La publicación del Centre d’Estudis del Camp de Morvedre aspira a consolidarse como publicación de referencia

Alfons Muñoz: «La gran historia del mundo se concreta con pequeñas historias y detalles de cada pueblo, que es lo que ofrece el centro»

Viernes, 13 Febrero 2015 11:39

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El Centre d’Estudis del Camp de Morvedre es una asociación cultural creada en 1989. Su actividad se vertebra alrededor de la revista Braçal,publicación que nace paralelamente a la fundación de la sociedad y por la cual dan difusión a estudios e investigaciones temáticamente relacionadas con la dimensión social, cultural, política e histórica de la comarca. Ha llevado a cabo una gran labor de  recuperación, refuerzo, definición y cohesión de la identidad del pueblo gracias a la difusión alrededor de 500 artículos originales de más de 400 autores. Como dice el editorial de su publicación número 50: «El Centre d’Estudis no es una mirada melancólica hacia el pasado. La decisión de poner en marcha este centro era una mirada al futuro, un futuro basado en el estudio, la investigación y el rigor científico». Y así se definen. Ahora cuenta con alrededor de 450 socios y desde hace un año está presidida por Alfons Muñoz Muñoz.

¿Cómo nace el Centre d’ Estudis del Camp de Morvedre?
A finales de los años ochenta empezamos a hablar de la necesidad de una visión de conjunto de la comarca y de la necesidad de una vertebración cultural de la misma. Buscábamos un algo que diera sentido al hecho comarcal, pero siempre bajo un punto de vista cultural. Así fue como, de la mano de Pepe Girona, que fue nuestro primer presidente, el motor de todo esto, un grupo de personas empezó a promover esta idea entre amigos y conocidos y la gente del mundo de la cultura que le pudiera interesar. A partir de ahí se empiezan a redactar unos estatutos y se le empieza a dar una forma legal. En el año 89 se conforma el Centre d’Estudis y desde entonces estamos rodando. Son ya 25 años de dedicación y trabajo.

En 2014 se cumplían esos 25 años.
Exacto. En conmemoración del aniversario del centro se han organizado diferentes actos. En primer lugar se hizo un acto básico para celebrarlos. Paralelamente a las actividades normales, se organizó también el III Congreso de Estudios sobre el Camp de Morvedre que tuvo lugar los días 27, 28, 29 y 30 de noviembre que incluía una visita guiada por la Via Portici. A raíz de estas iniciativas y después de 25 años, hemos descubierto que aún continua habiendo gente interesada en esto, que esto aún tiene su público, por decirlo de alguna manera. No son cosas mayoritarias pero si importantes y hay muchísima gente que colabora con nosotros en la comarca. Somos una asociación sin ánimo de lucro, nuestro negocio es que la gente lea y se interese por su comarca.

¿Cómo ha evolucionado el centro durante estos 25 años?
El centro se ha ido transformando desde la idea inicial. Los temas de patrimonio medioambiental han cobrado más importancia, por ejemplo. Vamos un poco al ritmo de la sociedad y a través de nuestro trabajo vamos dando respuesta a las inquietudes de la gente. Nosotros los que hacemos, mayoritariamente, es buscar, fomentar y difundir información que concierne a los habitantes de la comarca. Trabajamos también por la concienciación, que es una de las líneas fundacionales del centro. Queremos animar al estudio de los aspectos comarcales, difundir los trabajos y fomentar cualquier actividad de carácter cultural referida a esto. Esto no quiere decir para nada que tengamos una visión reduccionista, no nos miramos el ombligo, esto forma parte de la gran historia del mundo que se concreta con pequeñas historias y detalles de cada pueblo que es lo que ofrece el centro, pero nunca con una visión segregacionista. Nosotros pensamos que la cultura es un medio por el cual nos hacemos más grandes y mejores y así estamos ahora.

¿Cómo funciona el centro?
El sistema de trabajo es fácil. Hay una junta directiva en la que se agrupan todos los socios. Sin embargo, a lo largo de los años, por necesidades e intereses temáticos y por un aumento de la actividad del centro, los socios se han ido dividiendo en secciones, digamos y se ha ido diversificando. Tenemos un grupo de Historia y Patrimonio, otro de Patrimonio Natural, uno de Lengua y Literatura y por último, y este es el grupo que da sentido a todo, está el Consejo de Redacción de la Revista Braçal.

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¿Cómo funcionan estos grupos?
Al principio nos dedicábamos casi exclusivamente a temas culturales, entendemos por ello, historia, literatura, geografía, patrimonio industrial e histórico… pero bajo el punto de vista de las ciencias sociales. Posteriormente surge el grupo de estudios medioambientales que ahora se llama Grup d’Estudis Mediambientals Salvador Vilatla, que fue el instigador de este grupo y tuvo un gran peso dentro del centro y a su muerte decidimos rendirle un homenaje de esta manera. Y así, cada grupo trabaja en relación a su temática. De todas maneras pertenecer a alguno de estos grupos no es una cosa formal, es decir, somos una organización muy porosa y trabajamos juntos.

Como decía, el Consejo de Redacción de la Revista Braçal es el más importante por ser la columna vertebral del Centre d’Estudis.
Efectivamente. La revista se merece que le dediquemos un epígrafe ya que tiene un interés especial. Es nuestro emblema, nuestro buque insignia y la vía por la cual vehiculamos y damos a conocer todas las investigaciones. Este proyecto se puso en marcha con una idea: el fomento del estudio y la investigación sobre temas de ámbito comarcal. Esta idea necesitaba un espacio de expresión y es a raíz de aquí de donde nace nuestra revista. La semana pasada publicábamos el número cincuenta.

¿Cómo es este número 50?
Tenemos un primer artículo sobre filología sobre el uso y desuso del pronombre adverbial «en» en la comarca del Camp de Morvedre, que forma parte de una investigación más amplia de Josep Rivera. Tenemos otro sobre el triunfo electoral del frente popular en las elecciones del año 36 en Quart de les Valls y otro sobre un descubrimiento de Sergi Arrando sobre la sociedad obrera de Faura, contado como si fuera una novelita. Este número cincuenta recopila también un artículo muy curioso, porque ha requerido de una investigación muy exhaustiva sobre ciudades del mundo con alguna calle que se llame «Sagunto», «Morvedre» o «Sagunt». Estamos muy contentos con el resultado de este número.

¿Qué impacto han tenido las publicaciones de la revista a lo largo de su trayectoria?
Nosotros no tratamos de causar un gran impacto nosotros buscamos tener cierta continuidad. Sí que tenemos una gran repercusión, sin embargo, en el sentido de seriedad en la investigación y rigurosidad científica y para ello tenemos un consejo asesor y un consejo de redacción. No pedimos más credenciales a las personas que deseen colaborar, sencillamente seriedad y rigor. Esto lo que hace es que mucha gente confíe en nuestras publicaciones y las tenga como de referencia.

¿Quién puede escribir, etonces, en la revista del Centre d’Estudis del Camp de Morvedre?
Puede publicar cualquier persona, esté o no esté asociada. Agradecemos que las personas se asocien porque nos viene bien el dinero para continuar publicando y organizando eventos. No queremos sacar dinero de esto y prueba de ella es la modestísima cuota que pagamos al año que nos permite llevar adelante nuestras actividades. Los tiempos están duros y más ahora que se han reducido subvenciones y las fundaciones han perdido relevancia.

¿Qué tipo de ayudas reciben para darle continuidad a sus actividades?
Básicamente recibimos ayudas de las distintas fundaciones como es la Fundación Bancaja, de hecho nuestro local social está ubicado en una de estas fundaciones. Recibimos también ayudas de empresas privadas de la zona y de los diferentes ayuntamientos de la comarca.

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¿De dónde vienen la mayoría de las investigaciones?
Es un diálogo entre los autores y nosotros. Hay una parte de los trabajos que los busca el centro, tenemos a gente distribuida por muchos pueblos y en muchos ámbitos de la cultura y gracias a esto nos enteramos que determinada persona está investigando esto o que la tesis de otra versa sobre lo otro y contactamos con ellos. Por otro lado, personas que ya nos conocen o que están interesadas en ver su investigación publicada se pone en contacto con centro. Trabajamos de las dos maneras. Una vez en contacto nuestro consejo trabaja con los autores para matizan cosas o ayudarlos a hacerlo más didáctico, porque no hay que olvidar que nosotros escribimos para una gran variedad de público. Nuestro público no se reduce a gente que se dedica profesionalmente a esto, puede ser gente interesada en temas culturales y de patrimonio, estudiosos, universitarios, etc. Al fin y al cabo personas que estén interesadas en pequeñas investigaciones o pequeños descubrimientos.

¿Los números son monográficos?
A lo largo de estos cincuenta números hemos publicado números específicos monográficos como el de la Industria Pesada en Sagunto o El Teatro Romano, pero no es lo normal. Los números habituales están dedicados a una gran variedad de temas como es este número 50, lo que permite que cada uno se acerque a la revista de la forma que mejor le parezca o mejor de interese.

¿Por qué es importante que estas investigaciones salgan a la luz?
Nosotros creemos que hay dos aspectos importantes. Uno nos permite dar salida a la gente joven que está trabajando o que quiere publicar y que hoy en día lo tienen un poco complicado. Los que hemos pasado por la universidad sabemos lo difícil que es sacar a la luz y publicar tu tesis doctoral o cualquier otro trabajo que hayas realizado. Por otro lado, esta revista, tal y como lo comentábamos en el acto de presentación de este último número, aspira a convertirse en una fuente documental para el futuro. Ahora somos una revista que publica investigaciones, en el futuro, y ya lo dijimos en el primer número de la revista, queremos que sea un pequeño haz de conocimiento y que esté después disponible para que otra personas puedan consultarlo y seguir profundizando en los temas. Creemos que vale la pena.

¿Qué tipo de vinculación tiene el Centre d’Estudis del Camp de Morvedre con las universidades?
Estamos en contacto con los demás centros de estudios de la comunidad valenciana y a raíz de ahí lo estamos también con las universidades. De hecho muchos de los socios del centro trabajan en la universidad.

Es importante para llevar adelante el plan de convertirse en una publicación de referencia.
Claro. Tenemos contacto directo con muchos departamentos de distintas universidades y además reciben la revista. Tenemos muy buena relación con ellos o bien a través de nuestros asociados o a través de la Coordinadora de Centres d’Estudis que está vinculada con la universidad.

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Pero no todo ocurre en el papel ¿Qué otras actividades realiza el Centre d’Estudis?
Aunque para nosotros lo más importante ocurre en el papel, trabajamos también fuera de él. Desde principio de año hemos organizado diversos eventos con temática medioambiental como el Día del Árbol que se celebró el pasado 1 de febrero en Sant Cristòfol o las jornadas Micológicas, que se han convertido en un hito del centro. Todo esto es de forma simbólica, sabemos que no vamos a salvar a nadie pero queremos concienciar a la gente y difundir el interés por este tipo de cosas. Además organizamos congresos, charlas y talleres.

Hemos pasado de la era analógica a la digital, ¿se han planteado abandonar el papel?
Sabemos en el tiempo que vivimos y entendemos la importancia de adaptarse. Creemos que además de abaratar los costes pasarse a lo digital te permite tener una presencia más rápida ante la gente. Seguimos pensando que por el tipo de sociedad que somos y por el tipo de socios que tenemos, el papel sigue siendo necesario, pero estamos trabajando para incorporarnos a esta nueva dimensión, por así decirlo.

Si no con la digitalización de la publicación ¿cómo se ha adaptado el Centro d’Estudis a las nuevas necesidades del medio?
Estamos estudiando de qué otras maneras podemos ofrecerle a la gente nuestra revista. Sabemos que es muy importante tener presencia en la web. De momento estamos colgando nuestros números en el Dialnet y en diferentes páginas de universidades para que la gente sepa que estamos ahí. Además, esperamos, dentro de poco, estar presentes en redes sociales como Facebook o Twitter. Hemos buscado gente joven dentro de la entidad para que trabajen en estos aspectos pero entendemos que esto es una cosa que requiere tiempo, continuidad y mucho trabajo.

¿Cómo se puede conseguir la revista ahora?
En bibliotecas y universidades, mayoritariamente. Hay revistas en las bibliotecas y librerías de Sagunto y del Puerto a disposición de los socios. Además se pueden conseguir a través de nuestra página web, mandándonos un correo o a través de cualquier socio.
Dentro del conjunto de actividades e investigaciones que abarca el centro, ¿hay alguna a la que se sienta más ligado?
No, y además como presidente no debo estarlo. Nuestro centro es muy diverso en tanto a gente que lo compone como a tipo de publicaciones. Todo es válido, desde el estudioso que publica una de sus investigaciones como a la persona que está en su casa y está muy interesada en determinado tema y viene a nuestras jornadas. Yo no me puedo decantar por nada porque además no quiero, todo es importantes.

¿Cuáles son las temáticas que no han sido abordas o han sido estudiadas muy poco, que a su modo de ver merecen atención?
 Por la historia del centre y también de la comarca la mayoría de las personas se han dedicado a estudiar el carácter cultural-patrimonial. Por suerte, tenemos muchos restos y muchos vestigios de épocas pasadas y esto ha generado un interés especial en los habitantes del Camp de Morvedre. A partir de ahí el abanico es muy amplio, hemos estudiado las aguas, la topografía, la sanidad…quedan pocos temas por abordar. Lo que creo que sí que sería importante es tocar temas que rocen más la actualidad. Lo que ocurre es que los temas de actualidad tienen un problema que viene dado porque son temas más influenciables por no tener esa distancia y ese carácter lejano y pierden a veces ese punto de vista reflexivo. Pero estamos trabajando en este sentido.

Después de un año al frente del Centre d’Estudis del Camp de Morvedre, ¿podría hacer un balance de su mandato?
Ha sido un año interesante. Hay que tener en cuenta que ha coincidido con el 25 aniversario de la asociación. Montar el congreso, gestionarlo todo, darse a conocer, etc. Podría decir que ha sido un año bastante estresante porque además a la vez hemos tenido que preparar la publicación, las jornadas y todo. El resultado ha sido muy bueno y hago un balance positivo. La semana que viene tenemos una Asamblea General y serán los propios socios los que lo decidan. Personalmente me ha parecido muy estimulante, a veces agotador, pero estoy rodeado de gente muy buena, muy válida y muy trabajadora y me han ayudado muchísimo. Al echar la vista atrás veo que ha sido un año muy provechoso y de momento estamos muy contentos.

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¿Cuál ha sido su mayor reto?
Cualquier sociedad de este tipo tiene un reto importantísimo que es la consolidación. Nosotros hemos llegado a los 25 años, y no es nada fácil para una publicación de estas características. En estos momentos, lo importante para nosotros es asegurarnos un futuro, es decir, que económicamente podamos ser solventes, que tengamos una gran participación de los socios y de la sociedad y que se vea que pueda tener continuidad.  Ahora le añadimos el intentar trabajar en la modernización de la imagen del centro y en la búsqueda de gente joven. Ahora mismo no tenemos una política activa de comunicación ni de propaganda y en ello queremos mejorar. No queremos dar la imagen de dinosaurios antiguos, porque no lo somos, somos gente muy activa y muy dinámica e invitamos a que quien quiera venga a conocernos y a participar con nosotros.

¿Se ha visto afectado el Centre d’Estudis por la crisis?
En número de socios no, nos mantenemos alrededor de los 400 asociados. Pero no es fácil mantener un nivel de calidad tanto en el fondo como en la forma con poco dinero. Publicamos dos veces al año y cada vez es más complicado asumir los costes de la publicación. Tenemos la suerte de que muchas de las personas que vienen a nuestras conferencias lo hacen de forma altruista y eso nos ayuda mucho. Pero hemos notado mucho la llegada de la crisis. Solo hace falta darle la vuelta a la publicación. Ahí aparecen todos nuestros patrocinadores, de los que ahora dependemos para publicar y distribuir.

¿Cree que la gente se interesa por la historiografía, la memoria y la conciencia histórica?
Yo creo que sí. Lo hemos podido ver, por lo menos, en lo que respecta al Camp de Morvedre. Veo interés por estos temas y además hay muchas asociaciones que cubren otros aspectos y demuestran este interés por el entorno inmediato, desde el patrimonio industrial hasta cuestiones de patrimonio histórico y arqueológico. En todos los pueblos hay alguien o pequeños grupos de gente que están muy interesado en aspectos muy concretos que les dan continuidad a la historia en su ámbito territorial. Además hay mucho jóvenes interesados también, estudiando en la universidad, arquitectos, historiadores, economistas… Le veo futuro y le veo ganas. Y si no es por el tema en sí, es amor por lo nuestro.


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Modificado por última vez en Sábado, 28 Febrero 2015 01:18

 

 

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