Quedarse la ropa y el calzado o después revenderlo en mercados o por las calles para sacar dinero son las razones por las cuales algunas personas abren y manipulan estos contenedores, con el consiguiente peligro que supone para ellos

Varios contenedores de ropa de Puerto Sagunto han sido manipulados para extraer su contenido

 
Contenedor de textil destrozado de la Plaza Manuel Azaña de Puerto de Sagunto Contenedor de textil destrozado de la Plaza Manuel Azaña de Puerto de Sagunto Varios contenedores de ropa de Puerto Sagunto han sido manipulados para extraer su contenido
Jueves, 29 Diciembre 2016 12:43

Wippy. Así se llama la mascota de los contenedores azules que desde hace años pueden verse en Sagunto. En ello, los vecinos depositan en bolsas cerradas la ropa y el calzado que ya no quieren, la cual es utilizada después con fines sociales.

Durante los últimos días, varios vecinos de Puerto de Sagunto han denunciado a El Económico que dichos contenedores de sus barrios han sido manipulados y rotos por personas que quieren quedarse con lo que hay en su interior. Una práctica que está sucediendo cada vez con mayor frecuencia debido a la situación económica por la que atraviesan muchas familias.

«Durante estos días de fiestas, el contenedor de textil que han debajo de mi casa ha aparecido reventado, relata Jose Lario a El Económico. Muchas veces vemos gente rondándolo y metiendo los brazos por la  noria metálica para ver si pueden sacar algo. Como dichos recipientes poseen un mecanismo bastante complicado para extraer lo que hay dentro, lo que han hecho con el de mi barrio es abrirlo por la parte frontal levantando la chapa, destrozando el contenedor».
 
Tiempo y herramientas

Según la misma fuente «bajé el martes por la tarde noche a dejar cosas y estaba bien, y el miércoles a primera hora cuando me fui a correr estaba ya destrozado, por lo que debieron actuar de noche, ya que para hacer lo que hicieron requieren tiempo y herramientas».

Pero este contenedor de la Plaza Manuel Azaña no ha sido el único que ha sufrido las consecuencias de la crisis. Otra vecina de la calle San Vicente de Puerto relata que «durante varias tardes veo a la misma familia rondar por los contenedores. Por todos, no sólo por el de ropa. Miran en el de orgánico, y también en el de papel, y cogen lo que les interesa y lo cargan en una bicicleta.Van por todas las zonas porque a veces los veo llegar y ya llevan la bici llena de cosas. Tienen un niño de alrededor de 7 años y a veces lo sostienen de las caderas mientras el niño intenta coger alguna de las bolsas del contenedor azul si está muy lleno y logra llegar. Esto es muy peligroso para el niño porque puede lastimarse, caer dentro y no poder salir, o un sinfín de cosas», denuncia. La misma fuente afirma haber llamado a la policía pero como explica «cuando llegan ya se han ido, y aunque les das la descripción, si no los sorprenden con las manos en la masa es muy difícil hacer algo».
 
Muertes en el interior

De hecho, en Valencia, (y en numerosas ciudades de España) varias personas han muerto al quedar atrapadas en la noria giratoria que contienen estos contenedores para depositar la ropa, un complejo sistema de apertura y cierre que hace casi imposible que la misma retroceda.

«Lo de romper el contenedor es lo de menos - dice otro vecino en cuyo barrio hay un contenedor de ropa.- Lo peor es que pueden lastimarse al intentar acceder a coger las bolsas. Los niños pueden quedar dentro y ya no pueden salir, y si abren la chapa como en éste, dice señalando el de su barrio, se pueden cortar y lastimar. Por otro lado, mira cómo dejan esto».

Se refiere a las bolsas abiertas y las prendas tiradas por la acera y carretera. Una ornamentación que suele ser la característica cuando han elegido lo que quieren llevarse y el resto no lo quieren.

Quedarse la ropa para uso propio ante la imposibilidad de adquirir ropa o para su posterior reventa, ya que en el interior de éstos también se pueden encontrar mantas, toallas, sábanas, y complementos como bolsos, cinturones, bufandas, guantes, corbatas... Estas son las razones que llevan a estas personas a intentar acceder al interior de los contenedores azules, arriesgando sus vidas y las de sus propios hijos.

Hace años los contenedores de textil de Sagunto ya fueron sustituidos por los múltiples robos que generaban. Se cambiaron por otros nuevos, con norias giratorias más fuertes y resistentes. Ahora, ante la imposibilidad de acceder al contenido de los mismos por la apertura por donde se deposita el textil y calzado, lo hacen abriéndolos por donde pueden, de manera que casi siempre acaban destrozados. Los recipientes para ropa y calzado de la Avenida Camp de Morvedre y de la plaza Ángel Perales, también han sufrido estos días desperfectos.

«La necesidad lleva a la gente a hacer de todo para alimentar o vestir a los suyos, pero creo que existen otros recursos y posibilidades antes que arriesgar tu propia vida o ir destrozando cosas que son para el beneficio de todos. Hay ONG’s e incluso parroquias que dan ropa. Pueden acudir a Cruz Roja o a otros organismos donde seguro les pueden ayudar o guiar», cuenta con tristeza Manuel Maer.

El destino del textil que  la gente deposita en el contenedor de Wippy es, según el pliego de prescripciones técnicas y económicas de dichos contenedores del Ayuntamiento de Sagunto, distintas instalaciones de gestores autorizados, ya sea para su recuperación, para reciclar, para vertidos autorizados o fines sociales.

Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Modificado por última vez en Jueves, 29 Diciembre 2016 18:29

 

 

SUCESOS

SALUD