«En Iniciativa Porteña (IP) vemos con preocupación que a las puertas de la campaña veraniega la situación en el vertido del llamado Canal de Ciudadmar sigue igual. La imagen que damos a vecinos y visitantes es lamentable, con un foco de agua estancada, llena de mosquitos y ratas. Constituyendo además un posible foco infeccioso». De esta manera se ha referido el concejal de IP, Juan Guillén sobre esta problemática en la playa de Puerto de Sagunto
Como recuerda el edil segregacionista: «Es relevante que ante una moción de IP, en septiembre del año pasado para que se solucionara este vertido incontrolado de aguas contaminadas, el equipo de gobierno en bloque votara la retirada de la moción, alegando que ya se estaban haciendo cosas. ¿Qué cosas se estaban haciendo, me pregunto yo? A la vista de que todo sigue igual, aquella afirmación resulta ser a día de hoy incierta. Y resulta todavía más contradictorio que la concejala delegada que lleva este asunto dijera en el debate de dicha moción, que en dos meses estaría solucionado el problema. Han pasado nueve meses y como podemos comprobar sin más que acercarnos a la zona, todo sigue igual o peor».
Es por este motivo por el cual, desde esta formación porteña consideran este asunto «de vital importancia, y ya no solo por la imagen que estamos dando, sino por el riesgo que supone para la salud un vertido incontrolado de aguas, que los análisis realizados por IP, demostraron que contenían residuos fecales potencialmente peligrosos para la salud».
En este sentido, Guillén ha recodado: «Los resultados de dichos análisis no dejaban lugar a dudas de la contaminación fecal de ese vertido, con presencia de organismos como bacterias E. Coli y organismos que solo reproducen en el organismo humano, como Enterococos intestinales. Se deduce pues que estamos ante una cuestión riesgo para la salud pública ya que cabe la posibilidad de que esas aguas vayan a parar al mar en caso de marea alta o temporal con el consiguiente riesgo para los bañistas. Y también puede darse el caso de que a niños jugando se les caiga una pelota en esas aguas. Después de recuperarla con sus propias manos, pueden fácilmente contaminarse comiendo por ejemplo un bocadillo. Resaltaré que la presencia de estos patógenos puede suponer riesgo de diarreas graves, gastroenteritis y otras enfermedades infecciosas de mayor o menor intensidad. Además esas aguas, dada la contaminación fecal, suponen un caldo de cultivo ideal para los malos olores y la proliferación de mosquitos, ratas, cucarachas... O sea, más riesgos para la salud. Con el añadido de la mala imagen que se ofrece a nuestros visitantes».
Así pues, desde esta formación política aseguran que podemos estar «ante un posible delito medioambiental regulado en el Código Penal. Hemos de tener en cuenta que están absolutamente prohibidos los vertidos incontrolados. Sobre todo si las autoridades son conscientes del problema y no hacen nada para solucionarlo».
