Hace cinco años, animada por Víctor, su pareja, Minerva Almor Ruiz, enfermera de profesión y trabajadora del Hospital de Sagunto, comenzó a practicar kitesurf, un deporte que le aporta mucha libertad y adrenalina. Este año, además, se decidió a competir y, aunque salió del primer campeonato, celebrado en Tarifa, con mal sabor de boca, decidió volver a subirse al kite para probar suerte en la prueba del Cierzo Festival en la que, a falta de contrincantes femeninas, le dieron la posibilidad de competir con los hombres, a lo que ella accedió y, en la categoría de race o carrera con obstáculos, se alzó con la tercera posición de la clasificación general, además de ser la primera fémina. Ahora reconoce que el mundo de la competición le ha gustado tanto que continuará presentándose a más pruebas.
Para quien no la conozca, cuéntenos un poco quién es Minerva Almor Ruiz.
Minerva Almor Ruiz es una vecina de Puerto de Sagunto, hija de Miguel y de Salud, que, actualmente trabaja de enfermera en Medicina Interna del Hospital de Sagunto y que es una gran amante del kitesurf.
¿Cómo comenzó a practicar este deporte?
Realmente fue por Víctor, mi pareja. Él lleva más de 24 años practicando este deporte; en sus inicios es cierto que compitió y llegó a estar entre los mejores del país. Yo llevo ahora cinco años practicando este deporte y, este año, conseguí un sponsor que me ofreció el material para hacer kitesurf con el objetivo de que yo moviese ese material y navegara con él, entonces mi pareja empezó a animarme para que compitiese en las pruebas que se hacen por España. A mí, al principio, me daba mucha vergüenza porque creo que a las mujeres nos da un poco más de miedo competir por ese pensamiento de que vamos a hacerlo mal o a hacer el ridículo, pensamos que no tenemos nivel pero él me animó diciéndome que tenía mucho nivel, que sabía hacer muchos trucos y que podía probar en las competiciones a ver qué pasaba.
¿Cuál fue la primera competición a la que acudió?
A la primera competición que me apunté fue a un campeonato de España que se celebró en Tarifa y, la verdad, es que fue una experiencia horrible, me salió fatal. Éramos solamente cinco chicas, con lo que no se pudo hacer una competición oficial, a pesar de que somos muchas mujeres las que practican kitesurf en todo el país. Los nervios me jugaron una mala pasada, fue una experiencia algo agridulce porque, por culpa de los nervios no pude hacer nada de todo lo que sé hacer, además de que tuve algunos fallos técnicos con el material. En ese momento me planteé si dejar de competir o seguir haciéndolo para coger más experiencia y, al final, decidí continuar para quitarme los nervios y poder disfrutar compitiendo.
Y en apenas una semana compitió en el Cierzo Festival - Campeonato de Aragón que se celebró en el embalse de La Loteta, ¿cómo fue?
A esta competición no fui con la concepción de ganar si no de disfrutar, a aprender a competir y a demostrar todo lo que sé hacer. A pesar de haber tres o cuatro chicas inscritas, solo me presenté yo en categoría femenina y, entonces, me dijeron que si quería competir con los hombres y me animé y les dije que sí. Había dos pruebas, una carrera de obstáculos que se llama race y otra de hacer trucos que se denomina freestyle. Participé en la de race donde había que hacer cinco vueltas consecutivas con el kite y me fue muy bien porque, de entro los cerca de 40 inscritos, iba quedando entre las primeras en cada vuelta y, como se trata de la regularidad, finalmente quedé la tercera de la clasificación general con todos los chicos y la primera en la femenina, me dio una satisfacción increíble y un orgullo haber participado con todo hombres y quedar tercera en esa clasificación mixta por delante de muchos chicos.
Explíquenos un poco qué es exactamente el kitesurf.
El kitesurf consta de una cometa muy grande y, dependiendo del viento que haga, usamos unas más grandes o más pequeñas. Vas con una tabla y, en la disciplina que yo suelo practicar, que es el freestyle se trata de hacer acrobacias con la cometa, hay una serie de trucos que vas haciendo: rotaciones, dobles rotaciones, saltos altos, saltos en los que intentas sacar un pie, etc... Luego está la otra disciplina, que es la de carreras o race que yo la controlo menos, era algo que no conocía ni tampoco me llamaba mucho la atención porque me dedicaba más a la otra pero cuando competí en Aragón me dí cuenta de que también es muy divertido.
En estos cinco años de práctica del kitesurf, ¿ha visitado muchos lugares de España para poder entrenar?
Estos últimos años con la pandemia han sido complicados pero antes nos movíamos mucho. Mi pareja es un forofo del kitesurf así que nos movemos mucho, vamos a València, Barcelona, Murcia, vamos detrás del viento. Tenemos una aplicación de viento y vamos mirando el tiempo y viendo dónde podemos ir en los días libres que tenemos en el trabajo. Además vamos buscando lugares donde el agua esté muy tranquila porque las olas no nos permiten hacer todos los trucos como a nosotros nos gusta practicarlos.
Minerva Almor junto a su pareja practicando el hobby que les ha unido y por el que visitan muchas zonas costeras españolas
Entonces, ¿si hay mucho oleaje es algo contraproducente para poder practicar los trucos?
Cuando tienes mucho nivel y controlas mucho el aterrizaje, quizás, entre ola y ola que el mar se queda calmado, puedes hacer un truco, pero es cierto que cuando el agua está más plana y más tranquila es más sencillo el poder hacer los trucos. Es complicado aterrizar encima de una ola.
¿Tiene algún entrenador o es su pareja la que le ayuda con el aprendizaje de los trucos?
Mi pareja es el que me guía, él tiene mucho nivel y mucha clase, sobre todo también en la competición. Luego es verdad que yo he descubierto este estilo y me ha enganchado. El kitesurf es un modo de vida genial por la libertad que te da y la sensación de adrenalina que despierta cuando lo practicas. Cuando aprendo un truco ya quiero aprender otro, estoy un poco enganchada porque me lo paso muy bien, cuando cojo un truco no paro hasta que me sale. Hay tanta variedad y tantas cosas por hacer que pienso que no me voy a cansar nunca, lo de navegar es algo que no me llena tanto como hacer trucos. Necesito saltar, hacer cosas nuevas, probar, cada vez quiero más. Además, ahora, al haber competido creo que es algo que me ha ayudado y motivado para aprender más y hacerlo mejor.
¿Ha habido alguna lesión a la hora de practicar estos trucos?
Alguna ha habido (risas), pero he tenido suerte porque, al ser muy precavida, aseguro mucho, todos los trucos los hago poco a poco, sin mucha potencia, no soy una kamikaze, así que, cuando ya voy adquiriendo más destreza los voy haciendo más altos o incluyo algo más de dificultad.
¿Qué se necesita para practicar el kitesurf?
Se necesita mucha práctica, tiempo y ser precavido, la gente no avanza mucho más porque si vas a loco y tienes un accidente importante en el que te haces daño, al final le coges miedo. Yo he tenido suerte y, al ir asegurando, no he tenido ningún percance grave. Se necesita cabeza, algo de sentido común y, cuanto más en forma estés mejor porque tienes una mayor agilidad, pero cualquier persona puede practicarlo porque todo es cuestión de técnica. Este deporte no está ligado a gente con cuerpos muy trabajados o culturistas.
¿Tiene algún truco estrella?
Soy una persona que, en una manga, hago trucos de todos los estilos, todos los trucos que domino, siempre los hago todos. Es verdad que me ciego con alguno que no domino hasta que me salga pero, normalmente, los hago todos, no tengo ninguno así favorito o que me defina especialmente.
¿Hasta qué altura suben?
Mínimo cinco o seis metros, la verdad es que cuanto más subas mejor, para poder hacer más trucos; yo creo que lo máximo que he subido yo serán unos ocho o nueve metros, es alto, pero siempre quieres más porque es algo que te engancha, es por la adrenalina, al principio haces minisaltos pero luego quieres superarte.
Minerva Almor realizando un truco en la playa de Puerto de Sagunto (Foto: Enrique Herrero)
¿Qué elementos condicionan para poder hacer un buen salto en kitesurf?
Depende, sobre todo, del estado del agua, dado que cuanto más plana esté el agua, menos fuerza tienes que hacer para cortar, que es girar la cadera con la tabla, y así saltas más. Si el agua está con olas te dificulta el salto y es peor. También es importante el estado de tus piernas, que es con las que haces más fuerza, y el viento.
A pesar de que hay muchas mujeres que practican este deporte, ¿por qué cree que no se animan tanto a competir?
Hay muchísimas mujeres y pienso que les echa un poco para atrás lo de ir a competiciones por lo perfeccionistas y exigentes que somos las mujeres y ese sentimiento que, muchas veces tenemos, de miedo a hacer el ridículo. Lo primero que yo pensé cuando me propusieron competir fue pensar que no tenía nivel. Siempre he tenido muy poca autoestima y, con otras mujeres que practican kitesurf con las que también he hablado, me dicen más o menos lo mismo. Todo es muy negativo hacia nosotras mismas cuando realmente hacemos muchos trucos. Creo que hay que dejarse ver en las competiciones, disfrutar, conocer gente, así vas perdiendo poco a poco los nervios y coges mucha experiencia. Tiene muchas cosas positivas que vivir.
Ahora que ha empezado a competir, ¿se anima a seguir?
Voy a ir a todas (risas). Como me fui con tan mal sabor de boca de la competición de Tarifa, luego en la segunda lo disfruté tanto que me he quitado esa mala sensación, he aprendido a competir, del Cierzo me fui con muy buen sabor de boca porque también competí en la categoría de freestyle, solo con hombres, y aunque no pasé de ronda, porque en la primera manga me tocó con el subcampeón de Aragón que tiene un gran nivel, lo cierto es que lo disfruté mucho y el jurado me dijo que lo había hecho muy bien y que tenía mucho nivel. Para mí, competir en Aragón, solo con hombres, fue súper bueno para vencer mi vergüenza.
¿Se está preparando de alguna manera para futuras competiciones?
Cuando competí en Tarifa, como tenía tiempo libre, me fui unos días antes al spot donde se iba a realizar para entrenar un poco y me salía todo perfecto, pero luego me fallaron los nervios. En la de Zaragoza no me dio tiempo, fue la base de haber estado practicando anteriormente. Ahora me lo quiero tomar más en serio, me voy a centrar un poco más en competir y quiero llevar una dieta, quiero hacer pesas para coger más fuerza en los brazos porque quiero empezar a hacer trucos desenganchada la cometa del arnés, que es algo más difícil, y ahí se necesita mucha fuerza en los brazos, quiero empezar a probar cosas nuevas.
¿Tiene alguna competición en mente?
El año que viene quiero presentarme al Campeonato de España que se va a dividir en tres competiciones: Oliva, Tarifa y Barcelona y, si puedo, me gustaría ir a las tres ya que ahora no depende solo de una prueba. En el embalse de la Loteta van a hacer una prueba de Big Air que también me gustaría ir para hacer saltos muy altos.
¿Es realmente el kitesurf un deporte desconocido?
Pues lo cierto es que cada vez hay más gente que lo practica y cada vez hay muchísimas más mujeres que se enganchan a este deporte. Cada vez hay también más competiciones locales y hay que decir que el ambiente es muy bueno y muy sano, aunque hay de todo, la gente es humilde y hay buen rollo.
