Ciudad

Vecinos y comerciantes de la Calle Barcelona de Puerto de Sagunto, conviven desde hace un par de semanas con unos inquilinos de lo más peculiar. Mañana y noche, las ratas se pasean, afirman, «a sus anchas», no sólo por las calles, sino que también se dejan ver por los comercios.

«Ya no sabemos qué hacer, comenta Pepi Salcedo a El Económico, se pasean mañana, tarde y noche por las aceras, por la plaza e incluso han llegado a comercios, son las consiguientes escenas desagradables para el personal que las encuentra», relata.

Lo confirma así la dueña de una cafetería situada en esta vía, quien afirma que «a mi bar ya han entrado dos veces, y claro, imaginad las escenas de pánico que se lían aquí cuando al estar tomando algo la gente ve como por la puerta entra una rata».

Otro vecino afirma haber salido corriendo en varias ocasiones detrás de los roedores, «pero cuando se ven amenazados no hay quien los pille y se meten debajo de los coches e incluso en sus bajos, pudiendo provocar destrozos en los automóviles».

 

Los comerciantes denuncian que «la impresión que da un negocio, aunque no sea culpa suya, cuando un cliente encuentra una rata en las instalaciones es bastante desagradable, sobre todo si se está comiendo. A parte del susto que nos llevamos, mayores y pequeños. La gente se pone a gritar y no son situaciones agradables cuando vas a una óptica, a un dentista, una peluquería, a una cafetería, y/o a cualquier negocio».

Tampoco lo es, cuenta otro vecino «cuando vas paseando por la calle con tus hijos y de repente ves que corre hacia tí una rata. Cada niño salió corriendo para un lado y a uno de ellos casi le pilla un coche al cruzar sin mirar de tan asustado como estaba el pobre. No sabemos cuán es la solución, tal vez no la haya, pero esperamos que las mismas desaparezcan porque tienen el barrio revolucionado», cuenta Jaime Sánchez. Situaciones similares se han venido sucediendo en las plazas que colindan con esta calle, «no sólo por las noches que puede ser más habitual, sino a plena luz del día y cuando los parques están llenos de niños», cuenta Lucía Álvarez, usuaria de dichos parques.

Los residentes afirman no saber «de donde provienen. Tal vez de los solares sin limpiar llenos de malezas que hay en los alrededores y llegan hasta aquí, no lo sabemos, pero solicitamos que quien corresponda tomen medidas para evitar situaciones desagradables  e incluso, de pánico».

La limpieza de solares colindantes y/o limpieza interior de contenedores de basura orgánica de la zona son algunas de las propuestas que realizan comerciantes y vecinos de esta vía para ver si, como explican, «se puede así poner fin al problema, ya que parece que le han pillado cariño a esta calle y no se van».