Por Buenaventura Navarro
«La historia significa nada menos que conocer los cimientos de nuestra vida actual, saber de dónde venimos, quiénes somos y aumentar las probabilidades de saber a dónde vamos». Profesor Manuel Tuñón de Lara (pág. 7 Por qué la Historia)
El libro que presentamos hoy aquí, en Puerto Sagunto, no es un manual de Historia, pero también trata de nuestra Historia contemporánea. Este trabajo colectivo, con 12 autores y autoras, tampoco es un libro propiamente de ensayo ni de investigación histórica, aunque tenga parte de ellos como elemento divulgativo que es. Se trata de un libro guía por diferentes ciudades del País Valenciano, donde ha existido una importante actividad industrial, y, aparejada a la misma, un acervo de luchas sociales y obreras para conseguir unas mejoras económicas y sociales por parte de los trabajadores que daban vida a esos procesos productivos.
El hilo conductor de cada capítulo se tejió alrededor de una ruta, como un recorrido por esa ciudad, vinculada a algunos acontecimientos históricos que por allí se vivieron. En nuestro caso, se ha mostrado un itinerario, que no es único, puede haber otros, y teníamos que ceñirnos a las directrices que nos marcaban para este proyecto editorial. Tampoco es un puro problema matemático de unir una serie de puntos sin repetir caminos de una manera abstracta.
Sabiendo, además, que nos movíamos entorno a la etapa de la dictadura franquista y los primeros tiempos de la transición a la democracia, ya se acotaban esos límites temporales entre los años 1939 y 1982.
Vemos más bien esta publicación como la introducción o guía al conocimiento de unos lugares y de las gentes que les dieron soporte. Empezar a saber un poco mejor quiénes somos, como decía el Profesor Tuñón de Lara. Es un libro con un tamaño adecuado para poder llevar en el bolsillo de la cazadora o de la chaqueta o en la mochila o debajo del brazo, pero siempre a mano. Nos recuerda lo que decía aquel filósofo mejicano conocido como subcomandante Marcos: «Nuestra arma es nuestra palabra». Ahí, siempre a mano, la palabra, el argumento, el pensamiento. En definitiva, llevando muy cerca y a punto la defensa de la razón democrática.
Para nuestra participación sobre Puerto Sagunto, nos pareció necesario trazar un preámbulo con el escenario dónde estábamos, de dónde veníamos. Y eso es hablar de personas, de mujeres y de hombres, que nos antecedieron y dejaron marcados los surcos para intentar mejorar sus vidas y de sus semejantes. Esto es reconocer que no venimos de la generación espontánea, sino que nos alzamos sobre los esfuerzos, los afanes, las derrotas y las victorias de quienes nos han precedido. Por ello, narramos en unos prolegómenos esos antecedentes. No podíamos olvidar las luchas sociales y obreras de nuestros mayores.
Hablar ampliamente sobre la etapa de la dictadura franquista y la transición aquí, en nuestra historia, hubiera significado hacer otro tipo de publicación, no era ese el objetivo. Pretendíamos mirar alrededor, hacia edificios, lugares y ambientes vinculados a esa parte de la historia vivida por los ciudadanos porteños, que, en número muy importante, son los que fueron dándole su significado. Era un libro como una guía para introducir, sobre todo, desde nuestro punto de vista, a las generaciones más jóvenes y a las visitas foráneas en el conocimiento de las luchas sociales y obreras que se produjeron en Puerto Sagunto. Empezar a amar a una ciudad por los seres humanos que la hicieron y le dieron vida.
Ojalá este trabajo, a pesar de la brevedad de su exposición, sirva para despertar el interés y la pasión por el conocimiento de nuestra historia y por ende de disminuir e ir poniéndole límites al olvido y al desconocimiento. Como dijo aquel sabio alemán llamado Karl Marx en la discusión que tuvieron en una mesa de trabajo en el año 1846, cuando, dando un puñetazo sobre el tablero, exclamó: «¡Nunca, jamás ayudó la ignorancia a nadie!». Y lo decía alguien que se pasó horas, días y años estudiando en las bibliotecas, especialmente en la British de Londres.
Cola en el puesto de venta de aceite de la extinta Cope, el Economato de Productores de AHV, en una imagen del Archivo Histórico Industrial
Cuando realicemos algún recorrido, sea el propuesto por este libro guía, u otros, nos iremos percatando que las huellas dejadas no pertenecen solamente a una persona o a dos o a tres, que han sido cientos y luego miles, quienes han ido construyendo esas referencias. Bien cierto que unas pocas lo emprendieron para beneficio propio exclusivo, y otras, más numerosas, aportaron sus vidas y sus trabajos para materializarlos y para mejorar sus existencias y de la sociedad. Hubo en ese coraje, por parte de los llamados seres anónimos, que no eran tales pues todos tenían nombre, pero eran muchos, una mayoría, hubo pues un deseo implícito por saber, por acercarse a la cultura. Fuese por el impulso autodidacta o por animar y sostener a sus descendientes a conquistar esa cultura a la que ellos no habían tenido facilidades de acceso.
Cómo disfrutábamos cuando escuchábamos el ansia de saber de aquellos viejos militantes obreros, hoy ya desaparecidos por el paso del tiempo. Su afán por leer a los clásicos, a Cervantes, Quevedo, Machado, García Lorca, Miguel Hernández, Neruda, Bertrand Russell, etc. Cómo cuidaban sus libros, con el respeto con que los sostenían y trataban de apropiarse de sus palabras e ideas. Eso lo hemos visto y nos lo han contagiado. Aquellas manos encallecidas por el rudo trabajo manual acariciaban las páginas y los lomos de los libros. Ello nos ha resultado siempre muy emotivo. Estamos muy agradecidos, en grado superlativo, con la pasión por la cultura que nos han transmitido y con sus formas de ser y de actuar. En realidad, somos como puzles de piezas de todas esas personas.
El honor y la riqueza que nos ha supuesto el conocer y poder estar cerca de esa gente, mujeres y hombres, debemos contarlo, y comunicar sus experiencias, en especial, a los más jóvenes, para abrirles paso, y que ellos puedan formar sus propios criterios y discernir.
Necesitamos jóvenes que piensen, y que tengan ilusiones y sueñen con una sociedad mucho mejor, en la que el egoísmo no inunde nuestras almas dejándonos llevar por el espejismo del mercado. Y así que, en el ámbito de la historia, de su estudio, no tengan trabas, sino alicientes, para poder conocer la obra de Manuel Núñez de Arenas, y de su principal discípulo Tuñón de Lara, o las profundas reflexiones de los historiadores británicos marxistas, como Eric Hobsbawm, o como Thompson, o de la Escuela de los Annales franceses, o de Pierre Vilar, o de Josep Fontana, y de tantísimos autores interesantes e imprescindibles. Para que les fecunden intelectualmente y en su consciencia, y así que no pierdan su propia mirada y su pensar sobre la realidad pasada, la presente y ayuden a construir el futuro más benévolo para la propia Humanidad y para la Naturaleza.
Acercarse al estudio del movimiento obrero, a sus luchas, debe de ser establecer una visión desde los de abajo, de la gente común y corriente. Sin perder de vista a los gobernantes, pero no para glorificarlos y elevarlos a los altares, sino para saber situarlos y conocer sus papeles respectivos en la sociedad y en nuestra Historia.
Por ejemplo, cómo vamos a olvidarnos de aquellos viejos obreros que nos rememoraban emocionados la visita del Doctor D. Juan Negrín, presidente del Gobierno de la República, cuando estuvo aquí, en Puerto Sagunto, para cumplimentar, agradecer personalmente y dirigirse con afecto a los trabajadores y trabajadoras de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, el domingo 5 de junio de 1938, valorando la suprema importancia de sus trabajos en esta industria para la República al demostrar su intrepidez y su sentido de la honradez por no abandonar sus puestos.
En el lado opuesto, los gobernadores civiles de Valencia durante la dictadura, como verdaderos capataces del régimen franquista y brazo ejecutor de sus mandos de Madrid, imponiendo multas (a obreros, a estudiantes, a intelectuales), expedientando a estudiantes y separándolos de la Universidad, o durante el primer franquismo, cogestionando la etapa más dura de la represión con cárceles, detenciones, torturas, farsas de juicios militares e incluso fusilamientos.
En el itinerario propuesto en esta ruta de la memoria, que ya hemos indicado que no es el único ni ha podido ser exhaustivo, hemos paseado nuestra mirada y nuestra evocación por algunos edificios y lugares de nuestra historia contemporánea, vinculándolos a acontecimientos históricos de esa etapa de la dictadura y transición a la democracia.
Se encontrará abundante material fotográfico, tanto antiguo como otras instantáneas actuales para poder comparar. Así como someras descripciones arquitectónicas y artísticas de esos elementos. Ello va acompañado de breves apuntes informativos de momentos históricos protagonizados por la gente corriente o, dicho de otro modo, por la clase trabajadora.
Además, como información complementaria, hemos añadido unos pocos perfiles biográficos, no tantos como hubiéramos querido, de algunas personas que contribuyeron, junto a muchas otras, a aprender y ser hijos e hijas de nuestra historia, para empujar hacia una sociedad mucho mejor.
Para ello, con ese objetivo hemos tratado de contribuir humildemente en esta obra colectiva, siguiendo la estela de nuestros mayores en su pasión humanista por la cultura.
La selección de lugares y citas ha sido responsabilidad de sus autores, señálennos pues los errores, pero, por favor, adjudiquen los posibles aciertos que encuentren en este trabajo al aliento de todas esas mujeres y hombres, mal llamados anónimos, pues todos tenían sus nombres, y que nos lo dieron todo en su entrega para que ahora nosotros podamos seguir adelante, esforzándonos con el horizonte de esa vida más justa, más generosa y más amable para todas las personas.
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Presentación libro ‘Rutas de la Memoria Obrera (En el País Valenciano)’
Puerto Sagunto (Valencia), jueves 28 septiembre 2023, 18:30 horas
Centro Cívico (Antiguo Sanatorio), salón de actos
