Asunción Edo Vicent, nueva presidenta de la Unión Musical Porteña

El pasado lunes, 6 de junio, se celebró la asamblea anual de la Unión Musical Porteña, donde también se procedió a nombrar una nueva junta directiva. Solo se presentó una candidatura que resultó electa por aclamación. El nuevo órgano de gobierno de la UMP estará presidido por una veterana de la sociedad, Asunción Edo Vicent, que es socia fundadora de la entidad, confeccionó su estandarte y fue la abanderada durante años, así como la tercera presidenta de la Unión. La junta directiva que ella presidía dio paso en 2006 a Lorenzo Peláez Ruiz, quien, desde entonces, ha sido el máximo representante de la entidad hasta que ahora se ha producido el relevo. Asunción Edo Vicen asume el cargo con muchas ganas y se muestra muy satisfecha por el trabajo y los avances producidos en los 16 años de vida de la Unión. Considera que la escuela de educandos ha sido el proyecto más mimado, si bien se muestra partidaria de impulsar la banda de música y mantener actualizado el proyecto del Conservatorio de grado medio, para cuando llegue el momento. Lo que más preocupa ahora a la nueva directiva es comenzar de manera presencial el curso 2020-2021 de la escuela de educandos, para lo que ya se está preparando el centro con las medidas higiénico sanitarias necesarias.

La nueva junta directiva de la Unión Musical Porteña es claramente de corte continuista, ¿verdad?

Efectivamente, de hecho, soy una de las socias fundadoras de la sociedad y he formado parte de todos sus órganos de gobierno, por lo que más continuista es difícil que sea. Fui la primera abanderada y la tercera presidenta, después de José Lloriz Aguilera, que fue el primero, y Miguel Almor Marzal que le sustituyó. Posteriormente facilitamos que Lorenzo Peláez Ruiz, accediera al cargo, siendo así el cuarto presidente.

Vuelve a la presidencia por segunda vez, ¿Cómo afronta esta nueva etapa?

Con muchas ganas, la verdad. Como le dije a Lorenzo Peláez, ‘te vas porque te encuentras muy mayor y estás muy cansado, pues yo, que estoy desde el principio, mientras me queden fuerzas estaré, de una forma u otra, vinculada a mi sociedad musical y a mi banda, porque yo sí que tengo sentimiento y alma de que esta es la banda de mi pueblo’. Esa es la pura realidad y lo que me anima a seguir empujando el carro.

En los 16 años de vida de la UMP se han producido muchos cambios, ¿no?

Sí, claro que sí. A lo largo de estos 16 años, desde 2004 hasta ahora, la sociedad ha cambiado mucho. Sobre todo, porque ha cambiado la vida y la Unión se ha tenido que ir adaptando a los nuevos tiempos. No ha quedado otra opción. Por ejemplo, hemos pasado de la época en la que el profesorado de la escuela de educandos daba las clases utilizando pizarras con pentagramas pintados y tiza, a emplear las modernas pizarras digitales. Creo que este ejemplo es bastante descriptivo del salto que hemos dado.

La escuela, desde que empezó su andadura en octubre de 2004, también ha crecido mucho…

En aquel octubre de 2004 empezamos en el Colegio de Begoña con más ilusión que medios. En aquellos inicios teníamos poquitos alumnos. La verdad es que Manuel Chus hizo una labor encomiable para la puesta en marcha de la escuela. De entonces al momento actual, donde el centro es un referente más allá de nuestro ámbito comarcal y cuenta con un gran número de educandos, el salto ha sido muy importante. Creo que en este aspecto se ha trabajado mucho y el profesorado ha sabido estar a la altura de las circunstancias, dando muestras de una gran profesionalidad y un trabajo impecable.

Podría decirse que la Unión, donde más avance ha experimentado ha sido en su escuela de música, ¿no?

Efectivamente, porque este pueblo, lo que es cultura musical de banda, de lo que es la banda de mi pueblo, no está tan arraigado como en otros sitios, aunque nosotros seguimos fomentando la banda mayor, la juvenil y la infantil, para poder tener cantera y, al mismo tiempo, ir creando esa tradición que necesita un pueblo como el nuestro. Es verdad que se ha empujado mucho la escuela, pero la banda ha seguido trabajando. Cuando empezó la sociedad, la banda se compuso con los aficionados que quisieron unirse a ella y de unos años a esta parte ya se han ido incorporando alumnos que han elevado la calidad musical, aunque es mejorable, como todo en la vida.

¿Los alumnos, cuando dan el salto al conservatorio, siguen vinculados a la sociedad o ahí se rompe el cordón umbilical?

De todo hay. Cuando los alumnos llegan a cuarto de preparatorio y se marchan al conservatorio para seguir estudios, algunos se desvinculan de la banda de música de la Unión y otros, en cambio, sí continúan. Esto sucede porque en el conservatorio también hay banda y sección de canto. Creo que este es uno de los aspectos en los que hemos de trabajar más para que esos jóvenes, que se han formado con nosotros, sigan integrados en la Unión, aunque cursen sus estudios en otros estamentos de más rango académico. Ahora que estoy hablando del salto que se da de la escuela de la Unión al conservatorio, lo que sí que me gustaría resaltar es que en los últimos siete años tenemos un cien por cien de aprobados en el conservatorio. Entre otras razones, porque al niño se le prepara a conciencia para que vaya con los deberes hechos y pueda superar las pruebas de acceso sin ninguna dificultad, como efectivamente viene ocurriendo.

¿De qué manera ha terminado afectando la pandemia del coronavirus a la marcha de la Unión?

A nivel de banda, de forma online han seguido practicando, aunque está claro que es mucho mejor hacer los ensayos presenciales. Esto está bastante claro. A nivel de la Unión, el COVID-19 sí que nos ha afectado de lleno, como a todas las actividades, porque hemos dejado de hacer espectáculos y las clases se han podido seguir impartiendo de forma telemática.

¿Y qué perspectivas hay para el nuevo curso 2020-2021?

La verdad es que es una incertidumbre total. De hecho, me consta que el año pasado, en el mes de junio, cuando se terminaron las clases, ya se habían realizado un buen número de prematriculas. Este año, con todo este problema del COVID-19, todo se está retrasando mucho, aunque, afortunadamente, los padres están realizando esas prematriculas a través de la página web de la Unión. Notamos que existe gran incertidumbre por parte de los padres, por si en septiembre empiezan las clases o, por causa de algún rebrote del virus, no podemos empezar el curso. Así que en esa situación es en la que nos encontramos ahora mismo.

Pero la junta directiva sí que quiere iniciar el curso de forma presencial, ¿no?

Totalmente. Queremos retomar las clases presenciales porque pensamos que es mejor para el alumno. Si hay mucha demanda de clases online, tendríamos que hacerlo como en la última etapa de este curso, durante el periodo de confinamiento. Aunque en dicho periodo, en el que hemos realizado las clases de manera telemática, la Unión ha sufrido una serie de mermas, porque el profesorado ha cobrado lo mismo que si se impartiera la enseñanza de manera presencial, pero al alumnado se le ha reducido la cuota un cincuenta por ciento. Eso se ha podido hacer durante el tiempo de confinamiento, como una medida extraordinaria, pero de continuo no se podrá acometer porque económicamente no es sostenible de ninguna manera.

Para las clases presenciales tendrán que dotar al centro de una serie de medidas higiénico-sanitarias, ¿no?

Por supuesto. Ya estamos trabajando en ello. Harán falta pantallas protectoras, limpieza de las aulas cada vez que entran y salen los alumnos. Hay que tomar medidas muy estrictas para garantizar la seguridad, porque, por ejemplo, en las clases de instrumentos de viento la desinfección tiene que ser exhaustiva. Cada niño acude provisto de su instrumento y de su boquilla, pero habrá que desinfectar el habitáculo donde ese alumno ha dado la clase. En todas las actividades de la escuela deberemos tener un cuidado muy extremo, tanto para preservar la salud de los alumnos como de los profesores. Estamos valorando la posibilidad de adquirir algunas máquinas indicadas para la desinfección de las aulas. En este aspecto, desde el Ayuntamiento de Sagunto también se nos ha trasladado que, probablemente, se prepare un protocolo para los colegios, que, lógicamente, se aplicaría en la escuela de la Unión.

Uno de los grandes proyectos de la Unión era el de promover el conservatorio de grado medio, sin embargo, es un asunto en el que no se han producido muchos avances.

No, más bien ninguno. Ese es un proyecto que está, digamos, en stand-by. Que a nadie le quepa ninguna duda de que le llegará su momento de ponerse en marcha. No tenemos prisa, sabemos que más pronto o más tarde lo haremos. Ahora los vientos no soplan a favor, pero soplarán. Nada es para siempre.

¿Dónde está el problema o la dificultad?

En 2015, después de ganar las elecciones Francisco Fernández, en el Ayuntamiento de Sagunto, para nosotros, se quedó todo parado. Falta, por parte del consistorio, el seguir adecuando el edificio para el conservatorio, en parte del sótano y parte del primer piso. El proyecto para el conservatorio y todo lo que le acompaña, que eso lo hizo el Ayuntamiento de Sagunto antes de que llegara Francisco Fernández a la Alcaldía, lo tenemos todo guardado y preparado para cuando llegue el momento, que llegará. En conselleria de Educación también se dieron todos los pasos, pero, como he dicho, estamos en stand-by.

¿El que desde la institución municipal no se den facilidades para poner en marcha el conservatorio de la Unión a qué lo asocia, cual es la causa?

Creo que al haber en este municipio un conservatorio, hay preocupación porque el nuestro le pueda restar alumnos. El conservatorio de Sagunto es municipal, que bajo mi punto de vista no debería de ser municipal, debería de pertenecer a la Conselleria de Educación. Nosotros no pretendemos robarle ni quitarle nada al conservatorio municipal, que pagamos entre todos los vecinos de este municipio, porque nosotros lo que pretendemos es hacer un conservatorio privado, que no le costaría un céntimo a los ciudadanos de este pueblo, exactamente igual como tenemos una escuela de música preparatoria privada. Que el alumno elija dónde quiere ir, de la misma manera que hay colegios públicos, concertados y privados.

Estamos, por tanto, ante una falta de voluntad política, ¿no?

Así lo entiendo. Hace falta un poco de voluntad política y, sobre todo, de entendimiento entre las personas, que no cuesta nada. Lo digo porque, para poder poner en marcha el conservatorio en la Unión harían falta una serie de obras, pero no muchas, por lo que su coste tampoco sería ninguna cantidad inasumible. Estamos hablando de poco dinero. Por lo que me parece a mí que más que por una cuestión de dinero, es por una falta de voluntad política. A mí, abiertamente, no me lo han dicho nunca a la cara, pero lo que se palpa es que nos ven como la competencia del conservatorio municipal que está en Sagunto. Esa es mi opinión, aunque en ningún caso es la intención que nosotros hemos tenido. Es algo tan simple como darle la opción al pueblo de que elija.

Puesto que la escuela de educandos es el buque insignia de la sociedad y está funcionando muy bien, ¿la nueva directiva piensa reforzar la banda de música?

A mí me gustaría que la banda tuviese más presencia a nivel de pueblo, que es algo en lo que, personalmente, he venido insistiendo en la junta anterior. A mí me hubiera gustado que la banda nuestra ya hubiese participado en algún certamen, porque, desde mi punto de vista, a los músicos que integran la banda les sube la autoestima cuando van a un certamen y ganan un premio, por pequeño que sea, por poca categoría que tenga el certamen. Participar en estos concursos es algo que motiva a los músicos y, en mi opinión, esta línea de trabajo le daría a la banda el alma que le falta. Creo que por ahí es por donde debemos de avanzar. A los músicos hay que ilusionarlos con un proyecto integrador y con nuevos retos. Entiendo que después de 16 años va siendo hora de que empecemos a dar pasos en esa línea. Cuanto más ilusionado esté el músico, más alma tendrá la banda y, desde luego, funcionará mucho mejor. Además, el socio también valora que nuestra banda de música vaya subiendo el nivel de calidad y de vez en cuando gane premios, que a nadie le amarga un dulce. Ahí tenemos a nuestra banda juvenil que sí ha participado en certámenes, algunos internacionales, y sí que han ganado premios. Huelga decir que estos chiquillos están como locos por pasar a la banda grande y seguir participando en esas competiciones. Ese es el camino.