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El presidente del Club de Lucha Ares, Rafael Valero, confiesa que se ven obligados a entrenar en un pasillo de mercancías, por no recibir ningún tipo de subvención desde el año 2012

El Ares denuncia la falta de subvenciones y el trato que recibe por parte del Ayuntamiento

Viernes, 17 Julio 2015 16:55

AresdentroPasillo de mercancías donde entrenan los depostistas del Club Ares

La crisis de los últimos años ha abofeteado a gran parte de los ciudadanos. Es el caso de Ares, Club Deportivo que, tras cinco años de constante lucha y quejas por el descontento hacia el Ayuntamiento de Sagunto, se enfrentan a la que es la situación más crítica del club durante toda su historia y trayectoria. Sin recibir ningún tipo de ayuda en los últimos años, tratan de hacer frente a los gastos que conlleva un club de prestigioso nivel nacional como es el Club de Lucha Ares. Desde la entidad, exigen «respecto y trato igualitario al resto de deportes, así como reconocimiento y apoyo por parte del Ayuntamiento de Sagunto».

Ares es el resultado de la unión de antiguos luchadores, personas interesadas por la lucha como deporte que, en el año 2001, desembocan en la creación del club, nacido con la intención de promocionar y fomentar la práctica de las luchas olímpicas y las disciplinas asociadas. El Club Deportivo Ares cuenta con cualificados entrenadores y luchadores de categoría internacional, lo que contribuye a «un mayor enriquecimiento técnico y aprovechamiento de las clases técnicas por parte de los nuevos deportistas». Los entrenamientos recaen sobre un personal de amplia experiencia docente y deportiva, entre los que destacan el internacional Miguel Muñoz Villalba, y los olímpicos Rafael Valero Ruiz y Andrés Iniesta Pacheco, numerosas veces campeones  y pertenecientes a la selección española, representado a España en trofeos y campeonatos internacionales y europeos. En definitiva, un club de renombre, al que algunos catalogan como «deporte minoritario y pobre», y que cuenta con casi 200 licencias federativas oficiales, 17 deportistas de élite y numerosos trofeos en sus vitrinas, hasta el momento mostraba sus grandes dotes y su calidad, como consecuencia del éxito experimentado.

Pero, tras situarse en la élite de la lucha nacional, quedar primeros en el ranking, y formar parte de la División de Honor, el Club Ares «se queda en la calle», debido a una decisión de los técnicos de la concejalía de deportes, quienes han decidido, según Rafael Valero, «cerrar las instalaciones y los espacios, dejando a más de 100 deportistas en la calle». Sin más explicaciones, ni respuesta a las peticiones del club, muchos campeones de lucha de España, con compromisos internacionales, tienen que «buscarse la vida en pueblos cercanos y gimnasios privados para poder entrenar», como es el caso de Richar Gil y Eugenia Bustabad, recién llegados de los Juegos Olímpicos europeos y, posiblemente, también lo harán en los próximos de Río.

No es la primera vez que el club manifiesta su descontento, pues fue en el año 2012 cuando recibieron una carta por parte del Ayuntamiento, que sería el inicio de su «gran pesadilla». En ella, se les informaba de que, tanto la subvención del año 2010 como la de 2011, contaban con unos conceptos equívocos que debían subsanar. A pesar de hacer las correcciones necesarias, pues «muchas de ellas eran ya correctas» según la normativa de subvenciones, la mayoría «nos los seguían dando como erróneos», asegura Rafael Valero, integrante del club Ares.

Tras recibir la carta, y sin previo aviso, el ayuntamiento reclamó al club la devolución «de casi la totalidad de la subvención normativa que recibían», que por aquel entonces la cifra ascendía a los 19.000 euros. El Club Deportivo Ares debía hacer frente a la cifra de 12.000 euros del año 2010, y una cuantía similar del año siguiente, sin contar los intereses. Debido a la insistencia, las numerosas llamadas y los intentos del club de demostrar que algo estaba fallando, desde el ayuntamiento, optaron por «eliminarnos de las subvenciones nominativas, siendo campeones de la liga nacional en división de honor y campeones de España en varias categorías», explica Valero.

En el año 2012, tras retirarles las subvenciones de años anteriores, y gracias a un «importante expediente a nivel deportivo», así como obras sociales frente a la xenofobia, racismo o educación, el Ayuntamiento les concedió una subvención por un importe de 2.500 euros, cuando «un club del mismo deporte, sin tener apenas actividad, le concedieron un total de 12.000 y pico euros», denuncian desde el Ares. Los dos siguientes años consecutivos, el Club Deportivo de Lucha Ares, presentó de nuevo su proyecto para las subvenciones. «Todavía no entiendo como, presentando el mismo proyecto que años anteriores nos habían tirado para atrás, en 2013 nos concedieron 8.500 euros». A pesar de que esta cantidad todavía no ha sido abonada por parte del Ayuntamiento, pues permanece congelada, desde el club evidencian que «algo no funciona correctamente, y hay cosas que no concuerdan».

Pero, la suerte del Club Deportivo Ares culminó en el año 2014, momento en el que, tras realizar los mismos trámites que años anteriores para la solicitud de subvenciones, desde el Ayuntamiento, optaron por desestimar la solicitud; Valero asegura que, «ni siquiera se pararon a valorar cuanto nos correspondería».

En definitiva, desde la entidad decidieron ponerse en manos de abogados para tratar de solventar la situación «siendo que cumplían la normativa vigente», y que el Ayuntamiento no atendía a razones, ni a acuerdos extrajudiciales; además de «no existir un motivo legal y sólido que explicase todo lo sucedido». En enero de este mismo año, se celebró el primer juicio del expediente del año 2011; fue entonces cuando el juez dio la razón al Club Deportivo Ares, pero, a pesar de ello, la entidad afirma «continuar estando fuera de subvenciones».

Tras enviar peticiones y concertar citas con el nuevo equipo de gobierno de Sagunto, de las que manifiestan «no haber obtenido respuesta», depositaban sus últimas esperanzas en el siguiente juicio del pasado miércoles. Para la sorpresa del presidente del club, finalmente el juicio no pudo celebrarse «por falta de un documento original que lo impedía», lo que «empeora considerablemente la situación del Ares, ya que no sabemos cuantos años más se alargará esto».

El Club Deportivo Ares se encuentra ante una situación que califica como «muy delicada» puesto que, desde el año 2012, carece de algún tipo de ayuda. «Estamos sin un duro, cero, y con la cuenta del club embargada». Lo mismo sucede con los patrocinadores, por ahora ausentes. «El señor José Luis Martí, concejal de entonces, se encargó de que Lafarge, nuestro patrocinador privado, también nos retirará la subvención», manifiesta el club.

Rafael Valero, integrante del Club Deportivo Ares, junto con los socios, directivos y deportistas que pueden aportar ayudas económicas, trata de mantener el club del que está al frente, y que fundó hace 14 años, a través de créditos personales y aportando cantidades de su nómina como funcionario. Desde el club, agradecen el apoyo de otros clubes que, al ver su situación, han querido solidarizarse y colaborar con el Ares, «nos han invitado y ayudado en muchas ocasiones para que tuviéramos menos gasto». A pesar de la situación que atraviesa el club, su presidente asegura que no ha habido un descenso considerable en cuanto a número de deportistas, aunque sí es cierto que, muchos de los nuevos deportistas que quieren inscribirse en el club, no llegan a hacerlo, pues «se asustan» cuando ven las condiciones en las que entrenan. «Aunque la calidad se mantiene, parecemos sardinas», confiesa el integrante del club.

El Club Deportivo Ares, entidad no lucrativa, toma como objetivo principal la ayuda de los chicos y chicas que forman el club, muchos de ellos sin ingresos económicos o pertenecientes a familias desestructuradas. Por ello, el club se hace cargo de todas las equipaciones, desplazamientos y gastos de competiciones, pues Valero argumenta que «muchos de los deportistas no pueden hacer frente a la mensualidad de 10 euros, tarifa que el club tenía estipulada como donativo». Además, en casos más delicados, Rafael confiesa que «mientras otros equipos no los quieren por venir de Servicios Sociales», el Club Ares «ha comprado, incluso, bocadillos para que los chicos pudiesen cenar».

A pesar de no ser un club profesional, y no disponer de dinero suficiente para hacer frente a todo, la entidad asegura que es «lo mínimo que puede hacer» por unos deportistas que representan al municipio de Sagunto y a la Comunidad de Valencia, «sin recibir nada a cambio». Rafael Valero, por su parte, confiesa estar muy orgulloso del equipo al que pertenece y asegura que, el verdadero logro del club es poder conseguir que los jóvenes se involucren, pero «el ayuntamiento esta destrozando nuestro trabajo social con su cabezonería».

Debido a las sanciones, y los problemas económicos que se les presentan, el club confiesa no poder hacer frente al próximo campeonato mundial; «es imposible con los pocos ingresos que tenemos». Además, aseguran que, hasta el momento, así han ido funcionando, aunque desconocen por cuanto tiempo. «A partir de septiembre, que empiezan las temporadas, no sabemos qué vamos a hacer, ni qué va a pasar».

En los últimos meses, los deportistas se han visto obligados a entrenar en el pasillo de mercancías de la Piscina de Almudafer; pero, tras el cierre de esta sala en la época estival, la entidad confiesa «verse obligada a pedir favores y alquilar salas en Valencia y Puzol». Además, el club denuncia las condiciones en las que deben desarrollar su actividad, pues «un deporte de este nivel no puede hacerse en un cuchitril».

Un millar de firmas recogidas, quejas, peticiones e incluso protestas por parte de un nutrido grupo de luchadores que, con los trofeos ganados en mano, se han presentado en numerosas ocasiones en el Ayuntamiento, ante el exconcejal de deportes José Luis Martí, como seña de protesta por todo lo sucedido. A pesar de sus esfuerzos e insistencia, aseguran que «el caso ha sido omiso, porque el gobierno está cegado con otros deportes como el balonmano».

Frente a ello, el club denuncia que, mientras otros clubes de la localidad son financiados con dinero público «y se les habilitan pabellones deportivos»,  el Ares sufre limitaciones de espacio, subvenciones y materiales, teniendo que financiarse con fondos privados, de los propios deportistas y técnicos que ponen «dinero de su bolsillo» para poder seguir adelante, y a pesar «de haber sido abandonados en un pasillo de mercancías y de ningunear nuestro proyecto», confiesa Valero.

Sin embargo, desde la entidad aseguran estar dispuestos a «cerrar heridas» y ser optimistas con el futuro, «un futuro muy incierto pero prometedor», tanto a nivel deportivo como humano; ofreciendo todo, sin nada a cambio, por conseguir que el club continué «representando al municipio de Sagunto por todo el mundo, como hemos hecho siempre y hasta día de hoy», declara Rafael Valero. Pero, si las cosas continúan sin mejora y sus esfuerzos «titánicos» no se ven recompensados próximamente, al Club de Lucha Ares, que no piensa en rendirse, le augura un futuro posiblemente «apartado del Ayuntamiento de Sagunto».

 


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Modificado por última vez en Viernes, 31 Julio 2015 22:56

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