El bailarín Pere Bodí deja su pueblo natal para desplazarse a Londres, donde actualmente  reside y actúa para la obra La Traviata

Pere Bodí: «La situación es difícil y las oportunidades son escasas para el arte»

 
Viernes, 26 Febrero 2016 12:09

dentro 1 perePere Bodí junto a su compañera de reparto (Foto:Neil Gillespie)
Desde pequeño le ha gustado el baile y ha luchado por ello. Pere Bodí, un gran bailarín saguntino, ha estado rodeado de danza de sus primeros días. Lejos queda, a día de hoy, ese pequeño chico que comenzó sus primeros pasos en la ‘Escola de Danses’ de Faura, su pueblo. Tras estudiar Arte Drámatico, y enamorarse de cada uno de los movimientos de la danza, dio el gran salto a Londres. Actualmente, encandilado por esta ciudad global, ha decido volver para dedicarse allí a su gran pasión de manera profesional, y lo hace en la obra La Traviata. Sus ganas de aprender constantemente es lo que le ha llevado a forjar una trayectoria fructífera no sólo a nivel nacional. Tiene gran versatilidad y baila distintas modalidades tales como el baile de salón, latinos, danza clásica y contemporánea. «Siempre busco el enriquecimiento constante de cultura», afirma Pere Bodí. Junto a Álex Guerra creó la asociación Bodí-Guerra, con la que han podido participar en proyectos como Fulles de Tardor, Ariadna o Umwelt en Brasil. A pesar de su larga trayectoria profesional como bailarín, asegura que la situación es difícil y las oportunidades escasean, por lo que alerta de que, si los entes públicos no apoyan el arte, por sí mismo dejará de sostenerse.
 
La danza siempre ha estado presente en tu vida, pero ¿cuándo fuiste consciente  de que lo que te gustaba era el baile?
 
Desde pequeño he sido consciente que me gustaba la danza. Recuerdo que antes de mi primer día en la ‘Escola de Danses’ de Faura, un sábado a las 16 de la tarde donde estuvimos una hora entera para aprender el ‘pas pla de la dansà’, ya sentía curiosidad. La hija mayor de mi vecina, a la que siempre he llamado tía, bailaba en el grup de danses, y en la esquina opuesta a mi casa vivía la que sería mi primera profesora de danzas, Delfina Sales. Por todo ello, se puede decir que he crecido rodeado de danza desde pequeño.  
 
Siempre me interesaron las artes escénicas, y formé parte de un grupo de Al Través con la ayuda de unas personas especiales, que entonces estaban en Columna Rota; Mari Carmen, Sergi, Ismael, Raquel y Eva, ahora diversificados por Camí de Nora, La Ninya Cristal… Después de todo esto decidí estudiar Arte Dramático. Paralelamente había comenzado a bailar bailes de salón en competición de la mano de Amparo Belda, y la verdad es que empecé a ver la danza de una manera cada vez más profesional. Pero, realmente, el momento en el que decido dedicarme profesionalmente al mundo de la danza es cuando Magda Fuertes me propone actuar para una escuela de Londres. A partir de este momento todo cambió y me focalicé en bailar. Magda, aparte de ser una persona excepcional, me impulsó y trabajó conmigo al máximo. Desde la escuela de Londres, cuando me vieron bailar, no se imaginaban que sólo llevaba haciéndolo unos años; valoraron mucho mi trabajo y, al graduarme, conseguí una mención especial por los tres años en la escuela.
 
A pesar de querer dedicarte al inestable mundo del baile, ¿recibiste apoyo de tus familiares y amigos desde un primer momento?
 
En casa siempre me han apoyado al máximo. Mis padres, que han hecho muchos quilómetros, han entendido y apoyado todas mis decisiones, al igual que mi hermano y por supuesto mi tía. Han estado siempre ahí; en todo momento he contado con su apoyo para todo. Tengo claro que sin ellos no hubiese podido dedicarme a esto, puesto que el mundo de la danza es verdaderamente inestable, y sin apoyo moral y económico no es posible sobrevivir, ya que los trabajos normalmente no están bien remunerados y son muy puntuales.
 
¿Crees que todavía existen muchos prejuicios cuando un hombre decide dedicarse a la danza?
 
Creo que cada vez hay menos prejuicios. Al menos en Faura, mi pueblo, me siento muy apoyado. Sobre todo, cuando bailo en la ‘baixà de Santa Bàrbara’, una fecha anual que intento no perderme, me alegra ver caras sonrientes y de orgullo que dicen: «este és el fill del fontanero».
 
dentro 2 pereEl bailarín Pere Bodí en la obra La Bella (Foto:Alberto Rodrigálvarez)
¿Cómo ha sido tu trayectoria en el mundo del baile?
 
Soy una persona a la que le gusta aprender y eso me ha ayudado mucho en mi carrera. Creo que tengo una versatilidad en muchos campos, en lo que se refiere al mundo de las Artes Escénicas.
 
A día de hoy, tienes la suerte de dedicarte a la danza de manera profesional.
 
Sí, me dedico de manera profesional al baile. Pero, aun así, siempre tengo que estar pendiente de otras cosas. Trabajar en compañía no es siempre fácil, y aun haciéndolo no siempre es suficiente. En España la situación no está bien, y aun trabajando en una compañía y dedicando todo tu tiempo a ello no te da un ingreso normal.
 
¿Crees que para dedicarse al mundo del baile es necesaria la formación?
 
Creo que es muy importante la formación. Pero al mismo tiempo creo que hay cosas que no se pueden aprender, que están o no están, algo innato que debe acompañar al bailarín.
 
Has tocado disciplinas como el baile de salón, latinos, danza clásica y contemporánea. Pero, dentro del amplio mundo del baile, ¿cuál es tu especialidad?
 
Yo soy igual de feliz bailando danza popular, bailando clásico o en una performance contemporánea. Sí es cierto que, llegados a este punto de mi carrera, tengo intereses un poco más enfocados en el mundo de la danza contemporánea. Pero, sobre todo, mi trayectoria de baile es una carrera de vida, en la que prima el enriquecimiento constante de cultura, sea del tipo que sea.  
 
¿De las obras en las que has podido actuar, tanto a nivel nacional como internacional, cuál te ha marcado más?
 
Creo que son dos las obras que más me han marcado; la primera fue en Londres, cuando me ofre-cieron el papel de Nijinsky en una ópera que se llamaba The Clown of God. Yo era el único bailarín y el resto de los personajes eran cantantes. Me gustó mucho el trabajo y la experiencia. Las funcio-nes fueron en una pequeña iglesia de Londres, y, aunque no tuvo la repercusión que se esperaba, a mí me marcó. La otra fue Fulles de Tardor. Fue en septiembre 2014, en la plaza de la Iglesia de Faura, dentro del festival ‘Faurart’. Recuerdo a todos los que estaba allí y la sensación de sentirme arropado por mi gente y verlos dispuestos a escuchar un lenguaje que hasta entonces era desconocido para ellos, y tal vez para mí; fue un momento de transición muy especial.  
 
dentro 3 pereBodí en la obra 'Fulles de tardor' (Foto: Ángela Vea)
Tu último y actual proyecto es La Traviata, ¿cuál es tu papel?
 
Soy un bailarín en La Traviata. Trabajar para el Royal Opera House de Londres, es siempre un placer. Se respetan nuestros derechos como bailarines, el teatro es maravilloso y compartes escena con grandes estrellas de la ópera. La verdad es que mi papel no es nada importante, bailo un pequeño vals y hago de croupier de Alfredo. Nada difícil, los importantes verdaderamente son los cantantes. Pero sentirse parte de esta gran producción ya es todo un honor.
 
¿Cómo recibes la oferta para participar en la obra?
 
Me puse en contacto con los organizadores y aceptaron que volviera, después de no poder participar en las dos anteriores reposiciones. Mi primera audición para entrar en la producción fue en el pasado año 2009, cuando todavía vivía en Londres. Es la quinta vez que lo hago en esta misma producción. En el año 2010 fuimos a Japón y representamos La Traviata en Tokio.
 
¿Qué te llevó a tomar la decisión de volver a desplazarte hasta Londres?
 
Retomar el contacto con tanta gente que quiero mucho, como mi profesora de ballet Julia Simone y mi amigo y compañero de Millennium Dance Juan Luis. Y, sobre todo, volver a sentirme parte de esta gran ciudad que tanto me gusta.
 
¿Qué es lo que te motiva e impulsa a subir a los escenarios?
 
No sé exactamente que es, pero sé que es algo que me engancha y me gusta mucho.
 
Además de bailar de manera individual, también sueles hacerlo junto a Álex Guerra. Fue así como nació la asociación Bodi-Guerra, ¿cómo surge esta iniciativa?
 
Conozco al coreógrafo y director Alex Guerra en el año 2014, cuando fui invitado como artista en residencia en el Tanz Attelier Wien.  Él fue uno de mis tutores en este laboratorio. Después de esto, ya comenzamos a desarrollar proyectos comunes y, a día de hoy, participo con él en alguno de sus proyectos como asistente de dirección.
 
dentro 4 perePere Bodí en la obra 'La Traviata' (Foto: Neil Gillespie)
¿Cuál crees que es la situación que atraviesa el sector artístico en la actualidad?
 
La situación es difícil y las oportunidades son escasas para el arte. El arte, en general, es un bien que no es comercial, es decir, por desgracia la gente no lo apoya lo suficiente ya que no consumen arte. Por lo tanto, es necesidad de los entes públicos apoyarlo, porque por sí mismo no se sostiene. Yo personalmente estoy muy agradecido al ayuntamiento de Faura por el apoyo que siempre he recibido por su parte, en especial, desde la concejalía de Cultura, Consol Duran, ha apoyado y confiado en mis propuestas por extrañas que resultasen en un primer momento, como fue llenar de arena la ‘Plaça del Hostal’.
 
¿Cuál ha sido, hasta el momento, el mayor reto al que has tenido que enfrentarte?
 
Con la asociación Bodí-Guerra cada puesta en escena es un reto, porque concebimos la danza como un arte vivo, y, por ello, siempre hay que estar despierto para ser y estar en el momen-to.  Trabajamos mucho con la improvisación, pero fruto de un trabajo previo muy preciso.
 
¿Cuál consideras que es la clave del éxito para triunfar en el mundo del baile?
 
Considero que la búsqueda no debe ser el triunfo o el éxito en sí mismos, sino la satisfacción de hacer aquello que a uno le gusta, aportando siempre tu toque personal.
 
¿Cuáles son algunos de los referentes en los que has podido inspirarte?
 
Hay varios referentes que siempre me inspiran como puede ser Pina Bausch, Nureyev, Julia Simone, Alex Guerra, Magda Fuertes, entre otros.
 
¿Cuáles son los sueños de un bailarín?
 
En mi caso, creo que deberían ser los mismos que cualquier otra persona, priorizar el ser feliz. Y si para un bailarín la felicidad es bailar, pues además poder vivir de ello.
dentro 5 pereEl bailarín Pere Bodí en la obra 'Life' (Foto: Neo Ballet)
 
¿Qué objetivos futuros, una vez finalice este proyecto, tienes en mente?
 
Desde la asociación Bodí-Guerra tenemos algunos proyectos para este año, pero no descarto explo-rar otros mundos, por ejemplo  en el sector de la docencia u otros ámbitos. Considero que la gente que se dedica a la danza, además debe estar en contacto con otros sectores, y cuantos más mundos conozca mejor.
 
¿Por qué recomendarías la danza a otras personas?
 
La danza aporta a cualquier tipo de persona una visión diferente, una faceta de nosotros mismos diferente. Es una manera especial de relacionarnos con nosotros mismos, los demás y el entorno. En esencia, la danza nos hace ser conscientes, estar vivos.

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Modificado por última vez en Sábado, 12 Marzo 2016 00:48

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