Sempre esdevenint, el espectáculo que ofreció Hort Art en el Palau Vives de Canyamàs de Benifairó de les Valls, conmocionó la Vall de Segó. Coreografías del movimiento en interacción con imágenes, música y uno de los pocos vestigios de arquitectura renacentista existentes en la Comunitat Valenciana. «El arte empoderando el arte; dialogamos desde el espacio para componer metáforas de futuro», afirmaba Alexsandro Guerra, coreógrafo del espectáculo.
«Jamás había vivido una propuesta artística tan singular. Plenitud, arte, interacción con la mirada del público y ante todo redescubrimiento de cuanto somos para componer lo que queremos ser», comentaban desde el público.
La Vall de Segó desplegada en imágenes proyectadas sobre la fachada sur de la torre del Palau Vives de Canyamàs acogía la esencia de una identidad confluyente en mapas corpóreos. La coreografía conformada desde el diálogo de la música la imagen proyectada y la danza despertaron el aplauso vivido de un público que experimentó la belleza de la propuesta. «Luz, proyección, música y movimiento confluyeron perfectamente creando un clímax inigualable. En entorno y la naturaleza de fondo, el simbolismo de los elementos, el agua purificadora, las piedras que uno arrastra... un trabajo genial; Hort Art nunca me deja indiferente y tengo siempre la sensación de ser una espectadora privilegiada», aseguraba una espectadora.
La propuesta de Hort Art parte del diálogo con el lugar que se transita con el objeto de potenciar su impronta «Un espectáculo que se enfrenta a las potencias naturales, con las historias de los seres humanos, con las huellas de la arquitectura y el paisaje: explorar para recopilar información para reticularla y reinventarla en otra dimensión, para ver como la danza y el bailarín se vuelven vulnerables y abiertos a los elementos cirncundantes», afirmaba Alex Guerra.
La composición de Alex Guerra así como la interpretación del bailarín Pere Bodí parten de la asunción del arte como camino de busqueda. Los artistas permanecen en el vacío y la indecisión para conformar su propuesta. «Es un acto de amor para el ser, un acto que permite despegar, de ir a la deriva, de perderme para después volver con cualquier cosa para compartir, que no es nunca nuevo, y sin embargo siempre es excepcional. Somos una especie de arqueólogos del amor que tratan de traer nuevamente a la superfície piezas de loza, vidrio esmerilado, piezas para limpiar, reelaborar y poner en círculo», añadían.
La singularidad de esta creación estriba en la fuerza del entorno como conformador de expresiones; tanto es así que Hort Art ha articulado el espectáculo exclusivamente para esta localización. «La retina del arte que congela el tiempo e invita a ver el universo infinito como particular. Un universo que rebela la topografia de las sensaciones y de las intenciones de sus paisajes. Atravesar un lugar está directamente ligado a nuestra naturaleza, esa naturaleza que, imaginando ritos transitorios, debemos cruzar para poder liberarnos. Las personas que caminan son siempre los extranjeors que entran en los terriotirios de los demás, recorrer un paisaje para absorverlo, abrirlo, modificarlo, hacer pequeñas acciones que en cualquier modo mueven un ambiente», aseveraba Pere Bodí.
Els Divendres de música i poesia de Benifairó de les Valls articulan cada verano una programación cultural firme en els Jardins de la Casa Guarner, en esta ocasión la fuerza del espacio escénico desplazó la escena a uno de los edificios emblemáticos dela Vall de Segó. «La propuesta de Hort Art volvio a dar vida al Palau Vives de Canyamàs. Un gran espectáculo de danza e iluminación que nos encandiló. Ha sido espectacular, constatamos que hay rincones del pueblo que vale la pena recuperar», explica el edil de Cultura, Vicent Chordá. Por su parte, el presidente de la corporación municipal, Toni Sanfrancisco, ensalzó la interdisciplinaridad de la propuesta: «La conexión de nuestra identidad, los guiños a las costumbres y forma de vida de nuestros vecinos plegadas entorno a un espacio como el Palau resultó gradilocuente. Belleza, emoción y sutileza en la presentación de posibilidades que nos dejó admirados»
El compromiso de deslocalización del arte de las grandes urbes por parte de Hort Art genera un enriquecimiento en la Vall de Segó sumamente valorado y apreciado por un público que, cada vez más vive la danza como una expresión de la belleza para la construcción de un mundo mejor.
