Colegio público María Yocasta Ruiz Aguilera

Los padres del colegio público María Yocasta Ruiz Aguilera, de Puerto de Sagunto, continúan su lucha frente al cobro de 30€ por niño destinados a la compra de material. «No entendemos el tener que pagar en un colegio público», señalan los padres que están en desacuerdo con la medida adaptada por el colegio. Y así lo hicieron saber a la Dirección del mismo centro hace más de un año «sin éxito», pues con el inicio de este curso los hechos se han vuelto a repetir.

El cobro de la cuota anual para material por parte de cada alumno del centro aprobada por el Consejo Escolar, según afirma el centro, ha aumentado el número de quejas por parte de las padres que la consideran «una práctica irregular», por lo que han decidido intervenir a través de una reclamación al Síndic de Greuges.

Tras varias reuniones con el Equipo Directivo, la Inspección Educativa informó al centro de la «no obligatoriedad de ese pago acordado por el claustro y el consejo escolar». De esta forma, se  explicaba en la carta remitida del Síndic a uno de los padres disconformes con la medida, el carácter voluntario del pago y la «no discriminación por la no aceptación por parte de los padres de los acuerdos de pago del centro». Por lo que, según la resolución del propio Síndic, se ponía de manifiesto la necesidad de las modificaciones necesarias del centro para el próximo curso, con el fin de «evitar posibles agravios comparativos».

Asimismo, y tras las notificaciones del propio Síndic, la situación parecía haberse solucionado, pues  la inspección había señalado las instrucciones necesarias para que el centro modificara la medida del cobro. Sin embargo, tal y como aseguran los padres, ante los hechos «no se han ajustado medidas que traten de paliar la situación».

Con la llegada del nuevo curso, el colegio público de Puerto de Sagunto volvía a pedir el listado de material necesario a sus alumnos, reclamando, de nuevo, el cobro de los 30€. «No nos han hecho caso, ni nos han tenido en cuenta», apunta uno de los padres quien asegura haber pedido al centro un listado con el material que esa cuota incluye del que no ha obtenido respuesta alguna. «No tenemos problema en llevar el material que se nos pide al inicio de curso, pero si luego nos piden además pagar una cuota, queremos saber a qué va destinada, que nos lo expliquen a través de una circular», añaden los afectados.

La situación parece haber empeorado en los últimos meses debido a sus protestas que acaban «perjudicando a sus hijos»; los padres denuncian la discriminación que, según ellos, sus hijos padecen por su decisión de negarse a pagar la cuota de 30€. «En algunas actividades se les deja fuera, no se les aporta el mismo material que al resto de compañeros», manifiesta el grupo de padres que, ante su descontento, ha decidido crear la Plataforma por la Igualdad en las Aulas Públicas, PIAP.

Uno de los padres cuenta el caso propio de su hijo, al que, según su versión, no se le permitió hacer una actividad con temperas. «Todos estaban pintando en clase, y cuando le tocaba a mi hijo se paró la actividad por desconocimiento del profesor de si había realizado o no el pago», alerta un padre afectado, quien además expresa que los niños «no pueden tener esas sensaciones de discriminación».

Son estas familias las que consideran que «los cobros que el centro pide son abusivos», teniendo en cuenta que además se les exige a inicio de curso una lista de material, que incluye cartulinas, temperas, material necesario para las clases de música y matemáticas, entre otros, además de los libros, lo que supone «un gran coste, ya pagamos bastante con los impuestos», según detallan los padres.

Otro de los aspectos que los padres resaltan es que la cuenta, en la que se ha de ingresar el cobro que el centro reclama, es gestionada por los propios padres y madres, por lo que manifiestan que «cualquier familia puede saber si un niño paga o no, cosa que no vemos normal porque luego esto desemboca en exclusiones hacia los pequeños».

El problema, según los padres descontentos, radica en que el colegio «está haciendo una mala gestión del dinero público y una práctica irregular», además de no aclarar a los padres a qué se destina su dinero a través de las circular que ellos mismos reclaman. «Todo nos lo dicen de voz, no hay ningún escrito que nos muestre esto», confirma uno de los padres de dos alumnos del centro.

Por su parte, desde la directiva del centro María Yocasta, lejos de plantear alternativas, niegan las acusaciones de los padres de discriminación y aseguran que nunca «se ha quedado un niño fuera de una actividad». Además, añaden que «si no quieren pagar la cuota no les obligamos, pero que traigan ellos el material para realizar las actividades».

Además, el director del centro apunta que, en casos excepcionales, cuando hay familias que carecen de recursos económicos, es el propio centro quien se hace cargo de esa cuota, pero, de no ser así, son los padres quienes deben aportar los 30€ que «únicamente van destinados para el material de sus hijos». De la misma forma, aclara que solamente «son cinco familias las que están en desacuerdo».

Mientras los padres afirman que el centro «no busca soluciones ni escucha propuestas», la asociación de madres y padres del centro, AMPA, mantiene que el pago es «para gastos de material necesario si queremos que los niños realicen actividades en las aulas», siendo el objetivo «facilitar el funcionamiento del aula, de forma que todos dispongan de un material conjunto». Además, en la circular emitida por el propio AMPA, resaltan que, aunque el pago es totalmente voluntario, sí es cierto que, el padre que prefiera no pagar la cuota deberá «llevar el material para que su hijo pueda realizar la actividad, no utilizando el material comprado con la cuenta conjunta del resto de padres». Tras las presiones de los padres, el profesorado se replantea continuar con el sistema actual, mientras que el AMPA se ha propuesto defender la medida del centro público María Yocasta.