Las artistas gemelas Mónica y Gema del Rey, que componen Art al Quadrat, homenajean a ‘las rapadas’, las mujeres represaliadas por el franquismo por sus ideas o por sus actitudes liberales. El horario de visita a la exposición, que se inaugurará este jueves, 8 de noviembre, a las 19 horas, será de lunes a sábado de 9 a 21 horas con entrada gratuita.
Las artistas de Art al Quadrat aúnan las diferentes líneas de trabajo que las caracterizan como la reflexión sobre la intimidad en la que la idea de doble está muy presente, el análisis de las imágenes como portadoras de ideología y la búsqueda de la justicia social. Ellas no persiguen detenerse en un hecho histórico pasado y recrear el dolor, sino sanarlo desde el presente, generando una corriente colectiva de energía que rescate el valor de ‘las rapadas’, para que ellas nos sirvan de ejemplo en la lucha contra la violencia que las mujeres sufren todavía hoy en todo el mundo.
Organizado por la delegación de Igualdad en colaboración con la delegación de Cultura, el Ayuntamiento de Sagunto cuenta con Art al Quadrat para la programación de actos del 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género.
El proyecto homenajea a ‘las rapadas’, mujeres que fueron represaliadas por el franquismo por sus ideas políticas o por sus actitudes liberales. El despojamiento del cabello era solo una de las muchas vejaciones sufridas. Una vez detenidas, las obligaban a beber aceite de ricino para provocarles diarreas y pasearlas por las calles, mientras el pueblo las insultaba y apedreaba. Se utilizaba a los propios vecinos para maltratarlas, creando un ritual de humillación colectiva, al estilo inquisitorial, que prevenía las futuras rebeliones.
Las hermanas se raparon el pelo una a la otra, y realizaron el paseíllo al que se sometía a las rapadas, adoptando una posición casi de médiums, encarnando en sus cuerpos la memoria y la dignidad de aquellas mujeres. Además, para la exposición realizada en el Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM) las artistas solicitaron a la población, donar mechones de pelo, que simbólicamente recomponían la melena colectiva destruida y proponían una restitución curativa. Con todas estas donaciones se ha concebido una de las piezas más impactantes de la muestra: la kilométrica columna de pelo que colgó desde la balconada del piso alto del museo y recibía al visitante en la entrada.
