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Este joven músico de la comarca ha obtenido una beca por parte del Conservatorio de Codarts (Rotterdam) para realizar un estudio de investigación en Cuba para escribir un método que fusione la cultura afrocubana con la europea

Manel Chust: «La percusión te permite tocar multitud de instrumentos porque cada cultura tiene el suyo propio»

Viernes, 23 Diciembre 2022 21:33

Manel Chust Torres es un joven del Camp de Morvedre que, desde muy pequeño, supo que su vocación sería dedicarse a la música. Aunque su padre, trompetista, quiso que éste fuese el instrumento que tocara, él no se sentía muy a gusto con la trompeta, algo que no le sucedió cuando llegó a su casa la batería de una vecina que iba a desechar durante una mudanza y que, cuando la tocó, le cambió la vida. Manel Chust lleva años formándose en el mundo de la música y, tras acabar sus estudios superiores y después de años dedicados a la docencia en la comarca, le surgió la oportunidad de realizar un máster en el prestigioso Conservatorio de Codarts en Rotterdam, oportunidad que no desaprovechó. Ahora, en unas semanas, partirá hacia Cuba gracias a la concesión de una beca de investigación otorgada por la Codarts Research Fund mediante la cual estudiará para crear un método que fusione la cultura afrocubana, de la cual es un apasionado, con la cultura musical europea.

Cuéntenos un poco, ¿quién es Manel Chust Torres?

Manel Chust es un chico de 29 años que se ha criado entre Puerto de Sagunto y Canet d’en Berenguer. Siempre me he dedicado a la música, mi padre ha sido músico toda su vida y, como dicen, de tal palo tal astilla.

Entonces esa pasión por la música le viene de su familia.

Pues es curioso porque mi hermana también es músico, ahora mismo está haciendo canto de jazz en el Conservatorio de Mallorca, mi padre ha sido trompetista de siempre y mi madre, que era la única que no se dedicaba a la música, con la jubilación está tocando el saxofón. Así que, desde muy pequeño mi padre quería que tocara la trompeta, yo lo intenté pero no me gustaba, yo siempre digo que el instrumento te llama, te busca a ti. Un día, una vecina que vivía al lado de mis padres, se mudaba y su hija tocaba la batería, como no le cabía en su casa nueva iba a tirarla y mi padre decidió quedársela a ver si yo me animaba a tocarla. Un día me senté en la batería y me gustó así que empecé a formarme.

¿Qué es lo que más le llamó la atención de la percusión?

Creo que su variedad. Va un poco también con la personalidad, yo soy muy curioso y siempre que veo un instrumento quiero tocarlo, entonces la percusión te ofrece eso, que puedes tocar desde la batería a la percusión latina, marimba, timbales, caja, hay muchísimos instrumentos. La percusión te permite tocar multitud de instrumentos porque cada cultura tiene el suyo propio.

¿Qué formación ha recibido a lo largo de su carrera?

Primero hice el grado elemental de percusión en Sagunto con Juanjo Garcerá, luego fui a La Vall d’Uxó donde hice el grado medio de percusión clásica donde obtuve el premio final de carrera y, posteriormente, fui a Castellón a hacer el grado superior de percusión clásica e hice una doble titulación de pedagogía de la percusión e interpretación. Hace un año me surgió la posibilidad de hacer un máster en el Conservatorio de Codarts en Rotterdam y no me lo pensé. Es una escuela internacional y cuando me dijeron que me habían cogido fue una gran sorpresa porque es una escuela donde hay mucho nivel.

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¿Fue complicado romper con la vida que tenía aquí para irse a formarse fuera?

Aquí estaba trabajando en la escuela de la Unión Musical Porteña donde también era director de su Big Band, tenía trabajos en Gilet, y dejarlo todo fue difícil pero creo que era el momento de hacerlo.

¿Por qué decidió estudiar este máster en un conservatorio de fuera de España?

Quería, sobre todo, cambiar de aires. Además, Rotterdam es una ciudad muy cosmopolita y eso se refleja en el conservatorio que es el único de Europa que puedes estudiar músicas del mundo, desde flamenco a música latina pasando por la turca, jazz o música clásica, entre otras, además que tiene también un departamento de danza, otro de circo, etc..., es un centro muy completo y a mí me apetecía especializarme en la música latina, que siempre ha sido lo que me ha tocado el corazón. Mi formación es clásica pero yo siempre he estado ligado a la música afrocubana.

¿Qué es lo que le llama tanto la atención de este estilo de música?

Mi amor por este estilo viene por culpa de una película, que es Calle 54 de Fernando Trueba. Recuerdo que a mi padre, unas Navidades, le regalaron el disco de la película, lo puso en casa y aquello fue como una explosión en mi cabeza y en mi corazón. Esa película se enfoca en la historia del latin jazz y, en específico, en la música afrocubana. Yo, por ese entonces, tenía 12 o 13 años y, por lo que fuera, me tocó la fibra. Desde ese día he tocado congas, he tocado tambores batá gracias a un profesor de la Berklee College of Music de València que es cubano que me permitió introducirme en ese mundo y creo que me quedaré en este mundo seguro.

Y ahora va a poder seguir estudiando esta cultura musical en Cuba, ¿cómo ha sido esto posible?

El Conservatorio de Codarts otorga una beca para hacer un trabajo de investigación a tres de sus estudiantes. Yo presenté la solicitud, que la verdad es que estaba muy trabajada, pero no pensaba que me la iban a conceder. Cuando me dijeron que había pasado a la segunda fase fue una alegría y hace poco presenté mi propuesta ante un comité, que consiste en hacer un viaje a Cuba de, aproximadamente, un mes y medio donde voy a estar recogiendo datos, viendo los tambores batá, que son los que se usan en la música afrocubana, y la idea es mezclar estos tambores con la percusión clásica que conocemos en los conservatorios, voy a hacer un trabajo para escribir un método que fusione la cultura afrocubana con la cultura musical europea. Hay que decir que la cultura musical del Caribe, mucha de ella, no está escrita, se transmite de forma oral por lo que quiero adaptarla a la forma de interpretar la música que es toda escrita y con partituras.

MANEL CHUST3¿Por qué eligió este proyecto de investigación?

Todo viene por una experiencia vital, al final la idea surgió de mis propias vivencias; yo estudiaba música clásica y, como comentaba, siempre me han llamado mucho la atención estos instrumentos afrocubanos. Yo notaba que no había un material didáctico o un espacio para estos instrumentos dentro del mundo del conservatorio clásico. Entonces, gracias a mi profesor, Jordi Simó, que me ayudó con mi trabajo final de carrera y es el que me ha impulsado a tirar adelante muchos de mis proyectos, me di cuenta de que no existía ese material y esta beca es la oportunidad de poder crearlo y hacer esa conexión entre esos dos mundos.

Tras el viaje a Cuba, ¿tendrá que presentar su investigación en el conservatorio?

El primer paso del trabajo de investigación es ir a Cuba, recoger datos, información, videos y demás, esa es la parte más activa. Luego viene el trabajo de escribir la tesis. Esta es una beca que se llama Codarts Research Fund que es una fundación que beca los alumnos para hacer estos trabajos de investigación, entonces cuando yo escriba esta tesis, en marzo, tengo que hacer una primera presentación en un festival de investigación que se lleva a cabo allí y lo cierto es que es un festival muy importante, vienen ponentes de todo el mundo, con el Teatro Principal lleno y para mí, va a ser una gran experiencia hacer una ponencia ante tanta gente y, además, en inglés.

¿Es importante para un músico seguir formándose y no parar nunca?

Sí siempre. Mi padre siempre me ha dicho que un músico es como un deportista de élite, que no puede estar un día sin correr porque, si no, el día de la carrera, lo va a notar. Esto es igual, nosotros todos los días tenemos que tocar, todos los días descubres algo nuevo. Es cierto que, como le pasa a todo el mundo, hay días mejores y otros peores pero sí, hay que formarse. El que piensa que lo sabe todo, en realidad no sabe nada. Y eso es lo peor para un músico. En ocasiones, dando clases a los niños, explicando cosas muy básicas, hay veces que me he dado cuenta de cosas y siempre hay algo que aprender, sea enseñando o dando tú clases.

¿Es complicado vivir profesionalmente de la música?

Es complicado, sobre todo, dentro de la rama interpretativa. En cuanto a la rama pedagógica, aquí en Valencia, tenemos suerte porque hay mucho trabajo porque hay muchas escuelas de música y muchas bandas. Lo cierto es que Valencia es la cantera de muchas agrupaciones musicales de Europa, tenemos muy buen nivel. En Holanda, dedicarte profesionalmente a la música en la rama interpretativa es más fácil porque puedes ser freelance y todo trabajo que hagas se paga en ‘A’, eso está muy bien, porque allí tienen en cuenta que eres un trabajador, tienes tu seguro, pagas tus impuestos y tu sueldo va a razón de eso. Allí podemos tocar en musicales, en teatros privados, hay muchas ayudas del gobierno para los artistas.

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¿Qué músicos tiene como referentes en el mundo de la percusión?

Para mí, siempre ha sido como el número 1 en percusión afrocubana Giovanni Hidalgo que es un conguero puertorriqueño. Desde los doce años tengo una foto suya al lado de la cama porque, para mí, es como Dios. Además de a él, también admiro mucho a Pedrito Martínez, Horacio ‘el Negro’. Son mis referentes en cuanto a la percusión afrocubana. Ahora la idea es, cuando vaya a Cuba a finales del próximo mes de enero, contactarlos, quiero ir la Festival Jazz Plaza de La Habana y rodearme de estos músicos. Además, tengo un contacto muy bueno que es Manuel Machado, trompetista de grandes artistas y grupos, como es el caso de Ketama, que es cubano y es como si fuera mi padrino musical, él siempre me ha ayudado y es el puente que tengo con Cuba y eso es algo que también le quiero agradecer.

En cuanto a proyectos de futuro, ¿se ve más como músico intérprete o como músico docente?

Creo que las dos ramas se pueden llevar a la vez. Puedes ser profesor de conservatorio pero, a su vez, tener tu vida artística. De hecho, muchos profesores que he tenido así lo hacen. Creo que, además, una se alimenta de la otra porque si tú no estás actualizado, que es algo que requiere la vida artística, el formarte, el tocar todos los días, esa parte pedagógica se empieza un poco a caducar porque necesitas nuevas experiencias, nuevas ideas, y luego eso se aplica dentro del aula con el alumnado.

¿Cómo se ve Manel Chust en un futuro?

Me veo haciendo un doctorado, mi tutora de este trabajo de investigación me dijo que le gustaba como tema y que podría hacer un doctorado después. Además, también me gustaría acabar dando clases en un conservatorio y poder tocar con grandes artistas, estar encima de un escenario y compartirlo con otros músicos.


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Modificado por última vez en Jueves, 29 Diciembre 2022 18:34

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