Este proyecto de formación, para el que se han destinado 200.000 euros, se integra dentro del II Plan Mixto de Empleo y finaliza con valoraciones muy diversas por parte de los beneficiarios

Algunos becarios de Forma-T denuncian la ineficacia del programa ante el pasotismo de ciertos tutores

Martes, 16 Diciembre 2014 13:46

FormaT-2014-GrupodentroReunión del ex alcalde, Alfredo Castelló, con los beneficiarios al inicio de la beca en el mes de septiembre

El pasado 15 de septiembre 118 jóvenes se incorporaron a trabajar como becarios en las distintas dependencias del Ayuntamiento de Sagunto. La finalidad, según indicó la edil en su momento, era completar su formación académica y facilitar su especialización profesional. Tres meses después, estas becas llegan a su fin y los beneficiarios de determinados departamentos hacen un balance «muy negativo» de las mismas. Se muestran indignados con la gestión que se ha hecho y denuncian el «incumplimiento de algunas bases del programa» a causa de «una falta de interés y de organización tremenda».

En primer lugar, indican que en la base sexta del programa se detallaba que la entidad local nombraría a uno o varios tutores para realizar el seguimiento, la coordinación y ordenar la actividad de formación del personal becario. Además, tendrían que determinar el tiempo de dedicación a dichas actividades que, en ningún caso, sería inferior a 35 horas semanales. Pues bien, una de las jóvenes afectada asegura que «en estos tres meses mi tutor no me ha mandado ni una sola tarea a hacer. De hecho, apenas hemos tenido relación con él».

La pregunta es obligada: ¿entonces qué habéis hecho durante este tiempo? Responden que cuando llegaban al lugar de trabajo algunos trabajadores les proponían faena y gracias a ellos han podido aprender el funcionamiento del departamento. Pero, sobre todo, a lo que se han dedicado ha sido a ordenar papeles. «En general, he hecho pocas cosas relacionadas con mi carrera y además de ordenar papeles, he estado algunos ratos de brazos cruzados», asegura la joven.

Respecto al cumplimiento de horarios, otro becario de un departamento diferente añade que no siempre se han cumplido. No le parece justo «que haya personas que hayan trabajado tres horas al día mientras otros hacían siete».

En la misma línea, en la base séptima se afirma que la participación de los becarios en el programa tiene carácter exclusivamente formativo. Sin embargo, estos estudiantes repiten que «a pesar de tener carácter formativo no se les ha formado casi nada en tres meses. No creo que estas becas sean formativas si no hay un interés por formarte por parte del tutor».

En este sentido, la becada cree que la actividad de ordenar papeles que ha predominado durante su estancia la puede hacer cualquiera. «No he tenido la posibilidad de poner mis conocimientos en práctica ya que recordemos que todos los becarios hemos terminado una carrera para poder conseguir estas becas», concluye con indignación.

En otras dependencias, un becario asegura haber estado realizando faena atrasada. Tal y como exponen, «se supone que es una beca formativa y algunos hemos estado haciendo faena retrasada que nadie quería hacer. Nos dieron las cuatro pautas básicas para sacar esa faena y nada más».

Otro de los problemas del programa es, según sostienen, el exceso de personal. En un principio se concedían 84 becas de este tipo pero al final, la comisión del Plan de Empleo decidió conceder 34 más, es decir, 118. En algunos lugares de trabajo esto ha supuesto un inconveniente.

En palabras de la misma afectada: «Mi experiencia me dice que en el departamento donde me ubicaron solo había sitio para un becario y nos pusieron a dos. Hemos estado compartiendo mesa y ordenador durante los tres meses. Aunque el ordenador no lo hemos usado casi ya que, como decía, estábamos ordenando papeles todo el tiempo». En las ocasiones en las que utilizaron el ordenador, tuvieron que hacerlo con el usuario de algún trabajador que, buenamente, les ponía sus claves. «Pese a querer integrarnos, como decían, no nos han proporcionado ningún usuario como becarios para poder realizar tareas», añade.

Ante esta situación, recuerdan que en su primer día cuando los recibió el ex alcalde, Alfredo Castelló, les dijo que aprenderían mucho y que podrían aportar mucho al ayuntamiento gracias a sus conocimientos. Fue una inyección de motivación. Sin embargo, en el momento en el que algunos becarios afectados llegaron a su departamento, nadie los esperaba porque nadie sabía que iban a llegar. Como consecuencia, no sabían qué faena darles. «Hubo días que estuvimos sin hacer nada porque no sabían qué mandarnos».

Por otra parte, durante el período de la beca se ofrecieron unos cursos de formación desde el departamento de salud laboral. Tal y como explican, estos iban dirigidos a todos aquellos que tuvieran relación con el ayuntamiento, becarios incluidos. «La verdad fue que no se nos informó a todos los becarios. Algunos sí se enteraron pero por otros beneficiarios».

Con todo esto queda claro que ciertos jóvenes acaban la beca con un mal sabor de boca. Creen que ha sido una experiencia «agridulce». Agria por lo anteriormente comentado y dulce porque el ambiente de trabajo y los empleados eran agradables.

Con las críticas lo que pretenden es que se mejoren las cosas de cara al próximo año. «No se pueden dar más becas si no hay trabajo para todos y sobre todo, sería necesario motivar a los tutores para que cumplan con su formación a los becarios».Personalmente, esta joven opina que se ha sentido poco valorada en algunos momentos en los que nadie les mandaba faena o en los que ordenaba papeles sin parar.

La otra cara de la moneda

Afortunadamente, este problema no se repite en todos los departamentos en los que han contado con becarios. Por ejemplo, en Servicios Sociales, los jóvenes se han sentido útiles desde el primer día. Según indica una beneficiaria, durante estos tres meses «me he sentido como una más. He preparado actividades de refuerzo y de ocio para los niños. Me gusta mucho. Estoy encantada por el trato recibido y con el personal».

También  una  persona  beneficiaria de la beca, situada en una dependencia del área económica, está satisfecha con su estancia en prácticas. Al preguntarle sobre la utilidad de la beca, su respuesta es rotundamente afirmativa. «A las pruebas me remito, hemos adelantado bastante faena en cuanto a una tarea en particular que se trabaja en el departamento». Además, como ejemplo «te diré que hemos trabajado desde el primer día. En el mes de septiembre comenzamos a tramitar documentos que se remitían al primer trimestre del año y hemos acabado con los que han sido solicitados en esta primera quincena de diciembre. Finalizados estos tres meses, sé que mi labor se ha visto reflejada aunque solo sea en algunas tareas específicas».

En su caso, trabajar y aprender han ido de la mano. Asegura que ha llevado a cabo labores que le gustaban y le motivaban y que, además, ha aprendido ya que «el empleado con el que estaba se ha preocupado de mi aprendizaje. Por lo tanto, considero mi estancia tremendamente positiva».

Aunque en su experiencia todo son palabras de agradecimiento, todavía hay espacio para sugerencias de mejora. Esta persona cree que el Plan Forma-T es «un excelente programa de inmersión laboral para los jóvenes de la ciudad». No obstante, de la misma forma que mencionaban los becarios de otras dependencias, la falta de infraestructuras ha supuesto una barrera para desarrollar un aprendizaje total.

En este sentido, sostiene que «resultaría todavía más beneficioso, tanto para el becario como para el propio ayuntamiento, repartir las prácticas de los jóvenes en el tiempo, es decir, a lo largo del año en lugar de hacerlas todos en el mismo período». Afirma que esta sería una buena solución por un doble motivo.

Por un lado, permitiría mantener el número de becarios beneficiados por un plan que la mayoría de jóvenes consideran necesario y, por otro, se supliría la falta de infraestructuras que existe para poder desarrollar una labor óptima.

Cabe destacar que estas becas formativas tienen un coste de 200.000 euros para los ciudadanos y se integran dentro del II Plan Mixto de Empleo. En concreto, el programa Forma-T se dirigía a jóvenes menores de 35 años empadronados en el municipio de Sagunto que hubieran finalizado sus estudios en titulaciones universitarias o estuvieran realizando el proyecto de fin de carrera, ciclos formativos o máster.

Otros problemas del Plan de Empleo

En ediciones anteriores, este periódico ya informó de otras deficiencias del II Plan Mixto de Empleo municipal. En primer lugar, fueron los propios trabajadores  de las obras los que denunciaron la desorganización, el exceso de personal y la falta de material en algunas actuaciones de las que se estaban llevando a cabo.

Posteriormente, los comerciantes de la avenida Hispanidad de Puerto de Sagunto tomaron la iniciativa al observar cómo las obras del margen norte de esta zona estaban afectando considerablemente a sus ventas. Algunos establecimientos notaron, incluso, la caída de sus beneficios hasta en un 50%. Ante las quejas de los comerciantes, la única respuesta consistorial que recibieron fue el silencio.


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Modificado por última vez en Martes, 30 Diciembre 2014 21:22

 

 

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