Nati Monleón, con distintos miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca del Camp de Morvedre«Me he quedado sin casa. Con una deuda de 58.000 euros, y habiendo arrastrado a la ruina a mi suegra, que era nuestra aval, y a la que se ha extendido mi deuda». Así resume su historia Nati Monleón, una vecina de Puerto de Sagunto de 41 años que, al volver de Alemania, donde había ido junto a su marido e hijos (de 5 y 2 años) por cuestiones laborales, se enteró de que su banco, con el cual se encontraba en trámites de negociación, había actuado a sus espaldas y sin informarle de nada.
Su historia comenzó hace 10 años, como cuenta Nati a El Económico, cuando «como cualquier pareja pedimos un préstamo para afrontar una hipoteca mi marido y yo. Todo era normal, mi marido trabajaba en una conocida empresa de la comarca, y yo en una residencia de la tercera edad. Pagábamos rigurosamente nuestra hipoteca, hasta el día en que todo se torció».
La empresa de Dani Moreno, su marido, les ofreció ante su inminente cierre, irse a trabajar a Alemania, por lo que Nati, pidió una excedencia en su puesto de trabajo y acompañó a su marido, junto con sus dos hijos, en esta nueva aventura. «Era esto o quedarse sin trabajo, así que, como también hicieron muchas otras familias de aquí, nos fuimos a empezar allí una nueva vida. Intentamos negociar nuestra hipoteca con el banco, ya que no podíamos hacer frente a una hipoteca aquí y un alquiler y una vida paralela allí».
Exigen una dación
El matrimonio llevaba tres meses sin poder hacer frente a su hipoteca debido a que habían sufrido los efectos de la crisis, por lo que cuando se les ofreció irse a Alemania, sugirieron a la entidad bancaria realizar una dación, es decir, entregar su vivienda habitual a cambio de quedarse sin deudas para empezar en Alemania una nueva vida. Sin embargo, y como relata Nati, «el banco no estaba por la labor, por lo que nos fuimos y yo desde allí seguí hablando con ellos e intentando llegar a un acuerdo, ya que no podía afrontar los 1.000 euros de hipoteca de mi casa más el alquiler en Alemania con solo el sueldo de mi marido». Finalmente, y mediante una entrega de poderes cursada en el consulado español de Alemania, el matrimonio firmó la tan ansiada dación, que tras la entrega de su vivienda, dejaría a la pareja libre de cargas económicas.
Diferentes circunstancias hicieron que la pareja tuviera que volver a España, «por el bien de la familia, y sobretodo de los niños, quienes no acababan de adaptarse a su nueva vida», explica Nati, por lo que cuando llegaron y acudieron a ver si podían arreglar la situación con el banco, se encontraron con una gran sorpresa. Se habían quedado sin casa, sí, pero la deuda no había desaparecido, sino que se había trasladado a la vivienda de la persona que hacía 10 años la había avalado, la suegra de Nati. «A mi no avisaron de nada estando allí, a pesar de que teníamos una continua comunicación. Tampoco se me explicó nada y por supuesto ni yo ni mi marido ni mi suegra firmamos absolutamente nada. Ahora no tengo casa y tengo una deuda de 58.000 euros sobre la hipoteca de la casa de mi suegra. Volví de allí y me encontré sin casa y endeudados nosotros y mi suegra».
A pesar de que el matrimonio se había acogido a la Ley de las Buenas Prácticas que permitía entregar la vivienda a cambio de quedar libre de deudas, ya que, como explica Nati «cumplíamos con los requisitos como vivienda habitual, hijos, hipoteca no superior a cierta cantidad, 4 años en situación económica desfavorable, entre otros», no les sirvió de nada.
Buenas prácticas
Al llegar aquí, Nati intentó recuperar su trabajo en la residencia de ancianos donde trabajaba y se encontraba en situación de excedencia, con la mala suerte de que hacía tan solo un mes, habían hecho fija a la persona que ocupaba su puesto, por lo que el mismo, al no estar vacante, no se lo pudieron devolver. Dani se encuentra en situación de desempleo, por lo que al carecer de contrato, como relatan los afectados, nadie les alquila una vivienda. A día de hoy, la pareja y sus dos hijos viven en una casa que un miembro de la PAH del Camp de Morvedre (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), les alquila solidariamente a un precio muy razonable.
Ayuda de la PAH
Con la ayuda de la PAH, los jóvenes presentaron la semana pasada una carta pidiendo al banco que se les conceda una condonación de deuda, es decir, que le quiten la deuda sobre la hipoteca de su aval, acogiéndose así, explica Amaia Aracama, portavoz de la PAH, al Real Decreto de 2013.
Éste se trata de un decreto en el que a través de un millón y medio de firmas se pidió que se aprobaran una serie de medidas sociales extremas como dación en pago con carácter retroactivo, alquiler social, paralización desahucios, y acogimiento a las buenas prácticas (por las que los bancos obtenían beneficios fiscales por renegociar con las familias las deudas). El mismo requiere una serie de requisitos tan exigentes que hacen, según Amaia, «casi imposible que las familias se puedan acoger».
Además, sigue explicando la afectada, «este mes se me acaba el paro, con lo que la situación se agrava. Mi marido y yo estamos buscando trabajo, pero no nos sale nada. Tenemos dos niños, y lo único que queremos es que, ya que se han quedado con nuestra casa, por lo menos que no sigamos endeudados», exige la afectada.
Una gran familia
Y para ello, para seguir luchando cuentan con la ayuda de la PAH y sus miembros, desde donde les asesoran, apoyan, acompañan a negociar, etcétera. «Gracias a la PAH, tenemos fuerza para seguir adelante con todo esto. A veces te levantas y piensas que tienes tú la culpa, que ya no puedes más, incluso a veces te hacen creer que estás medio loco. Pero entonces tus compañeros te hacen recordar que esto no lo has buscado tú, que no te lo mereces. Aquí he encontrado una gran ayuda y somos todos como una familia».
Actualmente, Nati y su familia siguen a la espera de que la entidad bancaria se ponga en contacto con ellos, tras su última visita, hace más de una semana, para ofrecerles alguna solución. «Hace más de una semana que acudimos con los portavoces de la PAH a negociar la situación. Nos prometieron llamar y dar noticias en una semana, pero a día de hoy así seguimos, esperando. Lo único que dicen es que lo van a intentar, que lo pasan a Madrid...Vamos, se pasan la pelota unos a otros, pero en realidad no hacen nada. Les da igual la situación de las personas».
Medidas legales
Si en unos días, sigue explicando Nati, no han recibido la tan ansiada llamada, asegura que, de la mano de la PAH tomará las medidas legales pertinentes contra la entidad bancaria.Medidas que, según la portavoz de la plataforma, Amaia Aracama, se están tomando cada vez más, y se intuye, irán en aumento, ya que, como explica la misma fuente, «Antes no pasaba nada, porque todo le iba más o menos bien a las personas. Había casos aislados, como este o similar, y cuando sucedía, nadie se enteraba. Los afectados no contaban con la información que hay ahora, y muchas veces ni sabían que podían hacer algo contra los bancos. Con la crisis se empezaron a conocer casos de desahucios, cada vez más y más casos, y han surgido asociaciones que, gratuitamente, informamos, asesoramos, guiamos y apoyamos. Hacemos algo gratis que la mayoría de la gente no se podría permitir si tuviera que pagarlo. El pueblo se está enterando de las malas praxis de los bancos y se está rebelando y tomando las medidas pertinentes».
A pesar de que, como explica Aracama, «tanto el PP como el PSOE podían haber solucionado la mayoría de los casos que llevan años sucediendo, no quieren hacerlo». Al respecto añade que la PAH, es una plataforma apartidista, en el que cada uno de sus miembros tiene su ideología y a la que puede acudir cualquier persona, independientemente de la misma.
En la actualidad existen, según Aracama, más de 100 familias de la PAH del Camp de Morvedre al borde de la exclusión social. Gente que está muy cerca de quedarse sin casa, a las que hay que sumarle todos aquellos casos que se encuentran en similares condiciones pero que no han acudido a pedir ayuda a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, y que, por tanto, se desconocen.
Como datos positivo, Amaia destaca que en los últimos tres años, la PAH ha conseguido que no se realice ningún desahucio en el Camp de Morvedre, a pesar de que ha habido varios casos.
Dramas e injusticias
Ante esta situación, Aracama reclama que «a todas aquellas personas que se encuentren en similares condiciones y que todavía no se hayan puesto en contacto con nosotros, que lo hagan. Nuestros servicios son completamente gratis, no se cobra nada por absolutamente nada de lo que hagamos por las familias afectadas. Solo queremos ayudar. Todos los componentes hemos pasado por la misma situación y sabemos qué se siente. Que nadie tenga vergüenza de nada».
Casos que, afirman, son cada vez más complicados. «Los bancos, ante los problemas de la gente ofrecen soluciones que lo único que hacen es agravar la situación de las personas». Así lo corrobora Nati, y distintos afectados de la PAH del Camp de Morvedre, quienes explican que «te ofrecen cosas para que les debas aún más dinero, durante más tiempo, más intereses, más de todo. No te ayudan, se ayudan a sí mismos. Y cada vez la gente está peor, aquí se ven verdaderos dramas. Es una injusticia», explica Raquel, otra afectada presente en la entrevista.
680 afectados
A la espera de nuevas noticias, Nati explica que «lo único que quiero es una condonación de deuda y que retiren al aval de todo esto. Me da igual quedarme sin casa, pero creo que al entregarla ya estamos saldando nuestra deuda».
La PAH del Camp de Morvedre, que este año ha celebrado su quinto aniversario, y que cuenta en la actualidad con 680 afectados, invita a todas aquellas personas que puedan requerir de sus servicios a acudir a sus instalaciones, en la Plaza Reina Fabiola de Puerto de Sagunto, o bien ponerse en contacto con sus portavoces, Amaia y Óscar, mediante el teléfono 658269764. Desde aquí, finalizan «intentaremos ayudar a todo aquél que nos necesite».
