aprovechar para comer o beber más. Siempre tratas de aprovechar esos momentos malos para paradas. Cuando vi que el tiempo, de nuevo, cambiaría paré por última vez para un masaje.
En este tipo de pruebas, la alimentación y la hidratación suponen un factor decisivo. ¿Cómo se controla esto, teniendo en cuenta que únicamente contabas con 60 minutos para poder realizar pequeñas paradas?
Los 60 minutos los marqué yo para ir en tiempo de récord. Si aumentaba las paradas, el tiempo se me escapaba.De hecho, al final pare 1 hora y 5 minutos, y el récord se me iba. Pude salvarlo porque las dos últimas horas rodando fui muy eficiente, a 32 por hora, bastante por encima de la media del récord que yo no pensaba que sería capaz de hacerlo.
¿Te has sentido respaldado por la afición que ha asistido a la prueba y, en general, el apoyo recibido?
La afición ha sido impresionante. A todas horas venían a respaldarme. La verdad que me ha animado y me han apoyado muchísimo. Por otra parte, a nivel de empresas, también me han ayudado. Entre ellas, destaco a Fiosomedic, Nostersport, Calderona Bike, Fitness Xperts Sagunto, Marco Ciclista, Óptica Savis, Grupo Disber, El Canyaret, Raquel Gaspar y el Ayuntamiento de Sagunto. Todas estas aportaciones han mejorado mi final.
El ciclismo es un deporte que requiere de mucho sacrificio. ¿Crees que esta lo suficiente valorado en nuestra sociedad?
Más que poco valorado en comparación con otros deportes, que también, lo que está es sobre todo muy castigado. Al ciclismo, en los últimos años, se le ha dado la fama del «doping». Aunque es cierto que hay gente que lo ha hecho mal, sobre todo en los 90 ha sido un escándalo, no me parece bien que se generalice. A un ciclista con un 0,00007 de clembuterol en contandor se le lapida, siendo que esto no beneficia nada para ganar ni tan si quiera una etapa del tour. En cambio, a los futbolistas, cuando acaban la final de sus partidos, debido a la emoción, a penas da tiempo de hacerle el control antidoping. Pese a que los controles son muy estrictos, es cierto que se han dado muchos casos, por eso el ciclismo está tan castigado, aunque en la actualidad la cosa se ha regulado bastante.
¿Cuál es la experiencia más dura que recuerdas sobre dos ruedas?
Yo pensaba que sería esta, al ser un récord pensaba que padecería igual o más, pero no. Fue hace dos años en la Flecha Ibérica, una prueba que se celebra en Yepes, Toledo, y se organizan equipos en los cada uno sale de una parte de España. Hay que hacer un mínimo de 300-400 km y hay 24 horas para ello. En mi caso, salí desde Denia hasta Yepes y nos pilló un fuerte temporal de viento de cara durante todo el día, incluso por la noche. Y ese lo recuerdo como el peor día de mi vida sobre una bicicleta, la verdad que nunca había sufrido tanto.
Tras el triunfo que acabas de conseguir, ¿te planteas nuevos objetivos y retos por conseguir?
Pensaba que, si conseguía esto, ya era suficiente para jubilarme a gusto, pero me he dado cuenta que no puedo. Ya me están ofreciendo participar en un equipo en Cheste en agosto. Y luego Mallorca. A raíz del caso de Mandy, quieren formar un nuevo equipo para la RAM del año que viene, por lo que me tendría que trasladar a Estados Unidos, junto a un equipo , para realizar unos 5 000 kilómetros. Por lo tanto, si me preguntas que si me planteo nuevos retos, si el domingo decía que no, hoy, tres días después, ya me veo en América haciendo la RAM. Cuento con la ventaja de que me encuentro muy bien físicamente y la familia y amigos me apoyan. Si la gente confía en mi y me salen cosas, no cierro ninguna puerta.
