Treinta años detrás de la cámara dan para mucho. Fotógrafo, artista, docente, son algunos de los adjetivos con los que podríamos calificar a Juan Higueras, persona que, además, ha estado relacionada también con los medios de comunicación puesto que ha colaborado, entre otros, con este periódico, El Económico, así como con los rotativos autonómicos Las Provincias y Levante-EMV. A sus espaldas lleva, además, la realización de alrededor de una cuarentena de exposiciones, unas quince de ellas de forma individual donde ha mostrado sus proyectos más personales, retratando uno de los temas que más le llaman la atención a este fotógrafo como es el de ver a las personas en la calle, en su hábitat y en sus situaciones más habituales. A pesar de que se retira del mundo profesional de la fotografía, Juan Higueras, continuará relacionado con este arte pues, además de presidir el conocido Grupo Fotográfico Arse, seguirá realizando exposiciones y ya tiene pendientes de inaugurar dos de ellas: una sobre teatro y otra que versa sobre París, con textos del escritor Albert Forment.
¿Cómo se inició en el mundo de la fotografía?
Yo trabajaba en Altos Hornos de eléctrico electrónico, que es lo que había estudiado, pero a mí me gustaba mucho la fotografía porque mi padre había sido fotógrafo de toda la vida y yo ya hacía exposiciones y me presentaba a concursos. Pero, en 1983 llegó la reconversión industrial y cuando acabó todo este proceso, en 1985, me quedé sin trabajo. Entonces podía dedicarme a dos cosas: o a la música, porque desde los 16 años tocaba por ahí, o dedicarme a la fotografía. Como el tema musical no depende de uno mismo sino de un grupo, que se hacían y deshacían continuamente sin ninguna estabilidad, y yo estaba casado y con tres niñas decidí, junto a mi hermano, dedicarme a la fotografía y abrimos el estudio el 5 de julio de 1985 y ahí es donde empezó mi andadura de fotógrafo profesional. Me he dedicado durante 30 años a la fotografía profesional.
¿Qué es lo que más le atrajo de este mundo?
Más que nada la necesidad; podía haberme dedicado a la música pero aposté por la fotografía y creo que acerté. Yo había hecho cursos sobre fotografía mientras trabajaba y pensé que estaba preparado para dedicarme a esto profesionalmente. Siempre he querido aprender y saber sobre este mundo pero nunca me imaginé que un día se convertiría en mi profesión.
¿En estos 30 años la tecnología ha evolucionado mucho en este mundo?
Muchísimo. El manejo de los equipos es igual que antes pero ahora, con los móviles o cualquier camarita, es más fácil hacer una foto. Hoy en día la tecnología permite a cualquiera hacer una foto pero sino tienes una formación o idea de cómo hacerlas, esto se nota. En cuanto a las ventajas de la tecnología actual podemos destacar la inmediatez y el coste, sobre todo a niveles de fotografía doméstica porque, sí que es cierto, que los equipos y los ordenadores profesionales son caros.
¿Qué tipo de tecnología prefiere: la antigua del revelado del carrete o la actual?
Son dos mundos totalmente diferentes. La fotografía analógica tiene un toque y una forma diferente a la que se hace hoy. En la actualidad puedes hacer muchísimas cosas con las fotografías pero esa tonalidad que se lograba antes no se consigue ahora; el proceso era más largo y más caro pero viendo fotografías de esa época hay una diferencia. Con la tecnología actual puedes hacer lo que te dé la gana pero no se ha conseguido ese toque que tenía la fotografía analógica, quizás en un futuro. Ahora hay compañeros de mi época que siguen trabajando de forma analógica, no de forma profesional sino a nivel personal, con la ayuda de la ampliadora de toda la vida; además los revelados del negativo siguen vendiéndose, sobre todo en blanco y negro, y también el positivar para poder dar tu toque a cada fotografía para conseguir resultados que no se pueden lograr con el mundo digital.
¿Como fotógrafo que prefiere, la fotografía en color o en blanco y negro?
La vida es en color por lo que la fotografía es en color pero parece ser que el blanco y negro suele ser la fotografía artística, entonces nadie abandona el blanco y negro. Mi consejo es que se tomen la fotografías siempre en color y que luego ya se traten como cada uno desee.
Además de dedicarse profesionalmente a la fotografía, también ha hecho muchas exposiciones. ¿Qué temática le ha gustado más retratar para este tipo de proyectos?
Normalmente el tema que más me ha gustado es la gente en la calle. He hecho muchos viajes, como por ejemplo a Marruecos, capturando imágenes, anécdotas y gente en diversas situaciones; hay gente que le gusta pedir permiso a la hora de capturar un momento pero yo, a ser posible, no lo pido porque quiero que sea más natural porque sino la gente posa. También he estado en el Tour de Francia pero no me he centrado en los ciclistas sino también en el ambiente y en las personas y también he viajado a Venecia, París o Berlín, entre otros lugares.
Sus viajes también le sirven de inspiración a la hora de hacer sus exposiciones
Claro. Pero cuando viajo, además de los edificios y los lugares más conocidos a mí me gusta retratar a la gente, ver las cosas que hacen en su situación habitual. Fotografiar ciudades sin gente, para mí, es hacer fotografía muerta.
¿Hay algún fotógrafo al que admire especialmente?
Siempre he admirado a Henri Cartier Bresson, uno de los fundadores de la Agencia Magnum. Es más, en uno de mis viajes a París estuve mirando la manera de poder contactar con él para poder verlo pero no pude. Ha sido mi ídolo. Fotografiaba siempre el momento decisivo, momentos críticos que él ha plasmado; este hombre, que era fotoperiodista, siempre iba con su Leika y su 35 milímetros para captar estos momentos.
¿Cuántas exposiciones ha realizado?
En mi trayectoria habré hecho unas quince exposiciones individuales, con compañeros unas cinco y con colectivos alrededor de una veintena por lo que calculo que habré hecho alrededor de cuarenta.
Y de todas ellas, ¿cuál destacaría?
Hace dos o tres años hice una que se llamaba Proyectos, pasados, presentes y futuros con 70 fotos que se pudo ver en el Centro Cívico de Puerto de Sagunto y donde se reflejaba una parte de esos proyectos que he ido realizando durante mi trayectoria. Además, recuerdo una que se llamaba Comunicas, que era una historia que yo me inventé sobre un teléfono de esos antiguos de rueda donde este elemento era el protagonista de las imágenes. Y también recuerdo la primera que hice sobre Venecia en el año 1982 que se expuso en Puzol y las que he hecho en la ciudad francesa de Millau.
Además de abrir su propio estudio fotográfico, también se ha dedicado al mundo del fotoperiodismo, ¿cómo se inicio en este campo?
Curiosamente, me inicie en este mundo de la mano del director de este periódico, Ignacio Belzunces. En el año 1986 empecé a colaborar con él en Las Provincias y en El Económico, luego ya estuve también en Levante-EMV cuando aún no tenía oficina ni sede en la ciudad; yo trabajaba para casi todos los medios de comunicación pero el que me introdujo en este mundo fue Ignacio Belzunces Muñoz.
Durante estos 30 años que ha tratado la fotografía informativa, ¿qué acontecimiento destacaría de los sucedidos en la ciudad?
Esta es una pregunta bastante complicada porque han sucedido muchas cosas en estas tres décadas. Destacaría un acontecimiento, aunque yo por ese entonces no era fotógrafo profesional: el 18 de marzo de 1983 vino el señor José María Lucía, presidente de Altos Hornos del Mediterráneo, a cerrar la fábrica y ese fue un momento muy tenso porque fíjate qué fechas eligió. Otra de las fechas que destacaría, quizás, sería el entierro de Joaquín Rodrigo que fuimos a cubrir a Aranjuez junto al alcalde, Silvestre Borrás, y en esa ciudad entablé relación con algunos fotógrafos.
¿Recuerda cual fue el primer trabajo que realizó en el mundo del periodismo?
Uno de los primeros reportajes gráficos que hice fue durante un día de invierno. Sobre las 19 horas, Ignacio Belzunces me llamó para que fuese a hacer unas fotografías de una mujer que había aparecido muerta acuchillada en un huerto. No se veía nada, solo había un olor muy fuerte y en la zona donde estaba la fallecida estaban las personas de la funeraria, la Guardia Civil y el juez; tiré tres fotos sin mirar porque estaba todo muy oscuro, solo alumbrado por la luz de una linterna, y, al mover el cadáver, el cabello se quedó en el suelo y empezaron a salir gusanos de las cuchilladas de la espalda porque, al parecer, llevaba allí sobre mes y medio.
Por otro lado, en el año 1983 se creó el Grupo Fotográfico Arse pero, ¿cómo surgió este colectivo que actualmente preside?
Nace, precisamente, el día 18 de marzo de 1983 cuando, junto a Emilio Angulo y Vicente Casado, pensamos en la posibilidad de crear este grupo porque en la ciudad había mucha afición por la fotografía. Esa fue la primera iniciativa para crearlo, hablamos con una serie de gente a la que les gustó la idea y nos reunimos para formar este grupo que, un año y medio después, más o menos, ya legalizamos. Hemos seguido hasta que, años más tarde, nos cogió, primero Caja Sagunto y luego Fundación Bancaja a cuya Aula Social pertenecemos desde hace años porque nos dotaron de sede y nos dieron subvención. La verdad es que se han portado muy bien y nosotros, a cambio, les hacemos las exposiciones. Actualmente también pertenecemos a la Federación Levantina de Fotografía, donde somos catorce grupos de las tres provincias de la Comunitat Valenciana y donde se hacen competiciones a nivel de agrupaciones y parece que la cosa funciona.
¿Qué actividades realizáis en este grupo fotográfico?
Hacemos exposiciones colectivas, una de ellas de forma anual, y luego apoyamos a todos aquellos que hacen muestras tanto a nivel individual como en grupo. Además, estamos trayendo gente para hacer cursos, más que sobre aspectos técnicos, divulgativos y formativos y tenemos en proyecto traer a dos o tres personas de reconocido prestigio a nivel nacional. En cuanto a exposiciones, hemos traído a Bosco Mercadal, que es un figura nacional, que también vendrá a darnos unos cursos y tenemos pendiente traer a fotógrafos como el malagueño Juan Miguel Alba-Molina o Sergio Tello. Además de todo eso hacemos actividades y, en nuestro Facebook, hacemos una liguilla quincenal colgando fotografías de los integrantes del grupo y luego hacemos una clasificación. En la actualidad somos 64 componentes en el Grupo Fotográfico Arse.
Usted siempre ha hecho una distinción entre fotógrafo y photoshopero, ¿qué quiere decir con eso?
Siempre he distinguido estos dos aspectos. Considero que el fotógrafo es aquel que hace la fotografía con su idea y su equipo, sea mejor o peor, eso da igual porque lo que se muestra es el punto de vista de cada uno dando luego unos retoques mínimos a la imagen. El photoshopero es aquel que toma una foto de aquella manera y piensa que luego la arreglará con Photoshop y lo que hace es abusar de la tecnología y, muchas veces, el resultado no se parece en nada al original de la imagen que se ha tomado. Yo prefiero que la fotografía se parezca lo más posible a la realidad, sin alterarla.
Además de todo esto, también ha sido docente. ¿Qué le animó a dedicarse a enseñar sobre la fotografía?
Muy sencillo. Alguien me comunicó que la persona que daba los cursos lo iba a dejar y a mí eso era algo que me gustaba así que empecé a darlos en 1989 cuando las clases de la Universidad Popular se daban en la Escuela de Aprendices de la Alameda. Me gusta porque, además, aprendes de los alumnos porque siempre hay alguno que te dice algo que tú no sabes. De hecho, algunos de mis alumnos son fotógrafos conocidos como Santos Moreno, Premio Nacional de Fotografía, David Piqueras, Pascual Fabregat o Julián Negredo, que tiene una gran cantidad de premios, entre otros; yo estoy muy orgulloso de mis alumnos.
Ahora, después de 30 años dedicado a la fotografía profesional y tras su jubilación, ¿qué planes de futuro tiene?
He cambiado un poco el ritmo de vida. He vuelto a la música con un grupo de gente de mi época que se llama Stiff Group y, a ver si mi antiguo grupo, Los Drogas, se animan y vuelvo a tocar con ellos. Además, voy a hacer algunos cursos monográficos, charlas y voy a continuar con mis exposiciones y, si se tercia, me presentaré a algunos concursos de fotografía
¿Nos puede adelantar alguna de las exposiciones que tiene en proyecto?
Ahora mismo estoy participando en una exposición colectiva llamada Nuestros primeros proyectos, junto a otros autores del Grupo Fotográfico Arse donde cada uno toca un tema, que después de exponerla en nuestra ciudad se puede ver en la actualidad en Villarquemado (Teruel) y en las próximas semanas se verá también en Caudiel y Utiel. Además, el 3 de marzo, Bernardo Carrió y yo inauguraremos, en el Centro Cultural Mario Monreal, una exposición llamada La magia del teatro, un trabajo de tres meses sobre las compañías que han actuado en la localidad. El último proyecto será una exposición sobre París con textos de Albert Forment y con mis imágenes que queremos que se exponga en la Sala de Exposiciones Glorieta de Fundación Bancaja.
