La junta directiva de la Asociación de Personas Sordas de Sagunto y Camp de Morvedre demandan mejoras para mejorar su calidad de vida

«Las barreras arquitectónicas se tienen mucho más en cuenta que las barreras de comunicación»

 
Miércoles, 08 Junio 2016 15:48

websordosdentroEl presidente de la Asociación de Personas Sordas de Sagunto y comarca, José Antonio Gómez, la secretaria, Carmen Llopis y el vicepresidente, José Antonio Fernández
 
«Una persona sorda puede llevar una vida completamente normal, como la de cualquier otra persona». Así de rotundo se manifestaba el presidente de la Asociación de Personas Sordas de Sagunto y Camp de Morvedre (APS Sagunto), José Antonio Gómez, un vecino de Sagunto, quien ha explicado a El Económico que, «a pesar de todos los avances que ha habido para mejorar la calidad de vida de las personas sordas, todavía hay mucho por hacer, sobre todo en Valencia y como no, en Sagunto, donde existen muchísimas barreras para nosotros. Es curioso ver como las barreras arquitectónicas se tienen mucho más en cuenta que las barreras de comunicación».

Y para ello, para poner fin a todas las carencias que hacen que la calidad de vida de las personas sordas del Camp de Morvedre se vea mermada, se puso en marcha hace 13 años, esta asociación comarcal, un  colectivo formado por historias personales diferentes de superación, pero con un mismo objetivo: eliminar las barreras de comunicación a las que se enfrentan cada día las personas sordas.

Desde hace 6 años, Gómez está al frente de esta entidad, con sede en la Calle Numancia, 3, de Sagunto. Sordo de nacimiento, Gómez estudió EGB en Valencia, en tres colegios diferentes. Aunque comenzó cursando sus estudios en colegios para oyentes para que, como le explicaban sus padres «estuviera en contacto con oyentes y así poder integrarme mejor en un futuro y esforzarse más», ya que como explica el vicepresidente del colectivo, José Antonio Fernández, «antiguamente existía la creencia falsa de que si en vez de hablar a una persona sorda le signabas (hablar en lengua de signos), el niño/a sordo/a nunca aprendería a hablar, por lo que muy pocas personas aprendían nuestra lengua. Al principio mi madre no quería aprender la Lengua de Signos, pero finalmente lo hizo y así es como me comunico con mis padres».

A pesar de que como reconoce Gómez, las personas sordas tienen mayores dificultades a la hora de encontrar trabajo, él trabaja en una empresa de distribución de agua en El Puig (en la que tiene dos compañeros sordos), y su mujer, Carmen Llopis, secretaria de la asociación, lo hace en Paterna, en una empresa que se dedica a realizar material médico.

Precariedad laboral

Carmen se quedó sorda a los 6 años, debido a una fuerte medicación que le suministraron para la varicela (al igual que le sucedió también a su hermano). José Antonio Fernández, vicepresidente del colectivo, se quedó sordo cuando tenía aproximadamente 3 años, debido a una fuerte meningitis, y en la actualidad trabaja como administrativo en una empresa de Valencia.

Fue un sacerdote de Sagunto al que sus padres pidieron consejo, quien lo remitió a un colegio para personas sordas en Valencia, debido a que no podía seguir el ritmo de los oyentes en su colegio de Sagunto.
En la capital siguió sus estudios y consiguió aprobar con mucho esfuerzo un ciclo de gestión administrativa, ya que como recuerda «en las clases no había intérprete, por lo que perdía muchísima información. Por ejemplo, cuando el profesor se giraba a escribir en la pizarra yo no podía seguir lo que decía y me perdía, por lo que por las tardes me apunté a clases particulares donde volvía a dar lo mismo que había dado por la mañana. Siento que perdí muchísimo tiempo en esta etapa de mi vida».
 
Dar vida a sus ideas

Diferentes casos con las mismas necesidades que se encontraron hace 12 años en Sagunto y decidieron ponerse manos a la obra para poder solventar algunas de sus carencias y mejorar así la calidad de vida de quienes como ellos, padecen las limitaciones de una sociedad que, aunque como reconocen «ha mejorado y se ha ido adaptando a las personas sordas, todavía queda muchísimo por hacer, sobretodo en  Valencia, donde existe mucho retraso respecto a otras ciudades como Madrid y Barcelona », afirman.

Y así, entre conversaciones y cafés,  6 vecinos el Camp de Morvedre (José Antonio Fernández, Carlos Aguilar, José Antonio Gómez, Eugenia Pericas, María AmparoVillena, Mari Carmen Llopis y José Villanueva) dieron vida en 2004 a esta asociación local donde poder juntos dar forma a sus ideas, un espacio donde, como ellos mismos explican «hacer realidad la necesaria lucha por derribar las barreras de comunicación que nos rodean y con el objetivo de mejorar la calidad de vida, el acceso a la información de las personas sordas y dinamizar el movimiento asociativo».

Un tiempo en el que se han logrado muchísimas cosas. En la actualidad ya son 120 personas asociadas las que participan en las numerosas actividades lúdicas, de ocio, recreativas  y culturales que organiza el colectivo. Además, se ha ido fortaleciendo el club deportivo a nivel competitivo y como dato muy importante se ha puesto en marcha el servicio de Mediación Social/Intérprete de Lengua de Signos, gracias al cual toda aquella persona sorda puede ir acompañado de una intérprete a lugares como el hospital, pedir cita por teléfono en distintos lugares públicos, realizar una entrevista de trabajo, o ser acompañado a cualquier sitio, sea o no, socio de APS Sagunto.

Un avance que se ha conseguido pero que consideran aún «insuficiente», ya que, como argumentan «existen más de 300 personas sordas en la comarca, por lo que con una sola persona para ayudarnos en este tipo de necesidades no es suficiente. Parecen cosas insignificantes pero una persona sorda no puede pedir citas or teléfono, no puede realizar una entrevista de trabajo, no sabe lo que le está diciendo su médico de cabecera...y así con un sinfín más de cosas, por lo que necesitaríamos más ayuda, o que esta persona estuviera a tiempo completo, que no lo está».

Algo que preocupa mucho en la asociación es el tema del paro de las personas sordas. Como bien explica el presidente «muchísimas personas están en paro debido a que muchas veces las empresas no contratan a personas sordas. Además, en casos como Sagunto aún es más difícil ya que existen fábricas y empresas cuyo trabajo es de alto riesgo para personas sordas, por lo que es un problema añadido a nuestra situación».
 
Empresas comarcales

A pesar de ello, desde el colectivo piden una mayor implicación de las empresas de la comarca para contratar a personas sordas, ya que como explican, de los 120 asociados, ninguno trabaja en ninguna empresa del Camp de Morvedre. Explica Carmen que «así todos se van fuera, sobre todo a trabajar en empresas especiales de empleo, donde cobran sueldos de vergüenza, y no se ven realizados».

Fernández añade que «las personas sordas no oímos, pero tenemos más desarrollados otros sentidos, por lo que podemos hacer igual o mejor el trabajo que una persona oyente. En Sagunto y comarca queda muchísimo por hacer».

La Junta Directiva de la Asociación coincide en destacar que la sordera es invisible y  hay que vivirla para entenderla. «A nosotros no se nos nota que somos sordos, como se puede notar a alguna persona que sufra otra discapacidad, por lo que a veces esto supone un problema con la sociedad. Nosotros nos esforzamos muchísimo para entender y para llevar una vida normal, como la de cualquier persona. Existen leyes que nos consciernen, pero todas caen en papel mojado. Nuestra lengua, la lengua de signos, es la lengua olvidada. Seguiremos luchando desde la asociación para seguir derribando barreras».

Respecto al ámbito social cuenta Gómez que «también la cosa ha ido avanzando. Por ejemplo, el audio de la guía Tour Sagunto ya está adaptado a las personas sordas, lo que es muy importante. Pero hay aún mucho camino por recorrer. En el cine las películas podrían tener subtítulos, en los museos muchas personas sordas no pueden seguir las explicaciones de los guías, etcétera. La sociedad no está sensibilizada con la comunidad sorda, hasta que en una familia no existe un caso, nadie se interesa por nuestras necesidades».

Para cubrir todas las carencias que con las personas sordas  sigue teniendo el Camp de Morvedre, La APS Sagunto promete seguir trabajando duro, con todas sus fuerzas, para garantizar a la comunidad sorda una gran calidad de vida y  la supresión de las barreras comunicativas a las que se enfrentan cada día.

Para cualquier información pueden ponerse en contacto con APS Sagunto a través de  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o en calle Numancia, 3, en Sagunto.Ante la pregunta: ¿Qué es lo que más urge en estos momentos a la comunidad sorda?, la junta directiva de APS Sagunto lo tiene claro. La respuesta es rápida y común entre los tres entrevistados «adaptar los recursos a los niños y niñas sordos/as, que son quienes más lo necesitan». Y ello se conseguiría, en parte, añaden, mediante una descentralización del Servicio de Atención Temprana.

En la actualidad el mismo se encuentra en Valencia, por lo que los niños y niñas sordas del Camp de Morvedre tienen que acudir allí al psicólogo y al logopeda, por lo que, como explica Carmen «después de las horas de colegio, además tienen que viajar hasta allí y pierden mucho tiempo. Son niños y tienen que jugar y hacer deberes del cole, por lo que esto les quita mucho tiempo. Si estuviera aquí, en Sagunto, en nuestra sede, esto sería mucho más sencillo, para los niños, y para los padres, ya que para muchos el traslado es un problema».

Los niños son, según el vicepresidente de la asociación, los más afectados dento de la comunidad sorda, ya que sobre todo en los colegios no existe la figura de intérprete de lengua de signos que pueda hacer que un niño/a sordo/a pueda acudir y seguir el ritmo de un colegio para oyentes. «Creo que no es mucho pedir un intérprete  en algún colegio para oyentes, para que los niños sordos puedan tener las mismas oportunidades de aprendizaje que los niños oyentes».
 
Fracaso escolar

Desde el colectivo exigen que se creen recursos adaptados a la ley escolar, ámbito en el cual añaden, es muy difícil que se integre un niño sordo, explica Carmen, «lo que hace que el mismo esté destinado al fracaso escolar». Además, añade el presidente, «tanto traslado hasta allí consigue que se rompa el núcleo familiar».

Fernández añade que «al respecto existe una gran falta de sensibilidad en la sociedad» y exigen también que se aplique el bilingüismo y que la lengua de signos sea igual de importante que la lengua oral, que  se trabaje de manera conjunta y que los apoyos se adapten a cada niño, algo que, explica Gómez, «sí que se está realizando en otras Comunidades Autónomas pero no aquí».

La misma fuente explica que «en algunos institutos sí que hay intérpretes, pero no sucede lo mismo en los colegios, lo que dificulta que se pueda formar a los niños/as sordos, por lo que al final, el proceso educativo de los mismos acaba fracasando porque no siguen estudiando porque la base del aprendizaje no está bien adquirida».

La secretaria del colectivo añade que «si no existe un lenguaje integrado, tampoco pueden existir los pensamientos. Los niños aprenderán a repetir, pero no a expresarse, ni a asociar».
 
Nuevas generaciones

Problemas que expresany conocen a la perfección, ya que, como explican, han padecido en su propia piel. Es por ello, añaden «que queremos ayudar a los niños sordos, ya que comprendemos las barreras que ellos tienen. Ahora nosotros hemos crecido y queremos que las nuevas generaciones de personas sordas no sufran los mismos problemas que padecimos nosotros».

Carmen y José Antonio tienen una niña de 6 años oyente, que también sabe hablar a la perfección la lengua de signos. Al preguntarle si a la niña le resultó difícil hablar las dos lenguas, ellos se ríen y reconocen que muchas personas le hacen la misma pregunta cuando ven a sus pequeña comunicarse con ellos en lengua de signos y en lengua oral con el resto de personas oyentes. La respuesta es automática: «¿Le resulta difícil a cualquier niño de esa edad comunicarse en lengua oral? no, verdad? pues a nuestra hija tampoco. Es una lengua más que ha aprendido y ya está, como el inglés o cualquier otro idioma que aprenderá. Desde que tenía un año, la niña ya signaba».

Por ello, porque lo viven en primera persona, reivindican la necesidad de que en los colegios se trabaje de manera conjunta ambas lenguas, para poder integrar a los niños/as sordas y que tengan las mismas posibilidades educativas que los niños oyentes.

Una descentralización que llevan un año esperando, tiempo en el que mientras tanto, la asociación sigue luchando por la consecución de medidas que garanticen una mejor calidad de vida del colectivo de personas sordas. Un trabajo que se ha visto recompensado con la consecución de grandes éxitos como el servicio de interpretación y mediación que se posee en la asociación desde hace 8 años, gracias como explican «al aumento de la subvención municipal que pasó de 4.000 euros, que no llegaban casi ni para dos meses de este servicio, a los 16.000 euros anuales que recibimos en la actualidad». A la aportación económica se suman las aportaciones en trabajo que realizan las personas voluntarias, una suma de esfuerzos que han conseguido muchísimos avances.

Sin embargo, y  apesar de ello, argumentan que «todavía queda mucho trabajo. Hay que eliminar muchas barreras aquí en Sagunto. Hace falta más implicación, más concienciación, más empatía con las personas sordas. La sordera es, repito, invisible. Hay que vivirla para entenderla. Pero hay que tomar medidas para garantizar, sobre todo a los niños y niñas sordos (que hay muchos en Sagunto), una vida digna».

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Modificado por última vez en Sábado, 25 Junio 2016 01:34

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