El escritor de Gilet, Antonio de Haro Pérez
Aunque siempre ha trabajado en una peluquería, un negocio que su familia tiene en Gilet, localidad en la que vive, Antonio de Haro Pérez es un apasionado de la poesía. Tanto es así, que este amante del senderismo y el buceo, dedica gran parte de sus ratos libres a escribir, algo que le hace sentir, como ha explicado a El Económico, muy orgulloso y feliz.
Y así, gracias a su pasión por la poesía, se introdujo de Haro en el mundo de la escritura. Al principio escribía en casa, en cualquier papel que encontraba. Se trataba de, como ha explicado a El Económico, «pensamientos que me venían a la cabeza y cogía un boli y un papel y lo escribía… hasta lo hacía en servilletas de papel que aún guardo (ríe)».
«En este tiempo venían amigos a casa y leían mis poemas y me animaron a seguir escribiendo», sigue recordando el autor. Y así, hasta que al final editó su primer poemario, Corazón, con una editorial Valenciana. A partir de aquel momento empezó a editar uno detrás de otro, hasta alcanzar los doce poemarios que de Haro posee. Entre estos doce poemarios hay más de 4.500 poesías, haikus, y pensamientos escritos por el autor.
Un día conoció a Julián Serrano, «un chico, cuenta el autor, que me hacía las fotocopias y como él siempre me decía: Chato escribe otra cosa que los poetas no venden libros», y así, impulsado por Serrano, decidió comenzar a escribir unos cuentos infantiles. Aunque al principio, como reconoce, «no sabía muy bien qué es lo que quería plasmar y escribir, después, de repente, empezaron a venirme personajes y creé mi primer cuento en el que decidí que todos los demás cuentos se basarían en estos cuatro personajes: un tomate (Basilio), un pepino (Ígor), un perro (Andrius) y una estrella de mar (Estrelleta), los cuales tenían que llegar a un lugar llamado Felicidad».
De ahí empezaron a surgir todas sus historias y aventuras hasta llegar a Felicidad, donde los personajes van conociendo a muchos más amigos. El autor explica que «tenía una cosa clara, y era que en cada capítulo le quería transmitir a los niños unos valores humanos que se nos van olvidan con la edad como, por ejemplo, el amor a los padres, a la naturaleza, a los animales… Esto era muy importante».
Al final, Antonio de Haro consiguió escribir diez cuentos que, gracias a la editorial BABIDI-BÚ, consiguieron ver la luz y llegar hasta los hogares de los niños, unos cuentos llenos de valores y enseñanzas para los más pequeños de las casas. Su editorial se encarga, como relata, de distribuirlos por toda España, en la FNAC, El Corte Inglés, Amazon, Casa del Libro…y es, aclara, en todos estos sitios donde se pueden adquirir, al igual que en la Librería La Seu de Sagunto y la librería infantil y juvenil ARCO, de Puerto de Sagunto.
El libro La fabulosa pandilla de la alegría reúne estos cuentos en un trabajo repleto de valores humanos con los que los niños y niñas lo pasarán en grande a la vez que aprenderán, cuenta su autor, «cosas muy importantes de la vida que a veces de olvidan».
Este proyecto que casi surgió por casualidad, «me hace sentirme bien conmigo mismo al ver la reacción de los niños al leer mis cuentos. El poder llegar a un público infantil te trasmite sensaciones que hacía mucho tiempo que no las experimentaba».
El autor adelanta que ya tiene escrito otro cuento más compuesto por cuatro historias, El país de los sueños de Tingui y Randi, que será publicado por la misma editorial y también está La nube fantástica, «pero de momento estoy centrado en esta experiencia tan bonita que es editar mis cuentos y que estén por toda España, es un sueño cumplido que la verdad cuando empecé este proyecto nunca me imaginaba que iba a firmar un contrato editorial y poderlos editar de esta manera. Estoy muy feliz», recalca de Haro.
El autor argumenta que «yo creo que lo importante de mis cuentos es que conservan esa inocencia que tienen las historias y los dibujos infantiles, ya que últimamente, simplemente por dibujar unos personajes, los hacen entrar en este contexto infantil, dándole al niño unos valores que no le corresponden con su edad y menos con la infancia».
En opinión de este autor de Gilet «los niños necesitan leer algo adecuado a su edad, sin buscar más allá de lo que lleva cada edad, no me parece correcto muchos cuentos y, sobre todo, dibujos animados, que tratan temas que corresponden a un público de edad más avanzada. Sin embrago el niño relaciona esos dibujos como parte de su niñez, cuando no tiene nada que ver con lo que a un niño se le deba transmitir en esas edades».
Y así, a partir de la diversión, es como de Haro explica que se ha de fomentar la lectura entre los más pequeños, «no tiene que ser algo pasivo, sino algo con lo que se sientan realizados leyéndolo…Ése fue uno de mis fundamentos a la hora de escribir mis cuentos».
Un trabajo que hace sentir muy satisfecho al autor ya que, como confirma «después de firmar con la editorial BABIDI-BÚ mis cuentos, termino de firmar con la editorial Altera-Adarve un contrato para mi novela Como el mundo mismo, de cinco años, que incluye la edición y distribución por casi medio mundo. También voy a sacar mi tercera colección de poemarios en Amazon, con cinco poemarios». Aquellas personas que quieran más información sobre este autor del Camp de Morvedre, pueden hacerlo en www.antoniodeharoperez.com y en sus redes sociales.
