Cultura

Hipoteca, alquiler u ocupación? He ahí la cuestión. La crisis está dando lugar en los últimos años a un nuevo estilo de vida que se suma a los ya mundialmente conocidos. Enfrascarse en una hipoteca de por vida u optar por un alquiler que hace que inviertas tu dinero en algo que nunca será tuyo, tienen ahora una competitiva alternativa: La ocupación.

Algo que cada vez está más presente en la comarca. Los lugares abandonados son el objetivo de aquellos que buscan un techo donde vivir y no pueden optar por comprar o alquilar. Además, ahora, y cada vez más, lugares que forman parte del patrimonio de la ciudad pero que están abandonados, están siendo ocupados.

Quién le iba a decir a Antonio Aznar, uno de los primeros administrativos de la Compañía Minera de Sierra Menera que la que fue su casa desde 1924, estaría en la actualidad en las condiciones en las que está.
Abandonada, olvidada y ocupada desde hace más de 7 años, la conocida como la casa amarilla o la casa de la palmera (ahora sin palmera), presenta en la actualidad una imagen penosa. Sucia, destrozada, rodeada de trastos, malos olores y todo tipo de insectos como ratas, cucarachas e incluso culebras (como denuncian los vecinos), no ha sido inconveniente para que numerosos okupas la hayan convertido en su hogar.

 

A pesar de ser uno de los pocos inmuebles que se salvó del desarrollo urbanístico de la fachada marítima, a pesar de ser una de las escasas construcciones históricas que quedan de la ciudad, a pesar de su valor arquitectónico, su belleza, su historia, su ubicación y  de  haber sido declarada  Bien de Interés Cultural, su aspecto es deplorable.

Hace años se estudió la posibilidad de convertirla en un museo dedicado a Ramón de la Sota, pero la iniciativa quedó en humo y ahí sigue, año tras año, ante la resignación de los vecinos y el abandono por parte de todos, viendo pasar el tiempo. Un tiempo y falta de actuación que hace que la misma presente un estado cada vez peor. Tras la caída hace tres años de su famosa palmera, atacada por el picudo rojo, no ha habido interés alguno en intentar recuperar este inmueble, y a cuyo dueño, una promotora en concurso de acreedores, tampoco parece importarle demasiado. Así que ante la falta de interés de algunos, otros han visto la oportunidad y optado por aprovecharla. Sin embargo, lejos de cuidarla, la misma está rodeada de suciedad e insectos, lo que además, y debido a su ubicación, da una imagen bastante negativa a vecinos y turistas.

 

Los vecinos y hosteleros de la zona han denunciado a El Económico que «se ven las ratas y cucarachas salir de la casa. Es asqueroso y muy poco higiénico. Vive un montón de gente aquí ya que los vemos entrar y salir, incluso con sus propias llaves, y vemos su ropa tendida en las ventanas. El Ayuntamiento debería tomar manos en el asunto. Es una vergüenza que lo que forma parte de nuestro patrimonio esté en estas circunstancias», denuncia una vecina que vive todo el año en el portal que colinda con dicha casa. Además, «la gente no quiere sentarse en una terraza por la que pasan cucarachas», añade un hostelero de la zona.

Cerca de la misma se encuentra también un hotel abandonado que también ha sido ocupado y cuyos vecinos denuncian que los okupas le tienen pinchada la luz.

 

La Casa Noguera, una alquería del S.XIX, que se utilizaba en el pasado como almacén para guardar los aperos de la labranza, y ubicada en la actualidad en pleno centro de la ciudad, es otra de las casas que forma parte de la historia de la ciudad y cuyo aspecto, cuidado e interés dejan mucho que desear.

 

La emblemática mansión está abandonada, y en condiciones lamentables. El año pasado, incluso, parte de uno de sus balcones se desprendió, sin afortunadamente causar mayores daños. A raíz de aquello, desde el consistorio, se elaboró un informe con las actuaciones necesarias para evitar nuevos desprendimientos. Nada más se ha hecho.

Debido a los numerosos actos vandálicos que sufría, puesto que era muy sencillo entrar en su interior (incluso estuvo meses ocupada por varias personas), ahora se han tapiado todas sus puertas y ventanas, lo que hace algo más difícil, pero no imposible,  entrar en ella.

 

Sagunto también cuenta con numerosos inmuebles abandonados, como es el conocido Taller del Alemán, a la entrada de la ciudad, en la N-340. Cristales rotos, maleza, carteles deteriorados, escombros y suciedad a mansalva, es lo único que queda de este gran taller-concesionario, abandonado a su suerte.

Muchas han sido las propuestas para paliar esta situación, sin embargo, ninguna ha llegado a buen puerto. En 2006, su propietario propuso al ayuntamiento convertirlo en centro turístico e inicio de la Vía Verde de Ojos Negros, papeles que quedaron sobre la mesa.

Otros edificios saguntinos como la antigua panificadora, situada al lado del instituto Clot del Moro, , y el tenebroso edificio en ruinas que se encuentra junto a la rotonda de las Víctimas (Avda. País Valencià), son otros de los monumentos que afean la vista a la ciudad, objeto de actos vandálicos y ocupación, y de los que nadie parece o quiere acordarse. Las cosas de palacio van despacio.

La gerencia, una de las construcciones emblemáticas del patrimonio de Puerto de Sagunto también ha sido durante años el lugar preferido para okupas y objeto de numerosos actos vandálicos, al igual que su edificio colindante, el economato, y sus alrededores. En la actualidad se están realizando intervenciones en algunos de sus inmuebles, sin embargo, la mayor parte de esta lujosa ciudad fantasma sigue mostrando un aspecto triste y abandonado. Hace un año, y tras la fallida Ciudad del Teatro, y la Ciudad de las Artes Escénicas, el ayuntamiento convocó un concurso de ideas para determinar el uso de este complejo público.

Una de las casas de la Gerencia

Lo cierto es que entre unos y otros, edificios emblemáticos, parte del patrimonio cultural de la ciudad, y numerosos inmuebles abandonados, siguen año tras año viendo pasar el tiempo, viendo cómo evoluciona una ciudad que parece haberse olvidado de ellos ¿Hasta cuándo?