El director y autor teatral, que trata de impulsar el Círculo de Teatro a los cincuenta años de su fundación, pasa revista en esta entrevista a los primeros años, los últimos del franquismo, y a la trayectoria del teatro en el municipio

Antonio Ruiz: «La cultura, desde hace tiempo, está funcionarizada en esta ciudad»

Antonio Ruiz Martínez, en un momento de la entrevista Antonio Ruiz Martínez, en un momento de la entrevista
Viernes, 19 Noviembre 2021 21:28

En 1971, en medio del páramo cultural reinante en el Puerto de Sagunto, una cuadrilla de jóvenes puso en marcha el grupo de teatro La Cigarra, que, al cabo, dio pie al nacimiento del Círculo de Teatro. Se ha cumplido, por tanto, media centuria desde que se pusiera en marcha aquella iniciativa, que, por ejemplo, convirtió el Salón Alameda, situado junto a la Iglesia de Begoña, en una improvisada casa de cultura, donde se empezó a desarrollar una gran actividad, cubriendo, mínimamente, las grandes carencias que tenía la población en ese ámbito. Antonio Ruiz Martínez no fue ajeno a estas inquietudes. Se incorporó al grupo La Cigarra en 1972 como actor en “Oratorio”. Desde entonces, Ruiz siempre ha estado vinculado a la actividad teatral, aunque su labor ha sido, sobre todo, la de director y formador de actores. Después de cincuenta años ahí sigue, al pie del cañón. Este pasado octubre aprovechó la puesta en escena de “Retorica de la incertesa” de Roger Pou Llavina, para anunciar el relanzamiento del Círculo de Teatro. A lo largo de esta entrevista, Ruiz recuerda aquellos años, los últimos de la dictadura, y relata la trayectoria del Círculo de Teatro que ahora intenta reflotar. Aunque nunca ha podido vivir del teatro, reconoce que siempre se ha tomado su labor muy en serio y que, fruto de ello, hoy hay grandes profesionales que salieron de aquí. Antonio Ruiz ha dirigido 29 montajes, destacando, entre otros, “La excepción y la regla” de Bertolt Brecht, en 1974; “Ens queda la paraula?”, en 1981, y “Temps de festa”, en 1983. Asimismo, Ruiz es autor de 34 textos de teatro, de los cuales se han estrenado quince. Es su trayectoria a realizado diez adaptaciones, llegando a estrenar la mitad.

El Círculo de Teatro ha cumplido ahora el medio siglo. ¿Cómo fueron aquellos inicios?

Puedes imaginártelo, un grupo de jóvenes, con más entusiasmo que experiencia, queriendo subirse a un escenario para decir cosas que en ese momento no se podían decir, y buscando las triquiñuelas para que te dejaran hacerlo con malabarismos simbólicos para que te entendieran sin decirlo abiertamente.

En pleno franquismo, ¿fue importante el papel que jugó el Círculo de Teatro, tanto por las obras comprometidas que representó como por la proyección hacia el público local?

Las dos primeras obras eran más revulsivas por el título que por el contenido, aunque se hablaran de ciertos temas tabús de entonces, la primera fue “Dios ante el banquillo” y la segunda “Sonría señor dictador”, ambas pasaron la censura, pero ver como se juzgaba a Dios, o ver las corruptelas de un gobierno dictatorial en escena, ya de por sí era inquietante, aunque la historia estuviera situada en otro país, no importa, todo el público lo entendía.

Algunos montajes infantiles se representaron por diversas poblaciones de la provincia, y, además de la compañía infantil, se formó un grupo junior que también montó algunas obras. ¿Qué recuerdas de todo aquello?

Nada más se legalizó el Círculo de Teatro en el 1973 y se adecentó el Salón Alameda, empezó una actividad frenética, llegando a haber cuatro grupos trabajando a la vez, uno de ellos era un grupo infantil que se formó en torno a una monitora/directora y de textos como “Historia de una muñeca abandonada” o el “Circulito de tiza”, con el tiempo algunos actores repetían, haciendo montajes para jóvenes y, al final, se incorporaron en los grupos de adultos. Recuerdo que nuestro grupo infantil fue el primero en hacer actuaciones fuera de nuestra ciudad.

Fue una época complicada, la censura era muy rígida y, algunas veces, los permisos del Gobierno Civil para difundir la publicidad y representar la obra se traspapelaban en la Comisaría. ¿Cómo se gestionaban estas situaciones?

Los primeros años era una lucha de titanes el conseguir no uno sino todos los permisos que eran necesarios para poder actuar: el de Información y Turismo para que te aprobara la obra, nuevamente el de Información y Turismo para que te dejara actuar con ella cuando teníamos el lugar y la fecha, el permiso de Gobernación obligatorio para todo acto con público, el visto bueno del alcalde y que todos ellos llegaran a tiempo a la Comisaría de Policía local antes del día de la actuación, evidentemente sin esos permisos no podías poner propaganda. No sé cómo no sucumbimos a todo ello, pero, al final, el público se enteraba y venía a llenar el local.

Entonces había que mantener el Círculo de Teatro a pulmón, con las cuotas de los socios y la caja de las actuaciones. No es como ahora, que hay ayudas y subvenciones. Era complicado trabajar en esas condiciones, ¿verdad?

Sí, era complicado, no teníamos dinero, pero todos aportábamos nuestro trabajo con mucha ilusión, y la respuesta nos la daba nuestro pueblo con su presencia.

«Aunque nunca hemos podido vivir del teatro, este nunca ha sido una actividad para matar el gusanillo, nos lo hemos tomado muy en serio, de hecho, han salido muchos buenos actores profesionales que empezaron con nosotros y que ahora están en los escenarios de Valencia o Madrid».

El Circulo de Teatro, y el Cine Club Nautilus eran las únicas entidades que aportaban opciones culturales distintas a las actuaciones que se programaban en el Centro Aragonés y el Casino. El déficit cultural era clamoroso, ¿no?

Sí, te puede imaginar las diferencias. Los dos primeros montajes se estrenaron en el Salón de Actos del Colegio de Begoña, el actual Teatro Begoña, y promovidos por el Ayuntamiento, para las fiestas de agosto el primero y para un festival con las obras que se realizaron ese año en nuestro pueblo el segundo, para el tercero nos lo negaron ya que descubrieron que no era un grupo con ideas afines al sistema y tuvimos que recurrir a habilitar el Salón Parroquial de Begoña y convertirlo en lo que fue el Salón Alameda.

Desde el Círculo también se contrataban a otros grupos de teatro y se realizaban conferencias en su sede, algunas veces exposiciones y actuaciones musicales de cuartetos y pequeños grupos. ¿Era importante esta actividad, dentro del páramo cultural que había en el pueblo?

El salón Alameda se convirtió en lo que luego fue la Casa de Cultura, con exposiciones, conciertos, conferencias y mucho teatro, nuestro y de otras compañías de fuera y está claro que no gustaba a las autoridades la respuesta que había entre la población. El comisario de policía se leyó el Reglamento de Espectáculos y nos impidió representar obras de cara al público porque carecíamos de telón metálico. Lo resolvimos haciendo socios a todos los que sacaban la entrada.

Llegó la democracia y la actividad del Círculo de Teatro languideció, sin embargo, otros grupos han seguido representando obras en el municipio. ¿Por qué se reactiva ahora el Círculo?

La actividad del Círculo de Teatro no languideció entonces sino mucho más tarde, se llegó hasta mediados de los 80 con 23 espectáculos estrenados, uno de ellos, “Temp de festa” fue premio de producciones de la Diputación de Valencia del 82. Después, y debido a la coyuntura política de entonces, se creó el Centro Dramático de Sagunto a través de la Fundación Municipal de Cultura, al que varios miembros de los grupos existentes nos sumamos y en el que se realizaron tres montajes, uno de ellos producido por la Conselleria de Cultura, y mucha actividad pedagógica en colegios y talleres. Pero los políticos no valoran la cultura como podemos hacerlo desde la ciudadanía y lo dejaron languidecer hasta que en el 90 nosotros decidimos dejarlo. A partir de ahí surgieron otros grupos con criterios distintos a los que hasta ahora se habían tenido de cara a la producción de espectáculos, en el 91 empiezan su andadura: “Teatro del Potaje”, “Mascarada Teatre” o el “Teatro del Arco Iris de Sagunto” con el que he seguido trabajando hasta el 2011, realizando 16 montajes siempre contando con el Círculo de Teatro que siguió con la labor pedagógica hasta la creación de la Escuela Municipal de Teatro, y del que han surgido grupos como “Columna Rota” y luego de él: “Camí de Nora”, “Nebel Teatre” o “La Niñacristal”, entre otros. Es después del lapsus desde el 2011 hasta el 2018 cuando reagrupo a antiguos actores y otros nuevos, para realizar un montaje que al final no se hizo, que nos dimos cuenta que debíamos de actualizar los estatutos, así que entre los de Teatro del Arco Iris o los del Círculo de Teatro, valoramos que fueran los del Círculo de Teatro los que actualizábamos ya que esta entidad iba a cumplir 50 años de existencia y había mucho material documental que estaba conformándose como un archivo importante que había que salvaguardar.

¿La reaparición del Círculo en qué fase se encuentra, incipiente, avanzada?

Hemos estrenado el 22 de octubre el montaje “Retorica de la incertesa” de Roger Pou Llavina, que fue premio del XVI certamen de teatro “Pepe Alba” de los premios Ciudad de Sagunto del 2019, y aunque partíamos de un texto duro, el argumento es muy interesante y nos encandiló para trabajar en él y, efectivamente, conectó con el público. Ahora estamos en fase de buscar actuaciones y organizar la infraestructura para ello.

¿La compañía que se ha formado es estable? ¿Son sus miembros del municipio? ¿Cómo se ha orquestado todo esto?

Sí, son todos del municipio, y están deseosos de seguir con nuevos montajes. En principio hemos partido de los actores que quedaban de los últimos montajes, estos conocían a otros que estaban interesados y así hemos hecho el casting. En general, somos un grupo abierto a todos aquellos que se nos acerquen, la mayoría de los teatreros nos conocen y saben cómo contactar con nosotros.

TONI RUIZ 2

¿Qué proyección se le piensa dar al Círculo en esta nueva etapa?

En principio, ya lo he dicho, actuar lo máximo que podamos con este montaje, después reabrir nuevamente el Laboratorio Teatral que pusimos en marcha antes de la pandemia, y seguir con nuevos montajes, y conectar de alguna manera con los antiguos socios del Círculo de Teatro.

Sin una sede estable puede resultar difícil realizar una actividad teatral continuada, ¿Hay alguna línea de trabajo pensada para alcanzar ese objetivo?

Es cierto que la sede propia es una buena plataforma para asegurar la actividad continuada. Actualmente ensayamos en el anexo de la Casa Municipal de Cultura, en un espacio que hemos de compartir con otros grupos, aunque siempre hemos mirado la posibilidad de adquirir un local lo suficientemente grande para realizar todo tipo de actividades como las que hacíamos en el Salón Alameda, pero eso requiere mucha inversión, y muchas personas que se comprometan a ello.

También es importante obtener medios de financiación. En este sentido, ¿el Círculo tiene previsto solicitar el apoyo de la administración, tanto local como autonómica en materia de subvenciones?

Del apoyo de la administración mejor no hablar. A la vista de cómo actúa, mejor olvidarse de ella. No importa qué político esté en el cargo. La cultura, desde hace tiempo, está funcionarizada en esta ciudad.

¿Algún proyecto en cartera para presentar el Círculo nuevamente en sociedad?

Hay un libro titulado “Círculo de Teatro, 50 años de actividad” que se ha presentado a la institución Alfonso el Magnánimo de cara a su publicación y estamos esperando su respuesta. Por otro lado, vamos a volver a poner en marcha el Laboratorio Teatral para aquellos actores que estén interesados en perfeccionar su técnica de forma continuada al margen de los montajes, como lo hacen los músicos o los bailarines. Y pensando en nuevos montajes, tenemos tres propuestas sobre la mesa, pero esta vez en clave de comedia.

Pregunta obligada, ¿qué significa el teatro para Antonio Ruiz?

Te podría decir que es una forma de expresión, al menos era eso al principio, hoy te diría que es una forma de vida ya que con su actividad te hace aprender sobre la sociedad, te hace ponerte en el lugar del otro trabajándote la empatía, te hace tomar partido por la situación en la que vives, es un veneno que una vez te ha picado es imposible abandonar.

¿El relanzamiento del Círculo de Teatro puede colmar las aspiraciones de profesionales de este colectivo o es más bien una actividad para ‘matar el gusanillo’?

Aunque nunca hemos podido vivir del teatro, este nunca ha sido una actividad para matar el gusanillo, nos lo hemos tomado muy en serio, de hecho, han salido muchos buenos actores profesionales que empezaron con nosotros y que ahora están en los escenarios de Valencia o Madrid. Hoy es difícil profesionalizar a un grupo nuevo, pero no lo es profesionalizar nuestro trabajo que nos tomamos muy en serio.


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Modificado por última vez en Viernes, 26 Noviembre 2021 22:09

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