Imprimir esta página

nueva cabecera bg

En 350 km de río, ha creado uno de los paisajes culturales más bellos de Europa en Austria

El Danubio: la arteria de la cultura austriaca

El Schlögener Schlinge es el meandro más famoso del Danubio (Foto: Ralf Hochhauser) El Schlögener Schlinge es el meandro más famoso del Danubio (Foto: Ralf Hochhauser)
Miércoles, 21 Julio 2021 13:14

En 350 km de río, el Danubio ha creado uno de los paisajes culturales más bellos de Europa en Austria. Fluye entre Passau y Bratislava a través de la Alta Austria, la Baja Austria y Viena. A lo largo de su recorrido, no solo conecta estados federales y regiones, sino también épocas. Y todos sus aparentes contrastes.

Solo unos pasos más y ya podrás verlo. Más allá de los árboles, hasta la plataforma de observación, y luego: coge aire. Respira. Saca la cámara de tu mochila. ¡Esto sí que son vistas! Como si un pintor hubiera inmortalizado toda la belleza del mundo en un lienzo, así es como se ve el Danubio a nuestros pies. Viene desde el punto más lejano, fluye hacia nosotros, traza una curva perfecta y luego decide seguir su curso hacia el fondo del paisaje para desaparecer de nuestra vista. Si un director de cine presentara tal paisaje, todos pensaríamos que se ha creado por ordenador, porque un paisaje real nunca puede ser tan absolutamente perfecto. Pero sí, sí puede.

La "tierra sobre el río"

El Schlögener Schlinge es el meandro más famoso del Danubio y una obra maestra de la evolución, una coproducción del viento y el agua y unos cuantos millones de años. Pero, ¿qué es exactamente el Danubio? Pues, por ejemplo, es el segundo río más largo de Europa, con 2.888 km de longitud. Y también es el más internacional del mundo. Desde su nacimiento en la Selva Negra hasta su desembocadura en el Mar Negro, el Danubio atraviesa un total de diez países. También es el único río en el que se cuentan los kilómetros desde la desembocadura hasta el nacimiento y, al mismo tiempo, el único en Europa que viaja de oeste a este. Pero, sobre todo, el Danubio es la arteria de Austria. Incluso si solo fluye con 350 de sus 2.888 km a través de la "Land am Strome" (la tierra sobre el río), según entona su himno nacional.

Cuando pensamos en Austria, la mayoría enseguida piensa en sus montañas, sin embargo, es el Danubio quien ha marcado este país con mucha más fuerza. Los romanos ya lo utilizaban como vía fluvial, y los bienes y las visiones del mundo ya llegaban al país a través del Danubio. El hecho de que el río creara un microclima suave con suelos fértiles atrajo a la gente a sus orillas desde el principio de los tiempos. Construyeron castillos y fundaron asentamientos. Construyeron palacios y planificaron ciudades. Se creó un paisaje cultural único. Al viajar hoy en día por la región de Innviertel, la región de Kremstal o el valle Wachau, siempre tenemos la sensación de que una mano invisible ha creado esta gran maravilla: las colinas y las poblaciones, los huertos de albaricoques y los viñedos, los bosques y los campos, y el Danubio en el medio. Los devotos y los piadosos también sintieron la armonía que emana de este río desde el principio. Vinieron y construyeron monasterios como los de Engelszell, Wilhering y Klosterneuburg. Quizás tenían la sensación de estar un poco más cerca de Dios en el Danubio.

Un río al compás de tres por cuatro

No es de extrañar que los artistas también se sintieran inspirados por el Danubio. Ha sido pintado y descrito en la poesía, y ciertamente hay más leyendas sobre el Danubio que curvas. Ya a principios del siglo XIX, los pintores trasladaron sus caballetes a los prados del valle Wachau, como Emil Jakob Schindler o Robert Russ. Egon Schiele se crió en Tulln y Oskar Kokoschka en Pöchlarn, en la orilla sur del Danubio. Joseph Haydn e Ignaz Joseph Pleyel quedaron hechizados por él, y Johann Strauss compuso un himno para este río al compás de tres por cuatro, que se ha convertido probablemente en el vals más famoso de todos los tiempos: "El Danubio Azul" es el himno nacional secreto de Austria y la melodía con la que todo el país comienza el Año Nuevo. Este vals es conocido en todo el mundo y se reconoce nada más escuchando sus primeros compases. El hermoso Danubio azul incluso ha llegado al espacio como la banda sonora de "2001: Una odisea del espacio" de Stanley Kubrick.

thumb 176424 default teaserVista de Dürnstein (Foto: Österreich Werbung)

El pasado y el presente confluyen aquí, y por ello esta región austríaca del Danubio es tan atractiva. Bastan un par de minutos para salir del aquí y ahora y sumergirse en épocas pasadas. Las huellas de los romanos todavía son visibles, por ejemplo, en el asentamiento de Favianis en Mautern o en la ciudad romana de Carnuntum. Solo queda una ruina del Castillo de Dürnstein, pero no se necesita mucha imaginación para imaginar cómo Ricardo Corazón de León estuvo cautivo detrás de sus desafiantes muros. La Abadía benedictina de Melk abruma a sus visitantes de inmediato, ya que este edificio barroco, considerado quizás el más bonito del país, es desde hace mucho Patrimonio mundial de la UNESCO. Y, por supuesto, en algún momento nos viene a la mente Sisí cuando tomó el barco de vapor a Linz para saludar a su Francisco José antes de la boda. En general, ese fue el momento en que el Danubio escribió la historia del mundo: conecta Viena y Budapest, las dos grandes metrópolis de los Habsburgo. Y le dio su nombre a la Monarquía del Danubio.

Entre el Barroco y el Ars Electronica

A día de hoy, el valle del Danubio y sus paisajes siguen siendo el corazón de Austria. Aunque la región apenas abarca el 15 por ciento del territorio nacional, alberga alrededor de la mitad de sus ocho millones de habitantes. La región del Danubio con la capital, Viena, también se considera el motor económico del país.

Nada de todo esto parece impresionar al río en sí. Pasan las épocas, cambian los tiempos, pero el Danubio siempre es el Danubio. Y así como el río une los siglos, también vincula muchas otras cosas con facilidad: los cuartetos de cuerda de Haydn con los animados sonidos del festival Ars Electronica de Linz, la pompa de la colegiata barroca con la arquitectura minimalista del Paneum en Asten, una cena exquisita en un restaurante de la guía GaultMillau con un simple almuerzo en una posada y senderos para bicicletas de montaña eléctricas con un romántico recorrido a borde de un vapor de ruedas bajo el mando de un capitán de una de las compañías navieras del Danubio.

«Sobre el espejo de las olas flota la barca, viejos castillos se elevan hacia el cielo», escribió una vez el poeta vienés Johann Baptist Mayrhofer sobre su río favorito, «los bosques de abetos murmuran fantasmales y en el pecho el corazón se encoge».


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Modificado por última vez en Miércoles, 21 Julio 2021 13:24

Artículos relacionados (por etiqueta)