Ciudad

 

En lugar de ello, afirman, el mismo muestra una imagen «bastante lamentable». Basura, escombros, muebles, vidrio, saneamientos y un largo etcétera de objetos que la gente no quiere es la ornamentación que puede verse en esta zona si sales por ella a dar un paseo.

«La verdad es que es una vergüenza. Hace años en esta zona había mesas y bancos de piedra, e incluso papeleros que la gente podía utilizar para venir a comer o merendar en Pascuas, o los fines de semana, aprovechando el buen tiempo de aquí. Después quitaron los papeleros, cosa que no me parece mal para evitar posibles daños en el  medio ambiente, pero ahora, con el paso del tiempo, mira en lo que se ha convertido este lugar», cuenta Ramiro Moreno, vecino de Puerto de Sagunto, señalando los montones de suciedad existentes en la zona.

 

«Ésta se trata de una zona que podría ser muy aprovechada por los vecinos del Camp de movedores, ya que es amplia, y está en plena naturaleza. Mucha gente pasa por aquí corriendo y acude a hacer deporte, pero muchas veces se convierte en algo peligroso. Has de ir esquivando escombros, cristales, matorrales, basura. Está claro que la gente es la responsable de gran parte de la imagen que vemos, pero si hubiera más vigilancia, una limpieza de matorrales  cada periodo de tiempo determinado, la cosa cambiaría», se queja Margarita Velázquez, de Canet d’En Berenguer.

«Unas mesas de piedra, con bancos, e incluso algunos columpios para los niños. Esto, junto a una limpieza de la zona sería suficiente para que la gente volviera a convertir este lugar en centro de reunión recreativo, como se hacía antes. Es un espacio abandonado  al que todos los vecinos podrían sacarle más provecho si se interviniera en él, aunque fuese mínimamente».

 

«Mirad eso,  (dice otro vecino señalando una senda delimitada por piedras que se ha habilitado en el río). Sólo con algo así, se ha conseguido que mucha gente pasee por el lugar y salga a correr por aquí, cosa que antes era  muy peligroso. Con una intervención así, tan simple, se ha conseguido adecuar la zona y darle uso por parte de los vecinos. Por lo que exigimos se realice algo similar en una zona que podría volver a convertirse en un merendero para todos, un lugar donde los más pequeños podrían jugar en contacto con la naturaleza, cosa que no es muy común aquí. No sabemos aprovechar los recursos que tenemos. Así que ahí hay una zona en plena naturaleza abandonada, utilizada como vertedero, sin vigilancia y muchas veces un peligro y nido de ratas. Una pena».