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Este joven estudiante de Arquitectura de Puerto de Sagunto ha logrado ganar el XVII Concurso Cátedra Blanca CEMEX de la Universitat Politècnica de València (UPV), galardón dotado con 1.800 euros de premio

Carlos Gavilán: «La arquitectura es un estilo de vida, es selectiva con quien se enfrenta a ella»

Viernes, 02 Octubre 2020 19:32

carlosgavilancortes1El joven estudiante de arquitectura de Puerto de Sagunto, Carlos Gavilán Cortés

Carlos Gavilán Cortés es un joven arquitecto de Puerto de Sagunto que se encuentra finalizando sus estudios en la Universitat Politècnica de València (UPV) y que acaba de alzarse con el primer premio del XVII Concurso Cátedra Blanca CEMEX gracias a su propuesta de luminaria que bautizó con el nombre de Eclisse, «una pieza que nace desde el deleite de la forma, con el fin de domesticar la luz», tal y como su autor define este trabajo. El jurado valoró « la limpieza y contundencia de la forma, su dualidad en su empleo en ambientes exteriores e interiores, la capacidad de matizar la intensidad de la luz (directa, indirecta, retroiluminada), y la coherencia de su diseño, forma y uso con la construcción en hormigón» para otorgarle este reconocimiento.

Cuéntenos un poco, ¿quién es Carlos Gavilán?

Esta pregunta siempre me ha resultado compleja de responder, pues si bien, no creo que debiera ser yo quien hablara de mí mismo. Creo que se debe ser generoso con la opinión ajena. Luego ya, tú decides. Así pues, me considero una persona bastante normal. Aunque si les preguntas a otros/as te dirían lo contrario. Más bien, algo particular. (risas)

Partiendo de la empatía y sensibilidad, al pensar sobre quién soy aparecen dos versiones. Por un lado, resulto ser comprometido, perfeccionista y algo testarudo. Muestra que me ha dado muchos quebraderos de cabeza, para lo bueno y lo malo. Es algo que viene en mi identidad, pero sé que con el tiempo todo se calma, se relativiza y se consigue sosegar. Por otro lado, siempre me han dicho que soy observador y detallista (selectivo en todo), a la par que risueño y despierto. Siempre ando metido haciendo alguna cosa. Como dice mi madre: “Nunca te irías y nunca vendrías”. Y es una frase muy yo, la verdad. Me encanta compartir mi tiempo, tanto para el disfrute con amigos y familiares o por el simple hecho de aprender (me invade la “Sed de ser”, no lo puedo remediar).

Mis aficiones van de la mano de mi formación como arquitecto. Ya que siempre intento cuestionarme todo, llegar a entender el porqué de las cosas y no parar de viajar para empaparme de otras idiosincrasias. Eso sí, desde el deleite de forma y la estética de imagen. Pero también me acompaña la música. Escucharla y sentirla. Algunas personas te dirán que soy un bailarín… (la verdad es que me gusta) pero nada que no hagamos todos con amigos y de fiesta.

En síntesis, soy contradictorio en mi ser; rodeado de mi gente, pero teniendo mi espacio, mi privacidad y mis momentos de deleite conmigo mismo. La verdad es que la Paz es algo que siempre intento buscar, ya sea haciendo deporte, dibujando o leyendo. Siempre rodeado de música. Y para ello tengo tres sitios en la comarca donde intento encontrarla: mi playa de piedras de Corinto, el Garbí y la Marjal.

¿Por qué decidió estudiar arquitectura?

La verdad es que muchas veces me lo he preguntado, pero desde hace un tiempo me di cuenta de que no lo decidí yo. La arquitectura es un estilo de vida, es selectiva con quien se enfrenta a ella y posee un tamiz radical. O tienes las aptitudes y actitudes o no. Discretiza muy rápido. Siempre hago un símil irónico con el sombrero seleccionador de Hogwarts de la película de Harry Potter porque a pesar de su marco naif, es la pura verdad. (risas)

La verdad es que no sé. No tengo familiares ni gente próxima de los cuales me haya empapado. Más bien -como decía anteriormente- ac/aptitudes: siempre me ha apasionado dibujar y he tenido cierto rasgo diferenciador del buen gusto, por parte mi madre. Estas dos cosas, constantemente me han acompañado.

Pero si algo tengo que reseñar es la línea que te vas marcando en la carrera. Es algo muy importante rodearse de los buenos y estar donde ellos estén. Muchas veces no hay que mirarlos absortos por ser quienes son, más bien, hay que mirar dónde ellos miren. Ahí es donde se aprende.

Este año se ha presentado al XVII concurso Cátedra Blanca CEMEX de la Universitat Politècnica de València (UPV) ¿En qué consiste?

Catedra Blanca de València es una identidad académica, dentro de la ETSAV-UPV, que reporta financiación por la cementera CEMEX. Gracias a ella, a grosso modo, se generan sinergias con el ámbito académico intentando poner en valor el cemento en todas su variantes y propiedades como materia de estudio. Para ello, ofertan una gran variedad de actividades académicas. Desde congresos y jornadas, hasta concursos y talleres. Incluso viajes y exposiciones.

En este caso, yo me presenté con un compañero al XVII Concurso anual de CBV, titulado Iluminación con Hormigón. El objeto de la presente edición era diseñar una pieza en hormigón blanco o coloreado concebida como Luminaria; un objeto de diseño que se defina bajo una geometría pensada como un contenedor de luz y, al mismo tiempo, sea creador de sombras.

Se proponía la reflexión acerca del diseño de una Luminaria, a través del empleo del hormigón. Su plasticidad y versatilidad permitía, en esta ocasión, revisar los conceptos de luz y sombra, lleno y vacío, textura y temperatura, atmósfera y espacio. Las piezas debían ser únicas, originales y que diesen respuesta a su prefabricación en serie.

«Eclisse, es una pieza que nace desde el deleite de la forma, con el fin de domesticar la luz. Ella en sí, reúne diversos atributos pesados con delicadeza y esmero bajo el precepto vitruviano de Venustas (belleza), Firmitas (consistencia) y Utílitas (función). Base del buen hacer».

¿Por qué se decidió a presentarse?

Y ¿por qué no? (ríe). En este gremio, desde la enseñanza, debes estar en un continuo aprendizaje. Y a la vez, debes servirte de estos concursos para aportar tus conocimientos y destrezas en el diseño de entidades-formas-objetos a todas las escalas: desde lo global (urbanismo y paisaje) hasta lo local (pabellones o mobiliario) La cuestión erradica en la sutileza de la forma y diseño, así como la claridad constructiva y su sencillez. Y el arquitecto debe dar respuesta a todo ello.

Ante esto, y bajo una perspectiva con cierta madurez por mi recorrido académico, vi la oportunidad de afrontar un proyecto a pequeña escala dónde la arquitectura se acentuaba en su máxima expresión. Ya que el “quid de la cuestión” se centraba en el detalle. La sutileza de este era la pieza clave. Y nunca había afrontado este reto.

¿Qué proyecto presentó?

A pesar de ser un proyecto en colaboración con un compañero, la autoría es propia. Todo fue pensado y detallado por mí. Él ayudó en la postproducción. Nuestra propuesta, llamada Eclisse, es una pieza que nace desde el deleite de la forma, con el fin de domesticar la luz. Ella en sí, reúne diversos atributos pesados con delicadeza y esmero, cuyo orden queda sometido bajo el precepto vitruviano de Venustas (belleza), Firmitas (consistencia) y Utílitas (función). Base del buen hacer.

Pero esta concepción, que pretende poner en valor la sencillez de esa complejidad constructiva entre el cuerpo de cemento blanco y la esfera metálica, no se entiende sin dos premisas que son axiomas vinculados en toda naturaleza bella: la proporción áurea y el número de Fibonacci. Así pues, la luminaria Eclisse pretende materializar ese fenómeno astrofísico en luz, materia y forma; dando al usuario el beneplácito de experimentar una atmósfera u otra.

¿Era la primera vez que se presentaba a un concurso de este tipo?

La verdad es que no. En otra ocasión, por casualidades de la vida, me presenté a otro concurso relacionado con este ámbito de la iluminación y el diseño. En ese caso era trazar-ejecutar un pabellón efímero para albergar una de las tres mejores luminarias premiadas a nivel mundial durante ese año. Todo ello corría de la mano de la mejor empresa de venta de luminarias portuguesas, Traço de Luz, y de la facultad que me recibió como alumno de Erasmus, la Faculdade de Arquitectura da Universidad do Porto (FAUP). En esa ocasión, quedé en segundo lugar. Una pena porque, como ocurre en muchos concursos, la diferencia entre el segundo y el primero reside en pequeñeces. Sigo creyendo que nos perjudicó ser extranjeros ya que se debía materializar y, supongo, que tuvieron miedo de que no supiéramos dar respuesta.

Es algo que me dolió un poco y tengo una espina clavada con los lusos. (risas)

De igual modo, he seguido presentándome a otros concursos a otra escala y de otros niveles (locales, nacionales e internacionales). Unos acabados en dicha y otros en desdicha. Todo suma y de todo se aprende. El último, que estoy a expensas de la resolución del acta ahora a mediados de octubre, versa sobre un Lodge en Vietnam en las colinas aterrazadas de arroz del norte de este país. Concretamente en Sapa. Ya veremos cómo va. Aunque espero que alguna mención caiga, a pesar de ser un concurso internacional.

La ilusión y el compromiso por el buen hacer, siempre suma. Y la ilusión te proyecta a no parar. Llámese pasión o vocación.

¿En qué consiste el premio y cuántos se otorgaban?

Se concentraban en tres premios dotados con: 1800 euros, el primero; 900 euros el segundo; y 500 euros, el tercero. Así como la repercusión mediática desde la universidad, facultad, catedra y empresa auspiciadora. Rasgo para mencionar es que ha sido la convocatoria con más propuestas presentadas en la historio de la Cátedra. Cerca de 50 y casi 200 personas, según tengo entendido.

eclisse carlosgavilancortesProyecto «Eclisse» con el que Carlos Gavilán se ha alzado con el primer premio en este certamen

¿Quién era el jurado encargado de otorgar los premios?

La Comisión de Selección estuvo formada por Vicente Mas Llorens, Fundador de la Cátedra Blanca. Javier Fuerte Franco, director del área de Cemento Blanco de CEMEX, Iván Cabrera i Fausto, director de la ETSAV y Javier Villar Ruiz, partner del estudio japones Kengo Kuma

¿Qué sintió al saberse uno de los ganadores del premio?

Es algo indescriptible. Yo siempre digo lo mismo: “quitarse la mochila de la responsabilidad”. Esa que llenamos de formación, de inquietudes, de aprendizajes, de miedos, de prejuicios… Sentirte desnudo ante mucha gente. Una mezcla de miedo y alegría desorbitada. LIBERTAD.Y pasado esos treinta segundos, una vergüenza atroz. Al menos un servidor. No sé dónde esconderme.

¿Cuáles son tus proyectos de futuro?

Pues es que es una muy buena pregunta, aunque hace tiempo que no quiero ver su respuesta. No sé si por miedo al devenir y ver un resultado que no me guste, o, simplemente, por la coyuntura que estamos viviendo y el papel arquitecto en la misma. Si algo tengo claro es el presente.

Por un lado, cerrar este ciclo de formación con el TFG, el cual, quiero hacer sobre una temática de enseñanza particular aplicada a la arquitectura que sólo existe en Chile. Y que en Europa se dio durante la Bauhaus. No descarto, optar a otra beca de excelencia para costearme mi manutención allí. Ya que hice otro intermedio en la Pontificia Universidad de Chile, con una beca de excelencia promovida por Santander.

Por otro lado, culminar en dos años mi papel como alumno-arquitecto investigador en un concurso internacional llamado Solar Decathlon Europe. En este proyecto residimos estudiantes de todas las disciplinas de la UPV (gestión, ingeniería, arquitectura…), en el que intentamos estudiar, diseñar y construir una vivienda ecológica y sostenible, que después tendremos que montar y concursar con otras universidades (a nivel mundial) en Wuppertal, Alemania.

A la vez, no quiero descuidar el vínculo con la empresa familiar, Oleo-Hidráulica LEJ. Pues creo que el tándem de hermanos Gavilán Cortés puede generar una oportunidad de mejora y crecimiento con todos los proyectos que tenemos en mente. Mi hermano es la parte técnica e ingenieril; y un servidor, da respuesta al diseño (branding) y gestión de comunicación de la mejor manera que sabemos hacer. Sumando cada día e intentando marcar la diferencia.

Aunque, me voy a mojar y creo que a medio plazo me gustaría adquirir conocimientos de gestión de empresa (recursos, personal, gestión…) postulando a un MBA. Pues creo que en la buena gestión reside el existe de una empresa. Y es una asignatura nula en la carrera y que debería ser de obligado cumplimiento como BOE. (risas)

Por último, he intentado no atisbar futuro por lo descrito con anterioridad, al principio de esta respuesta, pero creo que todo este “coste de oportunidad” y sacrificio, por mi parte y por la de mis familiares, no me gustaría que cayera en saco roto. Creo que mi recorrido formativo por diversas universidades a nivel mundial (Porto y Santiago de Chile) bajo becas de excelencia, deberían dar respuesta en algún momento. Ya que estas universidades fueron elegidas por su trayectoria y sus mentores. Quien sabe de arquitectura, sabrá diferenciar que en ellas han nacido tres Premios Pritzker, que es como el Premio Nobel de la arquitectura: Siza y Souto de Moura (Porto, FAUP) y Alejandro Aravena (Santiago de Chile, PUC). Cunas de grandes y con una formación académica muy singular.

Ojalá todo llegue. La pasión la tengo, el buen hacer de la mejor manera que sé obrar, es mi rasgo diferenciador… Espero algún día estar cerca de los grandes, y no como espectador. Y si no es así, al menos, ser feliz con el papel que esté desempeñando en el lugar requerido. Creo que el principio de la felicidad lleva al éxito. Estés donde estés y hagas lo que hagas. Aunque, volviendo al principio; hablemos del presente. La incertidumbre del futuro me genera ansiedad.


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Modificado por última vez en Jueves, 15 Octubre 2020 12:34

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