La soprano de Puerto de Sagunto durante la entrevista realizada en el salón de ensayos de la Unión Musical Porteña
Ser cantante de ópera requiere talento, dedicación y constancia. Precisamente estas han sido algunas de las cualidades que han hecho de Silvia Vázquez Clemente la reconocida soprano que hoy es. Cuando esta artista nacida en Puerto de Sagunto sube a un escenario, su voz es brillante y timbrada, su afinación admirable y su técnica depurada. Todo ello se combina con una interpretación que conquista a los espectadores. Sin excepción. Incluso uno de los grandes músicos del siglo XX y director de orquesta, el americano Lorin Maazel, quedó prendado de ella en cuanto la escuchó. Por este motivo, Maazel no dudó en darle la oportunidad de actuar en el Teatro Scala de Milán, lo que es todo un privilegio para cualquier soprano. Pese a su juventud, ya ha pisado muchos otros coliseos prestigiosos como el Teatro Comunale de Florencia, donde fue dirigida por Zubin Mehta o el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Dado su talento y significativa trayectoria, el mes pasado la Agrupación Coral de la Unión Musical Porteña decidió nombrarla Madrina de Honor. Según ella reconoce, el honor es para ambos. Con su historia, Silvia nos demuestra que a veces los giros inesperados de la vida vienen cargados de éxitos. Y es que la intérprete se topó con la música de la forma más casual, en el colegio, cuando un maestro descubrió su voz. Años más tarde localizó su pasión, se arriesgó a dejar los estudios paralelos que cursaba y convirtió el canto en su profesión. A día de hoy, no hay quien frene su carrera en este campo tan exigente y disciplinario como es el de la ópera.
La Unión Musical Porteña te ha nombrado madrina de su coral. ¿Qué se siente al amadrinar el coro de tu localidad natal?
La verdad es que cuando me dieron la noticia no daba crédito. Siempre me ocurre que cuando estoy fuera, cantando o trabajando, y la gente me pregunta que de dónde soy, lo primero que me sale decir es que soy de Puerto de Sagunto. Nunca digo de Valencia. Entonces Juan, que fue quien tuvo la iniciativa para este proyecto, lo comentó en la Unión y cuando me lo dijeron estaba loca de alegría. Es un orgullo poder decir que he amadrinado a la coral de la Unión Musical Porteña. Además, es lo comentábamos un poco entre compañeros. Cuando eres joven, que ya has hecho algo de carrera pero no llevas tantísimos años de trayectoria como otras personas, y ya te hacen ese homenaje en el lugar donde has nacido pues es perfecto.
¿En qué momento surge esa vocación hacia el canto que tienes en la actualidad?
Pues mira, yo vocación por el canto de pequeña la verdad es que no tenía. Mis planes eran estudiar otras cosas. Lo que pasa es que un día en clase de música, mientras el profesor examinaba de la partitura de flauta a una compañera, yo estaba canturreando la canción por detrás. Entonces el profesor se levantó y dijo: ¿Quién está cantando? Yo respondí que había sido yo y me dijo que tenía una voz muy bonita y que podría estudiar solfeo. De repente me empezó a hablar de un mundo totalmente desconocido para mí y a raíz de eso, él me dio todas las explicaciones pertinentes y me apunté al coro del cole para aprender a tener una partitura en la mano, a saber leerla y en general, a empezar a empaparte un poco de lo que es el tema de la música. Posteriormente fui al conservatorio.
Luego decidiste ser cantante de ópera, soprano en concreto.
¿Sabes lo que pasa? Yo paralelamente a estar en el conservatorio, realizaba otros estudios y también trabajaba. Llegó un momento en el que me tuve que replantear lo que estaba haciendo. Entonces me decidí por la música. Es un poco arriesgado porque cuando estás empezando no ves nada claro. Son ideas que tú tienes en la mente y no sabes lo que puede pasar al cabo de unos años. Yo me lo replantee y dije: quiero seguir mis estudios de música, dejaré los estudios paralelos y con el trabajo y los estudios de música veremos a ver qué pasa.
Y te decantaste por una de las modalidades de canto más exigentes.
Es curioso porque cuando yo era más joven, recuerdo que mientras me duchaba me ponía a canturrear e incluso las canciones modernas me daba por cantarlas en plan ópera. Yo no sabía por qué una canción moderna me salía cantarla así. Era una cosa muy curiosa. De modo que cuando empecé a cantar en el coro y a recibir mis primeras clases de canto, fue cuando tuve la conexión al 100% y supe que lo que quería hacer era cantar ópera. Había descubierto algo que tenía dentro pero que ni siquiera lo sabía.
Imagino que llegar a lo que eres hoy en día eres requiere mucho esfuerzo y una preparación muy intensa.
Sí. Esto es como una carrera de fondo, como la vida de un deportista que tiene que estar día a día trabajando. No puedes esperar a que llamen a tu puerta, tienes que estar constantemente viajando y haciendo pruebas. Cuando una persona canta en el coro, digamos que ellos cada mes tienen sus ensayos, sus producciones y sus cosas. Pero cuando eres solista lo que pasa es que tú te vas un mes a un sitio, o dos o tres y cuando se ha acabado esa producción te vuelves a tu casa. Para la siguiente producción te tienes desplazar tú al teatro, volver a hacer una audición…Cada vez es como una oposición que te tienes que preparar. Es más complicado. Por eso siempre tienes que estar preparada al 100% porque incluso cuando estás de vacaciones hay veces que te llaman por teléfono y te dicen que una soprano se ha puesto enferma y que saben que tú has cantado esa ópera. Entonces, claro, tienes que estar al 100% porque no sabes lo que te puede surgir en cualquier momento.
Por lo que cuentas es una profesión con una enorme presión.
Sí, sobre todo cuando vas subiendo escalones. Llega un momento en que el trabajo que tú realizas es con directores musicales y directores de escena de primer nivel. Entonces un día puede que te esté dirigiendo, por ejemplo, Plácido Domingo. En mi caso, el día que me dirigió Plácido Domingo, no me sentía la camisa en el cuerpo. Es que claro, piensas en esa persona a la que has visto tantas veces en los medios de comunicación y de repente la tienes ahí, a dos metros de ti, dirigiéndote, mirándote…Impone muchísimo.
Durante este camino, habrás tenido algunas referencias vocales que te han marcado. ¿A qué cantantes admiras especialmente?
Digamos que de los cantantes que, a pesar de seguir cantando no están en su pleno apogeo, destacaría por ejemplo a Edita Gruberova. Es una cantante fantástica. Me gusta muchísimo. Aparte es que es una soprano que hace el mismo repertorio que yo y me ha gustado mucho siempre escucharla a la hora de cantar algunas operas. Utiliza su instrumento vocal de una forma muy inteligente y escuchando también se aprende. Actualmente, hay algunas sopranos como Anna Netrebko, que aunque no es de mi repertorio, es una chica con una técnica de canto excepcional. Es una joven rusa y me gusta mucho como canta. Además, Renata Scotto también es una referencia muy importante.
Después de tantas influencias, ¿cómo definirías tu estilo?
¿Sabes lo que pasa? Cuando ya llevas un tiempo cantando, te haces a ti misma. Ya no necesitas, digamos, tomar referencias ni nada sino que tú coges la partitura, te pones a estudiarla y ya está, te sale.
Como decíamos, a pesar de ser una cantante joven tienes una amplia experiencia y has actuado en sitios realmente importantes. ¿Qué papel recuerdas con especial emoción?
Lucia di Lammermoor, en Bilbao. Fue una ópera fantástica que supone estar muy en forma porque el papel es muy arriesgado y tiene momentos de muchísima dificultad. La ópera es larga y justamente la parte más difícil está al final. O sea que después de haber cantado durante mucho tiempo, te dejan lo más difícil y también tengo que decir que lo mejor, para el final de la obra. La verdad es que esa experiencia fue fantástica.
Pero te fue bien.
Sí, tuvo mucho éxito.
¿Y tienes alguna espinita clavada de algún teatro en el que te hubiera gustado actuar desde siempre y todavía no lo has hecho?
Pues no. Mientras mucha gente dice que le gustaría cantar en el Metropolitan, yo decía que a mí me gustaría cantar en La Scala de Milán. Cuando lo comentaba, me respondían: bueno pero La Scala está aquí en Europa, para el Metropolitan tienes que cruzar el charco. No importa. La Scala para mí tenía algo especial y dio la casualidad de que el maestro Lorin Maazel, en paz descanse, me llamó para estar allí de cover por si la soprano se ponía enferma tener a una persona que pudiera cantar. La ópera que estuvimos interpretando no es una típica del repertorio, que llamas a cualquier persona y la canta, sino que es una obra escrita por Lorin Maazel y que en el mundo solamente la hemos cantando tres personas. Claro, yo pedí ensayos porque si pasaba cualquier cosa no podía arriesgarme a salir a cantar sin haber hecho ningún ensayo. Entonces el maestro Lorin Maazel cuando me escuchó cantar la ópera dijo: esta chica no se puede quedar aquí esperando a que la otra se ponga enferma, hay que darle funciones. Me dieron varias funciones y tuve la oportunidad, el privilegio y la alegría de hacer mi debut en La Scala de Milán.
Pasando a las actuaciones, la preparación de los papeles es importante. ¿Cuáles son tus métodos para aprenderte los que te tocan?
El método es repetir, repetir y repetir. Siempre cojo la ópera, leo el argumento y me informo de la historia y de todo lo que le rodea. Después miro la partitura a nivel musical, la aprendo y luego ya poco a poco le voy frunciendo la letra. Para memorizarla es como todo, repetir y tener un pianista que también te va ayudando a base de conectar el texto con la música. Al final llega un momento en el que poco a poco lo vas memorizando. En casa cuando ensayo sola, me lo preparo vocalmente pero luego digamos que para dar el toque final, tengo un repertorista que es el que me ayuda a darle forma a la ópera. A su vez, cuando llegas al teatro hay otro pianista repertorista y el director musical, que es el que ya te acaba de dar todas las pautas exactas para que quede bien la ópera.
Se dice que las sopranos tenéis que cuidar mucho la voz, especialmente los días de función.
La clave es dormir muchísimo y comer bien. Yo creo que comer es importante pero en mi caso, yo personalmente para poder estar al 100% en una actuación necesito haber descansado mucho.
Hablando de sopranos, Ainhoa Arteta era reconocida a nivel mundial y tardó en ser contratada para el Teatro Real. ¿Crees que a las cantantes españolas se os exige más?
A veces pasa que en casa del herrero, cuchillo de palo. En su caso, la verdad es que no lo sé pero lo que tengo entendido es que ella hizo una audición en el Teatro Real y el director le dijo que estaba perfecto, que cómo no había cantado antes allí y tal. Es verdad que ella ha cantado en muchos teatros de España y fuera de España también, pero a veces es complicado que en tu propia casa, por así decirlo, te tomen como primera opción a la hora de hacer un reparto de ópera.
En concreto, eres de Puerto de Sagunto, ¿cuál es el ambiente que se vive aquí a nivel musical?
Pues la verdad es que de Puerto de Sagunto estoy un poco desconectada porque hace por lo menos 20 años que no vivo aquí. Me marché fuera. Pero como mi madre canta aquí en la Unión Musical Porteña, ella es la que me va informando de cómo van las cosas, de los conciertos, de que cada vez hay mas gente que se está moviendo. A mí me alegra que esto se haya creado, que poco a poco la gente se vaya sumando a este proyecto y que esto cada vez vaya a más. A mí eso me alegra muchísimo.
Como todas, esta profesión tendrá sus cosas buenas y sus cosas malas.
Lo que más me gusta es que me dedico a algo que es mi pasión, mi trabajo, mi hobby y lo es todo. Y encima me pagan por ello. Lo peor es estar fuera de casa. Hay veces que si has estado dos o tres meses fuera, echas de menos ya hasta comer en tu mesa. Echas de menos levantarte por la mañana, abrir el balcón y ver lo que tienes en tu jardín. Añoras mucho la familia, el hogar o poder reunirte los fines de semana. Mi marido tiene que estar viajando muchísimo para que nos podamos ver. Él viene en fines de semana y bueno, es la vida del cantante.
¿Te has planteado ya algún reto para el próximo año?
Un reto muy importante es seguir mejorando, seguir estudiando y que la gente pueda valorar el esfuerzo que personalmente Silvia Vázquez está haciendo. En general, muchos cantantes lo hacen pero digamos que estoy en un momento con muchos proyectos por delante y me estoy preparando especialmente con pilas alcalinas, a tope, para poder demostrar el máximo de mi potencial.
En realidad nunca has dejado de formarte para seguir mejorando.
Nunca. Además soy muy exigente conmigo misma, entonces cuando hay alguna cosa que no sale bien yo pido que me digan la verdad. Yo le digo al pianista que prefiero que me diga 20 cosas a que me diga 10. Ellos como saben que acepto ese tipo de críticas, entre comillas, para poder corregirlas y mejorar, pues me las dicen. A mí me pone muy contenta salir de un ensayo y que me digan los aspectos que tengo que mejorar. Cuando salgo de un ensayo y no me dicen nada, no me siendo contenta, no me siento a gusto conmigo misma.
Muchos dicen que el futuro de la ópera puede estar en el cine y en el streaming a través de Internet. Esto ayudaría a crear nuevos aficionados pero quizá se perdería un poco la esencia. ¿Cuál es tu opinión?
Yo pienso que está bien que lo hagan porque, claro, si de repente en el cine están poniendo una ópera de La Scala, de Verona o de cualquier sitio de Europa o de América, eso hace que la gente que no puede desplazarse a esos lugares tengan la oportunidad de verla. Por otra parte, siempre hay gente que aunque vaya a ese tipo de eventos en el cine, sabe que la ópera en directo son otras palabras. A la gente que le gusta siempre intenta, de alguna forma, ir para poder ver esa ópera en directo. Vivir la ópera en directo no se puede describir con palabras.
¿Dónde podremos verte a ti en directo?
Tengo varias cosas pero hasta que no me envíen el contrato por correo no digo nada. Soy un poco supersticiosa con eso. Eso lo anunciaré. Pero el sábado 13 de diciembre, en la sala Mario Monreal de Sagunto se ofrecerá un concierto de zarzuela y de ópera en el que estaré acompañada al piano por José Manuel Martí. Será un concierto muy bonito y animo a la gente a que vaya a verlo porque les gustará y quedarán muy satisfechos.
Para finalizar, una pregunta más profunda. ¿Qué aporta la música en tu vida?
Ufff… Muchísimas cosas. Sin la música yo me sentiría muy vacía. Sí que es verdad que la familia para mí es muy importante y que necesito tener cerca de mí el calor de los familiares y de los amigos que no están relacionados con la música porque siempre te hacen vivir un poco la realidad de la vida. Llega un momento en el que evidentemente te tienes que jubilar porque la voz ya no está para ir haciendo conciertos por ahí y hacer el ridículo, pero en este momento para mí la música significa tanto que si surgiera alguna cosa que de repente tuviera que dejarlo, buff, sería un palo tremendo.
