Cultura

La idea surge por varias razones. La primera de ellas, porque desde la Asociación de Memoria Histórica El Molí de Quart de les Valls dijimos que sería interesante poder recuperar la memoria histórica. Entonce, Estel Bosó y José Sevillà, quienes habían escrito varios escritos recuperando la memoria histórica, me enviaron el último que tenían sobre refugiados y refugios en Quart de les Valls para ver qué me parecía. Una vez tuve el texto vi que podía servir para hacer un documental y, aprovechando la coyuntura de que estaba trabajando con Christian Feijóo y Mariola Ponce en la Escuela de Cine de Sagunto y con el grupo de teatro Pezenelagua, les expuse la idea de hacer un documental sobre este tema pero no solo centrados en Quart de les Valls porque, aunque el objetivo era contar la historia sucedida en este municipio, quería ir mas allá.

Lo que es cierto es que el tema de los refugiados es algo que ha vuelto a la actualidad

A mí me impactó mucho la imagen del pequeño Aylan muerto en la playa. Me impactó mucho ver como esa fotografía mostraba la imagen de una persona inmigrante que lo que hacía era venir a refugiarse. Esto me hizo a mi pensar en los refugiados que tuvimos nosotros durante la Guerra Civil quienes también tuvieron que trasladarse a otros países de Sudamérica y Europa. Entonces, vista esta parte de nuestra historia y que, ahora, en pleno siglo XXI, sigue habiendo refugiados, m e hizo pensar que, desde el punto de vista localista, desde la experiencia en Quart de les Valls, podríamos extrapolar a otros temas, entrelazarlos. Automáticamente se lo dije a José Sevillà a quien le pareció muy buena idea unir todo esto en el documental y, entonces, junto a Christian Feijóo elaboramos un guión partiendo desde la visión de los refugiados en Quart de les Valls, cuando volvieron en el año 1981 aquellos que tuvieron que irse durante la Guerra Civil y finalizando con los refugiados de la actualidad.

¿Y cómo se pueden enlazar estos tres temas?

Para enlazarlos vi que era necesario que hubiese un personaje que narrase la historia y ese personaje fue el del abuelo, precisamente de José Sevillà, que ya ha fallecido, pero que fue una de esas personas que volvió a España en el año 1981 y vivió todo. Además, eso lo enlazamos con la labor que realiza Amnistía Internacional ya que después de que el abuelo le cuente toda la historia a su nieto, éste decide hacer algo por los refugiados actuales y se va en su ayuda con esta importante entidad. Es un documental que aunque habla de estas tres temáticas, se centra mucho en lo que pasó en España, y en Quart de les Valls, durante la Guerra Civil. Cabe recordar que España fue uno de los primeros países que aprobó una ley durante la República para atender a los refugiados, algo que debería ser un ejemplo para evitar lo que está sucediendo ahora en la Unión Europea que parece que no se ponen muy de acuerdo con el reparto de los refugiados y cientos de miles de personas están muriendo en el Mar Mediterráneo que está siendo su tumba.

Las historias de unos y otros pueden ser parecidas y traen muchos recuerdos

Nosotros hemos querido partir desde el año 1981 cuando el abuelo regresa y empieza a contarle a su nieto, que es pequeño, todas las vivencias; años después será el personaje del nieto el que, tras conocer la experiencia de su abuelo, el que se marcha a ayudar para que los refugiados tengan lo más importante que necesita como es la dignidad como ser humano.

¿El documental se centra en la Guerra Civil?

El 80% del documental versa sobre la Guerra Civil. Se da a conocer la situación de los refugiados basándonos en los textos de José Sevillà y Estel Bosó. Vimos que era necesario grabar los testimonios de cinco personas que fueron protagonistas de esta época, aunque desgraciadamente dos de ellas ya han fallecido desde la grabación hasta la postproducción del documental, y no han podido verse. Una pena porque de los cinco grandes protagonistas, cuatro de ellos fueron refugiados y la otra persona formaba parte de una familia que acogió a los refugiados a su llegada.

Seguro que tras hablar con estas personas le habrán contado cosas curiosas

Lo cierto es que nos cuentan cosas curiosísimas. Por ejemplo, la convivencia de los dos bandos hacía que se vivieran cosas anecdóticas como reconocer el ruido de los aviones porque, cuando pensaban que el avión era de su bando, no se iban de sus casas, como si cuando cayesen las bombas éstas pudiesen decidir a quién matar y a quien no.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de lo que le han contado estos testimonios?

Por un lado, la dignidad con la que hablaban las personas de la gente que llegaba refugiada; en ningún momento, ninguno de ellos dijo ‘nos molestaban’ o ‘eran gente que no conocíamos’, al revés, mostraban mucha solidaridad. Y, por otro lado, la dignidad que querían darle, en todo momento al status de refugiado puesto que las personas, una vez que llegaban al pueblo, se convertían en parte del pueblo, miembros del pueblo. Además, vieron que la Guerra Civil, que yo considero que fue un auténtico golpe de estado, realmente acabó con la libertad y esa gente lo tenía muy claro, que la guerra había acabado con su propia libertad y el hecho de venir esos refugiados les daba la sensación de que, al menos, tenían la libertad de poder acogerlos. Es más, los entrevistados nunca se han arrepentido de hacer lo que hicieron.

¿Hay muchos refugios en Quart de les Valls?

No solo en este municipio, toda la zona de Les Valls es como un queso gruyer. Por debajo hay kilómetros y kilómetros de rutas de refugios pero son completamente diferentes a los refugios que yo había visto anteriormente. Los que hay aquí son refugios de arena, realmente no servían para nada porque si hubiese caído realmente alguna bomba, los hubiese enterrado. Es más, una mujer refugiada nos comentaba en su entrevista que su padre no quería que la familia fuera a los refugios, es más, prefería que estuvieran debajo de una garrofera que imagina lo que puede proteger esto. Eran refugios sin ventilación, que estaban a casi diez o doce metros de profundidad; por ejemplo, hay un refugio al que no hemos podido entrar pero que sabemos que existe que va desde la plaza de Quart de les Valls hasta la iglesia de Benavites. Es por este motivo por el cual en este documental hemos querido mostrar cómo eran los refugios, cómo vivía la gente y cómo sentían el miedo a pesar de que no estaban siendo bombardeados porque estos se producían en Sagunto y en el Puerto, concretamente en la Factoría.

¿Y cómo se vivía en esa época?

A pesar del miedo que tenían, cuando la gente refugiaba llegaba, concretamente en dos oleadas, una desde Madrid y Teruel y otra cuando ya solo quedaba el Levante como zona republicana y venían de La Vall d’Uxó, Almenara e, incluso de Puerto de Sagunto, las personas de Les Valls los reciben con los brazos abiertos y reparten todo lo que tienen. Muestran un acto de responsabilidad y de dignidad a la gente que venía huyendo de la guerra y que llegaban, muchas veces, sin saber lo que había pasado a la gente que habían dejado.

En este documental también hay una parte que ha sido dramatizada y realizada por actores, ¿cuánta gente ha participado en este proyecto?

Entre equipo técnico y actores, unas 80 personas que forman parte de los grupos de teatro de Benifairó de les Valls, Faura, Quart de les Valls y Pezenelagua. Desde los niños de minicine de la Escuela de Cine de Sagunto hasta los adultos; además también hemos contado con la participación de voluntarios de Quart de les Valls y también de la Asociación de Memoria Histórica El Molí de este municipio. Todo el equipo técnico es de la Escuela de Cine, algunos de ellos, incluso, ha recibido algún premio. Yo he sido el director pero todo el mundo se ha volcado en este proyecto, he tenido mucha ayuda por parte de todos. Todo ello ha contribuido a que un neófito como yo, que ha sido la primera vez que me he puesto detrás de las cámaras a este nivel, pueda llevar este documental adelante.

Ha actuado encima de un escenario, delante de las cámaras pero, ¿como es estar detrás de ellas?

Me ha dado el gusanillo de que me gustaría estar mucho más detrás de las cámaras, dirigiendo a los actores. Ahora empiezan a surgir ideas de redactar guiones y empezar a grabar, lo único que te falta el tiempo, el dinero para poder hacerlo y la experiencia. Pero se vive de una manera diferente, un proceso distinto que me ha gustado mucho hacerlo. Pero he de repetir que esto no hubiese sido posible si no hubiese tenido conmigo a un gran equipo de personas, un gran texto como el de José Sevillà y Estel Bosó, a un gran guión donde me ayudó mucho Christian Feijóo, uno gran equipo técnico y unos grandes actores con los que he podido contar.

¿Cuánto tiempo ha costado llevar a cabo este proyecto?

En noviembre del año pasado empezamos con las ideas del documental y empezamos a grabar más o menos en diciembre algunas cosas aunque gran parte de la grabación se hizo durante el mes de abril de este año 2018. En mayo, junio hicimos la postproducción con lo que todo el proyecto hemos podido hacerlo entre ocho y nueve meses de trabajo.

¿Ha tenido mucho apoyo para poder llevar adelante este proyecto?

He contado con la colaboración de la Mancomunitat de Les Valls, los ayuntamientos de Sagunto y Quart de les Valls, Aministía Internacional, la Concejalía de Juventud del consistorio saguntino ya que hemos recibido el premio .Doc en la categoría ‘Laboratorio’ del festival que se hace en Sagunto; también contamos con el apoyo de la Diputación de València que se va a encargar de la distribución del documental y de la realización de los subtítulos en diversos idiomas y de la Generalitat Valenciana que nos ha otorgado una subvención para poder llevar este documental adelante y que también lo distribuirá a través de CulturArts para que puedan enviarse a los distintos ayuntamientos para su futura proyección. Lo cierto es que es un proyecto que nació de un germen muy pequeñito y que se ha convertido en algo muy grande.

¿Dónde se ha podido ver este documental?

Se hizo un preestreno en Quart de les Valls cuando se presentó el libro sobre el que se basa de José Sevillà y Estel Bosó. Y ahora, este sábado, 29 de septiembre, se proyectará en las III Jornadas por la Memoria Histórica que se van a realizar en Benlloch. Pero el estreno oficial se hará en Sagunto ya que cada vez que lo proyectamos vemos cosas a mejorar; por ejemplo, del documental que vio la gente en Quart de les Valls al que proyectamos ahora, hemos eliminado dos minutos y se han corregido en postproducción los fallos que detectamos.

El documental va a tener mucho recorrido

Lo cierto es que sí porque ahora, cuando ya tengamos el máster definitivo del documental, nuestra intención es presentarlo a diversos festivales ya que la organización de algunos de ellos ya se han puesto en contacto con nosotros interesados en que podamos presentarlos.

Cuando surgió ese germen del que nos ha hablado, ¿se imaginaba que se iba a convertir en el proyecto que lleva entre manos?

No. En el momento en el que empecé que ver que las administraciones y entidades importantes como Amnistía Internacional empezaron a apoyar este proyecto, lo cierto es que me dio un telele porque es una responsabilidad el llevar adelante un documental como este de 23 minutos de duración y con tanta gente implicada. El objetivo de este documental es que lo viera el mayor número de gente posible, es un documental educativo, y mi objetivo era que lo tuvieran los colegios y de eso se va a encargar la Diputación de València como me informó la diputada de Memoria Histórica, Rosa Pérez.

¿Tiene algún proyecto de futuro sobre esta temática?

Ahora, desde Pezenelagua, basándose en textos míos, están preparando una obra de teatro que se representará en octubre sobre diversos momentos de esa época, concretamente sobre las elecciones en las que gana el Frente Popular, luego en el momento que se llevan presos a quienes no estaban de acuerdo y que, finalmente, son asesinados y metidos, por desgracia en fosas. Esta obra se llamará La sonrisa de Eulalia que está dramatizando Mariola Ponce con tres personajes. Son tres textos que escribí a partir de trabajar en este documental como una especie de continuación del mismo y, si todo sale como tiene que salir, quizás pueda hacerse otro documental.