La idea de Cayetana y el guardián de las estrellas surge de la propia necesidad de la autora de hablar con su hija de tres años sobre la muerte de los seres queridos. Sandra Díaz se apoya en la fantasía y las ilustraciones para llegar al público infantil.

Sandra Díaz: «Mi intención con este libro es que los niños sepan que en la vida estamos de paso»

Viernes, 29 Noviembre 2019 19:44

SandraDiaz01Sandra Díaz es cirujana en el Hospital de Sagunto además de escritora e ilustradora.

Sandra Díaz Sierra es licenciada en medicina por la Universidad de Valencia y máster en Senología por al Universidad de Barcelona. En la actualidad es cirujana en el Hospital de Sagunto donde trata a mujeres con cáncer de mama en la Unidad de Patología Mamaria. Además de profesional de la salud, es ilustradora y escritora, con dos libros publicados con temas muy cercanos a su ámbito profesional. Después del éxito del libro Nadie dijo desde dónde, en el que relata una historia real de amistad y habla sobre el cáncer de mama, presenta su segundo trabajo Cayetana y el guardián de las estrellas, que pretende ser un material de apoyo para padres y madres que quieren hablar sobre la muerte con sus hijos. Un libro que surge de la propia necesidad de Sandra de hablar con su hija de tres años sobre la muerte de los seres queridos.

¿De dónde surge la idea del libro Cayetana y el guardián de las estrellas?

La idea de este libro surge de la necesidad que yo encuentro de explicarle a mi hija qué ha pasado con las personas que ya no están. Yo tengo una hija que va a cumplir ahora cinco años y tengo otro niño de un año. Mi hija es un terremoto, la típica niña súperdespierta que lo quiere saber todo, que lo pregunta todo... Entonces un día la encontré mirando una pared que tenemos en casa que está llena de fotos, así con el ceño fruncido. Yo le pregunté qué le pasaba y me dijo: ‘que estoy viendo que la tía Laura y el iaio Bartolomé están en las fotos y yo no los he visto nunca, ¿dónde están?’ Ya habíamos hablado sobre el tema de la muerte antes, pero sentí la necesidad de explicarle un poco y le conté que hay un viaje que hacemos todos, que vamos a un sitio en el que luego nos vamos a volver a encontrar. En ese momento tenía tres años y me estaba mirando con cara de que no estaba entendiendo nada o, al menos, si lo estaba entendiendo, no le estaba gustando, y yo me di cuenta de eso.

‘Pero si tú me dices que ellos a mí me quieren un montón, ¿cómo me quieren si no me conocen y no van a volver?’, me dijo. Entonces pensé en cómo podría hacerle llegar eso de alguna manera. Así que, como le gusta mucho el libro de Nadie dijo desde dónde, ­que no es para niños pero que ella lo entiende muy bien por las ilustraciones, pensé en utilizar el mismo recurso. Y es que las ilustraciones de Nadie dijo desde dónde son muy potentes, muy coloridas y a ella hay muchas que le han llegado del todo.

Pensé, ¿y si hago un libro con su lenguaje y que ella pueda entender? Yo soy una madre a la que le gusta explicar las cosas claras a sus hijos, pero después es verdad que hay algunas cosas que ellos no entienden, así que supe que tenía que ponerle un poco de fantasía. De hecho, yo pienso que la fantasía de la que yo hablo en este libro no dista tanto de la realidad que debe de existir.

¿Y cómo ha explicado todo esto en el libro?

Cayetana es la protagonista y en el libro pierde a su abuelo. Cayetana tenía una relación muy especial con él, pero, de repente, deja de verlo, así que se pregunta dónde está. Se lo pregunta a su padre y su padre no deja de llorar y no sabe cómo explicárselo, así que su madre se la lleva a la ventana, le pide que mire al cielo y le explica que su abuelo es el guardián de las estrellas.

La idea fundamental es la de acercar el tema a los niños sin dulcificar, explicándoselo tal cual es, pero también apoyándolo un poco en la fantasía y de una forma adaptada a ellos para que les llegue el mensaje. Yo creo que es esencial aprender de niños ciertas cosas para después asumir mejor la vida. A mí, al menos, me hubiera facilitado mucho las cosas, entonces eso es lo que yo intento hacer con mis hijos, intento acercarles poco a poco todos estos temas que son un poco escabrosos.

Esta historia es con el abuelito que creo que es lo más frecuente, pero puede pasar con un papá, con una mamá, con un hermanito... Y tenemos que tener algún material de apoyo para que esto sea un trance, así que mi intención con este libro es que los niños sepan que en la vida estamos de paso.

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¿Detectó una carencia de materiales para tratar el tema de la muerte con niños?

Pienso que es un tema que no se trata. Hubo una distribuidora que me dijo que este tema no le interesaba a nadie y yo dije ‘¿en serio?’. Yo detecté la carencia en mi propia familia sobre cómo explicar esta cuestión, porque da la casualidad de que hemos tenido muchas pérdidas en muy poco tiempo y necesitaba un apoyo para resolver este problema personal.

Sí que existen varios libros para explicar la muerte a los niños, pero realmente nada que se adapte al enfoque que yo prefiero.Porque,claro, yo empecé a buscar bibliografía y vi lo que había escrito y me pareció todo demasiado happy, irreal. Así que pensé que tenía que ser algo real, aunque utilizara el recurso de la fantasía, pero que hubiera unos personajes en los que sentirse reflejado y algo que fuera cercano a la gente, que no fuera de animales ni utilizara analogías con ciertas situaciones.

¿La muerte es un tema tabú en nuestra cultura?

Totalmente. El otro día una lectora me dijo que el libro le había servido para desbloquear sentimientos que tenía sobre el tema y que ella tenía muy adentro porque su madre había fallecido hacía muchos años pero nunca había tratado el tema con su hija que tiene tres o cuatro años. Así que le leyó el libro, entonces la niña empezó a hacerle preguntas y pudieron hablar. Me dijo que gracias al libro había desbloqueado sus sentimientos y había podido tratar el tema con sus hijos. Para eso se ha creado el libro, para que la gente sepa cómo tratar el tema, es una ayuda.

Igual no es para todos los públicos porque igual hay gente que no quiere comentar todo esto con los niños, pero creo que es algo de lo que no nos escapamos ninguno y creo que no debería de rechazarse de entrada. Al menos hay que intentar que los niños entiendan cómo es la vida desde pequeños y lo que se van a encontrar para que se frustren menos. Yo no digo que no estén tristes cuando les pase algo de esto, pero que al menos tengan tablas para poderlo afrontar y que sepan que pueden aferrarse a algo. Yo esta historia me la creo, aunque no soy religiosa, sí que creo en una espiritualidad que está ahí y que de alguna manera nos guía, algo que nos sobrepasa y que está en otra dimensión.

Hay otras culturas en la que se habla de forma más natural sobre la muerte, ¿no?

Sí, en otras culturas se celebra la vida y que la gente que se muere no se va del todo, que está ahí y que, de alguna forma, son sus guías en la vida. Por eso yo intento que vayamos hacía eso, que deje de ser un tema tabú, al igual que hice con el anterior libro hablando sobre el cáncer de mama. La muerte es la peor parte de la vida, pero es vida, y cuanto antes entendamos eso, mejor. Por eso creo que hay que educar a los niños en la muerte al igual que en la vida, que lo tienen que saber desde pequeños.

Esta historia está inspirada en tu propia familia.

Este cuento yo lo escribí porque mi suegro falleció en 2011, mucho antes de que naciera mi hija Cayetana que nació en 2015. De alguna manera yo tenía una relación muy especial con él porque lo cuidé cuando estaba enfermo. Yo me enteré tarde de la enfermedad de mi suegro porque mi marido me lo ocultó porque cuando supieron el diagnóstico quedaba un mes para que yo me presentaba a las pruebas del MIR. Mi marido amenazó a todo el mundo de nuestro alrededor para que nadie me dijera nada porque me faltaba muy poco y no quería que nada me desconcentrara. Es algo que yo le voy a agradecer enternamente, durante toda mi vida.

Así que el día que acabé el MIR me lo contaron y fue muy duro. En ese momento yo tenía todo el tiempo del mundo, así que, en vez de viajar o cualquier otra cosa de las que suele hacer la gente cuando acaba el MIR, yo me dediqué a cuidar a mi suegro para que el resto de la familia pudiera seguir con su trabajo y estudios.

Mi suegro y yo teníamos una relación muy especial y, de alguna forma, con este libro también quería hacerle un homenaje, era algo que yo tenía muy metido adentro y cuando encontré a Cayetana mirando la foto de su abuelo pensé ‘es la ocasión perfecta’.
Aunque la historia está basada en hechos reales, también tiene algo de fantasía.

Sí, la verdad es que tiene mucha fantasía. Está basado en una historia verdadera pero, claro, hay cosas que nunca han llegado a pasar. Por ejemplo, en el cuento el abuelo le regala un poni a su nieta porque era algo que mi suegro quería hacer, porque le encantaban los caballos y siempre decía que cuando tuviera una nieta le iba a regalar un poni. Mi suegro tenía un caballo que se llamaba Pegaso —que se murió una semana después de él, yo creo que de pena— y en el libro al caballo le salen alas con las que puede volar por el cielo para hacer su trabajo de vigilante.

¿Cómo ha sido el proceso creativo del libro?

En mi anterior libro primero hice las ilustraciones y luego escribí los textos porque, realmennte, era una historia que ya estaba escrita. Para este segundo libro ha sido al revés, primero escribí el cuento y luego lo ilustré. 

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 ¿Siempre ha tenido vocación artística?

Mi parte artística yo la he tenido ahí siempre, lo que pasa es que no la había explotado nunca, nada más que en mi casa. Tenía los cajones llenos de cosas que escribía. Cuando era pequeña dibujaba mucho y ya hacía muchos años que no me ponía a ello y a ilustrar. Esto ha sido todo un poco de repente, a raíz de sacar el primer libro he ido a conociendo a gente y conectando con diferentes personas que me han dado oportunidades para llevar el libro a muchos sitios diferentes.

Cirujana, escritora e ilustradora... ¿De dónde saca tiempo para todo?

Trabajo en mis libros sobre todo por la noche, cuando las luces de mi casa se apagan sobre las 23:30H o 00:00H. Entonces me pongo a trabajar y luego a las 6:00 de la mañana en pie. Es la única forma para que esto no me quite tiempo con mis hijos y yo no me pongo a trabajar mientras están ellos delante. Como mucho a firmar libros cuando puedo y mi hija Cayetana me ayuda y firma conmigo, le encanta (risas). Esa es mi vida nocturna, así que mis ojeras tienen que ver con eso y con que mi hijo pequeño no duerme.

¿Ha presentado o va a presentar el libro?

El 8 de noviembre presenté el libro en el Castillo de Ribarroja, que es donde vivo, y fue muy guay. Ahora tengo pendiente presentar tanto Nadie dijo desde dónde como Cayetana y el guardián de las estrellas aquí en el Hospital de Sagunto. El primero no lo pude presentar porque justo tuve a mi segundo hijo y estuve de baja, pero me encantaría y me haría mucha ilusión.

Además, Nadie dijo desde dónde ha sido elegido de entre 80 novelas gráficas que se han presentado este año para participar en el Congreso Internacional de Medicina Gráfica, que se celebrará este fin de semana en Zaragoza. Este es un movimiento de personas que nos dedicamos a la sanidad y que hacemos divulgación científica a través de obras literarias y gráficas.

¿Qué próximos proyectos tiene entre manos?

Tengo varias cosas en mente para seguir trabajando con Cayetana y el guardián de las estrellas con actividades dirigidas al público infantil, para desarrollarlo y llevarlo a otros sitios. De momento, estoy trabajando en llevarlo a formato taller con una amiga que se dedica a esto y también a algo tipo teatro musical.
Además, estoy en un proyecto con una escritora argentina afincada en Gandía que se llama Adriana Serlik. Ella tuvo cáncer y ha escrito un poemario sobre su enfermedad y donará todos los beneficios a la Asociación Española Contra el Cáncer. Para este proyecto que se llama El ojo cósmico ha juntado a todos los artistas que conoce y que son de su confianza. Yo soy ilustradora y prologuista del libro, que es precioso. Lo presentaremos el 13 de diciembre en el Palacio Ducal de los Borgia en Gandía y en la sala contigua habrá una exposición con todas las ilustraciones que se podrá visitar hasta el 12 de enero. Estoy muy ilusionada con este proyecto que yo creo que va a ser una cosa muy importante, porque hay artistas muy importantes, además Adriana lo ha enfocado como una cosa bastante familiar, nos ha reunido a todos los artistas y estamos todos muy unidos. De repente se ha creado esto y yo nunca había vivido este tipo de cosas y me está gustando mucho.

Se la ve realmente feliz.

Con todas las cosas que me han pasado hasta ahora, que estamos hablando de solo un año de mi vida, yo siento que estoy en el momento y en el sitio que siempre he querido estar. Me dedico a la medicina que me encanta, estoy en el hospital con mis pacientes y es maravilloso, y luego, además, puedo hacer esto. Estoy encantada.


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Modificado por última vez en Jueves, 05 Diciembre 2019 22:35

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