En su último mandato, la presidenta comarcal aboga por continuar con los Premios Orpheo, poner en marcha una Trobada de Escuelas de Música y, al mismo tiempo, acaricia la idea de implantar un ciclo de conciertos en el Teatro Romano

Josefina Gómez: «Las bandas, ahora, no están por ir a certámenes»

Josefina Gómez Monteagudo reelegida por unanimidad presidenta comarcal de la Federación de Sociedades Musicales del Camp de Morvedre Josefina Gómez Monteagudo reelegida por unanimidad presidenta comarcal de la Federación de Sociedades Musicales del Camp de Morvedre
Viernes, 20 Enero 2023 21:27

El pasado nueve de enero la Federación de Sociedades Musicales del Camp de Morvedre (FSMCV) elegía por unanimidad a Josefina Gómez Monteagudo para un nuevo mandato, el último, como presidenta de la junta comarcal donde están representadas todas las sociedades musicales del Camp de Morvedre. Podría decirse que Josefina Gómez Monteagudo, a sus 56 años, lo ha sido todo en el mundo de las sociedades musicales. Es modista de profesión, pero saxofonista por afición. Durante 16 años fue la presidenta de la Societat Joventud Musical de Faura, desde 2007 ha presidido la junta comarcal de la Federación de Sociedades Musicales del Camp de Morvedre; el pasado octubre, en la asamblea general que se celebró en el auditorio de Canet d’En Berenguer, fue elegida vocal de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana, donde, además, es la responsable de certámenes para la provincia de Valencia. Con este vasto currículo, Josefina Gómez Monteagudo afronta un nuevo periodo de cuatro años al frente de la junta comarcal, lo hace con ilusiones renovadas y con algún proyecto nuevo en la cartera.

Desde 2007, que es cuando empezó como presidenta comarcal, hasta ahora ¿qué evolución ha llevado el mundo de las sociedades musicales en la comarca?

La verdad es que esto ha cambiado mucho en estos años. Cogí el testigo en una situación un poco delicada. Recuerdo que todo esto estaba bastante abandonado. Con aquel panorama, bastante desolador, intenté que el tema de las subvenciones se organizara bien, puesto que es algo muy importante para las sociedades musicales y, sobre todo, traté de que todas las sociedades se juntaran, que hubiera cooperación entre todas ellas, dentro de que, como es sabido, cada sociedad musical es un mundo. Lo que pretendía es que se crearan lazos de colaboración entre todas ellas.

Después de poner orden, también se impulsaron las actividades de la Federación Comarcal, ¿verdad?

Sí. También empecé con las actividades comarcales que, gran parte de ellas, subvenciona la Federación. En aquel tiempo aquí solo se hacía una trobada de bandas, que, cuando me hice cargo de la presidencia, era enorme, super larga y muy cansina. Los músicos no querían venir porque en un día tenían que tocar las doce sociedades musicales que había entonces, ahora hay trece. Como tocaban una hora cada una, podíamos empezar a las cuatro de la tarde y a las doce de la noche todavía no habíamos acabado. Entonces, claro, eso, así, no funcionaba y a los músicos no les gustaba.

O sea, que había que redefinir la trobada para que no fuera un tostón, ¿no?

Claro. Intenté cambiar la dinámica de la trobada con actuaciones más breves, introduciendo la interpretación de pasodobles y el desfile, en lugar de un escenario fijo con atriles y todo el aparataje. Lo que intenté fue modernizar la trobada de bandas, pero, así y todo, como ya llevábamos diecisiete ediciones, decidimos hacer otra actividad que le gustara a la gente. Aquí fue cuando empezamos a promover una banda comarcal.

¿Y cómo fue esa experiencia?

La verdad es que los dos o tres primeros años que lo hicimos fue un éxito total. Cantidad de gente se apuntaba, los músicos y los directores de la comarca. Aquello resultó durante los dos o tres primeros años, pero, después, la gente empezó a cansarse. Los encuentros para los ensayos de la banda comarcal se acoplaban en días que no coincidieran con las actividades de todas las bandas de la comarca, lo cual era dificilísimo. Encontrar cuatro fechas al mes que no coincidieran con los ensayos o actividades de las doce bandas era muy complicado, pero se hizo. Cogíamos, por ejemplo, los tres o cuatro días de pascua, se ensayaba tres días y se hacía el concierto. Aquello, que era novedoso, gustó, pero, después, a la gente ya no le apetecía y se veía que no iba a tener continuidad, así que decidimos descansar un año o dos y retomarlo con más fuerza, pero tampoco pudo ser.

«La parte más importante de una sociedad musical es su escuela de música. Si no hay escuela de música, no hay banda, no hay músicos, no hay socios, no hay padres».

¿Y qué se hizo entonces?

Empecé a pensar qué nueva actividad se podía poner en marcha, para volver a captar el interés de todos y ahí fue cuando salió la idea de la gala de la música, los Premios Orpheo, que si que han funcionado muy bien y espero que sigan realizándose, porque yo creo que es algo muy bonito que se le reconozca a las personas que están trabajando por las sociedades musicales, a los músicos que están acabando sus estudios. Creo y espero que cuando me vaya, de aquí a cuatro años, continúen realizándose estos premios.

¿En estos cuatro años que tiene por delante cuáles proyectos le gustaría acometer para dejar su impronta?

Además de seguir con la gala de la música, me gustaría hacer una trobada de escuelas, que solo se ha hecho una vez en Quart y estuvo muy bien porque los chiquillos son muy agradecidos.

¿Desde la Federación comarcal se podría poner en marcha algo emblemático a nivel musical?

Alguna vez he pensado en un festival de bandas en el teatro romano, que es un escenario tan chulo y tan desaprovechado, pero las sociedades musicales tienen un gasto de desplazamiento, de logística y, después, pues que si hace falta algún refuerzo. En fin, que son muchos gastos. Pero realizar un ciclo de conciertos en el teatro romano estaría muy bien, siempre y cuando se pudiera conseguir esa financiación mínima para que se pudieran cubrir los gastos de cada banda, porque yo sé lo que me van a decir los presidentes, que ¿cuánto se va a cobrar? Ese ciclo de bandas, en principio, de la comarca, que lo iniciaríamos nosotros, se podría extender con el tiempo a toda la provincia de Valencia.

FINA 2

Como responsable de certámenes de la Federación para la provincia de Valencia, ¿este tipo de eventos están de capa caída?

Están a la baja porque la exigencia de ir a un certamen, de ensayar y todo eso, hay a muchos músicos que ya no les apetece. Por ejemplo, el año pasado la Diputación de Valencia tuvo que aplazar el certamen porque no había bandas, que lo celebraron en septiembre, cuando es en mayo. Sacaron las bases y estamos hablando de que cada banda, según la sección, podía cobrar entre 3.500 y 4.000 euros por participar, para cubrir gastos, y no se apuntaron. Las bandas ahora no están por ir a certámenes.

A pesar de la gran oferta de ocio que hay disponible, las sociedades musicales y las bandas de música se siguen manteniendo en pie. ¿Dónde está la magia?

Creo que la magia está en las familias, porque en cada familia hay más de una persona vinculada a la música, mi padre era músico, mi tío es músico, mi hermano es músico y yo también quiero ser músico. Creo que el germen está en las familias.

Porque este fenómeno solo pasa en la Comunitat Valenciana, ¿no?

Tanta cantidad sí. Porque hay familias que, a lo mejor, está el padre, la madre, el hijo, el tío, y todos son músicos. Entonces, quieras o no, el vivirlo dentro de casa, el día a día, es lo que yo creo que hace que las sociedades musicales continúen, porque la verdad es que tienen muchísima competencia y no es lo que era. Me acuerdo de ir a ensayos y acabar a las dos de la mañana ensayando y nadie decir ni mu. El director decía que había que ir a un certamen o una actuación muy importante y todo el mundo estaba allí. Ahora son las doce y la gente joven ya está diciendo que son las doce, pero bueno, la vida cambia.

Las sociedades musicales también han cambiado mucho, ¿verdad?

Mucho. La forma administrativa de gestionarlas no tiene nada que ver, es un mundo. Antes estaba el secretario de turno que llevaba la libretita con los gastos y los ingresos y esto es lo que hay. Ahora no va así, hay subvenciones y ayudas. Va de otra manera. Y en lo que era la escuela, un profesor daba clase de varios instrumentos y ahora todos están titulados. Se ha ganado mucho en la calidad educativa. Se ha notado y, además, creo que es bueno. Antiguamente estaba el profesor de madera y el de metal y ahí entraba todo, ahora hay un profesor titulado para cada instrumento. La calidad educativa se nota.

¿De una sociedad musical la parte más importante cuál es, la escuela o la banda?

La parte más importante de una sociedad musical es su escuela de música. Si no hay escuela de música, no hay banda, no hay músicos, no hay socios, no hay padres. Aunque cada sociedad musical tiene su forma de gestionarse. Si el fin de una sociedad es el de tener una buena banda, su escuela tiene que apostar por los instrumentos bandísticos. Si lo que se quiere es tener una buena orquesta, pues se tendrá que apostar por esa clase de instrumentos. Pero si tu sociedad puede abarcarlo todo, pues bendita sea.

¿Aunque la escuela de educandos es lo más importante, la chispa es la banda?

Claro, porque si tú formas a unos músicos y después no tienen una salida donde poder interpretar, ¿para qué los formas? La cantidad de músicos que hay ¿dónde van a ir?

«Un músico se pasa 14 años estudiando, se gasta un dineral en la compra del instrumento, que son carísimos, y luego, por ir a tocar la banda te ofrecen una miseria. Es verdad que aquí se hacen las cosas porque hay afición, pero qué menos que cubrir los gastos. Lamentablemente, la gente no valora en su justa medida nuestra labor. Es triste, pero es así».

¿Qué es lo que echa en falta actualmente en las sociedades musicales?

Que la gente joven escuche más música, que los músicos escuchen más música. Hay certámenes donde actúan varias bandas y cuando los músicos de una banda terminan de tocar, en lugar de quedarse a escuchar a las otras, se marchan. A mí me parece que a los músicos lo que les gusta es tocar y no escuchar música.

Que a principios de este siglo el Ayuntamiento de Sagunto montara el conservatorio profesional de Música Joaquín Rodrigo, ¿se ha notado en la comarca?

Se habrá notado en Sagunto porque de otros pueblos no va mucha gente a ese centro. Este es un conservatorio concertado y está el de la Vall de Uxó que es público. Si los estudiantes pueden entrar al de la Vall, porque allí se paga la matrícula y en el de Sagunto tienes que pagar matrícula y la cuota trimestral. Es mucho más caro.

¿Las charangas hacen daño a las sociedades musicales?

Sí, mucho. En mi sociedad, hasta que he podido, he intentado dejar las charangas a un lado. Mientras yo he sido presidenta de la Societat Joventud Musical de Faura a todos los actos ha ido la banda. Nunca he dejado que entrara una charanga o que de la banda se formara una charanga. Estas charangas son muy malas para una sociedad musical porque puede darse el caso de que la banda tenga un concierto y la charanga tenga esa misma fecha una actuación, con lo cual te quedas sin trombón, sin trompeta y sin saxofón, y la otra cuestión es que ese acto que hace la charanga, a lo mejor, lo podía contratar la banda y te quedas sin el dinero y lo peor de todo es que son músicos de tu banda. Eso es lo peor.

¿Cuáles son las bandas de la comarca que más despuntan por calidad?

Algimia es una banda que está trabajando muy bien. Subieron al certamen 48 músicos, casi todos son niños, y están ganando primeros premios y menciones de honor. Están trabajando super bien, una pasada. La Lira Saguntina tiene músicos para ser el emblema de la comarca, pero no va. Ahora parece que han cambiado un poco con la nueva directiva, no sé lo que harán. La Lira está empezando a salir del agujero porque la verdad es que llegaron a estar muy mal. El anterior presidente de la Lira le echó un par y logró invertir la situación. Aunque la mejor es la banda de Faura, que es la mía. Es broma.

¿Hay que mimar al músico?

Siempre. Hay que cuidar a los músicos desde la sociedad para que tengan cariño por su sociedad y que, a partir de ahí, se vaya creando una base, porque, además de músicos, hay que hacer directivos y presidentes, que cuando el que se va mira hacia atrás y no hay nadie, ¿qué hacemos?, porque los músicos son muy importantes y la escuela super importante, pero si no hay una cabeza y eso ya está pasando. Creo que esto está pasando porque no le das ese cariño, desde pequeño, cuando entran a estudiar, de pequeñitos. Deben notar que te preocupas por ellos, que los quieres y ese cariño, luego, es recíproco.

¿Se valora realmente el trabajo de las sociedades musicales y de los músicos?

No. Un músico se pasa 14 años estudiando, se gasta un dineral en la compra del instrumento, que son carísimos, y luego, por ir a tocar la banda te ofrecen una miseria. Es verdad que aquí se hacen las cosas porque hay afición, pero qué menos que cubrir los gastos. Lamentablemente, la gente no valora en su justa medida nuestra labor. Es triste, pero es así.


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Modificado por última vez en Viernes, 27 Enero 2023 10:57

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