Un año más, los agricultores del Camp de Morvedre han puesto el grito en el cielo por el aumento de robos en sus terrenos. El hurto de naranjas y cobre, sobre todo, está llevando a muchos de ellos a la ruina, ante la pasividad, denuncian, de la policía y las leyes.
«Cada año es la misma historia de siempre, en mi familia y en la de muchas otras de la comarca en las que el sustento principal es la agricultura. realizamos todo el trabajo, nos gastamos mucho dinero en productos sanitarios, contratamos a collas para coger naranjas y luego....luego nos lo roban todo. Y no sólo eso: roban las cosechas pero también nos lo destrozan todo. En buscada del ansiado cobre lo revuelven todo, se llevan tuberías, entran en las casas de apeo y se llevan y se cargan todo lo que encuentran. Para nosotros es una ruina» explica la hija de un agricultor de la comarca.
Y luego, denuncian. No les pasa nada si los cogen. «Nosotros los agricultores al principio denunciábamos, pero ya muchas veces ni lo hacemos. Tenemos que ir al juzgado, los delincuentes nos ven las caras, y tú a ellos, te expones a posibles peligros posteriores y luego encima, no les pasas absolutamente nada de nada. Ya estamos cansados, y muchos, arruinados, porque ésta es una problemática que ha existido siempre y no va a dejar de existir».
Mayor vigilancia
Para erradicar un problema que afirman se repite cada año, los mismos, y AVA (Asociación Valenciana de Agricultores de la comarca), vuelven a reivindicar una mayor presencia policial y un endurecimiento de las penas, para que, afirman «los ladrones se lo piensen dos veces antes de actuar». El problema, explican a este medio «es que como no les pasa después absolutamente nada, aunque los pillen con las manos en la masa, vuelven a reincidir. Son collas de gente bien organizadas, que se reparten los terrenos de la comarca y que saben cuánto tienen que robar para no ser sancionados y encerrados. Y nosotros, indefensos, tenemos que ver cómo acaban con nuestro trabajo, nuestras ganancias, nuestro futuro, mientras ellos se van de rositas y además ganan dinero gracias a nuestro esfuerzo, dinero y trabajo».
«Muchos hemos optado por vallar los terrenos, pero al final incluso eso nos han destrozado y robado. Nos gastamos un dineral protegiendo los terrenos y luego nos lo destrozan igual. Muchos ya optan por vender e incluso han abandonado los terrenos».
Al respecto informan a los delincuentes que «muchos terrenos se venden e incluso se alquilan, por lo que los interesados pueden alquilarlo y trabajar la tierra, plantar lo que quieran y venderlo con los trámites consiguientes. Por lo que pedimos que trabajen y dejen de aprovecharse del trabajo y vida de los demás. Muchos terrenos, incluso, están abandonados, por lo que pueden informarse y trabajarlos, pero claro, es mucho más fácil que trabajen los demás y luego robar y ganar dinero a su costa». Tuberías de motor, vallas, herramientas, naranjas, marcos de puertas y ventanas y tapas de acequias son algunos, entre otros muchos elementos, que los ladrones se llevan de los terrenos y sus propiedades, arruinando así cada año a muchas familias de agricultores del Camp de Morvedre que ven peligrar su futuro y el de esta antigua profesión. Demandan a nivel local, mayor vigilancia en los campos y a nivel nacional, un endurecimiento de las leyes.