Ciudad

«Es una asquerosidad. Ahí puedes encontrar de todo. Hay televisores, neveras, estufas rotas, colchones, escombros, bolsas de maleza, puertas, ventanales, mueles, cristales...», sigue relatando su mujer, Paqui Torres, quien suele acompañarlo a hacer deporte.

 

Todo un peligro para las muchísimas personas que utilizan esta ruta para realizar deporte y quienes reclaman, una vez más, una «urgente intervención» para sanear la zona y adaptarla a las necesidades de los ciudadanos. «La verdad es que la culpa es, como casi siempre, de las personas. Todos debemos ser responsables de no tirar ahí las cosas que nos sobran, para ello está el Ecoparque, los contenedores, pero como ello no es posible, se deberían tomar otras medidas», exige Lorena Moreno, vecina de Puerto de Sagunto.

 

Vigilancia, multas y limpieza son las propuestas de los vecinos para erradicar una situación como la que vive en río desde hace ya muchos años. «Hay carteles en los que se prohíbe verter escombros y demás, pero la gente no hace caso. Para depositar ahí esos grandes bultos, dice señalando una nevera, un colchón, un televisor y una estufa rota, se necesita acceder aquí con vehículos grandes y descargarlo, por lo que necesitan tiempo. Si hubiera vigilancia, y además se pusieran multas a quienes convierten el río en un vertedero, la cosa cambiaría. Por la naturaleza no, pero cuando a la gente les tocan el bolsillo, ya cambian su comportamiento» se queja Benito Vázquez, vecino de Puerto.

 

Lo mismo sucede bajo el puente que cruza el río a su paso por Sagunto. Más de lo mismo. Todo tipo de muebles y electrodomésticos, bolsas con basura, de ropa, de escombro, animales muertos...«El problema está en que no se ponen deacuerdo en quien debería realizar estas tareas de limpieza y accesibilidad. La Confederación Hidrográfica del Júcar, un ayuntamiento u otro, organismos externos al consistorio. No es responsabilidad de la SAG su limpieza, pero nadie se hace cargo de la misma, por lo que esto lleva así años y años, y la verdad es que debería convertirse en una prioridad. Es un nido de bacterias, de animales muertos, de peligros para quienes queremos practicar deporte en la naturaleza. Esto es de todo menos naturaleza. Entre unos y otros la casa sin barrer» dice Óscar Garrido, un joven que practica deporte por la zona. La misma fuente añade que «cuando salgo a correr por aquí porque quiero un poco más de tranquilidad, tengo que ir esquivando de todo. Alguna vez me he doblado un tobillo o caído y lastimado. Y caerse aquí es muy desagradable, parece que vayas a coger el Sida», cuenta irritado a El Económico.

Desde la Guardia Rural explican a este rotativo que la potestad la tiene la Confederación Hidrográfica del Júcar, y son ellos quienes se han de encargar de su limpieza. Ellos, y los propietarios de las parcelas adyacentes, cultivadas o no. La policía rural, como informa a este rotativo, vigila cada día dichas zonas, y tienen potestad para sancionar, cosa que hacen siempre que ven algún ciudadano/a vertiendo cosas en el río.  Sin embargo, las tareas de mantenimiento y limpieza corresponde a la cogeneración Hidrográfica del Júcar en su mayor medida, y sólo ellos pueden poner solución a este panorama. Por ello, siguen explicando, el Ayuntamiento no puede hacer nada. 



Además, como ha podido saber El Económico, en ciertas ocasiones, el consistorio ha realizado algunas intervenciones (adecuación de la zona de arena que había al lado del patio del Colegio Villar Palasí como párking), y el mismo ha sido denunciado por la Confederación.

«Unos no pueden y otros deben y no lo hacen. Y a pagar los de siempre, los vecinos, quienes podríamos disfrutar de unas bonitas zonas en la naturaleza y no tenemos más que suciedad, peligros, caminos destrozados que unen dos pueblos...», se queja otra vecina.



La queja además se extiendo a numerosos vecinos de Puerto que viven casi pegados al río. La limpieza del mismo es una reivindicación de los habitantes del Barrio Padre Jaime, quienes han de sortear los matorrales del río que invaden sus aceras, sacar de sus casas las ratas que se les cuelan procedentes del mismo e, incluso, como sucedió hace unos meses, apagar incendios que se provocan en el río con motivo de la suciedad existente. A pesar de sus reivindicaciones y  escritos al Ayuntamiento de Sagunto, no han conseguido nada, ya que, como explican desde el consistorio, ellos tienen la potestad sobre dicha zona.  Así que son ellos quienes, azada en mano,  se encargan personalmente de limpiar las zonas del río más cercanas a sus casas.

Un río que a su paso va dejando un aluvión de críticas como consecuencia del abandono y dejadez al que está sometido. Un problema al que los vecinos esperan que den pronto una solución,sea quien sea. Por el bien de todos.