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Álvaro Pradas Salvador se ha convertido en todo un pionero de la gimnasia rítmica masculina en la comarca del Camp de Morvedre desde que comenzara a practicar este deporte «a los cinco o seis años». Ahora, con 19 años, este estudiante de Filología Catalana, vecino de Canet d’En Berenguer, cuenta con uno de los mejores palmares de este deporte tras haberse convertido en numerosas ocasiones en campeón autonómico de esta disciplina y después de cosechar grandes éxitos a niveles nacionales, donde nunca se ha bajado del podio desde que comenzara en esta competición, exceptuando durante dos años en los que, por falta de participantes, no se llevaron a cabo estos Campeonatos de España. Deportista completo, aunque también algo maniático, como se define, él mismo selecciona las canciones con las que compite y monta junto a su entrenadora, Julia Marín, las coreografías que luego interpreta a la perfección.

Cuénteme un poco quién es Álvaro Pradas

Es un chico que con cinco o seis años empezó a hacer gimnasia en las escuelas de Canet antes de pasar al club al que pertenezco actualmente. Todo esto empezó porque yo vi a una niña nueva de mi clase que hacía volteretas y se abría de piernas y pensé que eso no debería ser tan difícil y me abrí de piernas. Una entrenadora me vio y fue a hablar con mi madre para que comenzara a entrenar aunque la gimnasia rítmica masculina estaba empezando. Así que ese mismo año empecé a trabajar con mi entrenadora, Julia Marín, y ahora, trece años después, aún sigo trabajando con ella.

¿Qué es lo que más le atrajo del mundo de la gimnasia rítmica?

Sinceramente no sé qué decir porque fue un momento en el que, de repente, vi a unas chicas que hacían gimnasia en una exhibición, me picó la curiosidad y probé.

¿Cómo surge la posibilidad de empezar a practicar la gimnasia?

He de decir que fue mi madre la que me animó a empezar con este deporte, después de haber visto la exhibición de mi amiga. Un día me comentó que había una extraescolar en el colegio que era de gimnasia y que si me quería apuntar y yo simplemente le dije que sí.

¿Cómo lleva el haber sido el pionero de la gimnasia rítmica masculina en la comarca?

Cuando era más pequeño, realmente yo no me daba cuenta de estas cosas porque solamente pensaba que iba a competir, aunque es verdad que todo el mundo me miraba, yo era feliz compitiendo. Con el paso de los años sí que me he dado cuenta de que antes la gente me miraba porque era el único chico de un club deportivo, en mi caso el Gimnasia Morvedre, pero ahora me miran por mi trabajo

Álvaro Pradas en una de sus competiciones (Foto: FotoSport Eventos)

¿Ha crecido el número de chicos que practican la gimnasia rítmica?

Sí. El cambio más grande lo noté cuando empecé a competir a nivel nacional. Mi primer Campeonato de España fue en el año 2009 y recuerdo que entre todas las categorías éramos diez niños compitiendo y uno de exhibición pero, con el paso de los años, el número ha crecido. Por ejemplo, en el campeonato de este año que fue en junio, éramos unos 50 participantes.

¿Es fácil compaginar la gimnasia con una vida social y personal?

Es fácil pero, a la vez, difícil. Yo soy una persona que lo llevo todo al extremo, si he tenido que quedarme en casa viendo vídeos de gimnasia lo he hecho, siempre que he tenido un momento libre, en vez de ir a dar una vuelta o a tomar un café, igual me he puesto a ver campeonatos de otros años para formarme. Todo es compaginable, yo estoy estudiando Filología Catalana y ahora salgo en alguna fecha indicada pero lo cierto es que prefiero quedarme en casa porque soy muy casero.

¿Dicen que el mundo de la gimnasia es muy exigente?

Lo es. Si quieres llegar a hacer algo importante lo es. También he de decir que es lo exigente que la persona quiera. Yo siempre me he querido exigir más y eso es lo que me ha marcado, hasta hay ocasiones en las que mi entrenadora me ha tenido que decir que no me exija tanto.

¿Les insisten mucho a los gimnastas sobre temas de alimentación?

En mi club no te marcan. Yo personalmente sí que lo hago porque tenemos una edad donde hay que cuidarse, puesto que yo con 19 años ya me considero mayor para este deporte. Cuando estoy de competición sí que es cierto que cuido mucho más mi alimentación aunque soy una persona que, de normal, come bastante sano.

¿Cuántas horas dedica a entrenar?

Soy una persona que, he de decir que entrena poco en comparación con otros gimnastas que están en estos niveles porque conozco a gente que entrena cuatro horas diarias. Yo suelo entrenar dos horas y media aunque también entreno grupos de escuela que me quitan un poco de tiempo en mis entrenamientos. En época de competiciones suelo entrenar las mismas horas aunque, es cierto, que aumenta mi nivel de exigencia.

Álvaro Pradas recogiendo sus medallas de bronce (Foto: FotoSport Eventos)

¿Además de sus entrenamientos, hace otro tipo de deportes?

Antes sí que hacía otras disciplinas como ballet y, por tiempo, ya no he podido continuar. Hago barras para calentar pero es que no tengo tiempo material para más.

¿Quién es el encargado de montar sus coreografías?

Mi entrenadora y yo hacemos una fusión muy buena y yo estoy muy contento. Después de trece años juntos nos conocemos mucho y nos entendemos a la perfección. Normalmente vamos seleccionando la música, yo trabajo por mi cuenta el aspecto corporal y, después de escuchar la música, ya marcamos donde podemos hacer los lanzamientos, los saltos, los equilibrios... y lo vamos enlazando todo. Además yo también tengo muchos conocimientos de danza porque he hecho ballet, contemporáneo y cosas de hip hop y estos movimientos soy yo el que los incluyo en la coreografía. Suelo aguantar los montajes sobre un año más o menos antes de cambiarlos, hay gente que reutiliza los montajes de un año para otro pero yo no lo hago.

¿Con cual de los aparatos se queda?

Gustarme, me gustan todos. Es según el momento. Pero si he de quedarme con alguno quizás sería con el aro porque me da una facilidad y una posibilidad de invención increíble. Mucha gente diría que mi aparato son las mazas pero con la pelota y con la cinta también me apetece hacer cosas diferentes y también me encanta la cuerda.

¿Y cuál es el más complicado para trabajar?

Personalmente, creo que los aparatos más complicados para trabajar con ellos son la cinta y la pelota. Igual necesito más paciencia con ellos pero no es que no me entienda con ellos, también me gusta trabajarlos.

Para llegar a un nivel alto en la gimnasia, ¿es necesario que se empiece a trabajar desde muy pequeño?

Es lo ideal, que se trabaje desde pequeño porque tienes una proyección de futuro mucho más amplia que si empiezas a practicarlo desde más mayor pero es que pienso que la calidad la marca el o la gimnasta, no está en empezar antes o después, sino en la actitud del deportista. Yo, por ejemplo, pensé que en 2015 había llegado a mi tope pero luego te das cuenta de que no, de que sigues avanzando, quizás no tan rápido como antes, pero sigues. Para mí, la preparación psicológica es muy importante también para el gimnasta, tanto como la física.

¿Tiene muchas manías antes de competir?

Soy una persona muy maniática. Una de mis manías es que, obligatoriamente, mientras voy hacia la competición tengo que escuchar las tres canciones con las que voy a participar, además en el orden que las voy a hacer. No puedo pisar un tapiz con el pie izquierdo, tengo que entrar con el derecho, cuando hay tarima y tengo que subir los escalones también lo hago con el pie derecho, tengo que pegarme tres golpes en cada pierna, palmada abierta, y dar tres saltos antes de salir a competir. Además, en ocasiones, llevo pulseras que tienen un significado especial para mí y no suelo saber nada de la competición antes de salir al tapiz, es decir, no sé cómo han competido el resto ni cómo van las puntuaciones, me aíslo de todo el mundo.

¿En el mundo de la competición, se pueden encontrar amigos en el tapiz? 

Una de las competiciones más bonitas que existen, desde mi punto de vista, es el Campeonato de España Masculino de Gimnasia Rítmica. Somos gimnastas que, al ser chicos, nos hemos apoyado mucho los unos a los otros. Compites porque hay una rivalidad tremenda pero hay una relación entre nosotros que es excepcional. Es una competición muy sana y muy bonita, es para vivirla desde dentro. Creo que no pasa lo mismo en la categoría femenina pero en la masculina nos llevamos todos muy bien, sin esta relación que tenemos entre nosotros, la competición no sería igual.

Pradas abrazado por su entrenadora, Julia Marín (Foto: FotoSport Eventos)

¿Cual es su palmares desde que comenzó a competir a nivel nacional?

Me considero un poco el rey del bronce nacional que no está nada mal (ríe). Mi primer Campeonato de España fue en 2009 donde conseguí mi primer bronce, luego ha habido dos años que, por falta de participación, me quedé sin competir, que fueron en 2010 y 2012. El resto de años he logrado también esa tercera posición menos en 2015 que conseguí la medalla de plata. Además en cuanto a aparatos, este año que ha sido la primera vez que han dado medallas, también logré el bronce en los tres aparatos. Este año en mi categoría, que es la senior, competimos un total de veinte gimnastas. En cuanto a nivel autonómico, llevo cuatro años consecutivos siendo campeón de la Comunitat Valenciana.

¿Cuáles fueron sus sensaciones en este último Campeonato de España?

Tengo que decir que, este año, fue un campeonato un poco nefasto, competí mal. Fue una competición muy larga pues empezamos a entrenar sobre las 7 horas y hasta las 13 horas no acabamos, son muchas horas y físicamente estaba muy cansado.

¿Las lesiones son muy habituales en los gimnastas?

En mí sí. Arrastro lesiones desde muy pequeño con lesiones crónicas en la rodillas que son mi punto débil junto a mis pies. Este año llegué al nacional con una rodilla inflamada, un esguince en un dedo y un hueso salido del pie, tenía una sensación rara en la pierna, como que se me había dormido. Además, mi lesión crónica en la rodilla la detectamos en 2008 y mi fisioterapeuta en 2014 pensó que solamente me quedaba un año en activo, algo que me dijo este mismo año...pero no, he continuado mucho tiempo más. Tengo dolores habituales por el tipo de deporte que practico, además de un desgaste en las rodillas similar al de una persona de unos 80 años.

Después de tanto años practicando este deporte, ¿qué es lo que le aporta la gimnasia rítmica?

Disciplina, mucha cabeza, madurez, una familia y obviamente muchas alegrías aunque también algunos palos pero pienso que todo es necesario.

Según las últimas informaciones publicadas en prensa, tengo entendido que también le ha fichado el Club de Sincronizada Morvedre

Esto es complicado. Después de contactar conmigo, de hacer una entrevista y de darlo a conocer en prensa, unos días antes de empezar a trabajar con ellos e intentando contactar con el club, nadie me atendía hasta que, finalmente, me comunicaron que había cambiado la directiva de esta entidad deportiva y que ya no sabían si me iban a llamar para ese trabajo.

Álvaro Pradas preparado para iniciar su ejercicio de mazas (Foto: FotoSport Eventos)

¿Cuáles son sus objetivos de futuro en la gimnasia?

Soy una persona que ha pensado muchas veces en la retirada, cuando quería entrar en un Conservatorio de Danza, cuando empecé la carrera... pero los gimnastas nunca morimos. Es cierto que después del Campeonato de España del año pasado me lo planteé seriamente, fue una competición en la que las jueces no me valoraron como tocaba, pero vino un pequeño gimnasta vasco que se llama Eneko y me dijo que quería que siguiese en activo para que luchara por mí, por él y por todos los gimnastas que vinieran detrás y se me abrazó. Ahí decidí continuar y mira que estaba muy enfadado. Así que, si en 2016 no me retiré, y eso que lo tenía muy claro, ahora creo que seguiré adelante hasta que mi cuerpo y mi mente aguanten, ya no pienso en retiradas. Además mi objetivo es conseguir alguna medalla de oro a nivel nacional, quizás no en la clasificación general, que está muy complicado aunque seguiré luchando por ello, pero quizás sí en algún aparato como en 2016 que quedé primero en cinta y, si hubiesen dado medallas, como este año, me hubiese llevado la de oro y no tendría la espinita clavada. Es lo que me falta.

El mundo de la competición es muy duro, ¿cuenta con muchos apoyos?

La verdad es que sí. Tengo el apoyo de mi familia, de mis amigos, de mi pareja, que no se pierden ninguna competición; además, ellos saben que me motivo mucho en el tapiz cuando ellos están. A la hora de competir me dan mucho apoyo y fuerza psicológica; además tengo que destacar también el apoyo de mi entrenadora así como el de mi patrocinador, Nellyko punteras.