Consciente de la crisis que atraviesa la música clásica en nuestro país, Adrián González busca relanzar su género, la música clásica, en busca del público de su generación

Hacer de tu hobby una forma de vida

Viernes, 22 Mayo 2015 12:44

adriannndentroAdrián González

Decía Nietzsche que «Sin música la vida sería un error». Estaba en lo cierto y si no que le pregunten a Adrián González. Tiene 20 años y es de Puerto de Sagunto. Vino al mundo con un instrumento debajo del brazo. «Me inicié desde muy pequeño, mi familia tenía mucho interés en que tocara algún instrumento y me apuntaron en seguida. Para mí siempre ha sido normal ir a música», relata Adrián. No se puede hablar de tradición de músicos en su familia pero sí de cierta vinculación. Puede que fuera el interés de algunos familiares por el cante o los pinitos de su tío con el violonchelo lo que sedujeron a este pequeño de pelo rizado pero Orfeo ha estado siempre en la vida de Adrián.

La decisión más difícil es siempre la elección del instrumento pero este porteño lo tuvo siempre claro, el violonchelo. «Siempre me ha llamado la atención, pero también es verdad que desde el principio he estado influido por mis padres y mi tío», confiesa. Sin embargo, ahora se ha dejado llevar por las teclas del piano, un instrumento que le ha gustado desde siempre, «lo tocaba en mi casa como afición y al final este año me decidí a hacer la prueba».Ahora está cursando el grado profesional

Con solo 20 años e influido por la violonchelista Jaqueline du Pré, Adrián empieza a hacerse un hueco en el escenario musical clásico valenciano. Imparte clases en el Centro Musical Santa Cecilia de Puzol, lugar donde inició sus estudios de música y desde hace poco forma parte de la orquesta de la Generalitat Valenciana. «Acudí el verano pasado a un encuentro como invitado y la verdad es que lo disfruté mucho y conocí muchos amigos con los que comparto muchas cosas, así que este pasado marzo hice las pruebas de acceso», detalla González.

Adrián debe compaginar sus estudios, con los ensayos, las grabaciones, los conciertos y los concursos. Parece casi imposible llevar adelante todas estas actividades sin perecer en el intento. «No es fácil, pero se puede hacer. Solo necesitas aprender a lidiar con mucho estrés. Yo he jugado al fútbol durante muchos años y seguía con la música y el instituto, he conjugado muchas cosas desde pequeño», revela.

Pero lo que para algunos es un hobby, para otros se convierte en su forma de vida. «Desde el momento en el que estudio música y no otra carrera creo que estoy eligiendo esta como mi forma de vida». Todo un reto en un momento de tremenda convulsión y crisis para la música clásica.

La música clásica en España parecía ser la única que iba a esquivar los golpes de la crisis pero al final también se ha visto afectada por la sinfonía del recorte. «Hay que cuidar más la cultura porque es una parte fundamental de nuestra sociedad. Duele ver como muchas orquestas en España están desapareciendo», sentencia Adrián.

Y es que en comparación con otros países, en España hay menos oportunidades, no porque el público sea más difícil de conquistar, si no porque la promoción de la música y la cultura en general no es una de las prioridades para ciertos sectores de nuestra sociedad. «Cada vez se hace más difícil. Partiendo desde pequeños, poco a poco están eliminando la música de los estudios obligatorios», denuncia González. Sin embargo, en otros países como  inscriben incluso la formación musical en su constitución. Es el caso de Suiza

Pero Adrián González no se amedrenta porque sabe que la música es su pasión y que le queda mucho camino por recorrer y muchas obras por interpretar. «Hay muchísimas que aún no he tenido la suerte de tocar, por ejemplo la Sonata en sol menor de Chopin, o el Concierto para violoncelo de Dvorak».

Aún así, quienes tienen la última palabra están sentados en el patio de butacas. «El público aprecia ni más ni menos que lo que los músicos expresan. Si tú disfrutas tocando, harás disfrutar también a quien te escuche, y eso hará que quieran venir a verte», asegura el joven.

Adrián querría poder vivir de aquello que le gusta, es decir, tocar en orquestas y componer. Pero también seguir como profesor de violonchelo.  «Es algo que me motiva para poder hacer que la música clásica sea más reconocida y no se vea como algo aburrido», concluye. Parece inconcebible para algunos vivir un día en el que no suene la música. Sin duda alguna lo es para Adrián González.


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Modificado por última vez en Sábado, 06 Junio 2015 00:30

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