Un chico que cree en si mismo, que trabaja constantemente y que se deja llevar por la música y la imaginación. Así es Prudencio Medina. A sus 26 años se define como una persona observadora, lo que le permite fijarse en cada detalle que poder plasmar a través de su escritura, convirtiéndolos en nuevas historias. Fue a una temprana edad cuando Prudencio descubrió su pasión por la literatura, lo que le llevó a comenzar con los poemas, el género en el que asegura sentirse más cómodo. Poco después comenzó con las novelas cortas, con temáticas muy cercanas e historias del día a día. Tras mucho trabajo y dedicación, el joven y prometedor Prudencio ha tenido la oportunidad de publicar su última novela, en un panorama muy complicado para los escritores debido a la difícil situación de las editoriales. En esta ocasión es Introversión, una historia romántica que trata la incapacidad de una persona para relacionarse con los demás. Álex, el personaje principal, vive en un presidio, su propia habitación, pero debido al trabajo de su padre ha de mudarse fuera durante un tiempo. Amenazado por los sentimientos del exterior, se topa con Blanca, su antagonista, una persona totalmente contraria a él que hará poner todo su universo patas para arriba.
¿Cómo fue tu primer contacto con el mundo de la literatura?
Imagino que como todos los escritores. Primero, leyendo muchísimo. Cuando comienzas a leer te das cuenta que tu también puedes tener historias que contar. Yo empecé con los poemas, la poesía me parecía lo más cómodo para expresar historias en pocas líneas, y era lo más accesible para mi, por mi manera de expresarme. Empecé a leer mucha poesía, clásicos, también más vanguardistas, un poco de todo. Luego, me surgió la idea de escribir una novela, más que nada por mi pareja y porque la mayoría de conocidos míos no entendían lo que yo decía en los poemas. Hay mucha gente a la que la poesía no le gusta, o directamente no se para a prestarle atención. Entonces pensé en ponerle una solución. Me decanté por la novela. Sobre todo lo que hago son novelas cortas, o relatos largos, porque la gente no tiene tiempo de leer, incluso yo mismo no leo todo lo que me gustaría. Por ello, voy haciendo cosas que se pueden leer en vacaciones, en un fin de semana o a ratitos al día que cada persona tenga. Suelen historias muy cómodas, que en un fin de semana de estos de lluvia, tranquilamente, te las puedes acabar.
Hay quien dice que ser escritor es algo innato, pero para ello, ¿te has formado o has participado en concursos?
Sí, aunque bueno formarme como tal no lo he hecho. Ha sido más bien a base de lecturas, y en mi caso es que me sale solo, por decirlo así. Mi manera de expresarme es la escritura, con la que más facilidad puedo hacerlo, casi más que hablada. Escribir me resulta más cómodo para cosas que no se dicen de normal, o para expresar determinados sentimientos que, a lo mejor, no es tan fácil de contarlos, y a través de unos versos adornados o una determinada situación, imagen, fotografía o paisaje, es más fácil poder plasmarlo.
Empiezas a sentir pasión por la literatura muy joven, pero cuándo empiezas a escribir y a publicar?
Poemas sueltos empiezo con los 12 o 13 años. Empiezo a escuchar mucha música, y de esas bandas que escuchó muchas tienen letras muy interesantes, y me empieza a surgir la necesidad de contar también cosas. Luego, sobre los 15 años, me tengo que ir fuera, me marché del pueblo por motivos personales, y lo que hice fue refugiarme en un proyecto que es expresar todas las penurias que yo tenía a base de poemas. Recopile unos 150 poemas más o menos, de ahí hice una criba y luego lo dejé reposar. Yo todo lo que escribo reposa en un cajón mas o menos un año siempre. Luego, al pasar el año, lo saco, le quito un poquito el polvo y me lo vuelvo a leer. Si lo considero lo bastante bueno intento publicarlo, y sino se queda ahí hasta que tenga tiempo para retocarlo o quizás no sale nunca. También me he presentado a algún concurso, de hecho gané en el instituto muchos de los concursos que iban saliendo, también algunos de Valencia. Fui con mis textos a la universidad, busqué a gente entendida, a un catedrático, y por lo visto tenía algo de talento, o eso me decía él. A raíz de ahí intenté publicarlo, pero el hecho de publicar, por lo visto, en nuestro país es muy difícil; es como todo, los grandes autores ocupan demasiado sitio y las editoriales no se esfuerzan en mirar a los pequeños. En mi caso, gracias al esfuerzo propio, a la autoedición, que me parece que para cualquier escritor novel es lo más factible, el creer en mi mismo y trabajar mucho el tema de redes sociales para darme a conocer, se me ha permitido poder publicar.
En esta ocasión es Introversión, ¿cómo ha sido el proceso de escritura?
Yo siempre escribo en vacaciones porque no tengo tiempo con mi trabajo. Introversión lo escribí en una semana de vacaciones. Lo que hago es, previamente, construirme un guión donde están todos los capítulos con lo que va a suceder, dónde, y los personajes necesarios para que suceda la historia. Cada personaje tiene que tener una psicología, y con esa psicología tengo que crear las situaciones para que la historia vaya corriendo. Yo me hice todo lo necesario que tenía que hacer, y en una semana que me puse a currar a tope lo hice. Yo siempre me levanto y escribo de 7 a 10 de la mañana, ya que considero que hoy en día los medios, sin quererlo muchas veces, nos contaminan demasiado. Cuantas veces nos ha pasado que te levantas, tienes mucha energía y ganas de hacer mil cosas, pero sales a la calle, empiezas a escuchar noticias en radio, comentarios de personas que tienes al lado, en fin, cosas que te van quemando y te hacen acabar el día mal. Por ello, yo procuro hacerme mi taza de café y ponerme a escribir de 7 a 10 como tope. Si me da tiempo a terminar el capítulo se queda por cerrado, sino lo dejo estancado y, si tengo algo más de tiempo durante el día, lo termino o al día siguiente más.
En tu última novela te has decantado por una historia romántica.
Sí, es una historia que trata de la incapacidad de una persona para relacionarse con los demás. De ahí el título, se llama Introversión porque nuestro personaje principal vive en un presidio, su propia habitación, donde está muy a gusto. Él no quiere salir de ahí. Le da miedo todo lo del exterior, más que las amenazas, los sentimientos que le puedan venir de fuera. Entonces, debido al trabajo de su padre, se tiene que mudar durante un periodo de tiempo, por lo que se ve obligado a salir de allí. Incluso sabiendo que va a volver a su habitación, a su templo, se hunde. Él tiene que comenzar a transformarse, a mutarse, y aprender a experimentar cosas fuera. Lo que sucede es que, al llegar allí, se topa con una de nuestras protagonistas, que es su antagonista, todo lo contrario a él, y lo que hace es poner todo su universo patas para arriba. Las dos piezas clave son Álex, el protagonista, y entonces conoce a Blanca, de donde surge una nueva historia con un drama familiar que protagoniza su hermana.
¿Qué acogida ha tenido el libro entre el público?
Este ha tenido mejor acogida que ningún otro que he escrito. Lo han comprado amigos, familiares y conocidos, ya que sin ellos sería imposible salir adelante. Pero, además, mucha gente que no conozco de nada. La primera presentación la hice en un local de aquí, Green Espai, que gracias a Fede tuvo una buena salida ya que vino bastante gente a la firma. Luego tuve una charla el otro día en la Llibrería de Paula, que es el local físico en el pueblo en el que se puede adquirir el libro. La verdad es que vino bastante gente, hicimos una charla muy amena y familiar. La verdad es que va poco a poco, tirando con mucho esfuerzo. Sino pasa nada, dentro de poco queremos montar una presentación más grande, queremos irnos a Madrid con la editorial para hacer allí una presentación como el libro se merece.
Anterior a Introversión fueron El aspirante a la lluvia y Una tarde de tormenta con Raquel pero ahora permanecen retirados del mercado.
Sí. El aspirante a la lluvia es un poemario y Una tarde de tormenta con Raquel es una novela breve. Ambos salieron, tuvieron una menor acogida porque la editorial no movió un dedo por difundirlos; si ya te cuesta trabajo tener que estirar tu, imagínate tener que hacerlo también con la editorial, preguntándoles como va, si se vendía, si podían enviarme informes de ventas. Al final, decidí cortar de raíz con ellos y comenzar con estos chicos, con los que de momento va genial. Ha sido un buen cambio y un gran comienzo.
Por tanto, ¿cuál es la situación actual que atraviesa el mundo editorial?
El mundo del arte, en general, no atraviesa un buen momento. También soy músico en un grupo local y está todo mal. Te cierran muchas puertas sin haberte leído o escuchado, entonces cuesta mucho. Pero doy las gracias porque a veces topas con gente que vale la pena, como Fede del Green Espai que apoya muchísimo a la cultura, como Paula de Librería que también da un apoyo increíble, y como la gente de Artgerust que también están trabajando mucho y dando mucha difusión por Twitter. Hoy en día, sin las redes sociales, un autor novel no sería nada. Y la poca venta que se tiene es a base de estar, día tras día, con mucho trabajo de redes sociales, con apoyo de amigos que comparten la información en Facebook, y sobre todo el boca a boca; el germen empieza cuando un pequeño grupo de personas te leen. A partir de ahí, si has hecho bien el trabajo y si gustas ya va a correr la voz poco a poco. A mi me ha pasado, se lo ha comprado una amiga, lo ha leído y le ha gustado y luego han venido dos o tres más, y ya empieza a quemarse la pólvora y a correr. En mi caso, con El aspirante a la lluvia hice una especie de juego con los ejemplares que me dieron, los iba dejando en librerías y ponía en Facebook que se regalaban de manera gratuita hasta fin de existencias. La gente iba corriendo, y a partir de ahí, ya empezaron a preguntar y comencé a entregar más en mano.
¿Se habla mucho del futuro del libro digital como alternativa al formato convencional, ¿en tu caso por cuál te decantas?
En mi caso, por ejemplo el libro del poemario salió en los dos formatos, tanto papel como digital. El segundo, la novela, si que por consejo de la editorial salió en formato electrónico. Y este último ha salido solamente en papel. Yo creo que, a pesar de todo, vamos a seguir conservando el papel. En mi caso, nunca me he comprado un Ebook, siempre he buscado el libro en formato papel.
Hasta ahora ahora te inclinabas por literatura en la Red, en cambio en esta ocasión tu última novela ha sido en papel.
Lo he hecho porque así me lo han pedido, la gente prefería tener el libro físico, pasar las páginas y tocar. Por tanto, por petición de la gente así lo he hecho.
¿Qué libros o escritores son tus referentes?
De poema Miguel Hernández y Bécquer son mis dos pilares en la poesía. Luego, en la novela, es Carlos Ruiz Zafón. Cuando era pequeño también me marcó mucho Carlos Frabetti, que vino a mi colegio a dar una charla sobre novela infantil y me marco mucho la imagen del escritor y su manera de contar las historias. Este sería mi referente más juvenil, luego en la madurez Zafón y en poesía, repito, Miguel Hernández y Bécquer.
La lluvia es un elemento imprescindible que deben contener tus libros.
Sí. Todos los libros tienen lluvia, ya sea en el propio título o en la historia. De hecho, El aspirante a lluvia, Una tarde de tormenta con Raquel y en este nuevo periodo he dado un cambio radical, no aparece nada en el título pero, nada más comenzar la historia, ya es un día lluvioso, al igual que al terminar la historia hay un giro dramático, lo que parecía malo no era tan mal, y lo que parecía buena tampoco lo era., y todo vuelve a girar en un día de lluvia. Amo la lluvia, me encantan las tormentas y los días de café, libro y reflexión.
¿Hay algún genero que te identifique porque te sientes más cómodo, o con todos tienes facilidad para expresarte?
Yo soy un poco de todo, pero más de misterio. Me gusta jugar con la intriga y, de hecho, mis capítulos acaban con un final muy abierto, en el que el lector quiera seguir. Son libros cortos, pero además se hacen cortos al leer. Me gusta dejar los finales abiertos para que te quedes con ganas de seguir. Y siempre me gusta jugar con que el personaje principal no sea tan el héroe o el villano, ya que todos tenemos partes buenas o partes malas, y en un momento dado de la historia podemos ser el héroe o el villano.
¿Y qué te inspira a la hora escribir?
Siempre escribo con la música de Danny Elfman de fondo. Me encanta, tengo toda su discografía. La pongo de principio a fin y, aunque al final puede cansar al oído, siempre tengo que tener algo de esas melodías para crear. No necesariamente la necesito el 100% del tiempo, pero sí sobre todo cuando me estanco; cojo los cascos y me olvido de todo, y eso me ayuda a continuar. Cuando tengo todo ordenado, entonces lo retomo.
Hablando del papel del público, transmitir emociones al lector es un gran reto, pero ¿ qué más buscas como novelista?
Busco que me lean, que es para lo que escribo, no lo hago para hacerme rico, ni dejar de trabajar, no es el fin. Yo escribo por afición, porque lo llevo haciendo toda la vida y me encanta. Y si además puedo publicar y que me lean, genial. Si tu escribes, y disfrutas con ello, y además llega alguien y te reconoce el esfuerzo y te dice que le gusta la historia, disfrutas mucho. Me encanta cuando viene un amigo a casa y se deriva una conversación del libro, porque eso es lo que te va a hacer crecer. Si ves que mucha gente te subraya un punto y te tacha otro, eso te ayuda a saber por donde tienes que tirar., qué es lo que debes reforzar.
¿Qué proyectos futuros tienes en mente que seguir publicando?
Sí, tengo muchas cosas nuevas pensadas. Actualmente estoy trabajando en un poemario, he retomado la poesía que es mi forma natural de escribir. Todos los editores te piden sobre todo novelas, porque la gente lo que quiere son historias, pero, después de haber sacado dos seguidas necesito volver a lo mio y expresarme de la mejor manera que yo tengo, que es a través de la poesía.
¿Qué consejo darías a todas las personas que piensan en adentrarse en la aventura que es escribir, e intentar publicar, su libro?
Primero leer muchísimo, y leer de todo. Yo he leído cosas muy buenas, cosas que no me han gustado nada, pero seguro que he sacado algo, también lo que no te gusta te enseña a saber que es lo que sí debes hacer. El leer hace mucho. Pero escribir mucho también. Esto es como el que quiere tocar la guitarra y quiere empezar por el solo final. No, empieza por lo sencillo. Esto es igual, primero lee mucho, empieza a escribir y luego, poco a poco, vas perfeccionando y teniendo tu estilo propio. Yo ahora leo cosas de hace años y pienso que eso no debería ver el sol en la vida. Sin embargo ahora, poco a poco vas teniendo tu estilo, y al final te acaban saliendo las cosas solas. También hace falta mucha paciencia, acercarse a editoriales y personas entendidas en el tema que te puedan guiar. Es necesario escuchar siempre los consejos de todo el mundo, que luego puedes o no utilizarlos, pero debes hacer caso también a las críticas. Yo, de todos los consejos que me han dado, muchos no me han parecido correctos y por tanto no los he cogido, pero sí los he escuchado, no me cierro a nada.
