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Los vecinos de El Grau Vell de Sagunto aseguran no haber visto nunca nada igual en esta costa. La razón por la que muchos siguen boquiabiertos es la llegada a la orilla de esta playa saguntina de miles de hormigas voladoras que el mar ha llevado hasta la arena. Un manto muy peculiar con el que se han despertado esta semana los residentes y visitantes de esta playa.

Nuria Badal, vecina de El Grau Vell, ha confirmado a El Económico que «ciertamente nunca había visto nada igual. Llevo años viviendo aquí y es la primera vez que observo este fenómeno tan ¿curioso o alarmante?, no sabría cómo definirlo, la verdad», relata a este rotativo.

«Las hormigas voladoras aparecen en otoño buscando crear nuevos nidos, y es normal verlas por todas partes....pero jamás lo había visto en semejante cantidad, y menos a orillas del mar. Fue muy impactante la primera vez que lo vi,  de hecho pensé al principio que eran algas que había sacado el mar, pero al acercarme más pude comprobar que no, que eran hormigas voladoras, y en una cantidad asombrosa, algo impresionante», añade.

Un fenómeno que ha atraído numerosos curiosos a la zona estos días y que ha servido a los vecinos que residen en el Grao todo el año para recordar que, como afirma N.B, «el Grau Vell es una zona maltratada por pescadores y algunos domingueros desaprensivos, que lo dejan todo perdido de restos de cebos, cajas, botellas y otras basuras esparcidas por la zona que no se molestan en recoger». El por ello que demandan «mayor responsabilidad, civismo y sentido común para mantener cuidada una zona con tanta historia como lo es el Grau Vell de Sagunto».
Aprovechan la ocasión para solicitar al Ayuntamiento de Sagunto más contenedores, incluso para que la gente, visitantes y residentes puedan reciclar y carteles en los que se pida a las personas que se respete la zona, aunque, insisten, «mayormente se trata de una cuestión de responsabilidad de cada uno. Entre todos podríamos conseguir dar la imagen que se merece esta costa, y no la que muestra», explica otro vecino.

Vecinos que se empeñan en mantener viva y en condiciones esta playa y esta zona, incluso, como recuerdan, haciendo labores que no les son propias como limpieza de la costa, de los matorrales del único camino que da acceso a El Grau Vell, conservación de la zona, entre otras, explican. Algo que hacen altruistamente y con el único objetivo de conservar esta zona que muchas veces se encuentra, reivindican «abandonada de la mano de Dios». Es por ello que demandan una mayor implicación por parte del consistorio y la colaboración de toda la ciudadanía para poder conservar, finalizan, «parte de nuestra historia».