Con distintas historias en sus mochilas, los mismos esperan ansiosos estos días para volver a casa a disfrutar en familia estas entrañables fiestas

Vecinos del Camp de Morvedre vuelven a casa por Navidad

 
Jueves, 22 Diciembre 2016 10:22

webvuelven1Desireé Alonso junto a Sylvaint Fadat y sus hijas, Malena y Manon, desde Montpeyroux, Francia
Ya está aquí la Navidad, y como cada año, miles de personas inundan los aeropuertos y estaciones de trenes en sus viajes de vuelta a casa. Estas son fechas de volver, de dejar atrás el trabajo en la ciudad lejana a la que tuviste que partir y reunirte con tus padres, hermanos, familiares y amigos. Aunque sólo sea por unos días. Después, con las maletas llenas de recuerdos, nostalgia y tristeza, miles de personas vuelven a sus trabajos, lejos de sus hogares.

Varios vecinos del Camp de Morvedre cuentan a El Económico desde sus lugares de origen cómo son sus vidas y trabajos lejos de sus casas y cómo esperan ansiosamente las vacaciones de Navidad para sentarse alrededor de la mesa con sus seres queridos.

Guillermo Cabrera sólo tiene 20 años, sin embargo, desde hace casi 2 vive en Duisburg, una ciudad industrial al noroeste de Alemania. «Me vine por una beca que recibí en el instituto Eduardo Merello para estudiar una formación dual con la empresa ThyssenKrupp. la  misma tenía muy buenas condiciones y no podía dejar pasar una oportunidad sí que estaba seguro que sería bueno para mi futuro. No tenía ni pajolera idea de hablar una sola palabra en alemán, pero no lo dudé ni un momento. Hicimos un curso intensivo de alemán durante el verano y en agosto de 2015, 2 amigos más de Puerto de Sagunto ( Alexandru Trombitas y Daniel león) y yo nos vinimos aquí», cuenta el joven de Canet d’En Berenguer desde Alemania. 
webvuelven2Guillermo Cabrera junto a Alexandru Trombitas y Daniel León desde Duisburg, Alemania
«La vida es muy diferente aquí. Los días son cortos y el tiempo nunca acompaña. Pero está siendo todo una experiencia. Trabajamos, ganamos dinero, estamos viajando por los alrededores, conociendo gente y rellenando nuestro currículum, cosa que no podríamos hacer allí. Hablo con mis amigos y allí nadie trabaja. En España la cosa está muy mal y aunque es duro estar lejos de mis padres, mi hermano, mi familia y amigos, esto era una gran oportunidad. En principio la formación es de tres años y medio, y  a partir de ese momento entras a trabajar en la empresa. Yo estudio electrónica para automatización y robótica industrial y mis compañeros mecánica industrial. Por ahora no tengo pensado volver a españa, a no ser que las condiciones sean muy buenas, ya que sé que aquí tengo un buen futuro», sigue explicando el joven. Hoy mismo, Cabrera ha regresado a pasar unos días durante estas fiestas junto a su familia y amigos, y como declaraba hace unos días a este rotativo · «Estoy deseando ir, estar en mi casa de toda la vida, con mis padres y mi hermano, salir con mis amigos, ver a mis familiares, juntarnos para cenar, bromear y reírnos de las cosas que sólo nosotros entendemos , disfrutar del tiempo y de las pequeñas cosas que sólo valoras cuando te alejas de ellas», declara contento Guillermo.

6 años. Este es el tiempo que Héctor Viana, vecino de Puerto de Sagunto lleva en Guadalajara, (México), destino donde su empresa le recomendó acudir para mejorar su puesto de trabajo como ingeniero  (project manager) en Valencia. «Es mucho tiempo y ya tengo aquí mi vida.  Tengo mi trabajo, mi pareja, mis amigos...pero siempre se echa de menos tu gente, tu pueblo, tus costumbres. Pero se aprende a vivir con ello. Aquí gano muchísimo más por hacer lo mismo que allí y tengo oportunidades laborales que allí no hubiera tenido. Cuando estoy aquí (cuenta desde Mexico), echo de menos lo de allí, y cuando voy a mi Puerto de Sagunto también extraño lo que tengo en México ya que también es ya parte de mi vida. El tren sólo pasa una vez y yo no quise perderlo y quedarme con la sensación de lo que podría haber sido toda mi vida. A mi madre es a quien más echo de menos, pero viene siempre que puede», relata.

webvuelven3Héctor Viana, desde guadalajara, en México
Desireé Alonso, de Puerto de Sagunto, se fue a Francia  a estudiar enfermería y el amor hizo que se quedase allí. Desde entonces han pasado ya casi 16 años, tiempo en el que ha formado una bonita familia  y se ha convertido en el pilar fundamental de la empresa de vinos de su marido, Sylvaint Fadat. El próximo 26 estará de nuevo en Puerto de Sagunto para celebrar con su numerosa familia estos entrañables días. «Llevo muchos años aquí, cuenta desde Montpeyroux, pero voy mucho al Puerto, siempre que el trabajo y los estudios de mis hijas lo permiten. Siempre cuento los días que quedan, porque aunque tengo aquí mi vida, el Puerto es otra cosa. La alegría de mi gente, el sol...eso es inigualable. Me encanta volver y reencontrarme con mi gente, mi playa, incluso mis tiendas, mis bares...es algo que sólo entiende quien está lejos de sus orígenes. En El Puerto soy la francesa y en Francia, la española», cuenta divertida Desi.

Julia Flores, de 35 años y también vecina de Puerto lleva un par de años en Cerdanyola del Vallés, donde se fue por amor y trabajo. Ahora, a pocos meses de nacer su bebé, ella y su pareja, vuelven a pasar las navidades con los Flores, quienes como Barcelona está muy cerca, tienen la suerte de poder verlos cada 15 días. Ambos docentes, se escapan cada vez que pueden a «la terreta», por lo que, como explica Julia «el vínculo  con mi gente, mis cosas, mi pueblo... siempre está ahí, nunca se pierde». Algo que no pueden garantizar quienes están a miles de kilómetros.

webvuelven4Julia Flores y Albert Noriego, desde Cerdanyola del Vallés, Barcelona
Lo mismo le sucede a Inma Vázquez, de Puerto  quien actualmente reside también en Cerdanyola junto a su pareja, Xavier Diego, profesor de inglés allí, y Adrià, su bebé, que vive entre este municipio catalán y Sagunto.

No tiene la misma suerte Pablo Martínez, de 28 años y vecino de Puerto, quien desde hace casi 3 años vive en Santa Marta, en Colombia. Desde allí nos cuenta que «mi empresa en expansión me envió aquí, y aquí sigo trabajando de lo mío, las relaciones laborales. Es muy duro estar tan cerca, ya que sólo puedo volver en verano y en Navidad, por lo que estoy deseando poder volver y ver a mi gente, mis sitios preferidos, ver a mis amigos y por supuesto a  mi familia, que tanto echo de menos».

webvuelven5Pablo Martínez, desde Santa Marta, Colombia
La misma fuente coincide con los demás testimonios. Es muy duro estar lejos de tu gente y de todo lo que ha formado parte de tu vida desde que naciste. Pero  veces, explican, hay que pensar con la mente fría y dejar el corazón a un lado. Las oportunidades laborales son las que han desplazado a la mayoría de estas personas, y la razón por las que incluso están dispuesto a quedarse hasta que las cosas en España mejoren.
Mario Fernández, un joven artista de Puerto de Sagunto lleva varios años en Berlín, donde trabaja en un estudio de pintura y desde donde da vida a numerosas obras que después expone por distintas ciudades. La Navidad también se lo traerá de vuelta a sus familiares.

Y lo mismo le sucederá a Marta Muñoz, de 31 años y vecina de Sagunto. Esta licenciada en Administración y Dirección de Empresas reside en Dubai desde 2014, donde trabaja como personal de cabina en Emirates Airlines. Esta época la unirá con sus seres queridos.

Lo peor, vuelven a coincidir, es cuando los días de vacaciones se están acabando. «Sabes que te queda muy poco para estar con la que gente a la que quieres, y entonces empieza el momento bajón. Cuando llegas a tu lugar de origen ya te haces y estás genial, pero cuando has de despedirte de tus padres, familiares y amigos, es muy triste», declara Pablo Martínez.

webvuelven6Pablo Martínez
«Aún no te has ido y ya estás pensando en cuánto queda para volver de nuevo», declara Marta muñoz, a lo que Desireé Alonso añade que «una cosa es saber que estás fuera por trabajo y que tarde o temprano volverás, y otra es saber que tu vida ya está en otro sitio, lejos de muchas cosas de las que te gustaría estar cerca, pero feliz con tu vida. Dependiendo de un caso u otro las cosas se enfocan de diferente modo. Vivir lejos significa perderte muchos momentos, nacimientos, fallecimientos, cumpleaños, comidas familiares, pero tu mente siempre está ahí. Afortunadamente, con las nuevas tecnologías hemos ganado mucho y se consigue estar en casi todos los sitios y no perderse casi nada, aunque sea estamos virtualmente, y eso es muy importante para quien no puede estar físicamente».

webvuelven8Marta Muñoz, desde Dubai
Distintas historias llenas de valentía con algo en común. El trabajo los alejó y estas fechas las navidades los vuelve a unir con su gente. Un tiempo que seguro aprovecharán al máximo y que llenará sus maletas de inolvidables recuerdos que harán que la próxima espera sea más llevadera. !Bienvenidos!

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Modificado por última vez en Viernes, 30 Diciembre 2016 21:57

 

 

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