De acuerdo con los datos oficiales de liquidación de los presupuestos municipales del Ayuntamiento de Sagunto entre los años 2016 y 2020, ambos inclusive, se puede apreciar con claridad meridiana que existe un gran trecho entre las previsiones de inversión realizadas por los equipos de Gobierno y lo que finalmente se ejecuta cada año. Efectivamente, tal y como se puede ver en el cuadro, entre el presupuesto de 2016 y el de 2020, el Ayuntamiento de Sagunto planeó unas inversiones por encima de los 119,5 millones de euros, sin embargo, una vez que se han liquidado cada uno de los presupuestos, la realidad pone de relieve que apenas se han logrado materializar algo más de 29,6 millones de euros, es decir, un total de 24,80%, o sea, una cuarta parte de todo lo presupuestado.
Podría decirse que hasta el ejercicio de 2016 se venía produciendo un elevado cumplimiento de las inversiones planeadas. De hecho, en este ejercicio, el grado de ejecución alcanzó el 73,69% del total previsto, lo que significa que, de los 15,7 millones de euros programados se lograron materializar casi 11,6 millones. A partir de aquí se observa un descenso espectacular en el grado de materialización de las obras programadas, que alcanza su nivel más bajo en el ejercicio de 2018, donde apenas se logra alcanzar un 12,10%, es decir, de una inversión prevista que alcanzaba los 22,9 millones de euros, solo se materializan 2,7 millones, aunque en el resto de los ejercicios no ha sido mucho mayor, ya que en 2019 se pudo ejecutar el 17,66% y en este 2020 recién finalizado el 16,29%.
Sobre esta cuestión, el nuevo Concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Sagunto, el socialista Javier Raro Gualda, admitía que el grado de ejecución de las inversiones, finalmente ejecutado, no era para sacar pecho, aunque consideraba que se habían sentado las bases para que se produjera una mejora en el futuro: «En este 2020 se han ejecutado inversiones por un valor cercano de los 5,5 millones. Sobre el presupuesto inicial del Ayuntamiento es cercano al 33% y respecto al definitivo, aplicando algunas correcciones necesarias, se aproxima al 20%. Es evidente que no son datos para sacar pecho, pero se han puesto los pilares para que la ejecución aumente considerablemente los próximos meses», aventuraba el edil y portavoz del Grupo Socialista en el consistorio saguntino.
Cambios Legales y UDEF
Podría decirse que, coincidiendo con el inicio de este descenso en el nivel de ejecución de las inversiones, se han producido don hecho que, sin ninguna duda han influido en la ralentización de la tramitación de los expedientes en el Departamento de Contratación, por un lado, la entrada en vigor de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, por la que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE, de 26 de febrero de 2014. Adaptarse a la nueva normativa no ha debido de ser nada fácil, a juzgar por el resultado real de las adjudicaciones de obras previstas en el capítulo de inversiones. Esta disposición también ha incidido en un incremento notable de la adjudicación de los denominados contratos menores que, como norma general, se suelen otorgar a ‘dedo’.
Sin embargo, hay un segundo aspecto que también ha marcado muy de cerca el funcionamiento de la institución municipal, como fue la intervención de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que, el 19 de octubre de 2016, efectuaba el primer registro en las dependencias del Ayuntamiento de Sagunto y en varias sedes empresariales, buscando documentación que aportara luz sobre el proceso de privatización del 49% del ciclo integral del agua, realizado en la legislatura 2003-2007, que salió adelante con los votos a favor de PP, PSOE y Bloc, hoy Compromís. Ha esta primera inspección siguieron otras en los meses posteriores. Aunque este proceso, encuadrado dentro de la denominada ‘Operación Flotador’ finalmente quedó en nada, no cabe duda de que los registros de la UDEF en sede municipal han marcado un antes y un después.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, en el presupuesto de 2016, por ejemplo, el grado de ejecución alcanza el 73,69%, porque el total de inversiones previstas para aquel año alcanzaba la cifra de los 15,7 millones. En 2017, con la adaptación a la nueva ley de Contratos del estado y con los registros de la policía todavía frescos en la retina, el nivel de ejecución cae significativamente y, a partir de ahí, el grado de ejecución todavía desciende más, ya que se incrementa significativamente la partida de inversiones. Efectivamente, en 2018 se programan casi 23 millones de euros, w3n 2019 unos 29,6 y en 2020 35,5 millones de euros.
Las diferentes fuentes consultadas por este periódico han coincidido en señalar que para doblar las inversiones municipales que se programaron en 2016 o 2017 es necesario adaptar la maquinaria técnico-administrativa para que sea capaz de asumir el doble de esa carga de trabajo, por lo que, cuando se planifican unas inversiones de ese volumen sin reforzar los departamentos municipales directamente implicados, lo normal es que no se pueda ejecutar, ni de lejos, la totalidad de la inversión programada, por lo que este modus operanti de los gobiernos municipales se asocia más a un marcado carácter propagandístico, es decir, anunciar unas inversiones millonarias que, de antemano se sabe que no se materializarán.
Hay que tener en cuenta que, si el Ayuntamiento de Sagunto hubiera ejecutado todas las partidas destinadas a inversiones en los presupuestos de 2016 a 2020, ambos inclusive, es muy evidente que tras invertir 119,5 millones de euros se habría transformado completamente el municipio, pero con una ejecución real de 29,6 millones en cinco años, y si se tiene en cuenta que tanto el IES núm. 5 como el Pabellón Polideportivo situado junto al cementerio de el Puerto, son obras que vienen de antiguo y que, en el primer caso, se financia con fondos de la Generalitat y, en el segundo, de forma mixta, la inversión real municipal durante el periodo analizado todavía es menor.
