La sala de actos del Museo Vía del Pórtico se quedó pequeña para acoger la charla que el novelista Santiago Posteguillo ha impartido esta tarde en Saguntoy que ha congreado a cerca de 150 personas en el espacio museístico saguntino. El acto ha contado con la presencia de numerosos concejales del ayuntamiento de Sagunto y ha estado presentado por el alcalde de la ciudad Alfredo Castelló.
La visita de Posteguillo ha servido no sólo para hablar de su último trabajo literario, la novela Circo Máximo, sino también para para reivindicar la figura del emperador Trajano, a quien define como uno de los personajes más importantes de la historia de España y, por supuesto, del antiguo Imperio Romano. En su defensa de esta figura histórica, el novelista ha recordado que cuando Trajano alcanza el poder se encuentra con una situación de deuda en el imperio que resuelve devaluando la moneda, algo que prefiere a subir los impuestos, y ampliando la asistencia social, los programas de alimento a las clases más bajas de Roma, que había puesto en marcha su antecesor, Posteguillo se ha permitido incluso ironizar señalando que el emperador de origen español lo tenía más fácil que ahora porque «no tenía que pedir permiso a Germania».
El escritor también ha explicado los entresijos del Circo Máximo, el estadio más grande de la antigüedad que contaba con una capacidad de 250 mil espectadores, dato aún no superado por los estadios deportivos actuales, con sus 14 giros mortales, que ha comparado con el cerrado giro de la archiconocida curva de La Rascasse del circuito de Montecarlo
El autor de la Trilogía de Escipión ha explicado también que gran parte de su documentación se basa, lógicamente, en los textos antiguos que dejaron los romanos, una civilización muy a documentar prácticamente todos aspectos de su vida militar y civil, pero sin embargo Trajano, a pesar de ser el emperador qué más grande hizo el Imperio Romano, no sólo tiene gran parte de su obra pérdida sino que no ha sido reivindicado por estudiosos y novelistas con la importancia que autor considera que debería tener su figura. Esto obligó el autor ha tener que acudir a estudiar los grabados y frisos de la famosa Columna de Trajano, así como visitar Rumanía y Serbia para conocer donde el emperador mandó eregir el más importante puente de la antigüedad, el Puente de Apolodoro (también conocido como puente de Trajano), sobre el río Danubio y que durante 1.000 años fue reconocido como el puente más largo jamás construido.
