Silvestre Borrás, Alcalde de Sagunto, Eduardo Zaplana, Presidente de la Generalitat, Jaime Millás, director artístico de Teatres de la Generalitat y la actriz griega, Irene Papas
El pasado 5 de noviembre, el secretario autonómico de Educación y Formación de la Generalitat Valenciana remitió oficio al Servicio Territorial de Urbanismo, en el que solicitaba dejar sin efecto el Plan Especial de las Artes Escénicas para la Gerencia. Es decir, el Gobierno de la Generalitat Valenciana renuncia definitivamente a desarrollar el proyecto de las Artes Escénicas de Sagunto, decisión que no ha sorprendido a casi nadie porque ya se veían venir este final.
Lo curioso del caso es que ha sido necesaria una interpelación del grupo parlamentario de Compromís, ante la mesa de las Cortes Valencianas para que el Gobierno del Consell haya informado, en respuesta a esta interpelación, de que ha abandonado definitivamente el proyecto. Es decir, que ningún dirigente del Partido Popular
Sin embargo, a lo largo de más de 14 años, se ha venido alimentando esta invención por parte de los diferentes Gobiernos del Partido Popular en la Generalitat Valenciana.
Efectivamente, hay que retrotraerse casi década y media para situarse en el origen de este proyecto. Era jueves, 24 de febrero de 2000, por tanto, el 24 de febrero de 2015 se habrían cumplido 15 años. En aquella jornada, víspera del inicio de la campaña electoral de las elecciones generales del 12 de marzo, el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, vino a presentar un proyecto de enorme trascendencia para el municipio de Sagunto: la futura Ciudad de las Artes Escénicas o ciudad del teatro. No llegó solo, lo acompañó el alcalde de Sagunto Silvestre Borrás, el director artístico de Teatres de la Generalitat, Jaime Millas y la prestigiosa actriz griega Irene Papas, que fue nombrada presidenta de la fundación que, supuestamente, iba a dirigir el proyecto.
La comparecencia se llevó a cabo en el incomparable marco del Teatro Romano, monumento que, por primera vez, visitaba oficialmente el presidente de la Generalitat. Dado que esta iniciativa tan ambiciosa se dio a conocer un día antes de que se iniciara la campaña electoral, el acto estuvo concurrido por altos dirigentes del PP y cargos notables de la administración autonómica, como el Conseller de Cultura y la Directora de Promoción Cultural, entre otros.
Según se anunció en la presentación, el presupuesto de la Ciudad de las Artes Escénicas ascendía a 5.500 millones de pesetas, o sea, 30,5 millones de euros, aunque carecía de la pertinente consignación presupuestaria ordinaria. No obstante, Eduardo Zaplana restó importancia a este hecho, puesto que ello no significa que tal inversión no se pudiera realizar en una legislatura. Además de carecer, en aquel momento, de fondos económicos, el proyecto debía ser regulado por la nueva de Ley del Teatro y la Danza, que cuando Zaplana acudió a Sagunto no tenía ni fecha para su presentación en las Cortes Valencianas. El 9 de febrero de 2007, siete años más tarde, se aprobó la ley 7/2007, de 9 de febrero, de la Generalitat, de Ordenación del Teatro y de la Danza.
A pesar de que el proyecto se hallaba en una fase extremadamente incipiente, el presidente del Consell no dudó en calificarlo como una importante inversión para Sagunto: «es una inversión importante para Sagunto y comarca» y le pidió al mundo de la cultura que haga suyo este proyecto, «porque es una iniciativa para todos». En otro momento de su intervención Zaplana destacó que la puesta en marcha de la ciudad del cine y el proyecto de la ciudad del teatro en Sagunto: «responden a las necesidades del progreso que requiere de iniciativas vanguardistas».
Un macro proyecto
La ciudad de las Artes Escénicas, además de suponer una inversión para situar a Sagunto definitivamente en el mapa, implicaba atender una vieja aspiración de la progresía del municipio, pues al ubicarse el proyecto en las dependencias del recinto de la Gerencia y otras instalaciones de la antigua siderúrgica, la Generalitat asumía la recuperación y conservación del patrimonio industrial. De tal modo que los edificios destinados a la docencia y formación serían las antiguas residencias de los ingenieros, con una superficie cercana a los 1.000 m2. El antiguo economato, de 2.140 m2, se adecuaría a su nueva función, la de albergar una sala polivalente para ensayos y conferencias, biblioteca y videoteca.
El Casino Gerencia, de 1.860 m2, albergaría el punto de información, despachos administrativos y de la dirección del complejo, salas de encuentro social y la cafetería restaurante. Asímismo, se adecuarían otros chalets de la ciudad jardín para residencia de estudiantes, profesores, artistas, etc., con capacidad estimada para acoger a 96 personas.
En las proximidades del horno alto nº2 se proyectaba habilitar un nuevo espacio de exhibición al aire libre con una superficie de 42.300 metros y con un graderío lateral. La zona de almacenaje, también prevista, se contemplaba en un edificio de nueva planta, así como el recinto para el aparcamiento, en uno de los laterales de la zona de exhibición. De toda esta invención, la antigua nave de talleres generales ha sido la única instalación que se ha recuperado, al crearse un espacio de exhibición cerrado con un aforo de 1.400 expectadores y una superficie de 9.200 m2.
Ni que decir tiene que los ciudadanos del municipio de Sagunto se quedaron con la boca abierta ante la propuesta de inversión y la magnitud del proyecto que trajo bajo el brazo el señor Zaplana. El entonces alcalde de la ciudad, el popular Silvestre Borrás, se mostraba muy satisfecho y valora positivamente el anuncio de que la sede de la ciudad del teatro se asentara en este municipio. Destacando, asimismo, que el proyecto traspasara las fronteras de Sagunto, en el sentido de que otra ‘ciudad’ similar existía en Atenas, de la que era directora Irene Papas, y, al mismo tiempo, se estaba construyendo otra en Roma, con lo que, en opinión de Borrás, se crearía un eje teatral del Mediterráneo. Por otro lado, el alcalde resaltaba que con este proyecto se lograría rehabilitar el patrimonio industrial «en una proporción hasta ahora no realizada en España». Otro aspecto que destacaba el Alcalde de Sagunto era que la fundación de la Ciudad de las Artes Escénicas estaría presidida por Irene Papas, con la proyección internacional que ello suponía.
Pese a la magnitud e importancia de lo anunciado por Zaplana, en aquellas fechas ya surgieron algunas voces críticas que, 14 años después, se ha demostrado que tenían mucha razón. El dirigente socialista Ciprià Císcar, que visitó Sagunto en aquellos días con motivo de la campaña electoral, puesto que era candidato del PSPV al Congreso de los Diputados, ya mostró su excepticismo: «el PP, como siempre miente, y ha engañado a los saguntinos con la Ciudad del Cine, ahora trata de ofrecerles una especie de compensación. Esto es lo que vienen haciendo, ya que mienten y tratan de tapar sus propias mentiras con la propaganda política y de su actividad institucional, puesta toda al servicio de intereses particulares y de sus intereses como partido».
Mucho más crítico se mostró el entonces concejal del Ayuntamiento de Sagunto por Unión Valenciana, Salvador Montesinos, que ante el anuncio de Eduardo Zaplana dijo: «va a ser la ciudad del arte que tiene el señor Zaplana para engañarnos a todos. En las elecciones autonómicas pasadas nos presentó la ciudad del cine y se quedó en agua de borrajas, así como otros proyectos que ahora están en Alicante, pero en esta ocasión ha querido darle credibilidad a este proyecto y ha venido acompañado de Irene Papas», concluyó.
