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El alcalde del municipio, Alfredo Castelló, del Partido Popular, logró sacar adelante este asunto en el pleno del 27 de diciembre de 2012, pese a la desconfianza reinante, de hecho, ni Compromís ni Esquerra Unida dieron su apoyo a esta propuesta fallida

La Zona Franca que pondría a Sagunto en el mapa, resultó ser otro fiasco de la propaganda

Terrenos donde se ubicaría la fallida zona franca de Sagunto, según la propuesta municipal Terrenos donde se ubicaría la fallida zona franca de Sagunto, según la propuesta municipal La Zona Franca que pondría a Sagunto en el mapa, resultó ser otro fiasco de la propaganda
Viernes, 23 Abril 2021 21:30

La ampliación de la zona norte del puerto de Valencia está generando gran oposición entre algunos sectores de la capital valenciana, particularmente, vecinos y ecologistas. Aprovechando esta respuesta a la mega ampliación, algunas voces proponen que la APV piense en Sagunto como mejor ubicación. Ahora que se vuelve a incidir en el impulso de la actividad portuaria del municipio, se podría recordar otra ambiciosa idea que, como tantas más, se quedó en nada.

Efectivamente, en medio de una crisis económica brutal, en el último cuatrimestre de 2012, el entonces alcalde de Sagunto, Alfredo Castelló Sáez, del Partido Popular, anunció a bombo y platillo la Zona Franca, un nuevo proyecto para el municipio que volvería a impulsar la economía comarcal y a generar riqueza y empleo. Cuando ya habían quedado atrás otros fiascos de calado, como el parque temático Don-Do, la Ciudad del Cine o la Ciudad del Teatro, esta nueva iniciativa pondría a Sagunto definitivamente en el mapa y sacaría del letargo los terrenos de Parc Sagunt, que llevaban años completamente yermos.

No cabe duda de que el nuevo proyecto era de gran envergadura, el municipio acogería una zona franca, en dos fases, de una superficie de 4,4 millones de metros cuadrados en total. La primera de ellas, de 1,1 millones de metros cuadrados, afectaría de lleno a buena parte de Parc Sagunt y la segunda, pendiente de urbanizar, tendría una extensión de 3,3 millones de metros cuadrados. La fotografía, que difundió el Ayuntamiento de Sagunto en aquel momento, presentaba, sobre el terreno, la primera fase de la zona franca en color rojo y la segunda, de mayores dimensiones, en color azul.

Ante este nuevo reto, Sagunto no estaba solo, Alfredo Castelló confirmaba que este proyecto estaba inmerso en uno de mayor calado donde también participaba el Ayuntamiento de Paterna, articulándose, por tanto, como la zona franca de la Comunitat. Semejante actuación requería la participación necesaria de otras instituciones, pero Castelló, que estaba en todo, ya lo había tratado previamente con la titular de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana, Isabel Bonig, y con el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Rafael Aznar, ambos del Partido Popular.

Como no podía ser de otra forma, tanto en un caso como en el otro, la respuesta y el apoyo a la iniciativa fue total, aseguraba el primer edil saguntino: «en la primera reunión con la consellera le pareció muy bien. También acogió este proyecto magníficamente el presidente de la APV, pero, lógicamente, todo eso hay que definirlo. Porque esa es la propuesta de suelo que hacemos nosotros desde el Ayuntamiento, que parece la lógica y la sensata, entre otras cosas, porque la primera fase se ejecutaría en la mitad del suelo de la APV y la otra mitad de suelo sigue siendo de SEPIDES y de la Generalitat, es decir de la empresa Parc Sagunt, S.L. y esa es la idea».

La idea, según explicaba Castelló, consistía en que la zona franca no fuera de tránsito, sino con la posibilidad de instalación de empresas en su interior para el ensamblaje y la producción industrial. En este sentido, el alcalde ponía como ejemplo que podría, incluso, instalarse una empresa automovilística como la que hay en Vigo o como la Seat de Barcelona. Lo que, en su opinión «posibilitaría que pudieran importar todo el material sin pagar impuestos y cuando el vehículo salga de la zona franca será cuando tributara».

Limbo fiscal

Las ventajas que ofrecía la zona franca en Sagunto, además de la localización estratégica, eran, básicamente, de índole fiscal. En este sentido detallaba el alcalde, Alfredo Castelló, que la dinámica de funcionamiento para las empresas a nivel de tributación era inmejorable: «La mercancía que llega de fuera de la UE, es como si no entrara en la zona euro, porque es una zona franca, es un territorio, digamos, excluido arancelaria y fiscalmente de la UE y por lo tanto, hasta que no vuelve a entrar en la Unión Europea, no paga impuestos. Incluso si sale de la UE el producto final sigue sin pagar impuestos, porque nunca ha entrado».

El 8 de noviembre de 2012 el entonces concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Sagunto, Sergio Muniesa, entregaba a los grupos políticos municipales el borrador del proyecto de Convenio de la Zona Franca, ya que la semana siguiente estába previsto que el asunto se abordara en la comisión informativa correspondiente, donde los representantes políticos tendrían oportunidad de efectuar sus aportaciones para enriquecer este primer borrador del que se partía. Todo iba muy rápido porque se pretendía su aprobación antes de que finalizara 2012.

Según figuraba en el documento facilitado a los partidos políticos, sobre la previsión de finalización de las obras de urbanización y puesta en marcha de la zona franca, se establecía como máximo el periodo de un año a contar desde el otorgamiento de la concesión de zona franca por parte del Ministerio de Hacienda. El plazo se podría ver ampliado en tres meses, en el caso de que hubiese que hacer operaciones previas de modificación de planeamiento, que, por lo que se valoró en su momento, sí eran aconsejables.

Segunda fase

En relación con la fase 2 de la Zona Franca de Sagunto, la solicitud por el Ayuntamiento de la ciudad y la obtención de la concesión por parte del Ministerio de Hacienda se supeditarían en un futuro a la colmatación, real o fundadamente previsible, de la fase 1. Sin embargo, se plasmaba en el borrador del convenio sólo a los efectos de que por el citado Ministerio se percibiera el potencial real de la parte de la zona franca de la Comunidad Valenciana que se localizaba en el término municipal de Sagunto, la otra estaba proyectada en el municipio de Paterna.

Una vez aprobado el convenio por el Ayuntamiento de Sagunto, se daría cuenta del acuerdo al Consistorio de Paterna y a su Agencia de Desarrollo Económico; así como al Delegado Especial de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria y a la Jefatura de la Dependencia Regional de Aduanas de Valencia, órganos ambos integrados en el Ministerio de Hacienda. Así mismo, se trasladaría lo acordado a la Delegación del Gobierno en Valencia; a la Autoridad Portuaria de Valencia; a la Presidencia de la Generalitat y a la entidad Parque Empresarial de Sagunto, SL., es decir, a Parc Sagunt, que es donde, básicamente, se asentaría la primera fase.

Luz verde

Finalmente, tal y como estaba previsto, el pleno del Ayuntamiento de Sagunto celebrado el 27 de diciembre, cuatro días antes de finalizar 2012, aprobó solicitar la inclusión del municipio de Sagunto en el proyecto de creación de una Zona Franca en la Comunidad Valenciana. La propuesta fue respaldada con los votos del PP, SP y PSOE, aunque recibió el rechazo frontal de Compromís y Esquerra Unida, evidenciándose, de esta manera, la división reinante en el consistorio saguntino entre los partidos que veían en la Zona Franca una posibilidad de dinamizar la actividad industrial en la ciudad y los que consideran que el proyecto generaba, todavía, más dudas que certezas, llegando, incluso, a poner en peligro el modelo industrial del municipio.


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