Tras finalizar su máster en el Conservatorio de Codarts en Rotterdam, la idea del joven músico del Camp de Morvedre, Manel Chust Torres, era la de volver a casa tras un año intenso de trabajo y estudio pero, este país le tenía guardada una última sorpresa: una oportunidad laboral que no ha podido rechazar puesto que ha entrado a formar parte de la Orquesta Joven Nacional de Holanda de Jazz (NJJO) con la que estará girando por diversas partes del mundo hasta el mes de noviembre de 2024.
«Al finalizar mis estudios, mi idea era volverme a España, a casa, pero me surgió la oportunidad de audicionar para esta orquesta y probé suerte. La audición fue en tres fases, en la primera de ella tuvimos que enviar un video y, tras una primera selección, nos convocaron en Amsterdam para hacer las pruebas en directo y, para mi sorpresa, me comunicaron que entraba en la agrupación. Lo cierto es que es un lujo porque es una orquesta nacional, que depende del Estado holandés y que tiene mucho recorrido a nivel europeo», afirma el percusionista de la comarca.
Actualmente son 21 los músicos que forman parte de esta orquesta que está dirigida por la trompetista neerlandesa, Maite Hontelé. Se trata de una agrupación de big band de jazz enfocada a la música latina, es decir, una latin jazz band con una base de ritmos afrocubanos y con una alta presencia de la percusión. «Para mí es un lujo poder trabajar con Maite Hontelé, que es una persona que ha vivido muchos años en Colombia y que ha trabajo mucho con la música latina, es más, estuvo nominada a un Grammy en 2014 y ha tocado con importantes cantantes de Puerto Rico y de Cuba, como es el caso, por ejemplo de Rubén Blades. Es curioso porque yo escuchaba sus discos, la admiraba mucho con lo que es un sueño el poder trabajar con una artista como ella», apunta Manel Chust.
Sin lugar a dudas, ésta está siendo una gran experiencia para el músico del Camp de Morvedre que le está haciendo crecer tanto profesionalmente como personalmente pues como afirma: «Como experiencia profesional está siendo algo increíble pero también como experiencia laboral porque aquí en Holanda se puede vivir de la música; además, personalmente también está siendo una experiencia muy enriquecedora porque estoy conociendo a muchos músicos de diversas partes del mundo, algo que me hace nutrirme mucho, musicalmente hablando, pero también, a nivel humano, además de que voy a poder conocer y tocar en los grandes teatros de Europa delante de muchísima gente».
De este modo, a Manel Chust y a la Orquesta Joven Nacional de Holanda de Jazz le quedan por delante muchos meses de actuaciones donde van a recorrer teatros no solo de Holanda sino también de otros países como Alemania, Italia o Bélgica en un tour que finalizará, en noviembre de 2024, en Indonesia. Además, el estreno de la nueva temporada de esta agrupación musical tuvo lugar en Amsterdam el pasado 6 de octubre en un exitoso concierto en el que, como ha explicado el percusionista de la comarca, se colgó el cartel de aforo completo puesto que se vendieron todas las entradas disponibles para este primer concierto, «algo que fue muy motivador para nosotros», señala Chust.
Manel Chust junto a sus compañeros de la Orquesta Joven Nacional de Holanda de Jazz
El joven del Camp de Morvedre compagina su trabajo en la Orquesta Joven Nacional de Holanda de Jazz con otros trabajos y proyectos personales que también está poniendo en marcha en este país dado que los ensayos con esta importante agrupación musical se llevan a cabo los días anteriores a los conciertos programados. De este modo, además de dar clases en una escuela privada de música, forma parte de otra agrupación musical llamada La Reunión que, en breve, va a comenzar una gira por pequeños auditorios locales, y también está trabajando en un Ensemble de tango donde fusionarán este ritmo tan característico con diversas músicas del mundo.
Un año intenso de trabajo y formación
Este 2023 ha sido un año intenso de trabajo y formación para este músico del Camp de Morvedre. Y es que, como ya informaba este periódico el pasado mes de diciembre, el Conservatorio de Codarts le concedió una beca de investigación, otorgada por la Codarts Research Fund, que le permitió viajar hasta Cuba para estudiar in situ durante dos meses la música afrocubana de la cual es un apasionado. «Ha sido un año intenso, el poder hacer la beca en Cuba fue algo que me permitió crecer mucho como músico, conocer bien este género musical y también ha sido una gran ayudar el poder trabajar y conocer esos ritmos de primera mano para, de esta manera, poder integrarlos a mi forma de hacer música», afirma Manel Chust.
Entre sus planes de futuro, a medio y largo plazo, se encuentra el volver a casa para poder dar clases y seguir trabajando como músico, «porque ahí están mis raíces», aunque el joven del Camp de Morvedre tiene clara una cosa: «todo dependerá de por dónde me vaya la vida puesto que estaré allá donde tenga una oportunidad y, por ejemplo, una gira así con la Orquesta Joven Nacional de Holanda de Jazz era una oportunidad que no quería ni podía dejar escapar. Es cierto que aquí en Holanda hay muchas más posibilidades de vivir de la música porque hay muchas organizaciones que apoyan la cultura y que promueven la celebración de conciertos».
