La fotógrafa local, Pilar Sampedro, acaba de presentar su nuevo libro Huellas, un trabajo con el que ha querido rendir homenaje a las personas más importantes de su vida, aquellas que le han dejado huella, «porque, en un momento determinado he tenido ese hombro, ese pañuelo que me ha secado una lágrima o esa palmada que me ha dado ánimos». Se trata del trabajo más personal e íntimo de esta artista en el que se pueden observar un total de 56 imágenes en formato retrato, tanto en blanco y negro como en color, de estas personas que han marcado su vida. Además, este fotolibro está acompañado de una exposición en la que se pueden ver todas estas imágenes y que se podrá visitar en el Centro Cívico de Puerto de Sagunto hasta el próximo 14 de julio.
¿Cómo surge el poder realizar un proyecto como el de Huellas?
El proyecto surge un día que me doy cuenta de que me he hecho muy mayor (risas) y que ya he vivido más de lo que me queda por vivir. Entonces me planteé que toda la fotografía que había hecho hasta ahora era muy reivindicativa, social, pensando en el maltrato, en la anorexia, en los niños abandonados, etc..., siempre han sido fotografías muy difíciles de mirar. Yo llevo siempre muchos proyectos en mi mente pero esta vez quise contar mi vida a través de personas que me han marcado, que me han dejado huella porque, en un momento determinado he tenido ese hombro, ese pañuelo que me ha secado una lágrima o esa palmada que me ha dado ánimos. Era una manera de agradecer a todas estas personas, aunque hay muchas más que quizás le rinda homenaje en una segunda parte de este proyecto.
¿Podríamos decir que éste es su proyecto más personal?
Sin lugar a dudas. Huellas es mi proyecto más personal, en el que más me he metido. Está formado por un total de 56 imágenes protagonizadas por una persona que se convierte en el personaje de esa imagen, cada una de ellas me ha aportado una cosa en mi vida y con cada una de ellas, haciéndole las fotografías, hemos vivido unos momentos muy especiales que dan para escribir un libro.
¿Este proyecto nació primero como un libro y luego una exposición o fue al revés?
Huellas nació como un libro porque es cierto que estoy algo cansada de exposiciones porque es algo muy efímero, porque las muestras, las recoges y luego te las llevas a casa; yo quería hacer un libro porque la gente lo tiene en casa y lo puede hojear cuando quiera. Pero es cierto que, al final, me liaron y me propusieron que, el mismo día de la presentación del libro, hiciera también una exposición con las imágenes que forman parte del mismo y así hice, siendo la primera vez que hago algo así en conjunto.
¿Por qué se decidió por titularlo Huellas?
Porque son personas que han dejado huella en mí, en el corazón, en el alma, en todo mi ser. Estuve pensando otros títulos un poco más largos pero me parecían un poco más cursi por lo que finalmente me decidí simplemente por Huellas porque, realmente, las han dejado, unos por familia, aunque hay algunas personas que, como digo en el texto, me han marcado pero que ya no están, como es el caso de mis padres, y otros por amistades.
¿Se podría decir que es un trabajo hecho para usted?
Sí, es un trabajo muy interior, es algo muy íntimo mío.
¿Cuánto tiempo ha necesitado para llevar a cabo este proyecto?
Llevo años trabajando en este proyecto. Lo empecé hace mucho tiempo, es más, algunas personas que aparecen en él ya no están entre nosotros, por desgracia. Lo cierto es que empiezo muchos proyectos pero como también ejerzo de abuela y hago muchas otras cosas, pues no puedo hacer el proyecto seguido. Entonces, a lo mejor, hago algunas fotografías y las guardo, pasa un tiempo y pienso en hacerle un retrato a otra persona, quedamos y entonces sigo con el proyecto. Esto es algo más difícil porque no es lo mismo coger una cámara e irte a fotografiar paisajes, tienes que quedar con la gente y por ello he estado más tiempo trabajando en este proyecto, quizás unos diez años.
¿Se había centrado antes tanto en los retratos como ha hecho ahora con Huellas?
Es la primera vez que me adentro en el retrato. He ido con mucho miedo porque jamás había hecho retrato y es difícil hacerlo porque no es únicamente hacer la foto y que salga bonita, en el retrato tienes que intentar sacar el alma de la persona, que refleje cómo es y su carácter y eso considero que es algo muy difícil. Que la gente que sale en mis retratos se reconozca como es, sus expresiones y demás, para mí ha sido lo más satisfactorio, eso es el mejor piropo que creo que te pueden decir.
Pilar Sampedro presentó su nuevo trabajo en el Centro Cívico de Puerto de Sagunto
Además de retratar a las personas que forman parte de este proyecto, las fotografías las ha contextualizado para cada personaje, ¿por qué lo ha hecho así?
A cada uno lo he puesto en su mundo, con sus características específicas. No soy una persona de coger a alguien, sentarla en un sitio, buscar la luz y hacer las fotografías y ya está, me gusta complicarme un poco las cosas, soy así (risas). Es verdad que los proyectos míos siempre son así, complicados, por ello he querido poner a cada persona en su sitio, vincularlo, decir quiénes son y mostrar de dónde vienen para que en un futuro se sepa. Por ejemplo, una de las fotografías se la he realizado a Fernando Cos-Gayón que es, entre otras cosas, escritor y el alma del Casino, ¿dónde le iba a hacer mejor la foto? Pues en el Casino. Por ello aparece en la imagen en el Casino junto a su mujer.
¿Qué le aporta la fotografía?
A mí me encantaría poder salir a la calle y poder fotografías paisajes, que son muy bonitos y ya está, pero no, no es mi estilo. Yo no concibo una fotografía como una sola imagen, para mí, tiene que ser una secuencia, tengo que contar mediante la fotografía alguna cosa, tengo que contar una historia, hay quien las cuenta con palabras y a mí me gusta hacerlo con imágenes. Por ello la fotografía me aporta el poder transmitir todo aquello que yo quiero contar. Hay quien tiene una facilidad de palabra muy grande pero yo lo hago así, necesito expresar mediante la fotografía y, hasta ahora, pienso, por lo que me dicen, que parece no lo hago tan mal (risas). La gente me valora mucho la fotografía que hago, y yo la hago con muchísimo respecto y con muchísimo miedo. La gente me responde siempre con muchísimo cariño.
La presentación de este último trabajo, Huellas, fue el pasado viernes, 9 de junio, ¿cómo fue el evento?
Lo cierto es que fue muy bien, vino muchísima gente y me he quedado sin libros, además de que ya tengo encargados muchos ejemplares por lo que voy a tener que hacer una edición después de haber impreso cien libros, todos ellos numerados, que se agotaron en apenas unos minutos. Había tantísima gente que no podía ni presentar el libro, se pusieron en cola para que les firmase los ejemplares antes de empezar a presentarlo. Estaba alucinando de la gente que vino a verme y compartió conmigo ese día; tenía algo de miedo porque la mayoría de mis amigos ya me dijeron que no podrían venir al evento porque tenían diversos asuntos y motivos justificados, pero cuando llegué y vi toda la gente que había venido a arroparme, me quedé muy sorprendida, fue increíble, todo el salón de actos lleno de gente sentada y muchos de ellos tuvieron que quedarse de pie. Además, quiero agradecer al escultor y pintor Jaime Giménez de Haro, al poeta y escritor Antoni Gómez y al pintor Antonio Camaró que fueron los encargados de presentar el libro ese día.
¿Cómo ha planteado esa exposición que se puede visitar en el Centro Cívico de Puerto de Sagunto hasta el próximo 14 de julio?
He querido hacer algo diferente. Normalmente en las exposiciones la imagen impresa la poner con paspartú y con un marco o en formato más grande con vinilo o similares pero yo, con mi muy poco presupuesto, quería hacer algo original. Como ahora está de moda lo analógico, quería dar un poco un aire así por lo que, nada más entrar a la exposición, además de dos fotos mías a lo largo de mi vida, una de niña y otra más actual, hay un stand con una ampliadora, unas cubetas, unas pinzas, con todo lo que tenemos en el laboratorio; además, las fotografías están montadas sobre cuerdas y colgadas con pinzas para que fuese algo diferente a lo que uno está acostumbrado a ver, he querido hacer un poco de homenaje también a la fotografía analógica.
Pilar Sampedro es una persona muy activa con lo que seguro que está trabajando en algún que otro proyecto, ¿nos puede adelantar algo?
Nunca paro y es cierto que tengo en mente muchos proyectos, algunos de ellos ya están empezados pero no acabados aunque alguno que otro ya lo tengo prácticamente finalizado pero prefiero no adelantar nada hasta que los vaya presentando y así que la gente los vaya descubriendo poco a poco cuando ya estén para exponer o mostrar.
Aunque no nos pueda adelantar nada de los proyectos que tiene en mente, ¿la Pilar Sampedro más reivindicativa va a volver?
Sí, siempre. Tengo proyectos en mente que, como Huellas, son una especie de homenaje pero yo voy a seguir reivindicando como he hecho en otros trabajos anteriores. Pero, como digo en el texto que acompaña la exposición, Huellas no deja de llevar mi sello personal reivindicativo porque es un proyecto reivindicativo por la necesidad de visibilizar el agradecimiento, de dar las gracias y reconocer todo lo que hemos recibido de los demás.
Y ahora que ha tenido esta primera toma de contacto con los retratos, ¿va a continuar con ellos?
Voy a seguir porque es algo que me ha gustado. Voy a tener que perfeccionarlo algo más, utilizar más sombras que en Huellas donde lo que he querido es sacar a la luz a todas estas personas importantes en mi vida, pero también me gustan esos retratos que están medio en luz, medio en sombra, que muchas veces intuyen más cosas que enseñan. Creo que voy a hacer alguna cosilla que no he hecho nunca con claroscuros pero que me apetece mucho probar, y tengo algún que otro voluntario para hacerlo.
