José Manuel Zúnica y su mujer, Reme, en quien ha encontrado su principal apoyo para afrontar los retos de su nueva vida
El próximo 4 de junio se cumplirá un año desde aquel fatídico día en el que la vida de José Manuel Zúnica cambió por completo. Un accidente cuando practicaba su hobby, ir en bici, lo dejó postrado a una silla de ruedas de por vida. Su vida cambió radicalmente para siempre. Su pasión por el deporte se vio truncada y a día de hoy, lamenta no poder dar un paseo a solas por la ciudad ya que la misma, explica, «no está adaptada a las necesidades de personas con discapacidades físicas».
Todo apuntaba a que sería un bonito día. Este vecino de 69 años de Puerto de Sagunto, había quedado con un amigo para salir en bici, un deporte que como él mismo explica a El Económico practicaba desde que tenía 21 años.
La vía verde. Este fue el destino elegido, para lo que se desplazaron hasta Sarrión en coche, y desde allí cogieron sus bicis (Zúnica estrenaba una nueva ese día), dirección Teruel, carretera de Formiche, donde se encontraba la masía de su cuñado, donde finalmente almorzarían.
«Era un recorrido que había realizado en numerosas ocasiones, tanto en bici, como en coche. Lo conocía a la perfección», relata nostálgico José Manuel.
Despiste al ver un conejo
Su amigo se adelantó, y José Manuel, amante de la naturaleza, paisajes y detalles que la misma le brindaba a su paso, se despistó con un conejo que le salió al paso. La velocidad, junto al hecho de quedarse mirando al animal durante un segundo, hicieron que Zúnica se cayera en una acequia.
La buena suerte no estuvo de su lado. Lo que en principio podía parecer una simple caída en bici de un deportista (señalar que Jose no se hizo ni un arañazo), se convirtió en el principio de una nueva vida.
«Iba más deprisa de lo que debía ir. Me clavé todo el manillar en el pecho y me estampé de cabeza contra una pared de hormigón que había. Yo tenía osteoporosis, aunque no lo sabía, y fue como si me destrozase por dentro. Fue un golpe seco. De repente vi un cuadrado grande negro, que se fue haciendo pequeño. Cuando era mínimo dejé de ver».
Su amigo, al percatarse de que Jose no le seguía decidió volver a buscarlo. «Me encontró allí, consciente y sin poder mover las piernas, en posición fetal. Le dije que no me moviera y esperamos allí hasta que llegó la ambulancia y me trasladó al Hospital de Teruel».
Lesión incompleta de médula, tres vértebras, cuatro costillas rotas y los pulmones encharcados. Este fue el diagnóstico de los doctores, quienes le aconsejaron al día siguiente operarse para que las vértebras no dañaran más. El objetivo era conseguir que se quedara parapléjico y no tetrapléjico, para que pudiera adoptar la posición de sentado, y no estar tumbado de por vida.
«Tras 10 horas de operación me reconstruyeron la columna con titanio», cuenta móvil en mano enseñando las radiografías de su columna.
Hoy, casi un año después, Zúnica relata que ha avanzado mucho. «Puedo hacer más movimientos, tengo mayor motorización, puedo dar un pasito o dos con el andador, y se me están poniendo los brazos muy fuertes», relata divertido.
Vivir de otra manera
Su mejora se debe a todos los cuidados que ha ido recibiendo durante este tiempo. Primero desde la Fe de Valencia, desde donde le enviaban a casa un terapeuta que le enseñó a moverse con los brazos y a realizar importantes movimientos como subir y bajar de la cama, subir al coche, sentarse en el wc, subir y bajar los bordillos . Conocimientos que, aparentemente insignificantes, le dotan de mayor autonomía.
A ello se suma la labor de Discamp (Asociación de personas con discapacidad del Camp de Morvedre)y el acudir a rehabilitación en el Hospital de Sagunto y a natación tres veces por semana, donde está consiguiendo grandes resultados y donde conoció gente maravillosa que le enseñaron muchas cosas a él y a su familia.
Avances que, sin embargo, se ven frenados cuando sale a dar un paseo por su ciudad. «No puedo salir a pasear solo, ya que las aceras del pueblo no tienen rampas, algunos bordillos son altísimos, algunas calles de Sagunto, estrechas, sin aceras. Es un horror, te sientes aún más limitado. Invito al concejal de urbanismo a que se dé un paseo en mi silla de ruedas. Solo así se puede saber la impotencia que se siente».
Reme García, mujer y apoyo incondicional de Jose, da la razón a su marido y explica que «muchas veces me cuesta hasta a mi hacer subir y bajar la silla por los bordillos, con lo que imagínate si van solos».
La misma, aplaude la labor de Discamp, desde donde explica «nos ayudaron muchísimo, ya que de repente te encuentras inmersa en un mundo que nunca habías imaginado. Estás perdida y necesitas mucha ayuda, tanto sicológica como de orientación e información. Tanto en Discamp como en Aspaym, en Valencia, nos han ayudado muchísimo».
Jose y Reme, felices y optimistas a pesar de todo, reconocen que su vida ha cambiado radicalmente, y a veces se ven privados de muchas cosas, pero «lo importante es estar vivo», dice Reme, cogiendo a su marido de la mano. Entusiasta y luchadora, pues el pasado año tuvo que plantarle cara a un cáncer, la mujer irradia una energía que beneficia mucho a su marido. Ambos, apoyados por sus hijos, familia, y su nieto de 9 meses, reconocen haber tenido suerte a pesar de todo.
«Yo estaba ya jubilado, con una buena jubilación y Reme también era jubilada, ya que padeció un cáncer el año pasado. Teníamos otra casa sin escaleras donde nos hemos mudado a vivir, y dentro de lo que cabe, no nos podemos quejar», explica el matrimonio, quienes reconocen que, «a parte del drama personal que se padece, la cuestión monetaria es muy importante», explica Reme.
«No se reciben ayudas a corto plazo de ningún lado, y todo lo que has de adquirir, como camas adaptadas, handbike (manillar a motor que se engancha a la silla de ruedas para no tener que hacer toda la fuerza con los brazos), reformas en la casa para poder moverte, acceder al wc, etc, todo cuesta mucho dinero. Muchísima gente no se lo puede permitir, por lo que a tu estado de ánimo por tu nueva situación has de sumar las limitaciones a nivel económico», explica Zúnica.
Consejos a deportistas
José relata que si tuviera que dar algún consejo a los deportistas sería que nunca se despisten, que no corran ni compitan. Reconoce que siempre ha sido muy prudente al volante (sobretodo en bici, que era su principal medio de transporte), y que siempre, añade divertido «he sido muy pesado con mis hijos. Les he inculcado siempre la prudencia, que no hay que correr, que hay que estar siempre muy pendiente de todo, no bajar la guardia, y justo va, y después de tanto consejo a terceros, me despisto con un conejo y me quedo en silla de ruedas. Da igual que conozcas la zona. Yo la conocía a las mil maravillas, había hecho ese trayecto hasta con hielo, con nieve... y mira».
Para una persona tan activa, sigue relatando a este medio, «lo peor es no poder ayudar a mis hijos en las chapuzas de sus casas, no hacer deporte, no poder ser libre para hacer lo que quieras».
Lo más importante, añade este luchador matrimonio es el cariño de tu gente. Y también la ayuda profesional ante dramas y cambios de vida como este. La actitud, como no, también lo es para poder superar la depresión inicial.
Ahora, guitarra en mano, Jose intenta sustituir su hobby preferido (la bici), por la música, los cursos de fotografía, las maquetas de barcos, y los paseos con su mujer y su pequeño nieto de 9 meses, quien adora a su abuelo y ha sido fundamental en su recuperación sicológica. Todo un ejemplo de vida este matrimonio.
10 años de Discamp
La Asociación de Discapacitados del Camp de Morvedre ( Discamp), está de celebraciones. y no es para menos, ya que este año celebra su décimo cumpleaños. Y para ello celebrarán el próximo 13 de mayo una cena benéfica en el restaurante El Faro de canet d’En Berenguer.
El objetivo de la misma es recaudar fondos (25 euros por comensal), a favor de la entidad, con el fin, como sus representantes explican de poder continuar con las terapias y actividades impartidas por el personal profesional que ofrecen a sus usuarios.
Asesoramiento
Actividades que son muy aplaudidas por todos lo colectivos ya que, como explican sus usuarios «Discamp nos viene muy bien porque cuando te sucede algo que cambia tu vida para siempre, te gusta saber que hay más personas en tu situación. Viene muy bien conocerlas y saber cómo afrontan su nueva vida. Te dan muchos consejos. No te sientes solo», explica un usuario.
Además, explica la mujer de otro asociado. «Cuando de repente un familiar tiene un accidente y se queda en silla de ruedas no sabes qué hacer, dónde acudir. Allí te explican todo, te guían, te asesoran, e incluso te sirven de apoyo sicológico al principio, que es cuando más hundida te sientes y más ayuda necesitas».
Además, la asociación ofrece distintas actividades para los usuarios, como por ejemplo natación, donde sus voluntarios ayudan a conseguir mayor movilidad y bienestar a los que pronto se convierten en sus amigos.Miriam es una de las voluntarias de Discamp. Fisioterapeuta de profesión, acude a dar natación a personas como José Manuel Zúnica, quienes están consiguiendo grandes avances en su autonomía y movilidad. Y como este ejemplo muchos otros.
Actividades físicas y lúdicas
«Tres días por semana voy con ellos a natación. Está José, y muchas más personas. Algunos como en su caso van en sillas de rueda por accidente en bici, otros por accidente en el mar, otros es por nacimiento. Existen muchos casos y aquí los tratamos y apoyamos a todos. Es un orgullo poder ser voluntaria de una asociación como esta. Animo a todo aquél que piense que puede tener algo que aportar a que se una a esta gran familia», explica la joven a El Económico.
Junto a las distintas actividades físicas que ofrece la asociación a sus usuarios, también cabe destacar las cognitivas y lúdicas, entre otras. Un no parar de actividades para ayudar a sus usuarios.
Además, los mismos guian y asesoran a sus usuarios y familiares en temas como solicitud de ayudas, compras de material específico adaptado a sus discapacidades físicas, etcétera.
Por ello, Discamp invita a todo aquél que lo desee a su cena benéfica anual, donde tendrán la oportunidad de conocer el trabajo de la asociación.
Captar fondos
A parte de esta iniciativa, la entidad mantiene una actividad regular para captar fondos para la asociación como la venta de rifa, la puesta en marcha de mercadillos con los materiales que realizan es sus diferentes talleres, o sorteos de fines de semana entre quienes les apoyan y/o compran objetos en sus stands de venta de productos.
Además, Discamp, colabora con distintos eventos deportivos y mantiene contactos activos con diferentes entidades de la comarca, quienes realizan actos, como por ejemplo conciertos, a favor de la entidad. Además, la asociación se ha atrevido ya a poner en marcha la exitosa I carrera Solidaria Discamp, que demostró una vez más, el gran trabajo de sus componentes.
En cualquier evento que se realice en la comarca, Discamp está presente para dar a conocer sus servicios a aquellas personas que aún no sepan quiénes son y les pueda interesar asociarse. Los interesados en acudir a la cena pueden llamar al 663004933.
