Vicente Martínez Alpuente.

Vicente Martínez Alpuente es un vecino de 47 años de Gilet que ha llevado el nombre del Camp de Morvedre a todo lo alto. Este director de orquesta se ha convertido en el director de orquesta de la Joven Orquesta Nacional de México (JONMEX), un conjunto que el pasado 24 de marzo comenzó las pruebas de acceso donde se audicionaron a más de 300 candidatos de todo el país durante 11 días. Alpuente es el responsable también de iniciar un importante proyecto de recuperación de la obra musical de Eduardo lópez-Chavavrri, otro músico valenciano. La que dirige se trata de una orquesta formada por los mejores talentos de entre 18 y 29 años de toda la República. Una responsabilidad que afrontó con una tremenda ilusión, un sentimiento que crece gracias a las características de la orquesta, en la que, como explica a este medio «se juntan la gran calidad musical con la energía de la juventud y las ganas por hacer las cosas bien». Un proyecto en suma que no sólo se ocupa de interpretar música con los jóvenes, sino de prepararles a nivel profesional y social de cara al futuro. Como ha afirmado desde México, su objetivo es la ampliación y el perfeccionamiento de sus conocimientos a través del estudio y la práctica del repertorio sinfónico y de cámara

¿Cuándo, cómo y por qué surge su afición por la música?

Bueno, vengo de una familia muy arraigada a la música. Mi abuelo era compositor y con una larga trayectoria en Valencia. También mi padre, pero más en la música popular valenciana. La verdad es que me llegó bastante tarde la vocación, pues comencé a los trece años y todo surgió de una forma muy espontánea. Tenía amigos que estaban estudiando música y verles a ellos tocar creo que despertó mi instinto.

¿Cómo se va convirtiendo en algo más importante en su vida hasta llegar a ser lo que hoy es?

Todo comenzó cuando me matriculé en la Sociedad Coral El Micalet, de Valencia, una entidad centenaria donde se podía estudiar el grado elemental de música. Allí comencé con la teoría y la flauta travesera. Poco a poco y con el paso de los años se convirtió en mis estudios oficiales. Pasé por los conservatorios de Carlet y Valencia, donde terminé el grado medio y un año antes de terminar los estudios profesionales ingresé en el Conservatorio Superior de Música de Valencia, donde mi licencié como instrumentista de flauta travesera.

Durante los cuatro años que dura la licenciatura (la carrera en total son 14 años) comencé a estudiar Dirección de Orquesta y una vez probé esto ya decidí que quería dirigir. Poco tiempo después estaba estudiando y perfeccionando Dirección de Orquesta en Roma, San Petersburgo, Siena, etcétera, y viendo ensayos de orquestas con mi maestro George Pehlivanian. Fui director asistente de la Joven Orquesta Nacional de España y poco a poco y con mucho esfuerzo fueron saliendo algunas oportunidades de dirigir…..hasta ahora.

¿Cómo llega a convertirse en director de la Joven Orquesta Nacional de México?

Desde hace unos cinco años tengo una vinculación profesional esporádica con México donde he dirigido diversas orquestas profesionales y donde tuve el privilegio hace dos años de dirigir en uno de los Teatros más importantes, por no decir el que más, de Latinoamérica, el Palacio de Bellas Artes de México donde dirigí a la Orquesta Sinfónica Nacional de México. Tras esa relación profesional surgió la posibilidad de ser el director artístico y musical de la Joven Orquesta Nacional de México, una orquesta que representa a los mejores talentos de entre 18 y 29 años de toda la República. Mi vinculación con este proyecto es desde este mismo año.

¿Qué sintió al ser nombrado director y qué siente en la actualidad al frente de la misma?

Lo sentí como una gran oportunidad profesional y con una ilusión tremenda. Sé lo que es trabajar con este tipo de orquestas y mi experiencia con la Joven Orquesta Nacional de España fue una de las mejores de mi vida. En este tipo de orquestas se juntan la gran calidad musical con la energía de la juventud y las ganas por hacer las cosas bien. Es una mezcla que no encuentras en las orquestas profesionales. Trabajar con jóvenes con tanto talento es algo muy interesante.

Vicente Martínez al mando de la orquesta.

¿Cómo definiría esta orquesta?

Es una de las más importantes jóvenes orquestas de Latinoamérica. Hay que tener en cuenta que México es el décimo cuarto país más extenso del mundo y con 127 millones de habitantes. Además, México tiene una grandísima tradición musical con grandes compositores como Revueltas, Chávez, Ponce, Moncayo, Márquez y tantos otros. Esto hace que la música sea un aspecto muy importante en este país y hay muchos chicos/as que la estudian, por lo que hay mucho y bueno donde elegir. La Orquesta realiza audiciones todos los años para buscar a los cien mejores músicos posibles del país y se presenta muchísima gente. Luego se hacen tres/cuatro encuentros de 20 días donde se concentran para hacer giras de conciertos, tanto por México como por todo el mundo. Este proyecto no sólo se ocupa de interpretar música con los jóvenes sino de prepararles a nivel profesional y social de cara al futuro. 

Un reconocimiento que sigue a numerosos proyectos importantes en su currículum Vitae...¿Destacaría alguno frente a los demás?

He tenido la oportunidad de dirigir orquestas en países tan diversos como España, Italia, Argentina, México, Rusia, Armenia, Francia, etc. Todas han sido importantes y me han aportado mucho, pero sin duda las que más ilusión me hicieron fueron la Orquesta de Valencia y la Sinfónica Nacional de México.

¿Cómo es su vida viajando de México a Valencia?¿Lleva el recuerdo de Gilet allí donde va?

Yo vivo en Valencia, ciudad donde nací. Gilet ha sido mi lugar de vacaciones desde pequeñito. Allí me crié todos los fines de semana durante más de 30 años. Para mí Gilet es sin duda mi pequeño paraíso. Allí me escapo todos los sábados que puedo a comer a casa de mis padres, también con mi hermano y su familia y junto con mi mujer e hijos. Nos juntamos toda la familia como un ritual. También en verano pasamos unos 20 días en agosto, donde disfruto de los paseos por la Calderona y Santo Espíritu y por supuesto de la familia y amigos. Allí fue donde conocí a mis grandes amigos que todavía conservo y sin duda alguna ese pueblo representa una gran parte de mi vida. Cada vez que pasa un periodo sin ir….lo noto mucho. Creo que hay pocos sitios como ese.

¿Cómo fueron las pruebas de acceso del 24 de marzo?

Tuvimos 11 días intensos de audiciones, por la mañana y por la tarde. Hemos audicionado a más de 300 candidatos de toda la República Mexicana y de todas las especialidades instrumentales orquestales. Me recuerda mucho a cuando yo era estudiante de flauta y me presentaba a ese mismo tipo de pruebas. Sé lo que significa para cada uno de los postulantes y la responsabilidad con las que las afrontan. La idea de estas audiciones, además de valorar la calidad artística de los músicos que se presentan, es darles la oportunidad de comprobar a lo que se enfrentarán cuando sean profesionales y quieran acceder a una orquesta como modelo de trabajo.

Hábleme del proyecto que ha realizado para recuperar la obra musical del músico valenciano Eduardo López...

Como director de orquesta siempre he intentado interpretar música de compositores españoles con las orquestas que he dirigido. Eduardo López-Chavarri ha sido uno de los cuatro pilares de la música valenciana junto con Rodrigo, Palau y Giner. Al fallecer su único hijo todo su legado lo compró la Generalitat Valenciana y está depositado en la Biblioteca Valenciana situada en San Miguel de los Reyes. Allí fui un día a ver todo este material y me enamoré de su legado. Desde entonces me propuse recuperar toda su obra orquestal y he realizado las ediciones críticas de sus manuscritos que han sido editados por Unión Musical Española y The Music Sales Group. Tres de estas obras las interpreté hace pocos años con la Orquesta de Valencia. Actualmente estoy recuperando sus tres conciertos para piano y orquesta y dos de sus obras sinfónico-corales que van a ser editadas por la Universidad Complutense de Madrid. Los directores de orquesta y los intérpretes tenemos la obligación ética y moral de no dejar que la música de nuestros antepasados caiga en el olvido.

¿Cuál es su objetivo como director de esta orquesta?

Mi objetivo es crear un ambiente musical de primer nivel internacional e interpretar grandes repertorios con todos estos jóvenes. Ellos necesitan liberar toda su energía con grandes obras y disfrutar de la música de la forma más profesional posible. El sistema de este proyecto es formarlos para que su salto a una Orquesta profesional sea lo más natural posible.

¿Cómo definiría su trabajo, su día a día?

Mi trabajo se centra en el estudio del repertorio orquestal, en la gestión de mi carrera, el contacto con gerentes de orquestas y otros artistas. Es, nunca mejor dicho…una carrera de fondo.

Martínez al mando de la orquesta.

¿Qué le hace sentir la música?

Depende en qué momento esté haciendo uso de ella. No es lo mismo escucharla que interpretarla. Escucharla me relaja y me ayuda a olvidarme de ciertos aspectos cotidianos. Interpretarla me agota física y mentalmente. Dirigir delante de tanta gente es una responsabilidad que necesita de mucha adrenalina. Es agotador. Pero por supuesto….es lo que amo y lo que más me gusta hacer.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? ¿ y lo que menos?

Lo que más me gusta de dirigir orquestas es el placer de viajar, conocer gente nueva, hacer amigos allá por donde voy. Conocer nuevos repertorios y poder vivir día a día con otros intérpretes y compositores. Lo que menos: las envidias y las zancadillas.

¿Piensa volver a trabajar en España?

Suelo decir que mi oficina puede estar en cualquier parte del mundo, pero por supuesto siempre espero la oportunidad de las orquestas españolas. Pero con tal de dirigir….me da lo mismo el lugar si sigo dirigiendo. Me apasiona hacerlo.