Algunos vecinos de Gilet se han quejado del estado de abandono que sufre una nave situada en la urbanización del Pla de la Venta, junto a la carretera que lleva a la zona conocida como Balcón de la Peña, cerca de un conocido supermercado de la localidad. Esta nave, que sufrió un incendio a principios de este verano, se encuentra en avanzado estado de deterioro con el peligro que esto conlleva para los ciudadanos que transitan por este lugar del municipio.
«Este almacén debería estar ya en el suelo, es un peligro desde que sufrió el incendio porque, ahora mismo, hay cascotes de la pared, que está a punto de caer, encima de la acera. Lo único que se ha hecho es, en vez de vallarlo correctamente, colocar unos bidones de obra y una valla de plástico de publicidad que lo que hacen es cortar parte de un carril de la carretera, haciendo el camino instransitable», asegura un vecino de Gilet.
Una de las cosas que más preocupan a estos ciudadanos es el techo de esta nave que está construida con uralita y amianto, material declarado cancerígeno. «Sabemos que se han producido incendios en el interior de esta nave porque hay gente que se mete dentro de ella y, como aún hay material dentro y madera, pues se prenden por lo que consideramos que es algo muy peligroso que siga estando el almacén en estas condiciones», informa este mismo vecino.
Estos ciudadanos acusan al Ayuntamiento de Gilet de actuar «con desidia porque ya han pasado muchos meses desde que sucedió lo del incencio». Es por este motivo por el cual solicitan que, desde el consistorio, o se actúe de oficio, o se inste al propietario a llevar a cabo el derribo o se tomen las medidas oportunas de prevención «cuánto antes porque es una vergüenza pasar por allí».
Por su parte, el alcalde de Gilet, Juan Carlos Vera, ha confirmado a este rotativo que el ayuntamiento «ha hecho todos los trámites que tenía que hacer» puesto que el propietario de esta nave solicitó el permiso de derribo, que le fue concedido, un derribo que se inició pero que fue paralizado por agentes medioambientales a causa de la existencia de amianto en el techo del mismo.
«Los agentes paralizaron el derribo y dijeron que hay que tener una autorización de la Conselleria de Medio Ambiente para poder continuar con el mismo porque la uralita y el amianto tiene que trasladarse de una manera concreta. Aunque en un principio nos comentaron que esta documentación podría tenerse en unos veinte días, ya ha pasado más de mes desde que se solicitó a la Generalitat Valenciana y se sigue a la espera, por lo que esperamos que esta autorización llegue pronto y se puedan retomar las obras de derribo», apunta Vera.
