Inma GarceráAunque es muy joven, Inma Garcerá, vecina de Puerto de Sagunto ya puede presumir de contar en su currículum con un prestigioso reconocimiento. La misma ha sido recientemente nombrada como una de las finalistas para alzarse con el Premio a Joven Empresario de Valencia 2017.
Esta especialista en estética, peluquería y salud ha fundado una empresa de referencia en el sector de la belleza española, un trabajo que la ha situado como finalista del premio Joven Empresario Valencia 2017, en la categoría de empresa innovadora.
Garcerá comenzó su andadura profesional en la empresa familiar, pero sus ganas de aprender y formarse contínuamente la hicieron seguir creciendo y viajar hasta Los Ángeles (USA), donde pudo conocer las últimas técnicas y tendencias en el ámbito de salud y belleza. Tras formarme en importantes centros californianos, regresó a Valencia, donde, en 2015, decidió poner en marcha la empresa, como la primera marca del sector de la belleza y la salud dedicada por completo y en exclusiva al tratamiento integral de las cejas.
Animada por su familia, amigos y, sobre todo, por su equipo, Garcerá decide presentarse a este certamen de empresarios innovadores. Al respecto, recuerda que «presentarse a este concurso requería de muchos requisitos y, en esos momentos, fue fundamental saber que tenía detrás gente que creía en mí y en las posibilidades que tenía mi empresa de ser una buena candidata para este premio».
La profesional ha definido su empresa como «una empresa innovadora en estilismo de cejas para hombres y mujeres que nace para dar respuesta a las necesidades específicas del cuidado de las cejas. Además, no sólo ofrece una mejora estética, sino que aporta soluciones que mejoran el bienestar y calidad de vida de personas que sufren alopecia o se enfrentan a tratamientos médicos que provocan la pérdida del pelo, como la quimioterapia».
Auge de la compañía
La rápida consolidación y el crecimiento de la empresa, son, a juicio de su fundadora, las características que ha situado a esta empresa en lo más alto, conceptos a los que han acompañado, además, el incremento de la plantilla y la creciente demanda por parte de sus clientas y clientes, «reflejo, asegura, del gran potencial de crecimiento de la compañía, algo que, creo, han tenido muy en cuenta los jueces.
Esta es la primera marca del sector de la belleza y la salud dedicada por completo y en exclusiva al tratamiento integral de las cejas, algo que, junto sus características, asegura Inma Garcerá, «la hace diferenciarse del resto de empresas».
La empresa fundada por esta porteña, además, también cuenta con centros de formación para profesionales del sector de la belleza mediante masterclass sobre estilismo de cejas y sus variantes. Según explica la misma fuente «la oferta de estas formaciones ha recibido una gran acogida entre los profesionales del sector y pretende cubrir la carencia de formación específica, mejorando la profesionalización y por tanto su reconocimiento y contribuyendo a crear un empleo sostenible y de calidad».
Además de todo esto, su empresa también distribuye una línea cosmética especializada para el maquillaje y cuidado específico de las cejas accesible al cliente y a profesionales. Un trabajo cuyo reconocimiento la llena, como ella misma ha manifestado a El Económico de «mucha alegría y orgullo. Desde que me llamaron para informarme de que era finalista me sentí una ganadora. Es un gran reconocimiento a todo el trabajo y la ilusión que hay detrás del proyecto, para mí y para todas y todos los que formamos parte del equipo. Haber llegado a la final, entre tantas empresas prometedoras, ¡es todo un logro!, y es además una señal de que vamos por el buen camino» afirma.
Aunque la porteña finalmente no puedo alzarse con el título de empresaria 2017 de Valencia, el año que viene ella y su equipo estudiarán la posibilidad de presentarse de nuevo al certamen. «Asumes un riesgo y te lanzas a la piscina y recibir un reconocimiento así, ser finalista en un premio como éste, es una prueba de que estás haciendo las cosas bien y que todo lo que hemos invertido está dando sus frutos», explica.
Un premio que demuestra que la juventud no es sinónimo de inexperiencia ni falta de profesionalidad, un buen hacer que debe, en gran medida, a su madre, y un reconocimiento que conoció junto a abuela, en Albacete, donde paró por casualidad cuando regresaba de Madrid, algo que aún lo hizo más especial si cabe.
