El también cronista oficial de este municipio del Camp de Morvedre presenta un libro en el que explica los recursos hídricos de esta localidad, tanto para riego como para consumo humano, desde la época musulmana hasta nuestros días

Josep Catalunya realiza un recorrido histórico sobre la llegada del agua hasta Algar del Palància

El escritor de libro ‘Las aguas de Algar de Palància’, Josep Catalunya Albert El escritor de libro ‘Las aguas de Algar de Palància’, Josep Catalunya Albert
Viernes, 19 Mayo 2023 21:13

El escritor y cronista oficial de Algar de Palància, Josep Catalunya Albert, acaba de presentar su último libro en el que realiza un recorrido histórico por los recursos hídricos de esta localidad del Camp de Morvedre desde la época musulmana hasta prácticamente nuestros días, un escrito que ha sido impulsado gracias a la Comunidad de Regantes Nuestra Señora de la Merced de Algar. A través del estudio publicado, con el nombre Las aguas de Algar de Palància, el autor nos habla de las vicisitudes y esfuerzos que han tenido que llevar a cabo los pobladores de este municipio de la Mancomunitat de La Baronia para hacer llegar hasta su territorio un recurso tan preciado ya no solo para el consumo humano sino también para el riego de sus campos.

Este nuevo libro de Josep Catalunya se estructura en diversos capítulos en los que divide la historia del agua en Algar de Palància según las distintas épocas. La primera de ellas hace referencia al período musulmán fundadores de este pueblo, al que llamaron Al-gar. «Aunque el pueblo se fundó a orillas del río Palancia y próximo a la Acequia de Murviedro, dado el desnivel del mismo y las dificultades para lograr el agua necesaria, se vieron en la necesidad de buscarla en lugares más accesibles, logrando hacerlo en el barranco de Árguinas o de la Soma, recogiendo, a través de una presa o azud, las aguas sobrantes de algunas fuentes próximas y de las escorrentías del propio barranco que discurrían por éste y conducirlas, canalizándolas, hasta la incipiente huerta de Algar, construyendo a tal fin las primeras balsas y acequias para poder regar aquella y también para servirse para el consumo humano», afirma el autor del libro.

Posteriormente, el estudio habla sobre la época cristiana bajo el domino mercedario en el que Algar fue repoblado, tras la expulsión de los moriscos, bajo el vasallaje de la Orden de la Merced, por familias de ‘cristianos viejos’, que heredaron todo lo que habían dejado los musulmanes, continuando con sus actividades agropecuarias, entre ellas la artesanía de la seda, que llegó a su cenit en el siglo XVIII, «siguiendo sirviéndose tanto de las aguas de la Acequia de Murviedro como de las llamadas “aguas sobrantes de Árguinas”, ampliando sustancialmente el regadío, para lo cual llevaron a cabo la construcción de la conocida como “Bassa Gran”, de la que se regaba la mayor parte de la huerta y construyendo una cisterna pública para el abastecimiento de la población. Paradójicamente, en esta época hubo un litigio entre el Ayuntamiento de Algar y el Comendador de Árguinas, de la Orden de la Merced, ya que este lugar había sido donado, como Algar, a esta orden religiosa, pleito que, sustanciado ante la Real Audiencia de Valencia, lo perdió Algar, limitándose el uso de las aguas sobrantes de Árguinas en perjuicio del pueblo», explica Josep Catalunya.

Como señala el autor, tras la desamortización de los bienes eclesiásticos, Algar pasó a ser un municipio independiente y el lugar de Árguinas, en pública subasta, pasó a manos privadas, con lo que, con el tiempo, aumentaron los litigios entre el Ayuntamiento de Algar y los propietarios de dicho lugar, finalizando con un fallo del Tribunal Supremo totalmente desfavorable a los intereses de Algar, perdiendo prácticamente su derecho al uso de las aguas sobrantes de Árguinas. «Ello obligó al Ayuntamiento y regantes de Algar a buscar algún tipo de solución ante la carestía de agua para el riego de sus campos, procediéndose a realizar trabajos en las fuentes llamadas de “la Llorença” y de “la Teula”, cuyo uso pertenecía a Algar, así como encargar a expertos zahoríes la búsqueda de alguna corriente subterránea que contribuyese a paliar el problema, no obteniéndose resultados positivos», apunta.

Así pues, en la época moderna, las autoridades y regantes de Algar no cesaron en su empeño de conseguir un caudal suficiente para el riego de sus campos y para el consumo humano. Como explica Catalunya: «Ya en la posguerra civil, gracias a los desvelos de su alcalde, Juan Francisco Gascó Zaragozá, y de la Junta de Aguas, se constituyó la primera Comunidad de Regantes de Algar, adquiriéndose el manantial llamado del “Marroyo” en el término de Altura y realizándose las obras de canalización hasta las balsas de Algar, con lo que, en parte importante, se minimizó el problema. En los años siguientes, el Ayuntamiento llevó a cabo la instalación del agua potable y alcantarillado en toda la población, bajo el mandato como alcalde de Manuel Lostado Tortonda. En tiempos más recientes, con la adquisición por la Comunidad de Regantes de los llamados pozos de “Els Planets” y “El Masil”, más las aguas del manantial del “Marroyo” y de la Acequia Mayor de Sagunto, la huerta de Algar goza de agua suficiente para su riego».

En cuanto al consumo humano, el autor de este libro recuerda que el municipio de Algar de Palància, como muchos otros de la comarca, se surte del llamado metro cúbico que administra el Consorcio de Aguas del Camp de Morvedre, y que proviene de la conducción de aguas desde el canal Júcar-Túria, procedente de la regulación del embalse de Contreras en el río Cabriel.

En el libro Las aguas de Algar de Palància, Josep Catalunya también guarda un espacio para hablar sobre los pantanos y embalse del Palancia donde hace referencia a los primeros proyectos de pantanos en la cuenca de este río, con una mención especial del embalse del Regajo y, sobre todo, de la Presa de Algar, construida a quinientos metros escasos del caso urbano del municipio. Del mismo modo, en este estudio se dedica un capítulo, el último, también a la Acequia Mayor de Sagunto, «destacando los problemas y litigios históricos habidos entre la capital del Camp de Morvedre y los pueblos de la ribera del Palancia, regantes de la misma, hasta llegar a la constitución de la Comunidad General de Regantes de la Acequia Mayor de Sagunto, sin olvidar los problemas de afección que ha sufrido y sufre la acequia a su paso por la Presa de Algar», apunta finalmente el autor de este estudio sobre los recursos hídricos de este municipio de la comarca.


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Modificado por última vez en Lunes, 22 Mayo 2023 17:31

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