Familiares, amigos y voluntarios demandan, junto a personas de movilidad reducida de la ciudad que se adecuen todas las calles de Puerto de Sagunto para poder disfrutar de una buena calidad de vida sin tener que depender siempre de alguien.
La razón es que, como afirma un grupo de voluntarios de la ciudad que trabaja con personas con diversidad funcional y movilidad reducida, y los propios afectados, «dar un paseo por las calles de la ciudad sin tener a alguien a tu lado, se convierte en misión imposible».
Por la carretera
Aceras estrechas en las que no caben sillas de ruedas y numerosos bordillos sin rampa por los que no pueden ni subir ni bajar si no van acompañados, son algunos de los obstáculos con los que estas personas se encuentran cada día.
R. M., una vecina de Puerto de Sagunto que pertenece a una de las principales asociaciones de voluntariados de la ciudad ha afirmado a El Económico que, «estas personas ya tienen muchas limitaciones en su día a día, por lo que poder dar un simple paseo por su pueblo no debería de ser una más. Sin embargo, lo es. Salimos a pasear con ellos y vemos que necesitan ayuda para subir y bajar de la mayoría de las aceras, puesto que no tienen rampa la mayoría. Te miran y te preguntan resignados: ¿Y si no estuvieras tú, cómo me las apañaría?. Y tienen razón. No es justo».
Lejos de las avenidas
Enfrentarse a este tipo de situaciones, sigue explicando la voluntaria, «hace que vean aún más reducida su independencia, les afecta incluso sicológicamente no poder hacer acciones sencillas sin tener que depender siempre de alguien. Es por ello que no cesamos, año tras año, y demandamos, una vez más, que se habiliten todas las aceras de la ciudad y que se haga de ésta, una ciudad accesible».
Las rampas, y las estrechas aceras, de las que tienen que bajar y circular por la carretera (con el consiguiente peligro que ello conlleva), son los principales lugares en los que se requiere, afirman, «una intervención urgente».
Desde otra asociación de la comarca explican que «sobre todo lejos de las avenidas principales vemos que se hace imposible dar un paseo con personas con movilidad reducida y diversidad funcional. Conforme te vas alejando de ellas, ves como la dificultad va creciendo. Aceras estrechas por donde no cabe una silla de ruedas. Aceras cortas de las que tienes que estar subiendo y bajando constantemente y no tienen rampas....y un sinfín de situaciones que convierten en una pesadilla un bonito paseo», cuenta J. S., voluntario.
Bajarse de las aceras y circular por las carreteras con el peligro que ello supone son situaciones a las que se enfrentan cada día los afectados y sus amigos, familiares y/o voluntarios que los acompañan. Unas escenas a las que quieren poner fin para garantizar la calidad de vida que todo ciudadano merece.
Actuación urgente
«Ahora hacemos salidas a la playa y con el buen tiempo realizamos numerosas actividades al aire libre. Y lo vemos cada día, cada salida. Es imposible muchas veces que estas personas vayan solas, ya que existen numerosos obstáculos a los que no pueden hacer frente solos. Obstáculos y obstáculos que no deberían existir en una ciudad como ésta. ¿A qué esperan para acabar con ellos?» pregunta el familiar de una joven en silla de ruedas. A esto, el hijo de un vecino de Puerto que quedó en silla de ruedas tras un accidente en bicicleta contesta automáticamente: «hasta que el problema no les afecte personalmente, nada cambiará», sentencia entristecido.
«Llevamos años, los afectados y las asociaciones, demandando algo que es nuestro derecho. Y aunque se van consiguiendo cosas, no son suficientes para garantizar la calidad de vida que merecemos. Disfrutar de las grandes y pequeñas cosas. Vivir en igualdad de condiciones y no tener siempre que depender de alguien para poder salir a la calle, a pasear, a comprar, a hacer lo que queramos. Es penoso sentirse así y que nadie haga nada para que la situación cambie», relata un joven de puerto de Sagunto que va en silla de ruedas.
Es por ello que demandan un plan de actuación «urgente y preferente», para poder poner fin a los obstáculos a los que día a día se enfrentan estas personas y sus allegados.
Calles adyacentes a la tenencia de alcaldía, Barrio Obrero, Las Islas, Los Metales, Mare Nostrum, Wichita, entre muchos otros barrios de Puerto Sagunto, son algunas de las zonas en la lista negra a la hora de dar paseos por la ciudad de las asociaciones de voluntarios. Una lista de la la que pretenden ir borrando nombres e ir sumando calles e instalaciones adaptadas a todas las personas. Algo que consideran de vital importancia, por lo que demandan la voluntad e eimplicación de la sociedad.
