Fue en el pleno del 9 de abril de 1997 cuando el voto del único edil nacionalista, Francesc Agües, posibilitó que prosperara la moción de censura contra el alcalde socialista Manuel Girona, que fue sustituido por el ‘popular’ Silvestre Borrás

El día que los nacionalistas sentaron al PP en la Alcaldía de Sagunto

 
Viernes, 07 Abril 2017 16:48

fotoplenod109/04/1997 - Momento en el que los concejales del PP, CIPS, CDS y UPV, hoy Compromís, votaron a favor de la moción de censura constructiva, que otorgó la Alcaldía al PP
El domingo, 9 de abril, se cumplirá el XX aniversario de la moción de censura constructiva que apartó de la Alcaldía de Sagunto al socialista Manuel Girona Rubio y sentó en el sillón de la presidencia consistorial al edil del Partido Popular, Silvestre Borrás Azcona.
 
Efectivamente, en la sesión municipal extraordinaria celebrada a las 19 horas del 9 de abril de 1997, fue debatida y aprobada la moción de censura constructiva que presentaron 13 de los 25 concejales que formaban la corporación municipal del Ayuntamiento de Sagunto. Moción que daba la Alcaldía a Silvestre Borrás Azcona, cabeza de lista del Partido Popular en las elecciones de 1995, que desde el mismo día de dicho pleno ocupó el gobierno municipal en coalición con el CIPS, CDS y UPV. Gracias a esta alianza, el Partido Popular alcanzó por primera vez, desde la apertura democrática, el gobierno municipal de la capital del Camp de Morvedre, pasando el PSOE, junto con IU, a los bancos de la oposición.
 
Lo sucedido en la histórica sesión plenaria del 9 de abril de 1997, fue la consecuencia de los acuerdos alcanzados entre las cuatro fuerzas políticas que respaldaron la moción de censura, que iniciaron las negociaciones después de fracasar los intentos por alcanzar un gobierno de progreso promovido por el PSOE. En estas conversaciones, que se prolongaron por espacio de más de seis meses, desde septiembre de 1996 a marzo de 1997, participaron Izquierda Unida, CDS y los nacionalistas de la UPV, hoy Compromís.
 
Como se ha indicado, tras el fracaso del pacto de progreso que intentaba construir el PSOE para conservar la Alcaldía del municipio, el viernes, 13 de marzo de 1997, concluyeron satisfactoriamente las conversaciones entre el PP, CIPS, CDS y UPV, que se habían venido manteniendo durante los anteriores quince días. Sin embargo, mientras las negociaciones entre los dirigentes de los cuatro partidos políticos se desarrollaban a muy buen ritmo, el ‘aparato’ socialista se trabajó a fondo a buena parte de las bases del partido nacionalista, apelando al saguntinismo, para apartar a la UPV de una moción de censura contra un alcalde saguntino y de izquierdas.
 
De hecho, los afiliados de la opción nacionalista, contrarios al voto de censura, consiguieron que se paralizaran las negociaciones, aunque prácticamente ya estaba todo cerrado, y que se aplazara la decisión final a la celebración de una nueva asamblea, programada para el siguiente 21 de marzo.
 
Teniendo en cuenta que fue la propia asamblea de UPV, celebrada varias semanas atrás, la que autorizó prácticamente por unanimidad al Consell Polític para participar en las negociaciones promovidas por el PP de cara a la presentación de un voto de censura, causó cierta sorpresa este revés, que según reconocieron dirigentes de esta fuerza nacionalista, entre ellos Francesc Agües, se debía a las noticias aparecidas en prensa, donde se daba por zanjado el acuerdo, y a la presión que ejercieron sobre la militancia de UPV destacados dirigentes del PSOE. Extremo éste que también confirmó el alcalde, Manuel Girona, al admitir en declaraciones a este periódico que se habían «mantenido contactos con las bases de UPV y con las ‘alturas’, para tratar de parar el voto de censura». Sobre esta cuestión, Francesc Agües reconoció que se habían producido muchas presiones, no sólo desde el PSOE, si no también desde EUPV, ya que según argumentó «la cuestión trasciende de la órbita local».
 
Una vez que la UPV llevó a cabo la asamblea el 21 de marzo de 1997, tomando el acuerdo de apoyar la moción de censura, todo se precipitó. En efecto, el voto de censura fue firmado por los 13 ediles a los pocos días, el 26 de marzo, y presentado en el registro general del Ayuntamiento a primera hora del día 27.
 
Con este trámite se ponía en marcha un mecanismo legal y democrático que nunca se había utilizado con anterioridad en el Ayuntamiento de Sagunto y que concluyó el 9 de abril, poniendo la Alcaldía del municipio saguntino en manos del ‘popular’ Silvestre Borrás Azcona.
 
Ni que decir tiene que un acontecimiento tan extraordinario, jamás vivido con anterioridad en la ciudad, de­­sató un gran interés entre la población. Efectivamente, el pleno municipal comenzó a las 19 horas con un salón abarrotado de público, algunos asistentes llegaron incluso con una hora de anticipación para poder coger asiento.
 
Aunque, según la Policía Municipal, el evento no consiguió que la sesión se caracterizara por ser la que más personal reuniera en el salón, ya que otros plenos municipales habían acaparado mayor afluencia de público.
Finalizado el pleno, Silvestre Borrás ofreció una rueda de prensa en compañía de los portavoces de los otros grupos políticos de la coalición, en la que anunció que, como primera medida de gobierno, harían un arqueo de las cuentas municipales.
 
Manuel Girona reprochó a la UPV que participara en aquel cambalache
 
Con motivo de los cien primeros días de Gobierno del PP en coalición con CIPS, CDS y UPV, después de prosperar el voto de censura en el pleno del 9 de abril de 1997, Manuel Girona Rubio, ya desde la oposición, pasó revista a los tres primeros meses de gestión municipal en una entrevista publicada por este periódico el 4 de julio de 1997.

fotogironaManuel Girona, en julio de 1997

El alcalde destituido aseguró que el nuevo equipo gestor estaba desarrollando una evidente política de derechas. Por otro lado, Girona puso de relieve que durante los meses previos a la moción de censura, su acción de Gobierno fue sometida a un boicot permanente por parte de las fuerzas firmantes de aquella iniciativa que le apartó de la Alcaldía, para degradar la política municipal al máximo y justificar ante la opinión pública su reemplazo. El político socialista lamentó, asimismo, que aquella operación de acoso y derribo contra un alcalde progresista hubiese estado respaldada por los nacionalistas de la UPV, hoy Compromís.

Sobre la acción del nuevo Gobierno, presidido por el ‘popular’ Silvestre Borrás, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Sagunto puso de relieve un cambio muy notable, a peor, en los modos de actuar: «lo que es gestión diaria más o menos es igual. La basura se recoge ahora igual que antes, o el suministro del agua se hace ahora igual que antes. Pero lo que si que ha cambiado tremendamente son los modos de gestionar. Antes había un gobierno que no solamente era más tolerante, sino que además estaba en minoría, entonces estábamos absolutamente y permanentemente acorralados. Ahora es al revés, el gobierno tiene mayoría suficiente y está casi, casi, queriendo acorralar la gestión de la oposición. Antes no te dejaban gobernar y ahora parece que no quieran dejarte ser oposición. Ese aspecto prepotente del nuevo equipo sale a relucir de una forma escandalosa», aseguraba.

Más adelante, Manuel Girona ponía de relieve que los partidos firmantes de la moción de censura boicotearon su acción de Gobierno para justificar precisamente la sustitución de un alcalde socialista por otro del partido Popular: «En poco tiempo han demostrado que sí que es verdad que antes nos apretaban, obstruyendo la gestión, puesto que ahora han puesto en marcha muchas de las cosas que antes se negaban. Antes nos negaban el pan y la sal y ahora, precisamente, han puesto en marcha aspectos como el presupuestario u otros de gestión que en ningún momento quisieron aceptar anteriormente».

Boicot sistemático al anterior gobierno

El hecho de que muchas de las medidas que proponía el equipo socialista se aplicaran por los nuevos gestores tras el voto de censura, llevó a Girona a insistir en que su Gobierno estuvo sometido a una acción de obstruccionismo permanente: «los que hoy están gobernando Sagunto han estado boicoteando de manera sistemática la gestión, unos durante los últimos seis años y otros en este tramo de legislatura, con el coste muy negativo que eso supone para la ciudadanía. Esto es exactamente así. Aquí, durante estos últimos años, ha primado más el intentar desprestigiar al equipo socialista, el colocar todos los obstáculos que han podido para crear un ambiente de caos municipal que se podía resolver, como así ha sido con trece votos. Si nosotros hubiésemos tenido veinticuatro horas de mayoría suficiente, habríamos podido aplicar las medidas que ahora han tomado y no se habría llegado a esta situación», concluía.

Por otro lado, Girona reprochó a los nacionalistas de la UPV, hoy Compromís, que participaran en aquel cambalache que sentó a la derecha en la Alcaldía del municipio: «Lo malo es que haya gente tan ingenua que caiga en esta dinámica y me estoy refiriendo a la UPV. Porque claro, que haga la moción el PP, es normal, que la haga el CIPS también parece normal, porque han estado muy enfrentados al PSOE. También es lógico que apoye una moción contra los socialistas la Unión Valenciana. Pero donde desaparece toda lógica es en que sea la UPV la que posibilite el acceso de la derecha más reaccionaria al Ayuntamiento de Sagunto. Y, además, lo hace autoconvenciéndose de que es el único camino para la gobernabilidad».

Sobre esta cuestión, el alcalde destituido también ponía de relieve que el más responsable del acceso de la derecha al gobierno de Sagunto fue aquel que firmó la moción de censura: «La verdad es que todos tenemos algo de responsabilidad de que hoy este gobernando en Sagunto la derecha. Pero indiscutiblemente la mayor responsabilidad es de aquellos que han firmado la moción de censura. Luego hay otros que han votado en contra de la moción de censura y que si hubiesen mantenido una actitud más generosa es muy posible que hubiese prosperado el pacto de progreso, me refiero a Izquierda Unida. Y, finalmente, está el PSOE que seguramente no ha sabido convencer a los otros grupos para que saliera adelante el pacto de progreso. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad, pero el que ha firmado el voto de censura es el más responsable. De eso no hay ninguna duda», aseveró.

Un gobierno de derechas

Por último, el portavoz del grupo socialista en 1997, Manuel Girona, ponía especial énfasis en destacar que la derecha es la que estaba gobernando el consistorio: «Cuando yo decía que en los presupuestos se ha demostrado que es la derecha la que está gobernando se escandalizaron, cuando eso es lo más evidente del mundo. En un presupuesto de 4.000 millones, que tomen la decisión de quitarle millón y medio a las actividades extra-escolares que hacen los colegios. Que le quiten a los vecinos tres millones, que figura en la Carta de Participación Ciudadana. Y ya no digo nada sobre la solidaridad con el tercer mundo. Estos y otros aspectos denotan que está gobernando la derecha y por eso nadie tiene por qué escandalizarse».


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Modificado por última vez en Viernes, 21 Abril 2017 23:36

 

 

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