«Desde EUPV llevamos años denunciando la práctica de Lafarge cementos y sus consecuencias novicas para la salud», sentenciaba el portavoz del grupo municipal de Esquerra Unida (EU), Fernando López-Egea con motivo del estudio realizado por los científicos del Área de Epidemiología Ambiental y Cáncer del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, que investiga los vínculos entre los fallecimientos en Sagunto y la existencia de la cementera.
En este sentido López-Egea ha manifestado: «fuimos la única fuerza política del consistorio que puso encima de la mesa durante el proceso de negociación del convenio entre el Ayuntamiento de Sagunto y Lafarge, los efectos nocivos para la salud que suponía la incineración de residuos cuya combustión liberan al medio ambiente contaminantes sumamente tóxicos entre los que se encuentra las emisiones de dioxinas y furanos potencialmente cancerigenos, metales pesados como el plomo, cadmio y mercurio, gases de efecto invernadero, gases ácidos y partículas ultra finas».
Como han querido recordar desde EU, «Lafarge viene realizando esta practica con la connivencia y complicidad del gobierno de la Generalitat del PP y de algunos gobiernos estatales, al permitir desde la incineración de Harinas Carninas, cenizas, neumáticos y residuos diversos eufemísticamente denominados valorarización de residuos».
Desde EU han afirmado que son muchas las iniciativas llevadas a cabo también por esta formación en las Cortes Valencianas preguntando sobre las consecuencias de la incineración sobre la salud de los ciudadanos/as, sobre los controles llevados a cabo en la cementera, sobre la realización de estudios y controles por parte de la Generalitat, sobre las subvenciones públicas que recibe la cementera, sobre que productos y cantidades se están incinerando.
«A pesar de los efectos nocivos de la incineración para la salud probada científicamente, algunas fuerzas políticas siguen negando la evidencia. PP-PSPV y SP firmaron el convenio con Lafarge, obviando la incineración, la condena de cesión ilegal de trabajadores que la empresa lleva a su espalda o la situación de la Montaña de Romeu», apunta López-Egea quien asegura que «ante esta realidad de una empresa pegada prácticamente al casco urbano y con importantes beneficios, Lafarge ha tenido que desarrollar una fuerte campaña de marketing intentando encandilar a los ciudadanos, empresas y ayuntamiento de la bondad de su práctica».